Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

domingo, 31 de julio de 2016

El asteroide del farolero

Conozco algunas personas que motivadas por su afición a la Astronomía leyeron con curiosidad “El Principito”, la conocida obra de Antoine de Saint-Exupéry, y algunas más que después de haberlo leído se interesaron por el mundo de los astros.

Hoy 31 de julio se cumplen los años, exactamente 72, de la desaparición de su autor, alguien que sin ser astrónomo ha hecho que mucha gente se acerque a la Astronomía.

Ello a pesar de que en su obra más conocida describió algunos astros de manera absurda e imposible desde el punto de vista científico, pero los utilizó como recurso para contar hermosas historias de sentimientos, contradicciones y belleza del alma humana.

“El principito” o “Le petit prince” como es su título original en francés, aparentemente es un librito de relatos para público infantil, pero solo aparentemente. Yo cada vez que lo ojeo descubro algo nuevo, profundo o entrañable, escondido en los a primera vista simplones relatos de los personajes que habitan en unos curiosos asteroides.

Como seguramente ya lo habrás leído, no te cuento la historia y solo recordaré luego unos párrafos muy concretos. 

Hace unos años me impuse la tarea de buscar entre la multitud de asteroides conocidos, algunos que por alguna circunstancia fueran similares a los que aparecen en la obra. Puede parecer una tarea absurda y casi condenada al fracaso, porque eso de encontrar uno de estos pequeños asteroides donde pudiera florecer una rosa o corretear un cordero, no había por donde cogerlo.

Sin embargo, uno de ellos lo encontré. El que más difícil parecía: El asteroide del farolero.
Su principal característica era que había acelerado su rotación, en principio muy lenta, y ahora en un solo minuto daba la vuelta completa sobre su eje, como se narra en la conversación entre el principito y el farolero que aparece a continuación:

martes, 26 de julio de 2016

La precesión de los equinoccios

Si cumples los años estos días o en los primeros de agosto y leíste este blog el pasado diciembre
ya sabes que los astrólogos te engañan porque te dicen que eres “Leo” cuando en realidad tu constelación es “Cáncer”, y que este desajuste que se produce en el 90% de los casos, se debe a “la precesión de los equinoccios”.

Es posible que ya lo supieras antes, porque es el típico ejemplo que suele ponerse de los efectos de ese fenómeno de nombre tan raro y que pocas veces suele explicarse en qué consiste y cómo afecta a estos temas.
Pero este fenómeno de la precesión tiene otras consecuencias, y como precisamente tengo intención de citarlas en varias entradas del blog este próximo mes de agosto, voy a dedicarle este artículo ahora aunque no parezca el momento más adecuado por ser un tema técnico y poco constatable.

jueves, 21 de julio de 2016

Estrellas también de día

En vacaciones tenemos mucho tiempo libre y quienes solemos mirar los astros, como cualquier otra persona, también aprovechamos para cultivar nuestra afición. Pero aunque en nuestro caso parece que parte de ese tiempo de asueto no nos sea útil porque es de día, podemos aprovechar también las horas diurnas porque con un telescopio también de día se pueden ver estrellas.
Todos sabemos que aunque la luz del Sol nos impida verlas, las estrellas siguen ahí en el cielo. A simple vista no podemos verlas pero sí con ayuda de un telescopio, y aunque en este blog pocas veces propongo realizar observaciones que no sean a simple vista, ésta es una de ellas.

Hoy voy a hablar de algo de lo que no soy experto. Por ello sólo voy a contar mi experiencia, aunque lo que yo hice quizás no fuera lo más adecuado y es posible que sepas mucho más que yo de observaciones diurnas y no te merezca la pena seguir leyendo. Pero lo voy a contar porque fue muy gratificante para mí, me gustaría que para otros-as también lo fuera y creo que debo compartirlo. Además sé que mucha gente que mira el cielo con su telescopio no ha explorado nunca esta faceta.

Por eso me gustaría que pudieras sentir la misma emoción que yo, cuando por primera vez tuve esa experiencia, o como cuando, el verano pasado, fui encontrando una detrás de otra y sin demasiada dificultad, la mayoría de las estrellas que fui buscando, más de 15 en dos sesiones diferentes, hasta la magnitud 2.
Foto de la estrella Arturo tomada el 8-8-15 en pleno día, a las 15:20 T. U. Ese puntito blanco cercano al centro de la imagen es la estrella. Se obtuvo colocando una sencilla cámara compacta delante del ocular del telescopio sin ningún adaptador. Las manchas corresponden a imperfección y/o suciedad en lentes y espejos. En directo mirando por el ocular la imagen es limpia, porque los defectos caen fuera de foco, y la sensación es impresionante.
La primera estrella que vi de día fue Arturo (la más brillante de la constelación de Boyero). Fue hace ya unos años utilizando un telescopio con montura ecuatorial, que orientaba de manera precisa utilizando las coordenadas del Sol. Una vez situado, sin más que utilizar los círculos graduados de la montura para colocar las coordenadas de la estrella, podía dirigir el telescopio a la posición que ocupaba en el cielo, mirar por el ocular y allí debía estar mi estrella. Es el método que había utilizado frecuentemente para ver a Venus a quien solía localizar en pleno día al cabo de uno o más intentos. Con una estrella es mucho más difícil, pero en una ocasión lo conseguí. 

jueves, 14 de julio de 2016

Las otras lunas

Mañana hace justo un mes (el 15 de junio de 2016) que apareció una sorprendente noticia en muchos medios de comunicación:



Pero lo más extraño no es el que alguien haya encontrado otra supuesta luna moviéndose alrededor de la Tierra (hoy en día se encuentran tantas cosas raras por ahí arriba que ningún hallazgo sorprende demasiado), sino que nuevamente se diga que es la segunda, y no la quinta o la sexta, porque varias noticias como ésta ya aparecieron hace años, refiriéndose a otros astros.


jueves, 7 de julio de 2016

Es tiempo de mirar hacia arriba

Julio y agosto son meses muy especiales para quienes nos gusta mirar el cielo y los solemos aprovechar para cultivar nuestra afición y también, por qué no, para presumir delante de los amigos en un tema que para casi todo el mundo suele ser atractivo y sugerente.
Mira: ese es el triángulo de Verano, (debería ser "de invierno" en el hemisferio Sur) visible toda la noche en esta época.    Foto tomada el 3-7-16 en las proximidades de Bilbao.
Pero incluso muchas personas que no entienden demasiado “de eso de las estrellas” también en esta época le gusta por su cuenta mirar de vez en cuando el universo que aparece sobre su cabeza, dejar volar la imaginación hacia lo que son y dónde están esos lejanísimos puntos luminosos …sentir la pequeñez de uno mismo frente a la inmensidad del cosmos …

A veces suelen preguntar: ¿Hay algo interesante para ver ahora?
Por supuesto que sí. Lo que aparece a continuación es solo un adelanto para que no te pille desprevenido y más adelante concretaremos.