Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Destellos en el cielo



Es muy posible que alguna vez lo hayas visto cuando estabas mirando los astros, o simplemente tenías la vista en parte por encima del horizonte. De pronto, una intensa luz se enciende, manteniéndose durante unos breves segundos antes de desaparecer.

Mucho más potente que cualquier estrella o planeta, puede verse incluso desde las ciudades con gran contaminación lumínica porque su brillo puede superar la magnitud -8. (Como el brillo de una fina luna creciente pero concentrado en un solo punto). Los más brillantes teóricamente podrían verse a simple vista de día, aunque en este caso la dificultad está en saber exactamente dónde aparecerá, ante la falta de referencias.

Si estabas en un lugar con un cielo limpio, antes del fogonazo podrías haber visto la típica débil luz de un satélite artificial que va moviéndose, y cómo de pronto la luminosidad aumentaba enormemente, mientras que después del destello puede seguir viéndose moverse muy débil. Pero lo habitual es que solo se vea el fogonazo.
Es un “iridium”


Trazo dejado por uno de estos satélites en la constelación de Andrómeda, cerca de Casiopea, el 4 de agosto de 2016. Sabiendo dónde y cuándo va a producirse el destello, unos segundos antes puede realizarse un disparo con la cámara de una duración de varios segundos para asegurarse. En este caso la exposición es de 30 segundos, por lo que las estrellas han acumulado luz durante más tiempo que el iridium, de apenas 3 segundos, pese a lo cual destaca sobre ellas.
En la imagen se aprecia claramente el trazo que ha dejado al moverse durante ese tiempo, pero en una observación directa la sorpresa por la gran intensidad de luz prima sobre el movimiento. 

Aunque pudiera pensarse que estos fogonazos están programados y tienen una finalidad concreta, lo cierto es que son fruto de la casualidad.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Toca mirar la Luna


El sábado 20 de octubre de 2018 se celebra el día internacional de observación de la Luna.

Como años anteriores, en este día se trata de fomentar la observación del cielo a partir del astro más fotogénico y se hace como siempre un sábado cercano a la luna creciente porque así nuestro satélite se presenta atractivo y es visible al principio de la noche, a las horas más adecuadas. para que cualquiera pueda verlo.

Ya expliqué esto el pasado año detallando las razones, incluí unas magníficas imágenes de José Manuel Pérez Redondo y, como no tiene sentido repetirlo, si no lo leíste puedes hacerlo ahora en este enlace

En esta ocasión voy a aprovechar la efeméride poniendo una selección de fotos que he obtenido yo a lo largo de los últimos años. Muchas ya han aparecido en este blog, pero hoy hago una recopilación y, a diferencia de otros artículos, daré protagonismo a las imágenes, porque de lo que se trata es de eso: observar la Luna.


Para empezar, dos imágenes donde no se ve la Luna pero se intuye. 
La luminosidad en horizonte indica que la Luna está a punto de salir

Parte de su silueta recortada ante el Sol durante el eclipse del 21-8-17

miércoles, 3 de octubre de 2018

Las estrellas nos dan la hora

Vivimos en un planeta que se está moviendo y por ello si miramos hacia afuera veremos moverse a los astros respecto a nuestra referencia.

Por cada rotación terrestre las estrellas darán una vuelta alrededor de la Estrella Polar, que al estar prácticamente en la prolongación del eje de giro de la Tierra, casi no se mueve.
En el hemisferio Norte tenemos una magnífica guía para seguir este movimiento: La línea imaginaria que forman las estrellas Merak y Dubhe de la Osa Mayor, que prolongándola pasa junto a la Polar. Es la aguja del reloj celeste que se va moviendo uniformemente según va pasando el tiempo: utilizando las iniciales de la mencionadas estrellas le llamaré la línea P-D-M.

El sentido de giro es el contrario a las agujas de un reloj (se le lama sentido directo). Tal como indicaré luego, en el hemisferio Sur el cielo en dirección Sur se ve moverse en sentido contrario (retrógrado).

Esta referencia nos va marcando el paso de las horas: Si en 24 horas da (aproximadamente) una vuelta, cada hora gira 15º, y de verla vertical a estar horizontal, habrían pasado 6 horas.
O en el siguiente ejemplo serían 2 horas:


 De la primera a la segunda el cielo ha girado 30º por lo que habrán pasado casi exactamente 2 horas

De esta manera podemos conocer la hora a partir de la posición de las estrellas.