Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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miércoles, 8 de enero de 2020

La Luna en la penumbra

Acaba de empezar el año y ya el cielo nos ofrece el primer fenómeno de cierta envergadura, aunque muchos dirán que no es para tanto: Este viernes 10 de enero, se producirá un eclipse penumbral de Luna.

Será observable desde todos los lugares de la Tierra excepto en América, donde solo se podrá apreciar en Alaska y la parte más septentrional de Canadá.
Imagen tomada el 16-7-19 durante la fase penumbral del eclipse de luna, que será similar a lo que se pueda apreciar este 10 de enero, hacia las 20:10 Hora Central Europea (19:10 T.U,) en el momento del máximo, excepto en la posición de la zona oscurecida.
Como se puede apreciar en la imagen, en estos eclipses la Luna no deja de brillar, en un primer vistazo sigue pareciendo una luna llena como cualquier otra, pero si nos fijamos sobre todo en los minutos centrales del desarrollo del eclipse nos daremos cuenta que no está iluminada uniformemente, sino que hay una zona ligeramente oscurecida. En este caso, visto desde Europa occidental, será la parte inferior derecha.

De todas formas hay que indicar que esa diferencia de brillo en una y otra zona, al observador le pudiera parecer mucho menos evidente que en la fotografía, porque nuestra vista (o mejor nuestro cerebro) no son tan objetivos como la cámara fotográfica y tiende a minimizar las diferencias. De hecho, según qué exposición se le dé a la imagen fotográfica se puede apreciar mejor o peor esa diferente intensidad en la iluminación de las distintas zonas.

No veremos la Luna de un tono rojizo como en un eclipse total, ni una zona brillante frente a otra prácticamente oscura e inapreciable simulando una fase, como en uno parcial. Es algo mucho más sutil porque nuestro satélite no llega a entrar en la sombra terrestre, sino solo en la penumbra.
3 fotos del eclipse del 28-9-2015 tomadas desde Bilbao en las fases total (con el museo Guggenheim en primer plano), parcial y penumbral.
En un eclipse total, como el de estas fotos, se producen sucesivamente las tres fases. Primero la Luna entra en la penumbra (penumbral), luego parte de ella en la sombra (parcial) luego lo hace completamente en la sombra (total), repitiéndose finalmente y de manera simétrica las fases parcial y penumbral. 
Pero en este caso nos queda solo la fase menos evidente como en el siguiente ejemplo:

jueves, 12 de diciembre de 2019

Dos lluvias de meteoros muy destacadas y poco observadas

Las lluvias de estrellas fugaces, o meteoros, son unos de los fenómenos astronómicos de los que más se suele hablar tanto en los medios de comunicación como por la gente en general. Pero normalmente son las Perseidas (las “lágrimas de San Lorenzo” de agosto), las más nombradas y las más observadas. Es lógico porque ocurren en un periodo de vacaciones para gran parte de la población, y en época de buena temperatura en el hemisferio norte que permite pasar horas tumbado mirando el cielo.
Trayectoria de una espectacular perseida que pude ver y capturar el 13 de agosto de este año
Sin embargo no son las mejores. Precisamente ahora, con un intervalo de 3 semanas van a poderse observar otras dos lluvias, que habitualmente producen mayor número de meteoros que la famosa lluvia de agosto. Ya están aquí las Gemínidas, y aún en periodo navideño llegarán las Cuadrántidas. Para muchos, éstas si, las dos mejores del año.

Pero ambas tienen el problema del frío. A ver quien se atreve con estas temperaturas a tumbarse en el suelo al raso y quedarse observando durante un buen rato.
Podría pensarse que si a los habitantes del hemisferio Norte nos pilla mal, en el Sur, con el comienzo del verano será ideal. Pero no. Tal como se puede ver en los gráficos que aparecen en el anexo, los meteoros “vienen” del norte, según la trayectoria del astro generador. (Los astrónomos con un lenguaje técnico y poco comprensible por el público decimos que sus radiantes tienen una alta declinación Norte, como si esa fuera la clave en vez de la consecuencia) y por ello desde el hemisferio Sur se verán muchos menos.

Pero si eres una de esas personas que no se arredran ante el frío y están dispuestas a todo para ver un buen espectáculo, antes de seguir debo darte los datos concretos que te interesan: Aunque los días cercanos también se verán, el mejor momento para observar las Gemínidas este año 2019 será la noche del 13 al 14 de diciembre, y las Cuadrántidas la noche del 3 al 4 de enero ya de madrugada (quizás tambien la siguiente según alguna predicción). Este año tenemos suerte, porque en ambos casos se trata de la noche del viernes al sábado, y la mayoría de la gente puede acostarse tarde,  después del espectáculo, porque no tiene luego que ir a trabajar.


El factor de la fase lunar y la molestia de su luz no nos ayudará con las Gemínidas porque al estar menguando pero casi llena nos obligará a comenzar observar al principio de la noche, que si bien a muchos les parecerá el momento más cómodo, nos dificultará la observación en las horas en que teóricamente podrían verse mayor número de meteoros, aunque el gran brillo de muchos de ellos permitiría verlos aún con la Luna casi llena y alta en el cielo.

Afortunadamente el otro caso es diferente:

viernes, 29 de noviembre de 2019

Imágenes de dos encuentros

La conjunción de Venus con Júpiter, y sobre todo la visita de la Luna, bien merecen volver a hablar de ellas una vez que ya han ocurrido, recogiendo ahora fotos del fenómeno.

Habitualmente intento que la mayoría de las imágenes que ilustran los artículos de este blog sean mías, y solo en ocasiones muy puntuales he recurrido a fotos obtenidas por otras personas. Hoy hago una excepción porque, junto con algunas otras, realmente merece la pena recoger especialmente las magníficas imágenes que mi amigo Sebastián Cardenete, vicepresidente de la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía, ha obtenido de la conjunción Venus-Luna-Júpiter desde Málaga. No es la primera vez que incluyo alguna foto de Sebas en el blog, pero ahora son las protagonistas y por ello este post tengo que dedicárselo a él.

A diferencia de algunas ilustraciones del post anterior, en éste todo son fotografías reales; y mientras que aquel fue un anuncio y propuesta de observación, éste se convierte en una crónica ilustrada del reciente espectáculo.

Preciosa imagen obtenida por Sebastián Cardenete desde Málaga ayer 28 de noviembre donde, de izquierda a derecha, Venus, la fina luna de 2 días y Júpiter destacan en el cielo crepuscular.
Aunque solo sea por seguir un orden cronológico, recogeré primero las imágenes del encuentro y sorpasso de Venus con Júpiter, y a continuación las más espectaculares con la visita de la Luna.

1- Acercamiento y relevo:
  
Después de más de un año (desde septiembre de 2018) en que Venus no realizaba sus apariciones vespertinas, pude verlo por primera vez al atardecer del día 21 de noviembre durante un rato en que las nubes que nos han acompañado en Bilbao durante todo el mes nos dieron un respiro. Ya puse imágenes de esta mi primera visión de los dos planetas en el post anterior, pero incluyo ahora otras similares del mismo día para incorporarlas al relato completo:

21 -11-2019 desde Bilbao. Con esta imagen ya cerca de Júpiter (arriba de la foto), se inauguraba para mí la temporada en que el brillante Venus (centro derecha), el astro más destacado en nuestro cielo después del Sol y la Luna, nos ofrecerá fotogénicos atardeceres. Será hasta finales de mayo.
Esta aparición de Venus va a suponer un relevo porque Júpiter, que se  nos viene mostrando desde enero (desde verano al principio de la noche) va a dejar de verse en unos días. Mientras, podemos disfrutar este breve intervalo de atardeceres con los dos brillantes planetas, aunque Júpiter cada vez en peores condiciones una vez que le ha dado el relevo a Venus como “lucero” más destacado.

La situación fue evolucionando:

viernes, 22 de noviembre de 2019

Zeus y Afrodita: Encuentro y espectáculo en trío con Selene.


El próximo jueves día 28, al atardecer, debes mirar al cielo.
Sobre el horizonte Sur Oeste, a baja altura, verás algo muy especial; pero debes estar atento porque el espectáculo no durará mucho.

Será algo parecido a lo que ocurrió hace algo más de 4 años:
Fue el 20 de junio de 2015. Bilbao se engalanaba al cumplirse el aniversario de su fundación, con montajes de luces multicolores por toda la ciudad. Al atardecer, cuando ya se han encendido las distintas atracciones alguien levanta la vista junto a un túnel de luces, y exclama:
- ¿Eso también lo ha puesto el Ayuntamiento?
Una luna creciente acompañada por Venus y Júpiter. Los tres astros más brillantes de la noche se dieron cita para formar una coreografía de luces, y sumarse así a la noche blanca.
Evidentemente la pregunta era solo una bilbainada (exageración presuntuosa) porque todo el mundo sabe que la Luna no cumple ninguna normativa municipal. Pero lo cierto es que con aquel triángulo formado por la Luna y aquellos dos brillantísimos luceros, parecía que los astros se habían sumado a la celebración.

Lo de esta ocasión será parecido, aunque no coincida con la noche blanca bilbaína. Los mismos protagonistas (Selene, Afrodita y Zeus en su versión griega), incluso un poco más próximos entre sí, adornarán el cielo del crepúsculo vespertino, aunque habrá algunas diferencias, que se pueden apreciar en la imagen:


Junto a la imagen real de 2015, un montaje de la situación de este próximo jueves manteniendo la misma escala en las distancias angulares. 
Debido al movimiento propio de la Luna y la posición relativa respecto al horizonte en cada latitud, esta imagen será válida solo para lugares próximos a la península Ibérica. Abajo pongo para otros lugares.
- Este año Luna estará incluso más fina, solo 2 días después de la fase nueva, en vez de 4 como en aquella ocasión. Por ello el espectáculo acabará mucho antes, aproximadamente solo una hora y media después de la puesta de sol para latitudes medias norte o 2 horas si es en el hemisferio Sur.
Por ese motivo, aunque el anterior pudo verse incluso ya entrada la noche, en este caso hay que buscarlo en un cielo todavía brillante, y habrá que estar atentos para no perdérselo.

- La finísima fase lunar hará que incluso en un primer vistazo sea más fácil distinguir a Venus, como un  brillante punto luminoso, que a la propia Luna.

- Los dos planetas estarán un poco más cercanos entre sí. (unos 4º de separación frente a los casi 6 en aquella ocasión de 2015) y, por ello, todo el conjunto estará más recogido y más espectacular.

- La Luna se situará casi en la línea que formen Venus y Júpiter, ligeramente por encima (desde el hemisferio norte), con lo que la figura será un triángulo mucho más puntiagudo que en 2015.

En otros lugares no será exactamente igual:

miércoles, 6 de noviembre de 2019

El primer planeta se pasea por delante del Sol


El fenómeno, horas, lugares, y su observación.
  
Este próximo lunes, el 11 de noviembre de 2019, se produce un fenómeno astronómico poco frecuente del que ya se está hablando en muchos lugares: Un “tránsito de Mercurio”.
Visto desde la Tierra, el planeta más pequeño de nuestro sistema pasará por delante del disco solar, atravesándolo  lentamente en el transcurso de varias horas.

Algo mucho menos frecuente que un eclipse o que una lluvia de estrellas fugaces, por citar dos acontecimientos celestes que también suelen anunciarse y mucha gente, picada por la curiosidad, intenta observar.
Imagen obtenida en el último tránsito de Mercurio, el  9-5-2016, proyectándolo en un Solarscope, instrumento idóneo para la observación de este fenómeno por el público en general.
Pero a diferencia de esos otros fenómenos que he citado, en este caso nadie que no haya oído previamente la noticia se enterará de que está ocurriendo, porque no es algo que se pueda observar con solo levantar la vista al cielo. Incluso aunque se haya informado de lo que ocurre, y a pesar de que  el fenómeno tiene una larga duración no podrá ver nada, si no se ha provisto de los medios de observación adecuados, aparte de alguna transmisión por internet, por ejemplo aquí: http://www.sky-live.tv/ 

Pero de esa manera, o en alguna observación pública dirigida por “expertos”, podría verse una curiosa imagen: un puntito negro, moviéndose muy despacito por delante del Sol desde las 13:35 (Hora Central Europea, 12:35 T.U.) hasta las 18:04 (17:04 T.U.). Dentro de ese horario, en todos los lugares que sea de día.
No obstante, dado el pequeño tamaño aparente de Mercurio y la lenta evolución del fenómeno, habrá que esperar al menos un par de minutos para que se aprecie claramente que ese puntito oscuro ha entrado en el círculo del Sol. 

Las horas que se han dado prácticamente son válidas en cualquier lugar porque los tránsitos de Mercurio se observan casi simultáneamente desde todos los puntos de la Tierra en que sea de día, a diferencia de los de Venus; donde debido al paralaje (diferente perspectiva según el lugar de observación) puede haber unos cuantos minutos de diferencia. Esto es debido a que, cuando están en tránsito, Venus pasa mucho más cerca de la Tierra que Mercurio, como se ilustra en este gráfico:


En este gráfico explicativo esquemático se aprecia la diferencia en las  distintas posiciones de Venus y Mercurio dentro del disco solar, vistas desde dos lugares distintos de la Tierra. 

En realidad las diferencias son mucho menores, e incluso en el caso de Mercurio casi inapreciables, porque aunque se han mantenido las proporciones en las distancias, los tamaños de los planetas se han representado cientos de veces más grandes de la realidad a esta escala, y los puntos A y B estarían muchísimo más próximos.
Por lo tanto las zonas desde las que podrá verse el fenómeno coinciden con las que durante parte o todo ese tiempo sea de día: Desde Europa no se podrá observar el tránsito completo porque el Sol se ocultará antes del final, pero desde las islas más occidentales de Canarias, toda América central y del Sur se verá completo, y también desde la zona oriental de Norteamérica. En la zona occidental, podrá verse el final del tránsito, por la mañana, a medida que el Sol sale y va tomando altura.
Un detalle: En la pequeña zona triangular que cubre parte de Groenlandia la duración del día es muy breve en estas fechas, cuando amanezca ya habrá empezado el tránsito y cuando el Sol se ponga aún no habrá acabado.

Debemos intentar aprovechar la ocasión porque el siguiente tránsito de Mercurio no ocurrirá hasta 2032 y en cada siglo solo se ven una media de 13.
El anterior fue hace solo 3 años y medio, en mayo de 2016, como he puesto en el pie de la primera imagen, cuando ya este blog estaba en marcha, y le dediqué un extenso y completo artículo que puedes leer aquí: “Mercurio en tránsito” 

Como casi todo lo que allí recogí es válido también ahora (excepto horarios, mapas y trayectorias), si realmente te interesa el tema te aconsejo que lo leas, porque como no tiene sentido repetirlo todo, ahora solo volveré a citar algún aspecto clave, además de actualizar los datos concretos de este tránsito.

Pero lo más importante: Hay que observarlo con mucho cuidado para no dañar la vista. En el artículo que acabo de referir puedes ver los detalles pero, por si acaso, reitero aquí que el método más adecuado es un sencillo y muy asequible aparato llamado Solarscope, o por proyección mediante prismáticos o telescopio, pero nunca mirándolo directamente por el ocular o el visor, que podría provocar ceguera permanente.
Observación del tránsito de 2016 desde el colegio Trueba de Bilbao, organizado por la AAV.
En primer término, mirando en un Solarscope, y al fondo proyectado en el suelo mediante unos prismáticos. Si se utiliza este método hay que estar vigilando para que nadie mire directamente.
Si utilizas las clásicas gafas de eclipse para proteger tu vista, no llegarás a apreciar el pequeño puntito que es Mercurio. Bueno, a no ser que tengas una vista excepcional.

Por qué y cuándo ocurren los tránsitos.
  
Podría pensarse que es un fenómeno relativamente frecuente porque como Mercurio se mueve mucho más rápidamente que la Tierra, completando una vuelta alrededor del Sol en 88 días, aproximadamente cada 4 meses adelanta a la Tierra (en lo que los astrónomos llamamos “conjunción inferior”), y si las órbitas de ambos planetas estuviesen en el mismo plano, en todas estas ocasiones se produciría un tránsito.
Gráfico “en planta” de las órbitas de la Tierra y Mercurio y sus posiciones el 11-11-19 y en la siguiente conjunción inferior el 26-2-20
Nota: Lo de los mencionados “aproximadamente 4 meses” (en realidad 116 días), de una conjunción inferior a la siguiente es solo la media, pero es muy variable (en este caso solo 107 días) debido a la excentricidad orbital, y como consecuencia la variable velocidad, del primer planeta.     

Pero no se producen tantos tránsitos, ni muchísimo menos,  porque hay que tener en cuenta las 3 dimensiones ya que la órbita de Mercurio está inclinada 7º respecto a la de la Tierra, y cuando debería pasar por delante del Sol al adelantar a nuestro planeta, en realidad lo suele hacer por arriba o por abajo, respecto a nuestra visual.
Solo si la alineación de los tres astros (en el momento este "adelantamiento") se produce en la línea de corte de los dos planos orbitales (llamada línea de los nodos), o muy cerca de ella veremos pasar a Mercurio por el interior del disco solar y se producirá el tránsito. 

La Tierra se sitúa en esos nodos el 10 de noviembre y el 8 de mayo (+/- 1 día según la proximidad del año bisiesto), y por eso solamente en fechas próximas a esos días puede ocurrir este fenómeno.

Para no complicar ahora el tema, y hacerlo más ligero, paso al anexo del rombo "Si quieres saber más" una explicación más detallada de la situación tridimensional y sus consecuencias.


Trayectoria aparente y real de Mercurio por el disco solar.
  
Si tenemos la suerte de que las nubes nos dejen observar gran parte del tiempo durante el que se produce el transito y nos fijamos con detalle o anotamos la posición de Mercurio dentro del disco solar, seguramente nos sorprenderá su trayectoria, que desde Bilbao (43ºN 3ºW) será exactamente como aparece en este gráfico, y no es una línea recta como en principio pudiera pensarse.
Posiciones de Mercurio cada 20 minutos. Se indica con una línea quebrada el final de la observación desde Bilbao, debido a la puesta del Sol.
Desde otros puntos de la península Ibérica será muy similar:
- En Galicia se verá un poco más tiempo y en Cataluña y Baleares algo menos, de acuerdo con la hora de puesta del Sol.
- Canarias vuelven a ser las islas afortunadas, Excepto en Lanzarote y Fuerteventura el Sol se pondrá cuando Mercurio esté  punto de abandonar su disco, desde las costas occidentales de Gran Canaria y Tenerife se vería completo, si no hay bruma en el horizonte marino, gracias al fenómeno de la refracción; y desde las pequeñas islas de La Palma, Hierro y Gomera la situación será aún mejor.

La curiosa trayectoria curva que se aprecia en el gráfico anterior es debida a que la orientación del Sol (la inclinación de la eclíptica) respecto a nuestro horizonte va cambiando a lo largo de las horas. Como es un disco redondo no lo notamos, pero si calculamos y fijamos la posición de la eclíptica, las trayectorias de éste tránsito y del anterior (mayo de 2016) serían las siguientes, lógicamente rectas:




En esta ocasión (11-11-19) Mercurio pasa por el nodo ascendente durante el tránsito, mientras que en 2016 pasó por el nodo descendente antes de comenzar el tránsito y por ello la duración del fenómeno fue algo inferior, ya que no atravesó el disco solar de pleno, cerca del centro, como casi lo hace ahora

Desde lugares de Europa situados más al Este la principal diferencia es que acabará antes, porque antes se produce la puesta de Sol.

Como he dicho arriba, desde América la situación es mucho mejor. Pongo dos ejemplos de la trayectoria aparente de Mercurio con referencia al horizonte de Buenos Aires y Ciudad de México, en esta última amanece poco después e comenzado el tránsito:



El motivo de estas extrañas trayectorias lo expliqué con detalle en el mencionado artículo relativo al tránsito de mayo de 2016, referenciado antes.




Geometría de los tránsitos y consecuencias



El tránsito puede producirse, tal como se ha dicho antes, si la conjunción inferior ocurre durante su paso por el nodo o en momentos próximos.
Hay un margen más amplio (+/- 4 dias) en las proximidades del nodo ascendente (el 10 o 11 de noviembre) que del descendente (el 7 o el 8 de mayo). Consecuencia inmediata de ello es que sus tránsitos en noviembre son dos veces más frecuentes que en mayo.

Esto último es debido a la excentricidad de la órbita del primer planeta y la orientación del eje mayor de esa órbita respeto a nuestras fechas: en las conjunciones inferiores de noviembre Mercurio está más lejos de la Tierra (como se puede apreciar en el gráfico de las órbitas en planta), y su separación angular respecto al Sol “por arriba o por abajo” serán menores, vistas desde nuestro planeta.

Por el mismo motivo en los tránsitos de noviembre el tamaño angular de Mercurio es menor que en los de mayo. Concretamente, el pequeño disco de Mercurio se verá ahora (como siempre que el tránsito es en noviembre) con un diámetro de apenas 10´´ (10 segundos de arco) es decir casi 200 veces más pequeño que del Sol, mientras que en mayo, son unos 12.5”, unas 160 veces menor que el disco solar.



Detalle de un momento del tránsito de Mercurio en mayo de 2016, cerca del borde del disco solar, donde se aprecia el pequeño tamaño del planeta, comparadolo con la curvatura del Sol.






   
Otros tránsitos

En general se llama tránsito al paso de un astro delante de otro, siendo el primero de un tamaño menor que el segundo e incluso visto desde aquí bastante menor. En cierta forma podría considerarse un fenómeno similar a un eclipse de Sol, y más concretamente a un eclipse anular, pero donde el astro que pasa por delante es mucho más pequeño.
Un eclipse anular podría considerarse un "tránsito" tomando el sentido más amplio del término, ya que la Luna se ve toda ella incluída en el disco solar, como en esta imagen tomada desde Getafe el día 3-10-2005. 

- El caso más similar al tránsito de Mercurio, es el de Venus. Es más fácilmente observable y más llamativo porque el tamaño aparente del segundo planeta es mucho mayor que el primero. Además de ser más grande, lo vemos desde más cerca. Pero después de los últimos tránsitos de Venus que ocurrieron en 2004 y 2012 nosotros no veremos más porque el siguiente es en 2117.
Imagen obtenida en un Solarscope el 8-6-2004 desde el Instituto "Ángela Figuera" de Sestao
Los tránsitos de Venus han tenido mucha importancia histórica porque debido al efecto paralaje (que prácticamente no existe con los de Mercurio) se pudieron calcular las distancias en el Sistema Solar.

- Son muy frecuentes y observables con un pequeño telescopio, los tránsitos de los 4 grandes satélites de Júpiter. Además la sombra que producen sobre el planeta es aún mas fácil de apreciar y se habla de tránsitos de la sombra.
En esta imagen del Observatorio Griffith se recoge la excepcional ocurrencia simultánea de 2 tránsitos de Satélites (marcados con las flechas verdes) y 3 tránsitos de sombras (flechas rojas)  
- A veces se habla también del tránsito de satélites artificiales, como en esta imagen donde la ISS transita el Sol.
Imagen obtenida (y ampliado el detalle) por Maximilian Teodorescu desde Rumanía en 2018
Recuerdo haber visto uno de estos tránsitos desde el balcón de mi casa, con mi hijo Iván, utilizando un solarscope. Fue una tremenda casualidad que se viera desde aquí, porque solo se aprecian desde una franja de terreno muy estrecha (pocos centenares de metros). Hice una grabación, pero no la encuentro. Fue muy sorprendente la breve duración, de menos de 2 segundos, totalmente diferente a las más de 4 horas de este tránsito de Mercurio.

- Aunque desde aquí no pueden observarse, los robots enviados a Marte nos han enviado estas imágenes de los “eclipses” de sol producidos por sus dos satélites, Fobos y Deimos. Desde luego el de Deimos, más que un eclipse, habría que calificarlo como un tránsito.

Desde la superficie de Marte, Fobos y Deimos transitan por delante del disco solar. Créditos: NASA
- Estos últimos años se han observado los efectos de numerosos tránsitos de planetas extrasolares por delante de sus respectivas estrellas. Aunque es imposible “ver” estas imágenes ya que debido a la lejanía las propias estrellas se ven como un punto, se puede apreciar la disminución de brillo que nos llega de la estrella al estar en parte tapada por el planeta.
Este es uno de los métodos más utilizados para descubrir exoplanetas, y como ejemplo se puede citar el famoso sistema Trappist-1 que se hizo famoso en 2017, cuyos 7 planetas produjeron, durante sus tránsitos, las bajadas de brillo de la estrella que recoge este gráfico.
Gráfico de las variaciones de luz de la estrella Trappist-1, ocasionadas por los tránsitos de sus planetas. En la parte inferior se han representado esos planetas que no se pueden ver directamente. 
Estos datos fueron obtenidos por el astrónomo belga Michaël Gillon y su equipo de la Universidad de Lieja, desde el observatorio de La Silla en Chile.
Solo con los datos que contiene este gráfico, se dedujo la existencia de esos planetas, e incluso sus periodos, tamaños (muy similares al de la Tierra), distancias a la estrella, y como consecuencia la estimación de temperaturas y de ella las posibles condiciones de habitabilidad de 3 de ellos, que les hicieron tan famosos, y sobre los que hablé en "Los cielos de Trrapist1"

Después de que pase este evento del tránsito de Mercurio, y hasta el próximo en 2032, si alguna vez oyes hablar de tránsitos seguro que se refiere a los exoplanetas, que no podrás observar. Por eso, aunque este próximo lunes 11-11 veas el cielo cubierto de nubes, (en España los pronósticos meteorológicos no son buenos) no te desanimes: Siempre lo puedes ver en internet, y además sería muy mala suerte que no surgiera el Sol por algún pequeño claro por la tarde y te permitiera ver el primer planeta como posiblemente nunca lo hayas visto.


ACTUALIZACIÓN Después de ocurrido el tránsito.
  
Aunque en todo momento muy dificultado por la bruma, algo se pudo ver desde mi observatorio favorito en 41.8º N  3.4º W:

Proyección en Solarscope (invertido izquierda-derecha) a las 14:15
 
A través de telescopio refractor a las 16:38

miércoles, 7 de agosto de 2019

Un buen año para unas Perseidas "diferentes" y algo más

Ya se acerca el fenómeno celeste más conocido y más esperado por el público en general: la lluvia de estrellas fugaces Perseidas o “Las lágrimas de San Lorenzo” como popularmente se conocen en muchos lugares; y ya mucha gente va preguntando cuándo y cómo se verán este año. 
En realidad esta lluvia es muy amplia en el tiempo y ya han empezado a verse algunas Perseidas dispersas, pero como en realidad la pregunta suele ser sobre el momento en que más se verán, la respuesta es la madrugada del día 13 de agosto. Y si no hay nubes, merecerá la pena poner el despertador, porque hay algo más.




miércoles, 17 de julio de 2019

Imágenes de una noche de verano

Cumpliendo con la efeméride que celebraba los 50 años del lanzamiento del Apolo XI, el 16 de julio de 2019 tuvo una noche mágica con la Luna como principal protagonista.

En estos casos todos estamos esperando que el Sol, telonero de los espectáculos nocturnos, vaya finalizando su actuación.



El So,ya se va ...

domingo, 14 de julio de 2019

Doble espectáculo

Al igual que el post anterior, publico éste un poco apresuradamente porque la fecha del evento  al que se refiere está muy próxima, y espero irlo completando estos días con aspectos más generales y menos urgentes.

El 16 de julio durante las primeras horas de la noche no tenemos excusa para no mirar al cielo, sobre todo hacia las 23:05 hora oficial en España (21:05 Tiempo Universal), aunque tengamos el cuello dolorido, porque ocurrirán dos espectáculos simultáneos y no hay que levantar demasiado la cabeza.

Como ya relaté en el anterior post, se produce un  eclipse parcial de Luna que podremos disfrutar durante tres horas (sin contar la fase penumbral que apenas se aprecia) y los eclipses siempre son espectáculos que no debemos perdernos. 
En el momento máximo del eclipse la Luna presentará un aspecto similar a esta imagen que corresponde al eclipse del 28-9-15 en cuanto a porcentaje eclipsado y orientación como un cuenco inclinado (visto desde la península Ibérica) , aunque la zona geográfica lunar (por ejemplo los cráteres y mares) iluminada no será la misma.
Además, durante el transcurso del eclipse, casi al cumplirse una hora de su comienzo, será visible la Estación Espacial Internacional, que desde la Península Ibérica se la verá cruzando el cielo durante poco más de 5 minutos, con un brillo superior al de cualquier estrella, por la zona no muy lejana a la posición de la Luna, y siguiendo una trayectoria también cercana a Júpiter, el astro más brillante en esos momentos en el cielo después de la Luna, y competirá con él en intensidad luminosa.
Trazo dejado por el paso de la ISS. Estos pasos son muy llamativos, y más cuando parece acercarse a alguna estrella.

domingo, 30 de junio de 2019

El verano, y las actuaciones estelares en el de 2019

Las estaciones


Antes de nada conviene repasar por qué ocurren las estaciones, o por qué empiezan y acaban en un momento concreto:

La causa de que tengamos esos periodos que se prolongan varios meses en los que la temperatura y condiciones ambientales suele ser tan diferentes es el hecho de que, como suele decirse, el eje de la Tierra está inclinado:

Mucha gente piensa que en verano hace más calor porque estamos más cerca del Sol. En mi opinión esta falsa creencia está muy generalizada debido a que las imágenes que aparecen en la mayoría de los lugares presentan una órbita terrestre exageradamente excéntrica (una elipse muy alargada) donde las diferencias de las distancias al Sol en unos puntos de la órbita y en otros son muy elevadas.
Resultado de imagen de órbita tierra
Imágenes como ésta, tan frecuentes y tan alejadas de la realidad, llevan a muchas personas a una idea errónea del motivo de las estaciones


Pero no es eso:
Como todo el mundo sabe, la Tierra tiene dos movimientos principales, la traslación alrededor del Sol y la rotación alrededor de su eje. Considerando el plano que contiene la trayectoria de nuestro planeta en su traslación alrededor del Sol (el llamado plano de la eclíptica) y el eje de la rotación, nos puede parecer lógico que estos dos elementos geométricos sean perpendiculares entre sí, y así habría sido en todos los planetas si en su formación y evolución no hubiera habido grandes impactos que de alguna manera les dejaron medio tumbados. La inclinación del eje es precisamente la causa de las estaciones.
Estaciones en el hemisferio norte
De hecho solo hay un planeta en el Sistema Solar, precisamente el primero, Mercurio, cuyo eje de giro se ha mantenido prácticamente en la orientación inicial.

Esta inclinación del eje tiene dos consecuencias importantes: 

miércoles, 30 de enero de 2019

Preparando el escenario

El pasado verano los planetas nos ofrecieron espectáculo al principio de la noche, pero la situación ha cambiado y actualmente Marte es el único que nos ha quedado a esas horas. Los demás se están dejando ver en el cielo de madrugada y el Sábado (2-2-19) precisamente antes del alba, hay un nuevo espectáculo celeste, quizás incluso más llamativo que el que la Luna nos brindó el pasado lunes día 21, porque es menos frecuente y se desarrolla de manera más rápida. 

Se trata de una ocultación del planeta Saturno por la Luna. Los protagonistas son los dos astros más fotogénicos vistos con un telescopio sencillo, y además estarán acompañados por otros personajes que ya están preparando la coreografía. Y que en otros escenarios ofrecerán en fechas futuras otras variantes del mismo espectáculo.
El problema vuelve a ser nuevamente la hora, ya que ocurre de madrugada, poco antes de salir el Sol, y en muchos lugares (como los alrededores de donde yo vivo) las previsiones meteorológicas vuelven a ser nefastas.

Pero quienes estos días han madrugado y no han tenido muchas nubes, ya habrán podido observar que hay “movida por el Este” El mismo día del eclipse, al finalizar éste podían verse por la zona opuesta del cielo dos brillantes luceros, Venus y Júpiter muy próximos entre sí. Y al día siguiente, aún más, como se aprecia en esta imagen obtenida desde Málaga por mi colega y amigo Sebastián Cardenete


Los dos astros más brillantes de la noche, aparte de la Luna uno junto al otro, el día 22 que fue cuando más se aproximaron. Antes de ese día Venus estaba más al Oeste, y ahora es al revés. 

Más cercano aún al horizonte Este se encuentra estos días Saturno, no tan brillante y casi pasando desapercibido, pero mucho más espectacular visto con un telescopio, y quizás el protagonista principal de la función que se desarrollará el sábado antes del amanecer.
Y por otro lado está la Luna, que tras su eclipse en fase llena como es de rigor, día a día va disminuyendo dicha fase y acercándose al escenario opuesto al que actuó recientemente, a donde llegará muy fina, solo dos días antes de la luna nueva.


La Luna, Júpiter y Venus, el último ya más hacia el Este, y la Luna acercándose a la zona. Imagen obtenida el día 29, también por Sebastián Cardenete.

domingo, 13 de enero de 2019

La Luna se sonroja otra vez


Parece que la historia se repite, y al igual que en 2018, en el primer mes de este año la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna produciéndose un eclipse lunar, tiñéndose de un tono rojizo nuestro satélite y, también como el pasado año, ocurre cuando la Luna está situada cerca del perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra, a lo que habitualmente se llama “superluna”. 
Aquel del año pasado desde Bilbao no fue visible, pero la imagen no habría sido muy diferente de ésta:

La imagen corresponde a un eclipse con la luna en el perigeo en 2015

Un magnífico espectáculo celeste, que aunque alguien piense que se ha vuelto habitual, no es así, y ésta es la última sesión completa durante unos cuantos años.

Últimamente a estos fenómenos se les ha anunciado con nombres rimbombantes: El año pasado fue la "superluna de sangre azul", y ahora se habla de “superluna de sangre de lobo”. 
Aunque para nosotros será el día 21, y es simultáneo en todos los lugares,
en el Oeste de Norteamérica será aún el día 20.

Antes de nada hay que decir que a los astrónomos en general no nos gustan estos nombres, que solo pueden servir para confundir o crear falsas expectativas que al final sean frustrantes, aunque hay personas, como algún responsable de la NASA que lo defiende, alegando que estos apelativos llamativos pueden hacer que la gente se interese por la Luna y en consecuencia por el espacio.
Incluso muchos titulares son redundantes porque hablan de la coincidencia de 4 fenómenos porque ocurrirá un eclipse total de Luna, que será además una "Superluna de sangre de lobo", cuando en realidad si se habla de luna de sangre se está refiriendo a un eclipse total de Luna.

viernes, 10 de agosto de 2018

Las estrellas fugaces son para el verano


Parafraseando a la conocida obra teatral en cuyo título se mencionaba a las bicicletas, hay que decir que las estrellas también, y sobre todo las estrellas fugaces, son para el verano.

En el Aula de Astronomía donde trabajo, cuando acude algún grupo de adultos aunque sea gente no versada en el tema, siempre hay alguien que  menciona o pregunta por las perseidas, o más frecuentemente “las lágrimas de San Lorenzo” o simplemente por las estrellas fugaces de los veranos.

Les resulta sorprendente oír que no son estrellas ni nada parecido, sino solo pequeños granos de polvo o roca que llamamos meteoroides, procedentes de un cometa, que se queman en la atmósfera ionizándola y produciendo una luz denominada meteoro. Y que hay un motivo claro por el que siempre aparecen por las mismas fechas, precisamente cuando la Tierra pasa por las proximidades de la órbita del cometa.
Imagen publicada por lasexta.com en un artículo sobre las perseidas de este año, que recoge unos cuantos ¿meteoros?
Yo mismo, recuerdo que cuando estaba empezando a adentrarme a este mundo de la astronomía leí un artículo en una revista de información general hablando de esta lluvia, donde se anunciaba como una especie de castillo de fuegos artificiales, y me quedé entusiasmado y ansioso porque llegara la fecha. Había visto alguna estrella fugaz, incluso sentado en algún banco en medio del pueblo donde pasaba los veranos, en aquella época en que la iluminación de las calles era muy precaria (un astrónomo aficionado diría estupenda). Pero eso de que una noche se pusieran de acuerdo y aparecieran tantas, para mí era una novedad.