Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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domingo, 12 de enero de 2020

Fue un eclipse diferente

He cambiado de opinión, y aunque en principio incluí los resultados de la observación del eclipse penumbral de luna en el post anterior en una actualización al final del mismo, entre otras cosas porque era algo breve, he decidido que están mejor aquí en un nuevo post.
Por una parte allí no lo iba a ver casi nadie porque no es habitual entrar a releer algo ya conocido, y por otra porque creo que ya es hora de que escriba artículos mucho más cortitos, más adecuados al smarphone que es donde actualmente la mayoría de la gente se conecta con internet, y donde mis habituales "rollos" se hacen eternos e ilegibles. 
Se que no lo voy a conseguir en la mayoría de los casos, pero a partir de ahora voy a intentar publicar cosas más breves o dividirlas en varias partes.

Ha sido la primera vez que he intentado la observación concreta y completa de un eclipse penumbral. 
Es un fenómeno "menor", nada espectacular comparado con los otros tipos de eclipses, y esto ya lo había comprobado cuando después de finalizar la fase parcial de tantos y tantos eclipses de Luna está uno recogiendo los trastos dando por concluida la observación y hecha un último vistazo a nuestro satélite, más por un tema nostálgico de despedida a la actriz que nos ha proporcionado el espectáculo, que por intentar apreciar la tenue penumbra que aún oscurece ligeramente su rostro.
Porque, a diferencia de otros espectáculos, los eclipses no tienen su apoteosis al final, e incluso muchos espectadores abandonan las gradas en mitad de la segunda parte despreciando esos "minutos de la basura" porque ya no hay nada nuevo que ver, y prácticamente nadie se queda después del "descuento" porque eso de las sutilezas no se lleva.

Bueno, como me conozco, y sé que tengo un "rollo" que te puede aburrir, antes de que dejes de leer pongo unas imágenes que obtuve durante el fenómeno, que es posible que sea lo único que te interese de este post, y unas líneas con mis impresiones sobre lo observado.


En cierta manera hubo suerte con la meteorología en Bilbao porque después de un día totalmente nublado, una vez comenzado el eclipse se fueron abriendo claros y la última parte pudo verse bastante bien.

Cuando se iba aproximando la hora central del eclipse aparecieron algunos claros que dieron cierta esperanza, y finalmente en uno de ellos se coló la Luna que en la foto aparece sobreexpuesta intencionadamente para poder apreciar el entorno con las nubes e incluso los cables eléctricos que adornan la imagen.
Solo pude conseguir algunas imágenes de cierta calidad antes al máximo, a las 19:45. Otras varias estaban afectadas por nubes más o menos ligeras que aunque permitían ver la Luna influían mucho en el tema clave de este eclipse y alteraban los resultados al oscurecer levemente diversas zonas de nuestro satélite, como se puede apreciar en la siguiente foto:

miércoles, 8 de enero de 2020

La Luna en la penumbra

Acaba de empezar el año y ya el cielo nos ofrece el primer fenómeno de cierta envergadura, aunque muchos dirán que no es para tanto: Este viernes 10 de enero, se producirá un eclipse penumbral de Luna.

Será observable desde todos los lugares de la Tierra excepto en América, donde solo se podrá apreciar en Alaska y la parte más septentrional de Canadá.
Imagen tomada el 16-7-19 durante la fase penumbral del eclipse de luna, que será similar a lo que se pueda apreciar este 10 de enero, hacia las 20:10 Hora Central Europea (19:10 T.U,) en el momento del máximo, excepto en la posición de la zona oscurecida.
Como se puede apreciar en la imagen, en estos eclipses la Luna no deja de brillar, en un primer vistazo sigue pareciendo una luna llena como cualquier otra, pero si nos fijamos sobre todo en los minutos centrales del desarrollo del eclipse nos daremos cuenta que no está iluminada uniformemente, sino que hay una zona ligeramente oscurecida. En este caso, visto desde Europa occidental, será la parte inferior derecha.

De todas formas hay que indicar que esa diferencia de brillo en una y otra zona, al observador le pudiera parecer mucho menos evidente que en la fotografía, porque nuestra vista (o mejor nuestro cerebro) no son tan objetivos como la cámara fotográfica y tiende a minimizar las diferencias. De hecho, según qué exposición se le dé a la imagen fotográfica se puede apreciar mejor o peor esa diferente intensidad en la iluminación de las distintas zonas.

No veremos la Luna de un tono rojizo como en un eclipse total, ni una zona brillante frente a otra prácticamente oscura e inapreciable simulando una fase, como en uno parcial. Es algo mucho más sutil porque nuestro satélite no llega a entrar en la sombra terrestre, sino solo en la penumbra.
3 fotos del eclipse del 28-9-2015 tomadas desde Bilbao en las fases total (con el museo Guggenheim en primer plano), parcial y penumbral.
En un eclipse total, como el de estas fotos, se producen sucesivamente las tres fases. Primero la Luna entra en la penumbra (penumbral), luego parte de ella en la sombra (parcial) luego lo hace completamente en la sombra (total), repitiéndose finalmente y de manera simétrica las fases parcial y penumbral. 
Pero en este caso nos queda solo la fase menos evidente como en el siguiente ejemplo:

viernes, 29 de noviembre de 2019

Imágenes de dos encuentros

La conjunción de Venus con Júpiter, y sobre todo la visita de la Luna, bien merecen volver a hablar de ellas una vez que ya han ocurrido, recogiendo ahora fotos del fenómeno.

Habitualmente intento que la mayoría de las imágenes que ilustran los artículos de este blog sean mías, y solo en ocasiones muy puntuales he recurrido a fotos obtenidas por otras personas. Hoy hago una excepción porque, junto con algunas otras, realmente merece la pena recoger especialmente las magníficas imágenes que mi amigo Sebastián Cardenete, vicepresidente de la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía, ha obtenido de la conjunción Venus-Luna-Júpiter desde Málaga. No es la primera vez que incluyo alguna foto de Sebas en el blog, pero ahora son las protagonistas y por ello este post tengo que dedicárselo a él.

A diferencia de algunas ilustraciones del post anterior, en éste todo son fotografías reales; y mientras que aquel fue un anuncio y propuesta de observación, éste se convierte en una crónica ilustrada del reciente espectáculo.

Preciosa imagen obtenida por Sebastián Cardenete desde Málaga ayer 28 de noviembre donde, de izquierda a derecha, Venus, la fina luna de 2 días y Júpiter destacan en el cielo crepuscular.
Aunque solo sea por seguir un orden cronológico, recogeré primero las imágenes del encuentro y sorpasso de Venus con Júpiter, y a continuación las más espectaculares con la visita de la Luna.

1- Acercamiento y relevo:
  
Después de más de un año (desde septiembre de 2018) en que Venus no realizaba sus apariciones vespertinas, pude verlo por primera vez al atardecer del día 21 de noviembre durante un rato en que las nubes que nos han acompañado en Bilbao durante todo el mes nos dieron un respiro. Ya puse imágenes de esta mi primera visión de los dos planetas en el post anterior, pero incluyo ahora otras similares del mismo día para incorporarlas al relato completo:

21 -11-2019 desde Bilbao. Con esta imagen ya cerca de Júpiter (arriba de la foto), se inauguraba para mí la temporada en que el brillante Venus (centro derecha), el astro más destacado en nuestro cielo después del Sol y la Luna, nos ofrecerá fotogénicos atardeceres. Será hasta finales de mayo.
Esta aparición de Venus va a suponer un relevo porque Júpiter, que se  nos viene mostrando desde enero (desde verano al principio de la noche) va a dejar de verse en unos días. Mientras, podemos disfrutar este breve intervalo de atardeceres con los dos brillantes planetas, aunque Júpiter cada vez en peores condiciones una vez que le ha dado el relevo a Venus como “lucero” más destacado.

La situación fue evolucionando:

viernes, 22 de noviembre de 2019

Zeus y Afrodita: Encuentro y espectáculo en trío con Selene.


El próximo jueves día 28, al atardecer, debes mirar al cielo.
Sobre el horizonte Sur Oeste, a baja altura, verás algo muy especial; pero debes estar atento porque el espectáculo no durará mucho.

Será algo parecido a lo que ocurrió hace algo más de 4 años:
Fue el 20 de junio de 2015. Bilbao se engalanaba al cumplirse el aniversario de su fundación, con montajes de luces multicolores por toda la ciudad. Al atardecer, cuando ya se han encendido las distintas atracciones alguien levanta la vista junto a un túnel de luces, y exclama:
- ¿Eso también lo ha puesto el Ayuntamiento?
Una luna creciente acompañada por Venus y Júpiter. Los tres astros más brillantes de la noche se dieron cita para formar una coreografía de luces, y sumarse así a la noche blanca.
Evidentemente la pregunta era solo una bilbainada (exageración presuntuosa) porque todo el mundo sabe que la Luna no cumple ninguna normativa municipal. Pero lo cierto es que con aquel triángulo formado por la Luna y aquellos dos brillantísimos luceros, parecía que los astros se habían sumado a la celebración.

Lo de esta ocasión será parecido, aunque no coincida con la noche blanca bilbaína. Los mismos protagonistas (Selene, Afrodita y Zeus en su versión griega), incluso un poco más próximos entre sí, adornarán el cielo del crepúsculo vespertino, aunque habrá algunas diferencias, que se pueden apreciar en la imagen:


Junto a la imagen real de 2015, un montaje de la situación de este próximo jueves manteniendo la misma escala en las distancias angulares. 
Debido al movimiento propio de la Luna y la posición relativa respecto al horizonte en cada latitud, esta imagen será válida solo para lugares próximos a la península Ibérica. Abajo pongo para otros lugares.
- Este año Luna estará incluso más fina, solo 2 días después de la fase nueva, en vez de 4 como en aquella ocasión. Por ello el espectáculo acabará mucho antes, aproximadamente solo una hora y media después de la puesta de sol para latitudes medias norte o 2 horas si es en el hemisferio Sur.
Por ese motivo, aunque el anterior pudo verse incluso ya entrada la noche, en este caso hay que buscarlo en un cielo todavía brillante, y habrá que estar atentos para no perdérselo.

- La finísima fase lunar hará que incluso en un primer vistazo sea más fácil distinguir a Venus, como un  brillante punto luminoso, que a la propia Luna.

- Los dos planetas estarán un poco más cercanos entre sí. (unos 4º de separación frente a los casi 6 en aquella ocasión de 2015) y, por ello, todo el conjunto estará más recogido y más espectacular.

- La Luna se situará casi en la línea que formen Venus y Júpiter, ligeramente por encima (desde el hemisferio norte), con lo que la figura será un triángulo mucho más puntiagudo que en 2015.

En otros lugares no será exactamente igual:

martes, 19 de noviembre de 2019

Las visitas mensuales de la Luna a Júpiter y Saturno

Con este artículo de hoy voy a intentar volver a una faceta del blog más atractiva y visual.

Porque desde comienzo de este curso 19-20 he recogido de manera continuada aspectos teóricos y difícilmente observables o artículos de opinión sobre cambios y husos horarios.

Y después del último post sobre un fenómeno extraordinario, pero solo al alcance de unos pocos, en esta ocasión hablaré de algo más habitual que nos produce el placer de levantar la vista al cielo y apreciar algo bonito, mucho más fácil de observar y sin duda más fotogénico: Los espectáculos que frecuentemente nos dan la Luna y los planetas. 

Además este post es solo el prólogo de otro que espero publicar este próximo viernes anunciando un fenómeno concreto de éstos, muy llamativo. O incluso dos, o tres.

A la Luna le gusta visitar a los planetas. No pierde la ocasión de hacerlo en cada ciclo, en cada vuelta, y como si disfrutara con las “relaciones sociales” nunca se olvida de los colegas de su compañera la Tierra. O eso es lo que nos parece desde el tercer planeta, donde a estos fenómenos, cuando son muy cercanos, les damos el nombre de "conjunciones"
El día 1 de noviembre mi colega de la AAV Román Almela, a quien dedico este artículo, obtuvo esta preciosa imagen con su móvil desde Castro Urdiales: La Luna situada entre Júpiter y Saturno. Estaba de camino de uno a otro, después de encontrarse con el planeta gigante la noche anterior y a la espera de visitar la joya anillada al día siguiente.

Una de las muchas anécdotas derivadas de ser “el raro ese que se conoce las estrellas” ha sido que en numerosas ocasiones me han hecho una pregunta extraña. Y lo es no solo porque no tiene mucho sentido, porque el día que me lo preguntan no suele ocurrir lo que me refieren, sino también porque incluso la he oído de labios de personas cultas y observadoras:
- ¿Cuál es esa estrella tan brillante que está al lado de la Luna?


La Luna, próxima a ponerse en el horizonte de Bilbao el día 3 de octubre junto a la hilera de farolas,  acompaña Júpiter con quien ha pasado toda la tarde. El planeta casi se confunde con una de las luces.
Aunque es casi seguro que la pregunta indicada se refiera a un planeta, y sin pensarlo demasiado podría responderle, para asegurarme y para hacer recapacitar a mi interlocutor, prefiero hacerlo con otra pregunta:
- ¿Qué día?

Porque de un día a otro la posición de la Luna cambia ostensiblemente de ubicación sobre el fondo estrellado. Al cabo de casi un mes vuelve a repetirse, quizás alguien vuelva a fijarse, y refuerce la idea de que todos los días es así. Las circunstancias no llamativas se olvidan (los días intermedios en que la Luna estaba sola).
Aunque la calidad le la imagen es mala porque la cámara de mi móvil no da para mucho, sirve para reflejar la situación:
Incluso desde el centro de la ciudad, la Luna acompañada por una brillante "estrella" y enmarcada por los árboles y el tejado de un edificio emblemático, invita a fijarse en la situación. ¿Será la misma que la de la otra vez? En este caso si, pero después de haberla abandonado durante casi un mes.
Pero durante todo el verano y lo que llevamos de otoño de este 2019 no ha hecho falta esperar tanto, y dos noches después de haber estado situada la Luna junto a una brillante “estrella” parece que ocurre nuevamente, aunque “la estrella” no haya sido siempre la misma y, por cierto que como he dicho antes, nunca ha sido una estrella, sino un planeta: Primero Júpiter y luego Saturno.
En realidad estas situaciones se llevan produciendo todos los meses desde principio de año aunque hasta junio, de madrugada, seguro que no fueron muy observadas.


También en septiembre, y a pesar de las nubes (o más bien adornada por ellas), pudo verse a la Luna moviéndose hacia Saturno (un puntito a la izquierda de la imagen), después de haberse despedido el día anterior de Júpiter (a la derecha)
Todo esto, por supuesto, es lo que vemos desde aquí, desde el tercer planeta, proyectado en nuestro cielo. Pero sabemos que en realidad la Luna está muchísimo más cerca de nosotros; miles de veces más cerca que Júpiter o Saturno.

La Luna viajera
  
El movimiento de la Luna alrededor de nuestro planeta, completando una traslación cada 27.3 días y un ciclo de fases cada 29.5 (si esto te sorprende te aconsejo que veas el artículo 28 días, el bulo de la Luna) hace que de una noche para otra, además de cambiar ligeramente su fase haya cambiado su posición unos 12º  hacia el Este respecto al fondo estrellado.
Este movimiento está enmascarado por el efecto de la rotación terrestre, mucho más rápido, que hace que la veamos moverse claramente hacia el Oeste, al igual que el Sol y las estrellas, de una manera evidente según pasan las horas, aunque un poquito más despacio que los demás.

La consecuencia de su traslación según pasan los días es que vaya “visitando” diferentes zonas del cielo, diferentes constelaciones y diferentes astros.
Los planetas siempre aparecen situados en una estrecha franja en el cielo, que precisamente corresponde aproximadamente al camino de la Luna. Por eso, para que estos encuentros de la Luna con algún planeta sean frecuentes, solo es necesario que “haya planetas en el cielo nocturno”.


En el verano del año pasado (2018) aparecían 4 planetas escalonados a lo largo de las inmediaciones de eclíptica, marcando claramente la zona donde siempre los encontraremos.
Sin embargo durante varios de los meses anteriores apenas se podía ver ninguno a horas prudenciales.
La Luna sigue siempre su ciclo imperturbable, fácilmente predecible incluso por personas no entendidas en la materia si se fijan durante una temporada, pero la posición de los planetas en principio parece un poco anárquica. Pero solamente lo parece. En otra ocasión explicaré sus ciclos, que visto desde la Tierra pueden ser muy diferentes de sus periodos de traslación.

De los 5 planetas visibles sin ayuda de instrumentos ópticos, como cada uno tiene su ciclo, hay épocas en que no se ve ninguno a horas prudenciales de la noche, y otras que hay uno o varios durante largas temporadas. En esos casos serán visitados por la Luna cada mes, y como los planetas parecen estrellas muy brillantes, estas situaciones pueden ser llamativas.

Esto es lo que ha ocurrido desde principio de 2019 con Júpiter y Saturno, y que se ha podido observar al principio de la noche a partir del mes de junio en todas las lunaciones. El primero situado en la constelación de Ofiuco, cerca de Escorpio y el segundo en Sagitario, constelaciones típicas veraniegas desde el hemisferio norte e invernales desde el Sur.


Imagen tomada en Consuegra el 17-6-19, donde se aprecian Júpiter y Saturno (los dos puntos más brillantes) rodeados de estrellas y cerca de la Luna eclipsada (a la izquierda fuera de imagen) después de completar sus visita mensual a ambos planetas.
Sin intentar ser exhaustivo, sin premeditación, y solo aprovechando las circunstancias casuales y meteorológicas que me lo han permitido, he recogido en estos meses algunas imágenes de las visitas de la Luna a Júpiter.
Son diferentes porque las aproximaciones no han sido siempre iguales, y he aprovechado las más cercanas para aumentar el Zoom y captar detalles de la “viajera”, aún manteniendo a los dos protagonistas en escena.

Una de ellas está “trucada”, pero era importante ponerla por necesidades del guión. A ver si adivinas cuál es.      
El 13 de julio, entre la bruma aparece la Luna y sobre el tejado se intuye Júpiter
El 9 de Agosto, en un cielo limpio

5 de septiembre, dirigiéndose hacia Júpiter (a la izquierda de la imagen)

Al día siguiente, 6 de septiembre, la Luna se deja intuir detrás de las nubes, después de haberse despedido ya de Júpiter, que en contraste aparece muy brillante en un claro. Este mes no se pudo ver muy cerca de Júpiter desde Europa o América, pero sí desde el Pacífico

3 de octubre

31 de octubre
1 de noviembre: Debido al mal tiempo que tuvimos en Bilbao y alrededores, no pude pillarla en su visita a Júpiter, y solo obtuve, al día siguiente, una imagen entre nubes, aproximándose a Saturno (arriba a la izquierda). La foto está sobreexpuesta y por ello la fase parece mayor de lo que era.
No muy lejos, en Castro Urdiales, el cielo estuvo  mucho más limpio y permitió a Román obtener la bonita imagen que abre este post.


La Luna presumida, en cada visita utiliza diferente traje.

Como se aprecia en la serie de fotos de arriba, en cada ocasión la fase lunar ha sido diferente. A partir de la luna casi llena 3 días antes del eclipse de julio, siempre en creciente pero cada vez más fina. 
Esto lo observaremos siempre que nuestro satélite se encuentre con los planetas exteriores, sobre todo Júpiter y Saturno. (También Urano y Neptuno, pero estos no se ven sin telescopio) porque, debido a la traslación de la Tierra, con el paso de los meses la elongación oriental de estos planetas “lentos”  va disminuyendo (el ángulo con que se les ve a la izquierda del Sol, o a la derecha si estás en el hemisferio Sur).

Por ello, a partir de la zona opuesta al astro rey (la Luna, lógicamente estará llena) cada vez los veremos más cerca del Sol (angularmente), y la Luna, cuanto más cerca se vea del Sol muestra una imagen más fina, como se muestra en el siguiente gráfico:


En los diferentes encuentros a partir del que ocurre en luna llena, la fase va disminuyendo.
Este es solo un esquema explicativo y no se han mantenido las escalas en los tamaños ni en las distancias.
Lo contrario ocurre cuando los “encuentros” son visibles más bien de madrugada. Sabemos que la Luna a esas horas solo se ve en menguante, y en ese caso la fase irá aumentando cada mes, mientras que la elongación occidental del planeta va aumentando.


Perspectivas diferentes:
  
Tal como se puede apreciar en la serie de imágenes que he recogido de los pasos de la Luna cerca de Júpiter, ha habido meses en que han visto mucho más próximos entre sí, que otras. A veces pillé a la Luna antes de llegar a las proximidades del planeta gigante, y otras veces después de despedirse de él, a distancias diferentes.
¿Por qué no he recogido precisamente la máxima aproximación en cada uno de los casos?

La razón es que desde mi ubicación concreta, como desde cualquier otra, solo durante unas horas de la noche he tenido por encima del horizonte a la Luna, y evidentemente no siempre ha coincidido con la mayor aproximación.
Un ejemplo claro puede verse en las imágenes del 5 y 6 de Septiembre: en la primera todavía le falta bastante y en la segunda ya se había pasado.

A medida que rota la Tierra, la Luna irá apareciendo en el cielo de diferentes lugares (antes en un lugar situado más al Este que otro). Durante el tiempo que tarda en aparecer sobre el segundo de ellos, ha ido moviéndose alrededor de la Tierra y vista desde aquí se habrá movido respecto a las constelaciones, con o que desde el segundo lugar se verá en el cielo en un punto más hacia al Este.

En los casos en que la "visita" la realiza la luna casi llena, que coincidirían con la oposición del planeta, tendríamos muchas horas de observación y un margen mayor para pillarla en un mejor momento (en esta serie, en los meses de abril a julio), más próxima al planeta, pero cuando la fase es más fina, las horas nocturnas en que puede verse son pocas. 
Siempre habrá un lugar en el tercer planeta donde en ese mejor momento de máxima proximidad sea de noche y además la Luna esté sobre el horizonte, pero puede estar a unos cuantos miles de kilómetros de nuestra casa.

Para el próximo año 2020, intentaré preparar una guía completa previa, de las distintas circunstancias y lugares más adecuados de observación.

Pongo dos imágenes (tomadas de la página https://www.spaceweather.com/) captadas en la misma fecha, la noche  del 30 al 31 de octubre pero desde dos lugares lejanos entre sí (no en el mismo momento)  donde se pudo ver a la Luna y a Júpiter un poco antes y en un momento en que estaban más cercanos, que cuando los pude ver yo. Desde donde yo vivo en ambos momentos era de día, y cuando pude ver a ambos protagonistas la Luna ya se había separado más de Júpiter.


Imagen obtenida por Moaddmed Al Asfoor desde Baréin, poco antes antes de la conjunción
Desde Estocolmo, Peter Rosen obtuvo esta otra, posterior a la conjunción.
En ambas imágenes se puede distinguir a Ganímedes, el mayor satélite de Júpiter.

Además de este tema debido al horario, o momento en que es de noche en diferentes lugares, está el tema del paralaje, si los lugares de observación son muy distantes: Aún siendo visible la Luna simultáneamente en ambos, desde cada uno de ellos aparece ligeramente desplazada en fondo de estrellas respecto al otro, y también respecto a los planetas..




Las próximas veces
  
La próxima vez, que la Luna se encuentre con Júpiter será el 28 de noviembre. Será la última de esta serie ya que al mes siguiente (en diciembre) el planeta gigante estará casi en la misma dirección que el Sol, y será inobservable.
Pero será, sin duda, la mejor. Muy espectacular por dos motivos. Pero no quiero adelantar acontecimientos ni desvelar las claves tan pronto. El siguiente post, que espero publicar este próximo viernes, irá dedicado íntegramente a esa situación y a dos aspectos relacionados con ella.

Casualmente, esta serie de visitas de la Luna a Júpiter han coincidido dentro del mismo año ya que la primera fue en enero, cuando Saturno todavía estaba casi detrás del Sol y la última, como digo, el último jueves de este mes de noviembre. No te la pierdas.
Por cierto, que la siguiente serie, ya en 2020, promete mucho porque Júpiter y Saturno estarán más cercanos entre sí, y la Luna les visitará prácticamente a la vez. Empezará en febrero, concretamente el día 20, y la última visita será en diciembre. También dentro del año 2020 la serie completa.

Pero es que además ese año toca Marte. Que, con sus mejores galas, hará la competencia a nuestra pareja, con ventaja.
Atención a la madrugada del 18 de marzo cuando la Luna encontrará reunidos a los tres, y en una sola noche cumplirá con sus “obligaciones sociales” de visitarles. Un amanecer que no hay que perderse. También será sugerente el del 15 de abril.
Va a ser un año de madrugones (al principio), búsqueda de lugares despejados, y cámara de fotos preparada. Posiblemente merezca la pena que lo detalle más cuando vaya a empezar la temporada, ju to con detalles técnicos que hoy han quedado en el tintero.

Antes de acabar, y no dejarte con la intriga, la solución de la pregunta sobre mi “trampa” o montaje en una de las fotos de la Luna y Júpiter: La imagen trucada era la del 13-7. la Luna entre la bruma es del día siguiente cuando Júpiter estaba fuera de campo y lo he añadido en la posición que debió ocupar respecto a la Luna el día 13, por encima de las nubes que me impidieron verlo.

Y ya sí, lo último y muy importante: si estás leyendo este post antes del viernes 22 de noviembre (de 2019). No te olvides de buscar el que voy a publicar ese día, o probablemente te perderás el (los) espectáculo(s)

domingo, 13 de octubre de 2019

La luna del cazador


Siguiendo la excusa del desarrollo de una clase, recojo hoy un bulo que se suele difundir todos los años por estas fechas, y que podría dar lugar a una de las situaciones que frecuentemente se producen en las aulas:
Ante una noticia o hecho curioso que pueda estar relacionado (más bien poco que mucho) con tu asignatura, y casi con el único objetivo de hacerte perder el tiempo, aunque en ocasiones también de saciar su curiosidad, te preguntan al comienzo de la clase sobre ello e intentan estirar al máximo la duración de la explicación del asunto.

Las frases atribuidas al alumnado están en cursiva y en azul.

- Profe: ¿Pueden verse a la vez dos soles, como en esta foto?

Una insólita imagen que se hizo viral en las redes sociales mostraba dos "soles" brillando simultáneamente.

- Cómo vas a ver dos, si solo hay uno.

Bueno en otros sistemas estelares hay estrellas dobles, o triples…(múltiples) y desde uno de sus planetas podrían verse simultáneamente, pero aquí no. En nuestro Sistema Solar, sol no hay más que uno.
Carl Sagan imaginó este planeta con dos soles en su conocida serie “Cosmos”. También desde el exoplaneta más cercano a nosotros, Próxima b, se verán tres soles porque además de su estrella brillarían como tales alfa y beta Centauri.

- Pues en Canadá han visto dos. A mí me lo han pasado en un whatsapp.
 - Y a mí ¡Mira, profe!
- Y yo lo he visto en Twitter

- Si. A mí también me ha llegado, pero es mentira. ¿Todavía no os habéis enterado que internet y las redes están llenas de noticias falsas y bulos absurdos?
Y éste ya lleva tiempo:

domingo, 25 de agosto de 2019

La Luna de día


El principal atractivo de este post pueden ser las imágenes porque a pesar de mis intenciones, me ha quedado un pelín largo, poco apropiado para leerlo detenidamente en estas fechas veraniegas. Si te aburres con el texto te sugiero que mires solo las fotos con su pie explicativo.

El símbolo de la noche, ¡también se ve de día!


Desde el “Campo de Volantín” el 22-8-19 por la mañana. Todas las fotografías de este post las he obtenido desde Bilbao o desde Araúzo de Torre.

Siempre se ha asociado la Luna con la noche. Desde algunas canciones populares hasta los logotipos de las predicciones meteorológicas.

 Se utiliza la imagen de la Luna como un logotipo para indicar las horas nocturnas, aunque en la fecha de la imagen precisamente estará por encima del horizonte solo durante el día.

Hace unos días, un programa de radio dedicado a nuestro satélite, comenzó con una adivinanza de una niña, en la que entre otras pistas decía que era “algo que solo se ve por la noche”. La respuesta, por supuesto, era La Luna.

Pues no:

miércoles, 17 de julio de 2019

Imágenes de una noche de verano

Cumpliendo con la efeméride que celebraba los 50 años del lanzamiento del Apolo XI, el 16 de julio de 2019 tuvo una noche mágica con la Luna como principal protagonista.

En estos casos todos estamos esperando que el Sol, telonero de los espectáculos nocturnos, vaya finalizando su actuación.



El So,ya se va ...

miércoles, 30 de enero de 2019

Preparando el escenario

El pasado verano los planetas nos ofrecieron espectáculo al principio de la noche, pero la situación ha cambiado y actualmente Marte es el único que nos ha quedado a esas horas. Los demás se están dejando ver en el cielo de madrugada y el Sábado (2-2-19) precisamente antes del alba, hay un nuevo espectáculo celeste, quizás incluso más llamativo que el que la Luna nos brindó el pasado lunes día 21, porque es menos frecuente y se desarrolla de manera más rápida. 

Se trata de una ocultación del planeta Saturno por la Luna. Los protagonistas son los dos astros más fotogénicos vistos con un telescopio sencillo, y además estarán acompañados por otros personajes que ya están preparando la coreografía. Y que en otros escenarios ofrecerán en fechas futuras otras variantes del mismo espectáculo.
El problema vuelve a ser nuevamente la hora, ya que ocurre de madrugada, poco antes de salir el Sol, y en muchos lugares (como los alrededores de donde yo vivo) las previsiones meteorológicas vuelven a ser nefastas.

Pero quienes estos días han madrugado y no han tenido muchas nubes, ya habrán podido observar que hay “movida por el Este” El mismo día del eclipse, al finalizar éste podían verse por la zona opuesta del cielo dos brillantes luceros, Venus y Júpiter muy próximos entre sí. Y al día siguiente, aún más, como se aprecia en esta imagen obtenida desde Málaga por mi colega y amigo Sebastián Cardenete


Los dos astros más brillantes de la noche, aparte de la Luna uno junto al otro, el día 22 que fue cuando más se aproximaron. Antes de ese día Venus estaba más al Oeste, y ahora es al revés. 

Más cercano aún al horizonte Este se encuentra estos días Saturno, no tan brillante y casi pasando desapercibido, pero mucho más espectacular visto con un telescopio, y quizás el protagonista principal de la función que se desarrollará el sábado antes del amanecer.
Y por otro lado está la Luna, que tras su eclipse en fase llena como es de rigor, día a día va disminuyendo dicha fase y acercándose al escenario opuesto al que actuó recientemente, a donde llegará muy fina, solo dos días antes de la luna nueva.


La Luna, Júpiter y Venus, el último ya más hacia el Este, y la Luna acercándose a la zona. Imagen obtenida el día 29, también por Sebastián Cardenete.

domingo, 13 de enero de 2019

La Luna se sonroja otra vez


Parece que la historia se repite, y al igual que en 2018, en el primer mes de este año la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna produciéndose un eclipse lunar, tiñéndose de un tono rojizo nuestro satélite y, también como el pasado año, ocurre cuando la Luna está situada cerca del perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra, a lo que habitualmente se llama “superluna”. 
Aquel del año pasado desde Bilbao no fue visible, pero la imagen no habría sido muy diferente de ésta:

La imagen corresponde a un eclipse con la luna en el perigeo en 2015

Un magnífico espectáculo celeste, que aunque alguien piense que se ha vuelto habitual, no es así, y ésta es la última sesión completa durante unos cuantos años.

Últimamente a estos fenómenos se les ha anunciado con nombres rimbombantes: El año pasado fue la "superluna de sangre azul", y ahora se habla de “superluna de sangre de lobo”. 
Aunque para nosotros será el día 21, y es simultáneo en todos los lugares,
en el Oeste de Norteamérica será aún el día 20.

Antes de nada hay que decir que a los astrónomos en general no nos gustan estos nombres, que solo pueden servir para confundir o crear falsas expectativas que al final sean frustrantes, aunque hay personas, como algún responsable de la NASA que lo defiende, alegando que estos apelativos llamativos pueden hacer que la gente se interese por la Luna y en consecuencia por el espacio.
Incluso muchos titulares son redundantes porque hablan de la coincidencia de 4 fenómenos porque ocurrirá un eclipse total de Luna, que será además una "Superluna de sangre de lobo", cuando en realidad si se habla de luna de sangre se está refiriendo a un eclipse total de Luna.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Toca mirar la Luna


El sábado 20 de octubre de 2018 se celebra el día internacional de observación de la Luna.

Como años anteriores, en este día se trata de fomentar la observación del cielo a partir del astro más fotogénico y se hace como siempre un sábado cercano a la luna creciente porque así nuestro satélite se presenta atractivo y es visible al principio de la noche, a las horas más adecuadas. para que cualquiera pueda verlo.

Ya expliqué esto el pasado año detallando las razones, incluí unas magníficas imágenes de José Manuel Pérez Redondo y, como no tiene sentido repetirlo, si no lo leíste puedes hacerlo ahora en este enlace

En esta ocasión voy a aprovechar la efeméride poniendo una selección de fotos que he obtenido yo a lo largo de los últimos años. Muchas ya han aparecido en este blog, pero hoy hago una recopilación y, a diferencia de otros artículos, daré protagonismo a las imágenes, porque de lo que se trata es de eso: observar la Luna.


Para empezar, dos imágenes donde no se ve la Luna pero se intuye. 
La luminosidad en horizonte indica que la Luna está a punto de salir

Parte de su silueta recortada ante el Sol durante el eclipse del 21-8-17

martes, 18 de septiembre de 2018

Viendo puestas de sol y salidas de la luna


Al principito, de la obra de Antoine de Saint Exupéry, que vivía en el asteroide B612,  cuando estaba triste le gustaba ver puestas de sol sentado en una silla.
Pero no se conformaba con una, sino que veía varias seguidas, en una ocasión hasta 43, un día que debía estar realmente muy triste


Seguramente ya sabrás que en este libro aparecen varios personajes que viven en pequeños asteroides. La mayoría son situaciones imposibles en cuanto a los aspectos astronómicos pero que, aparte de los mensajes que la obra contiene, puede dar mucho juego a la hora de hablar o elucubrar situaciones diversas.

El principito podía hacerlo con solo adelantarse un poco tras haber contemplado como se iba el Sol porque la curvatura de su pequeño asteroide le permitía ver de nuevo al astro rey retroceder ascendiendo sobre el horizonte por donde se acababa de ir mientras él se movía con la silla hacia adelante, hasta un lugar en que todavía fuese de día, y volviendo a sentarse le veía nuevamente cómo se ponía.

Hay que reconocer que las puestas de sol son estéticas, y tienen un punto casi mágico con el paso del día a la noche. A mí siempre me había dado mucha envidia el principito, hasta que hace poco caí en la cuenta de que nosotros también podemos ver varias puestas de sol seguidas en nuestro planeta si buscamos un sitio adecuado, aunque a diferencia de él deberíamos mover la silla hacia atrás.


Si tu motivación es la misma que la del personaje de Saint Exupéry, espero que no lo hagas muchas veces. Desde luego el principito podría hacerlo sin límites, pero nosotros no, y no solo por la incomodidad de caminar llevando la silla hacia atrás con el riesgo de tropezón.