En este y en el próximo post voy a hablar de una
circunstancia que tuvo una importancia decisiva en la historia de la ciencia y
en el avance del conocimiento humano, y que aunque por esa trascendencia histórica pudiera parecer algo excepcional, ocurre con relativa frecuencia y es observable
en el cielo por cualquier persona.
Un fenómeno que estas próximas semanas, si te fijas bien, te
va a ser muy fácil de apreciar incluso mirando directamente desde una ventana
de casa que esté orientada hacia el Sur o Sureste.
Me estoy refiriendo a la
retrogradación planetaria, origen de la revolución Copernicana.
En este post te voy a presentar a los protagonistas del evento,
que precisamente en esta ocasión son dos astros en realidad muy diferentes pero
a la vez muy parecidos, y que mantienen una curiosa relación entre sí. En el
próximo, que publicaré dentro de 3 o 4 días, entraremos en detalles de lo que
se traen entre manos. Se verá en qué consiste el fenómeno.
La retrogradación de Marte (o de otro planeta exterior) se
produce en las semanas próximas a su oposición. Tal como puedes ver en esta entrada anterior, las oposiciones de Marte se producen cada poco más de
dos años y en cada ocasión el cuarto planeta está en diferente lugar de su
órbita, por lo que el fenómeno se observa teniendo como fondo una constelación
diferente. Acaba de ocurrir la oposición y ahora precisamente, la
retrogradación ocurre en Escorpio, donde Marte tiene a su rival.