Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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viernes, 3 de abril de 2020

La estrella de este invierno prorroga sus actuaciones (2)

Comenzaba la primera parte de este artículo con una imagen que ilustraba un símil que suelo utilizar frecuentemente porque creo que, efectivamente, para quienes nos gustan estos temas el cielo es un escenario en el que los astros realizan diversas actuaciones, casi siempre con matices diferentes pero siempre atractivas. 

Aunque sé que para algunos lectores puede ser algo empalagoso, voy a seguir en esta línea al comienzo de este post, aunque sea la última vez. Quienes prefieren datos técnicos tienen el habitual anexo al final “Si quieres saber más” con elementos “más serios” para leer o darle vueltas a los asuntos de mecánica celeste durante un rato en esta época de confinamiento. 


Por ejemplo comienzo con esta imagen que he obtenido hace apenas unos minutos con Venus, nuestra “estrella” de este invierno, en el cúmulo de Las Pléyades, incordiando a las siete hermanas, o quizás solo se acercó a ellas para darles consejos “de mujer a mujer” ante el acoso que sufrían por parte del gigante. 

3 de abril. He esperado a publicar este post para incluír esta bonita imagen, recién obtenida desde una ventana de mi casa. 

Pero la historia empezó hace meses: Antes del comienzo del invierno, Venus ya ofrecía espectáculo junto con otros artistas 
La imagen de la Luna, Venus y Júpiter, casi en línea, el 29 de noviembre es un ejemplo de ello. 


Si el segundo planeta fue el protagonista en el escenario celeste, en ocasiones acompañado, también actuó en los exteriores del teatro. 
Otro montaje de un escenario, con la imagen real de Venus y la Luna sobre el castillo de Cardona (el 26 de febrero), y una imagen de Venus sobre la fachada del prestigioso teatro Arriaga de Bilbao (el 15 de enero) 
En esta historia, el segundo planeta tuvo unos teloneros de Lujo (el quinto y el sexto), actuando en el mismo escenario de los cielos de nuestro tercer planeta. 
Las semanas previas al comienzo de la aparición vespertina de Venus, los horizontes Sur y SurOeste tuvieron a Júpiter (el punto más brillante a la derecha de la imagen) y a Saturno (A la izquierda rodeado por estrellas de Sagitario), como astros más destacados al principio de la noche. Imagen del 25 de octubre.
Pero a finales de noviembre, dieron el relevo a la principal estrella del crepúsculo, que comenzó haciendo un dúo con su predecesor 
21 de noviembre. Venus comienza a verse estos días en el crepúsculo vespertino, cerca de la posición de Júpiter. 
La aparición de Venus sorprendió a algunos, que en un lógico despiste pensaron que seguían actuando los teloneros, cuando en realidad ya había aparecido “la figura”. 
En cielos crepusculares, al no resaltar tanto el extraordinario brillo de Venus y ni siquiera distinguirse el más débil (Saturno ya un tanto alejado de la zona) la pareja Venus-Júpiter pudo confundirse con las imágenes que se habían visto, semanas atrás, de Júpiter-Saturno. (Álava, 24 de noviembre) 
Esos días hubo una actuación magistral con tres actores, incluída la Luna, que fue recogida en “Imágenes de dos encuentros”, que para no hacerme más pesado y redundante omito aquí, pero puedes verla en el enlace. 


Pero enseguida a nuestra protagonista la dejaron sola entre las cortinas del escenario 


El 30 de noviembre Júpiter aparece junto al horizonte, en sus últimos días de visibilidad vespertina, mientras Venus destaca en esta foto junto a una llamativa cortina nubosa. 

Sin duda, Afrodita (Venus) ha realizado los mejores números con Selene, de los que ya he recogido varios ejemplo en otras ocasiones. Aquí simplemente voy a poner el baile con intercambio de posiciones junto a las luces del borde del escenario. 
Imágenes de Venus y la Luna los días 28 y 29 de diciembre antes de su ocaso sobre la hilera de luces que bordea el horizonte.

Y esta otra con un marco que, a pesar de los elementos urbanos de primer plano, merece la pena. 


Venus y la Luna sobre la torre del museo Guggenheim y el puente de la Salve



Aunque, en solitario en este mismo lugar, Venus contrasta más con el colorido del puente. 

Bajo el arco inferior y en el centro del superior
He obtenido muchas imágenes de Venus desde diferentes lugares de Bilbao. La aparición en ellas de este astro puede parecer solo un complemento o una excusa para mostrar las fotos que recojan los distintos rincones de la ciudad, pero creo que precisamente por ser un elemento que habitualmente no está ahí, el segundo planeta es el protagonista de las imágenes. 
Todas estas fotos que pongo a continuación fueron tomadas el 7 de marzo, el último fin de semana en que nadie nos aconsejara quedarnos en casa.



Paseando por el parque de Doña Casilda, pude captarlo en distintas tomas. 


También junto al museo Guggenheim 


Y en otros lugares llamativos 


Todavía le queda a Venus un mes y medio de actuaciones y seguro que se podrá ampliar la colección de imágenes sin tener que recurrir a la ventana. 

De momento, también para ver los astros, QUÉDATE EN CASA 


Posiblemente ésta sea la temporada que más público ha congregado hasta ahora

Lógicamente Venus siempre tiene más público en las apariciones vespertinas que en las temporadas en que aparece de madrugada, cuando nos dirigimos apresuradamente hacia nuestras ocupaciones o estamos todavía durmiendo. Pero posiblemente éste sea el año en que más espectadores ha tenido. Desde luego a mí ha sido cuando más gente me ha preguntado sobre “qué era eso”, con diferencia. 

Venus tiene un periodo sinódico de 584 días, por lo que cada poco más de 19 meses se repiten sus posiciones respecto a la Tierra, y también, concretamente, las apariciones vespertinas, que es en lo que estamos ahora. 
Como ese periodo es un poco más de año y medio, si en esta ocasión la aparición vespertina ha coincidido en invierno (en el hemisferio norte), la anterior fue en verano, y retrocediendo una más, (algo más de 3 años) llegamos a la del 2016-17 también cerca del invierno pero un par de meses antes (algo más de 38 meses, es decir 3 años y 2 meses) 

Podría haber varios factores que hayan motivado el que la gente se haya fijado tanto en esta ocasión: 

- El periodo de visibilidad ha estado centrado en el invierno, aproximadamente desde mediados de noviembre, y estará hasta mediados de mayo. En invierno anochece pronto y a todos nos ha pillado caminando por la calle, bien paseando o volviendo del trabajo. En verano la noche empieza muy tarde (y más con el cambio de hora), y la gente que sale a esas horas suele ser para sumergirse en zonas con mucha iluminación artificial. 

El camino del segundo y tercer planeta esta temporada (que teóricamente empezó tras la conjunción inferior del 14-8-2019, pero hasta noviembre no pudo observarse fácilmente) lo he representado en este gráfico: 


He recogido los tramos desde el 15-11 hasta 15-5, por redondear fechas (con más de 25º de elongación) que es lo que durarán aproximadamente las actuaciones, aunque puede variar algo según la latitud por el tema de la inclinación de la Eclíptica por el Oeste, la con figuración del horizonte local, la limpieza del cielo y los medios utilizados para su observación. Por supuesto, con mucho cuidado, el intervalo se puede ampliar. 

- Sin embargo debo decir que lo ideal, por el mencionado tema de los horarios, no es que la temporada esté centrada en el invierno, sino en el equinoccio de invierno, hacia el 22 de diciembre. Y en este sentido, la anterior temporada vespertina, en 2016-2017 estuvo mejor situada pero no recuerdo que hubiera tantos espectadores. 

Quizás sea porque, al menos en mi región, las condiciones meteorológicas de este año han sido excepcionalmente buenas, con un montón de días despejados, mucho más que otras veces. Y no solo eso, sino también las temperaturas más elevadas que invitaban a salir a pasear ¿El cambio climático?
En estos dos diagramas se recogen las horas de sol y la cantidad de lluvia, que aunque no son los factores clave (lo sería la ausencia de nubes al principio de la noche), son dos indicadores muy clarificadores. En Bizkaia, en esta temporada vespertina de Venus y en la anterior:
-En el primer gráfico solo se recogen datos hasta el comienzo de marzo de este año.
-Exceptuando el primer tercio (cuando Venus era visible durante pocas horas) en el periodo actual ha habido menos nubes. El excepcional mes de febrero con temperaturas veraniegas que invitaron a pasear, aún sin confinamiento, fue otro elemento clave, y la casi ausencia de lluvias es un indicador. Parece que la escala  de precipitación es ¿diferente en ambos graficos?
-De todas formas, la sensación "subjetiva" ha sido de una mayor diferencia que lo que reflejan las gráficas.
- Pero hay otro factor que favorece la situación de este año frente a aquél, para los lugares del hemisferio norte donde yo vivo, y es que por ocurrir en esa época, al menos la segunda parte de la temporada Venus ha estado en constelaciones del hemisferio norte celeste (ahora está en Tauro) y con la eclíptica muy inclinada al anochecer. 

Por ello se ha visto mucho más alto en el cielo que en 16-17 cuando en su intervalo de visibilidad vespertina (con los mismos criterios que he utilizado en ésta podría decirse que duró desde el 7-9-2016 al 8-3-2017) estuvo casi todo el tiempo en el hemisferio sur celeste (de las constelaciones de Virgo a Piscis) 

Para volver a tener unas condiciones similares a las de éste año, habrá que esperar hasta 2027-2028 en que la conjunción inferior será el 12-8-2027 y por ello será casi idéntica a la actual, con solo 2 días de diferencia, debido a la resonancia entre los periodos de traslación del segundo y el tercer planeta. Quizás hable alguna vez de este tema. 

El factor de la climatología en esa época futura no se puede prever, aunque por el bien del planeta quizás sería mejor si fuera menos favorable que en este caso.

Y luego...

De cara al futuro, aunque he dado la fecha de mitad de mayo como las últimas oportunidades para ver cómodamente a Venus antes de su conjunción inferior que ocurrirá el 4 de junio, con métodos adecuados podría continuarse su observación y apreciar lo más llamativo que nos ofrece este planeta:
Al acercarse a la Tierra (en esa conjunción inferior) el tamaño aparente de Venus aumenta enormemente y sus finas fases dan una imágenes muy atractivas a través del telescopio o incluso con prismáticos que se pueden utilizar inmediatamente después de ponerse el Sol o incluso antes. Pero si lo intentamos aún de día hay que tener muchísimo cuidado para no dañar la vista, dada la proximidad al astro rey.

Luego no tendremos que esperar demasiado para volver a ver al segundo planeta, pero ya de madrugada, porque estos periodos de no visibilidad desde la elongación Oeste a la elongación Este (de la aparición vespertina a la matutina) son muy breves (en observaciones a simple vista, de unas 3 semanas), a diferencia del paso opuesto, que puede durar 3 meses, como se puede deducir de este gráfico que ya he utilizado alguna otra vez.


Si. Esta batalla de la pandemia la vamos a ganar y llegará un día en que tras madrugar para ir al trabajo (probablemente con un ánimo mucho mejor que antes porque valoraremos el poder hacerlo) levantaremos la vista al cielo y veremos a la "estrella" de este pasado invierno, transformada en "el lucero del alba".

domingo, 29 de marzo de 2020

La estrella de este invierno prorroga sus actuaciones (1)

He dividido este artículo en dos partes, y esta primera es solo una introducción. 

Aunque no sea una estrella lo parece, y sin duda el planeta Venus ha sido el protagonista, “la estrella” en términos de espectáculo, para toda aquella persona que haya alzado la vista al escenario del cielo, en cualquiera de las numerosas noches invernales despejadas que hemos disfrutado en esta estación de climatología casi veraniega que acaba de concluir.
Montaje con una imagen real de Venus del 26 de enero, sobre el horizonte de Bilbao.
Mucha gente me ha preguntado sobre “cuál es esa estrella tan brillante que se ve al principio de la noche”. Algunos, que de esto ya saben un poco, me preguntaban por la identidad de ese “lucero” o ese “planeta”. 

Entre las varias anécdotas que ha protagonizado nuestra estrella, un día paseando por la ciudad, había una señora que no paraba de echarle ojeadas. Caminaba en la misma dirección que yo, pero de vez en cuando se paraba a mirarlo atentamente. Cuando coincidimos esperando en semáforo, no me reprimí y le dije “es el planeta Venus”. “Pues yo pensaba que era un dron. Y ¿por qué brilla tanto?"
15 de enero. A pesar de la gran contaminación lumínica de la ciudad, la brillante luz de Venus destacaba incluso entre edificios, árboles y farolas. Fue en este paseo, y en esos momentos, donde me ocurrió la anécdota del dron.
Otros me decían que veían todos los días desde su casa un satélite muy brillante, e incluso le habían puesto nombre: “Si, el Meteosat” o alguno de mi generación me dijo: “La estación Mir”. Bueno, esos no se ven; el primero es demasiado débil, y el segundo ya hace años que desapareció. Por el brillo podría confundirse con la ISS, pero a ésta se la ve moverse y en menos de 5 minutos se marcha, mientras que Venus se mantiene visible durante varias horas. 
Además de otras varias fechas, el 8 de febrero Venus recibió la visita de la Estación Espacial Internacional, encontrándose los dos objetos más brillantes en el cielo en esos momentos. 
Durante los escasos segundos que duró la exposición fotográfica, la ISS deja un pequeño trazo a la derecha del segundo planeta que aparece entre la tenue cortina de nubes. 

En realidad la imagen fue bastante más oscura, pero el tiempo de exposición y la sensibilidad ISO utilizada para captarla, la hacen más luminosa hasta incluso saturar Venus. 

Pero hablando solo de astros, Venus es en las noches sin Luna, el objeto más brillante,  mucho más que cualquier estrella. 
A pesar de la enorme contaminación lumínica "desde mi casa en época de aislamiento", recojo esta zona de cielo donde justo en los bordes laterales de la imagen (es todo lo que daba el gran angular de mi cámara), a la derecha Venus y a la izquierda Sirio, la estrella más destacada del cielo. Entre ambas, aparece la espectacular constelación de Orión y se pueden intuír los cúmulos de las Híades y las Pléyades 


Venus es tan brillante, que incluso en condiciones favorables puede verse de día a simple vista siempre que sepamos exactamente dónde está. Yo recuerdo haberla visto claramente en varias ocasiones, una de ellas en que era muy fácil encontrarla justo tras terminar una ocultación por la Luna que había seguido con telescopio. 
También con la referencia de la Luna obtuve esta imagen ayer mismo, aunque ya mi vista ha perdido agudeza como para verlo directamente.
El 27 de marzo, cuando el Sol todavía estaba por encima del horizonte. Se puede distinguir a Venus en la parte superior derecha de la imagen, en posición casi simétrica a la Luna respecto al centro de la foto.
Te propongo un reto para el día 26 de abril en que se producirá el único bis de este tipo fuera ya del invierno: Si tienes el cielo despejado, intenta ver Venus antes de ponerse el Sol, aprovechando que la Luna volverá a estar cerca.

Pongo dos referencias desde las zonas que Google me dice que tengo más lectores, en momentos en que el Sol ya está suficientemente bajo y es más fácil: la península Ibérica sobre las 18:30h o 19h o desde el Río de la Plata y lugares no demasiado lejanos, sobre las 16:30h o 17h (hora oficial en cada caso). Las posiciones son las del siguiente gráfico y las distancias entre la Luna y Venus serán incluso un poco menores que en esta ocasión de marzo (que fue de 10º). 
Ayudándote del gráfico inténtalo. El tamaño de la Luna puede servir de referencia, o un puño cerrado alargando totalmente el brazo que abarca unos 10º.
Posiciones relativas de la Luna y Venus el 26 de abril, poco antes de ponerse el Sol. Por supuesto, unos prismáticos pueden ayudar a localizarlo y comprobar la posición, pero luego se puede intentar ver a simple vista. 

Tanto la posición relativa como la distancia son diferentes en los dos casos por la diferencia de latitud y sobre todo porque pasan varias horas de la una a la otra y la Luna ha cambiado de posición.

Las actuaciones durante esta temporada han tenido diversas coreografías y escenarios, pero de todas ellas sin duda elijo esta imagen que capté el 23 de diciembre desde Benidorm    ¡Tiempos aquellos, en que no había confinamiento!
Aunque pueda pensarse que se ha coloreado exagerando los tonos, la foto es tal cual, tomada en modo normal y la sensación (casi irreal) en directo fue aún más espectacular y colorista. 
Después de su extraordinaria interpretación de este invierno, Venus prorroga sus actuaciones. No es que, al igual que otros espectáculos o deportes se retrase su final por el coronavirus, porque ya antes de surgir la pandemia sabíamos que iba a seguir hasta Mayo. Es que al igual que al finalizar la mayoría de las actuaciones musicales, el público pide un bis (o varios) sabiendo de antemano que aunque no los pidiera los artistas los van a ofrecer. 

De hecho, ya hay imágenes de estos bises, y ayer mismo, además de la foto en pleno día que he puesto antes, hubo luego una memorable actuación con la Luna y las Pléyades como aristas invitadas. 
El 28 de marzo Venus completa un triángulo, con vértices de brillo desproporcionado, junto a la Luna y el cúmulo abierto de las Pléyades (el débil cúmulo se intuye, cerca del borde superior de la imagen encima -y un pelín a la izquierda- de Venus) 
Y si buscamos su intimidad, aunque sea forzando la exposición, 
En esta otra imagen, más luminosa, aunque la Luna aparece sobreexpuesta se aprecia mejor su luz cenicienta y las Pléyades. 
El próximo 3 de abril Venus atravesará de pleno el cúmulo de las Pléyades, delante de mi ventana. A ver si no se esconden púdicamente tras las nubes y se puede cotillear

La segunda parte de este artículo puede leerse clicando aquí en el enlace.

miércoles, 29 de enero de 2020

¡Exhibicionistas!

Al igual que el anterior, también este artículo es muy diferente del resto del blog. No solo porque casi todo son imágenes, sino porque está escrito en un registro especial, en sentido figurado que me lo ha provocado, con su comentario de ayer en Facebook recogiendo una poesía de Rubén Darío sobre Venus, mi amigo M. A. Cidraque, a quien estoy obligado a dedicar este post.


Aunque el exhibicionismo en algunos casos esté fuera de lugar, Venus y la Luna (quizás ocultas tras sus divinas identidades de Afrodita y Selene), no se suelen reprimir en sus encuentros mensuales.

Ya recogí en este blog la previa y la crónica del espectáculo que nos dieron el pasado noviembre, y ahora aprovecho para publicar unas cuantas imágenes que he obtenido en esta nueva ocasión.

La víspera

Ya el lunes, el día anterior a su máxima aproximación, aún sin acercarse demasiado estuvieron merodeando la zona, quizás estudiando el lugar más propicio para sus fechorías. Mucha gente me ha dicho que las vió y las redes sociales están llenas de sus imágenes ...
Durante el atardecer del lunes 27 la fina Luna y Venus llamaban la atención brillando en el cielo espectacularmente, sobre el horizonte Oeste.
... y no se intimidaron a pesar de estar vigiladas por el helicóptero policial que merodeaba por allí ...
En Bilbao un helicóptero se sumó a la coreografía celeste.

... O incluso más tarde cuando ya la oscuridad se acercaba, y viendo que no se separaban les marcó  líneas rojas infranqueables.
El helicóptero vuelve a pasar entre los dos astros y deja una curiosa marca de luz roja mientras dura la exposición de la foto

Pero ellas consiguieron darle esquinazo camuflándose entre los claros de las nubes
 Aunque las nubes hicieron acto de presencia, las imágenes no perdieron su encanto sino todo lo contrario.
El día d

Pero llegó el martes 28, el momento del encuentro más cercano, y nada ni nadie les impidió exhibirse descaradamente de manera voluptuosa y espectacular.

Aunque al principio, cautelosas, apenas se dejaran ver en el brillante cielo crepuscular ...
Atardecer del día 28, la luna creciente junto a Venus en el cielo de Bilbao
... Tanto, que para distinguirlas claramente había que acercarse rompiendo su intimidad.


Y cuando ya la oscuridad del cielo las dejaba a descubierto, prudentes, se camuflaron entre las ramas de los árboles.


Sin embargo parece que perdieron la timidez y se vinieron arriba al comprobar que podían competir con otras luces ...
Incluso con una farola en primer plano, los dos astros eran muy visibles. 
... Y ya, desatadas y perdida la vergüenza, dieron rienda suelta a sus instintos, no teniendo reparo en mostrarse tal cual son, en lugares emblemáticos.
Entre las torres de Isozaki sobre la pasarela de Calatrava.
E incluso junto a los edificios de viviendas, aún con el riesgo de que hubiera criaturas curiosas que tras los cristales preguntasen inocentes ¿Qué hacen esas dos descaradas mirándonos por la ventana?
El destacado brillo de ambos astros hace que sean perfectamente observables junto a edificaciones y la iluminación de la ciudad.
Ni tampoco tuvieron miedo de un “resbalón” sobre el puente de suelo de cristal.  
Con el fotogénico puente Zubizuri
Cual turistas en buena sintonía, decidieron dirigirse al lugar más emblemático de la ciudad …

… Aunque camuflando su relación, escondiéndose entre la estructura de la torre del museo …
Junto a las torres del Guggenheim
Desafiaron en belleza a las placas de Titanio …
Sobre el museo
Y se miraron, curiosas y narcisistas, en el espejo acuoso.
 Los dos astros se reflejan en las aguas de la ría.
Incluso no tuvieron pudor en mostrar sus interioridades y secretos bien guardados.
Con la exposición adecuada en la toma fotográfica se aprecia muy bien la luz cenicienta de la Luna y las acompañantes de Venus, casualmente situado entre varias estrellitas de Acuario.
Ante tanto descaro y el intrusismo en sus atribuciones, las luces de la ciudad se confabulan y se les acercan, recordándoles que todo encuentro tiene su final.


Pero antes del inevitable desenlace, envidiosa del idilio de la pareja, la niebla decide separarlas, secuestrando a Afrodita.
En esta imagen todavía se intuye Venus a pesar de la bruma
Pero solo unos segundos más tarde ya no se la puede apreciar
Al perder de vista a su compañera, Selene intenta llamar la atención por todos los medios. Con sus trucos habituales e incluso recurre a otros más esotéricos con la esperanza de que su amiga la vea y regrese.
El halo lunar debido a la niebla,  junto al paso de un avión que deja el rastro de sus luces, dan un aspecto irreal a la escena 
Pero ya irremediablemente sola, triste y desesperada decide sacrificarse en el altar de la cumbre.

Y se desploma tras los árboles.



Pero las diosas de la mitología clásica son inmortales, y en este mundo cíclico del cielo todo lo que parece que ha acabado, volverá.

La despedida

Los hados se apiadarán de la pareja, y al día siguiente (hoy miércoles 29) les dejarán despedirse cuando se alejen lentamente una de la otra, y les prometerán prepararles un nuevo encuentro.

Pero quizás alguien les recriminó su actitud de ayer o es posible que, avergonzadas de las imágenes que habían dado, esta vez han sido más discretas. Han cerrado completamente la cortina de nubes y me han impedido ver los detalles de su despedida. 
El cielo de Bilbao cubierto de nubes.
Pueden apreciarse algunos de los escenarios de las imágenes de este post. De derecha a izquierda el Museo G., sus torres delante de la otra inmensa torre, la cima del monte donde se puso la Luna, el edificio de viviendas, el horizonte, marco del escenario de las tomas generales y las torres Isozaki. 
Puedes imaginarte la posición de las protagonistas comparando la evolución del lunes al martes.

Podría hacer un montaje con la posición simulada, o pedir imágenes a colegas que viven lejos, como he hecho en ocasiones, pero en este post todas las fotos son originales mías y prefiero dejar el hueco vacío.

Pero las espero nuevamente para el 27 de febrero.