Llega el espectáculo celeste
clásico del verano en el hemisferio norte. La lluvia de estrellas fugaces de Las
Perseidas, conocidas popularmente como “las lágrimas de San Lorenzo”.
Parte de mi “caza” de perseidas del año pasado. |
Como en años anteriores, creo que estoy “obligado”
a escribir sobre este tema, el fenómeno celeste más conocido a nivel de gran
público, al que toda la gente suele mencionar aunque muchos nunca lo hayan observado y solo han oído hablar
de él, tal como he podido constatar durante mi experiencia docente y de divulgación.
Como no me gusta repetir más de lo imprescindible, te recomiendo que si quieres una información básica sobre el fenómeno de las lluvias de meteoros o estrellas fugaces leas (linkando el enlace) el principio de este artículo que he publicado hace apenas 10 días. O incluso si te interesa conocer las generalidades de esta lluvia en concreto de las Perseidas, te aconsejo "Las estrellas fugaces son para el verano". Ahí encontrarás muchos datos y recomendaciones de observación.
Pero algo que es obligado repetir, es que para ver estrellas fugaces hay que tener paciencia y ,en cuanto a terminología para seguir las explicaciones, que para referirse a ellas técnicamente se les llama "meteoros", mientras que las partículas de polvo que las producen reciben el nombre de "meteoroides", antes de que impacten en la atmósfera y produzcan el espectáculo.
Una típica ilustración para hablar de lluvias de estrellas fugaces, o meteoros, que no se ajusta a la realidad. Las verás de una en una y muy separadas en el tiempo. |
De paso, pensando en mis lectores del hemisferio Sur, decirles que el título de ese último enlace que he aconsejado también sirve para ellos, porque aunque ahí ahora es invierno y además por circunstancias geométricas apenas se ven perseidas. Cuando esté a punto de comenzar el verano austral ocurrirá la lluvia de las Gemínidas, que aunque la posición también nos favorece ligeramente a los del norte, pueden tener más observadores en el hemisferio sur por las condiciones meteorológicas y esa lluvia es incluso mejor que la de las Perseidas. Prometo escribir en diciembre un detallado artículo especialmente para ellos.
Hoy solo voy a citar algún aspecto relativo a las circunstancias concretas que se esperan para este año 2020, insistir sobre la denominación popular, y ya en el anexo varios datos sobre su cometa progenitor y sus repercusiones en la observación de los meteoros.