Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

lunes, 2 de enero de 2023

El cielo más espectacular de tu vida


Si sueles mirar el cielo, o tienes curiosidad por hacerlo, estos días próximos al cambio de año son sin duda los mejores desde ambos hemisferios, aunque siempre mejor desde el sur. 

Pero empiezo por el norte, donde viven la mayoría de lectores de este blog. Aquí suele decirse que  el cielo del invierno es el más llamativo porque aparecen varias constelaciones destacadas, y además situadas casualmente en una misma zona del cielo.

Este año además están acompañadas por los planetas.

Latitud 43º N. Constelaciones que se ven al principio de la noche en estas fechas.

La más conocida de estas constelaciones es sin duda Orión: por su forma simétrica, por sus 3 estrellitas alineadas y equidistantes que forman el llamado “Cinturón de Orión” y por sus dos estrellas más brillantes, la gigante blanco azulada Rigel y la supergigante roja Betelgeuse:

Después del nombre de cada estrella aparece su magnitud, y entre paréntesis el lugar que ocupa según el brillo, entre todas las estrellas del cielo, aunque a veces existan pequeñas discrepancias según las fuentes.

Pero alrededor de Orión hay varias constelaciones que dan más realce a esta zona del cielo

Géminis, con Cástor y Pólux sus principales estrellas que representan a los gemelos de la mitología griega, de distinto padre pero con un amor fraternal llevado al extremo.



Auriga, con su forma pentagonal, aunque uno de los vértices no sea suyo, y con su estrella Capella,


El Can Menor y el Can Mayor situadas al sur de Orión con sus brillantes estrellas Proción y Sirio, la más brillante del cielo

El Can Menor

El Can Mayor


Y al norte de Orión, además de la citada Géminis, la también zodiacal Tauro, con la estrella rojiza Aldebarán y los cúmulos abiertos de las Híades y las Pléyades.


Estas constelaciones son las que siempre se citan al hablar del cielo del invierno, pero... Si nos restringimos a principios de dicha estación y al comienzo de la noche, que es el momento más propicio, podría realzarse incluso más porque todo lo anterior se completa en la zona opuesta del cielo con el triángulo del verano

Si, porque aunque parezca una contradicción, en estas fechas invernales y a esas horas la gran figura del denominado "triángulo del verano" del que forman parte las estrellas más brillantes de las constelaciones de Lira, Cisne y Águila aún no se ha puesto por el Oeste, cuando por el Sureste ya ha aparecido Orión y todas sus compañeras. 

También habría que añadir la estrella Fomalhaut de Piscis austrinus, de magnitud 1.15 ocupando el lugar 15 por su brillo y que pese a estar en el hemisferio sur celeste se mantiene en nuestro cielo hasta después de que empiece a marcharse el "triángulo".

Si nos centramos en una latitud media del hemisferio norte al principio de la noche únicamente falta la estrella Sirio, la más brillante, que esa sí esperará a que el triángulo veraniego empiece a ocultarse, y a pesar de que hay muchas estrellas brillantes que solo se ven en el sur, desde aquí veremos 10 de entre las 20 más destacadas.


Desde el hemisferio Sur, aunque no pueda verse en esta época el triángulo del verano (tremenda paradoja porque allí sí es verano, y este triángulo asoma por el horizonte en invierno) también es visible la zona más espectacular con Orión y sus compañeras, y además con la presencia  desde el principio de la noche de las dos estrellas más brillantes del cielo (Sirio y Canopus que no se ve nunca en el hemisferio norte), y como además están varias de las estrellas más destacadas del Centauro y la Cruz del Sur, además de Achernar de la Ballena, que solo se ven en ese hemisferio, el espectáculo es aún mayor.

En una zona muy reducida y cercana al polo sur celeste se encuentran las constelaciones de Centauro y la Cruz del Sur con 4 estrellas de entre las 20 más brillantes del cielo, incluida la tercera de ellas, Rigil Kent o alfa Centauro, la estrella más cercana a la Tierra.


En la constelación de la Quilla, (antes formaba parte de Navío) se encuentra también la segunda estrella más brillante del cielo, la citada Canopus.


Con todo, para una latitud media del hemisferio sur a principios o mediados de enero al principio de la noche el cielo está poblado de más estrellas brillantes que en el norte:

Pero si esto ocurre todos los años, este comienzo de 2023 es especial porque esas estrellas estarán acompañadas de los 4 planetas más espectaculares luciendo sus mejores galas. Mercurio acaba de irse, pero tampoco podría incluirse nunca a esta colección de luces porque cuando aparece, siempre se limita al cielo crepuscular y nunca comparte escenario con las estrellas, y por otra parte Venus va ganando importancia día a día.

Aspectos relativos a la situación de los planetas aparecieron en el post anterior y ahora incluyo sus posiciones con el cielo completo en lugares de diferente hemisferio:

Posiciones de los planetas entre las estrellas, una hora después de la puesta de sol

Esta acumulación de planetas no ha ocurrido al principio del invierno, desde 1966; pero entonces con Marte mucho más débil y cercano al horizonte no destacaría, por lo que habría que retroceder aún más, hasta 1942, para encontrar algo parecido a lo actual. Algo, que casi nadie de nosotros pudo ver, y que habrá que esperar a 2081 para encontrar algo similar (bueno, entonces aún mejor, pero me temo que...) Por eso el título del post.

Pero incluso hay algo más, porque para finales de enero se anuncia el cometa C/2022E (ZTF), que aunque no destacará en un primer vistazo, parece que podrá apreciarse sin ayuda óptica y pondrá la guinda al espectáculo.

Por todo ello, si te gusta mirar el cielo estrellado, no te pierdas esta magnífica oportunidad. Aunque no conozcas las constelaciones te impresionará y puede ser un aliciente para que empieces a aprenderlas. Aprovecha las noches despejadas, aléjate aunque no sea mucho de la contaminación lumínica, y no olvides que no tendrás otra oportunidad de ver tantas luces en la noche, por encima del horizonte.

lunes, 19 de diciembre de 2022

Espectáculo navideño

 

Esta Navidad los astros se suman al conjunto de luces que adornan nuestros pueblos y ciudades con una coreografía espectacular.



Además de las constelaciones invernales que irán desfilando a lo largo de la noche destacando sobre las de cualquier otra época del año, los cinco planetas observables a simple vista estarán en nuestros cielos tras el crepúsculo vespertino, acompañados de la fina Luna creciente. Algo que no ocurría desde hace más de 6 años.

Concretamente el día 25 podrán verse, por orden y de Oeste hacia el Este, Venus, Mercurio, la Luna, Saturno, Júpiter y Marte, como se recoge en este gráfico:


Incluso si no queremos discriminar a los dos últimos planetas, que por estar tan lejos no podremos verlos sin ayuda óptica, también estarán ahí Urano y Neptuno a izquierda y derecha de Júpiter respectivamente.

Como también debo felicitar a mis lectoras y lectores de otros lugares (a algunos por doble motivo) esta es la situación para otras dos latitudes, también una hora después de la puesta de Sol:

En la misma latitud del primer gráfico, pero en el hemisferio sur, la situación es simétrica por estar casi en el solsticio (un poquito más bajos los astros porque el día 25 ya estarán en verano y nosotros en invierno)
Desde el ecuador se verán todos a mayor altura, con la ventaja añadida de que oscurece antes. Para una correcta interpretación del gráfico hay que tener en cuenta que Marte está casi en la misma línea (casi vertical) que los otros planetas, pero continuando por el cenit.

A Mercurio, como siempre, quizás cueste localizarlo aunque contaremos con la inestimable ayuda de Venus que estará próximo y como él reaparece en el crepúsculo vespertino después de meses de ausencia para acompañar a los tres planetas exteriores que llevan ya un tiempo.

Los dos últimos en llegar ya están aquí. A Venus y Mercurio he podido fotografiarlos hoy mismo día 19. Aunque a simple vista todavía es difícil, cada día lo será algo menos.

Venus, a punto de ponerse por el horizonte de Bilbao, casi una hora después que el Sol

Y tras otros 25 minutos se ocultó Mercurio, casi por el mismo lugar.

Al ver estas dos imágenes puede resultar chocante que Mercurio aparezca tan brillante o más que Venus. Lo que ocurre es que al estar el cielo ya más oscuro pude dar una mayor exposición con lo que aumentó el brillo de Mercurio. Pero el ojo hace algo similar.

La aproximación de Mercurio al horizonte desde detrás de la nube, aunque dificultoso de seguir, fue interesante al tratar de vislumbrarlo a simple vista:



Ya solo falta la Luna para completar la coreografía, aunque hasta navidad no aparecerá.

La presencia del primer planeta será fugaz, pudiéndose observar solo hasta final de año, y eso si disponemos de un horizonte suroeste bajo y un cielo limpio, aunque desde la zona ecuatorial podrá verse durante más tiempo.

Los demás conservarán aproximadamente su posición relativa hasta que Saturno los abandone, hacia finales de enero, precisamente cuando tendrá un encuentro cercano con Venus.

Y si alguien quiere intentar ver una luna de solo un día, el crepúsculo vespertino de nochebuena será el momento, cuando se situará incluso más cerca de Venus y Mercurio, formando un magnífico triángulo. No será sencillo por la finísima fase, y probablemente podrá localizarse Venus más fácilmente, y a partir de él intentar buscar la Luna.

24-12-2022,  45 minutos después de la puesta de Sol, para una latitud de 40º

Selene, la dama de la noche irá visitando muy de cerca a cada uno de los planetas, según se va desplazando día a día hacia el este y aumentando su fase.

Como se ha dicho el día 24 estará muy próxima a Venus y Mercurio, el 26 se acercará a Saturno, el 29 a Júpiter y el 3 de enero a Marte.

El hecho de que puedan verse a la vez los cinco planetas es algo que no se produce muy a menudo. Se vieron la pasada primavera y también en verano de 2020, pero fue de madrugada.

Por la tarde habría que retroceder hasta agosto de 2016, y no se volverá a repetir hasta finales de febrero de 2025, en ambos casos con mayor dificultad que ahora. 

Evidentemente todo esto es desde la perspectiva del tercer planeta, porque objetivamente la posición de estos astros del Sistema Solar no tiene nada de especial.

Posición de los planetas el 25-12

Trazando una recta que pase por la Tierra, si se consigue que todos los planetas queden al mismo lado y el Sol al lado contrario significa que en algún momento de la noche se verán los cinco. Si además el Sol queda antes que ellos moviéndonos desde la Tierra en sentido directo significa que se verán al principio de la noche.

Aprovecho esta circunstancia para desearos unas FELICES FIESTAS DE NAVIDAD y entre el turrón y las uvas no olvidéis mirar el cielo.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Numeración de los ciclos SAROS de los eclipses

Este post es continuación del que publiqué el mes pasado sobre la periodicidad de los eclipses, que si no lo has leído sería conveniente que lo hicieras en el enlace para entender mejor éste.

Ante una pregunta de Ale en un comentario a aquel post, voy a profundizar un poco más en el tema del SAROS, en un aspecto relativo a la numeración que reciben los diferentes eclipses consecutivos (al ciclo saros que pertenece cada uno), que no había tratado. Un aspecto bastante curioso en el que yo no había caído y que gracias a ella he podido descubrir.

Dos eclipses consecutivos, que tuve la suerte de observar desde la zona de la centralidad. 139-134=5

Lo que ocurre con los eclipses de Luna respecto a las periodicidades es similar, pero trataré solo los de Sol porque siempre reciben mayor atención y sus gráficos me parecen más ilustrativos.

Es un tema bastante técnico, y por eso lo voy a señalar con los habituales indicadores de los anexos. Si no te atraen estas cosas, te aconsejo que esperes a la siguiente entrada del blog que seguro será más sencilla. O si no has leído la anterior que es mucho más "amable" y quizás haya quedado tapada por ésta.

De todas formas voy a intentar explicarlo de manera sencilla, en algunos momentos quizás redundante, aunque pueda parecer pesado. También puedes quedarte con los resultados, pasando de las deducciones.




Recordando (por si no leíste el otro artículo)

Cada 18 años 11 días y 8 horas se repiten los eclipses con unas características muy similares; es el llamado periodo saros.  Pero evidentemente en ese intervalo hay muchos más eclipses y cada uno de ellos se repetirá también al cabo de ese tiempo, de manera que cada uno tiene su saros, y estos ciclos se van numerando, de forma que un eclipse y el que ocurra 18 años 11 días y 8 horas después tienen el mismo número Saros. Por ejemplo, el último eclipse de Sol (25-10-22) pertenece al saros 124, lo mismo que el que ocurrirá el 4-11-40.

Cada ciclo o serie saros consta de entre 69 y 87 eclipses, un número variable porque la órbita lunar es algo excéntrica y en consecuencia el movimiento no uniforme. Cuando acaba un ciclo saros comenzará otro nuevo. 

Tal como se explicó, cada saros comienza con un eclipse parcial y pequeño cercano a uno de los polos (es decir, con la Luna no muy cercana al nodo), que va aumentando y desplazándose hacia el otro polo con eclipses totales y anulares, pasando al otro hemisferio y terminando en ese otro polo, y como se ha dicho, comenzará luego otro ciclo Saros. Sin embargo la numeración de estos ciclos no es correlativa según su comienzo, sino según el eclipse central en el que la Luna pasa lo más cerca posible del nodo y la zona de visibilidad por el ecuador, por lo que el número de este nuevo ciclo se calcula previamente.

Saros en eclipses consecutivos.

El dato clave es que la variación del número saros de un eclipse al siguiente depende del número de lunaciones que hay entre los dos eclipses. No confundir estos dos términos, que con tanto número...

En los eclipses consecutivos por fecha (habitualmente cada 6 lunaciones, que es un poco menos de 6 meses) su evolución es similar a la de un saros, pero a una velocidad mucho mayor, como se ve en el siguiente gráfico, y con la diferencia respecto a saros, de que van alternando de un nodo a otro: La serie comienza también con un eclipse parcial cercano a uno de los polos (en algunos casos total o anular pero en latitudes extremas), pero le sigue luego otro cercano al polo contrario, van acercándose al ecuador con eclipses parciales y totales, se cruzan el ascendente con el descendente, y luego la zona de visibilidad se aleja del ecuador hasta llegar al polo habitualmente con eclipses parciales y finaliza la serie. 

Lo habitual es que en cada serie de eclipses consecutivos haya 8 y luego comience otra serie en el mismo nodo en el que ha acabado la anterior. Pero, como se verá, hay excepciones.

Los 8 eclipses de sol correlativos de abril de 2022 a septiembre de 2025, que completan la serie actual. Se ha aumentado el tamaño del número saros para hacerlo visible.

Observando las características de estos eclipses consecutivos y el saros al que pertenecen, se aprecia que el número saros va aumentando de 5 en 5. (En este caso 119, 124, 129, 134, 139, 144, 149, 154). 

Eso es porque de un eclipse al siguiente hay 6 lunaciones (que es lo más habitual) y a 6 lunaciones corresponde siempre un aumento de 5 saros.

Pero después el siguiente eclipse ocurre después de 5 lunaciones, y el saros disminuye en 33, con lo que a partir de él comienza una nueva serie de 5 en 5, y en este caso al 154, último de la serie anterior, seguirían 121, 126, 131, ...

Nuevamente el mismo gráfico de la serie actual, con el añadido del eclipse anterior y el siguiente a una diferencia de 33 saros

Repito que es lo más habitual: 8 eclipses consecutivos separados entre sí por 6 lunaciones y numerados de 5 en 5 saros, escoltados por delante y por detrás por sendos eclipses a solo 5 lunaciones y con una diferencia en saros de -33. Pero puede ocurrir que sea el octavo de la serie el que ocurra al cabo de 5 lunaciones respecto al séptimo, y en este caso el siguiente eclipse (el noveno) ocurre a cabo de una lunación y el siguiente al cabo de 5.  

Esto es porque la Luna nueva se ha acercado al nodo antes de lo habitual, lo justo para producir un eclipse parcial, y la siguiente aún no se ha alejado lo suficiente del mismo nodo y vuelve a haber otro.

Es decir, que la habitual serie con separación de 6, 6, 6, 6, 6, 6, 6 lunaciones sea en este caso 6, 6, 6, 6, 6, 6, 5, 1, 5, 6, 6, ...

En realidad lo que ocurre es que se intercalan dos series de 8 eclipses, y la secuencia de saros será ...+5, +5, +5, +5, +5, +5, -33, +38, - 33, +5, +5, +5, +5, +5, +5, +5...  

El +38 en realidad sería el último de la serie anterior, ya que sumado al -33 queda +5

Por ejemplo: La serie que sigue al ejemplo anterior comienza con el eclipse del 17-2-2026 que es del Saros 121, al que siguen 126, 131, 136, 141, 146, 151, 118, 156, 123, 128, 133,...

En este caso el saros 118 ocurrirá el 12-6-2029 y el 156 el 11-7-29, una lunación después.

Pero, ¿Por qué habitualmente son 5 saros más en cada eclipse?  ¿En qué saros hay que colocar a un nuevo eclipse?

Existe otro ciclo similar al saros, que se llama Inex, que ayuda a calcular y entender el paso de los +5 o los -33 saros. Su duración es de 358 lunaciones y al cabo de un ciclo Inex también se repiten los eclipses, incluso con mayor precisión que en saros; pero con la diferencia de que si todos los eclipses de un mismo saros se producen en el mismo nodo, en este caso van alternando los nodos. 

Precisamente esas 358 lunaciones, que equivalen a 29 años menos 20 días, es la diferencia entre los eclipses centrales de un saros al siguiente (entre dos saros consecutivos).

Este ciclo, o mejor dicho su doble (58 años menos 40 días), ya ha aparecido en el artículo anterior, y coincidían los nodos al ir de 2 en 2 Inex.

En el siguiente cuadro, elaborado por Fred Espenak, de NASA, se representan ambos ciclos: las columnas son los Saros y las filas los Inex. Moviéndonos en horizontal hacia la derecha cada paso aumenta en 358 lunaciones (un ciclo Inex), y si nos movemos en vertical hacia arriba cada paso disminuye 223 lunaciones (un ciclo Saros) y se obtiene un eclipse similar.

La manera de elaborar este cuadro consistiría en trazar las tiras de las columnas, una de cada saros, y luego moverlas en vertical de forma que cada línea horizontal va recorriendo eclipses separados por 358 lunaciones. Por supuesto con hacerlo en una fila horizontal es suficiente.


- La utilidad de este cuadro es que cada punto representa un eclipse, todos los eclipses se pueden situar en él, y que a partir de un punto, moviéndonos en horizontal y vertical un número cualquiera de unidades, siempre llegaremos a otro eclipse del que podemos averiguar su fecha, con los 358 o 223 lunaciones en cada paso. 


Con ello podemos responder a la pregunta clave: ¿Qué saros tendrá un eclipse que ocurre 6 lunaciones después de otro?  Ya se ha visto que son 5 unidades más, pero ¿porqué? 

La respuesta se obtendrá buscando un recorrido en el cuadro, a partir del eclipse anterior, cuyo resultado sea 6, es decir, buscando un número A tal que con otro número B cumplan  358 A + 223 B = 6 y, como puede comprobarse, se cumple con A=5 y B=8, y solamente con esos números, por lo que es la única manera de pasar del eclipse anterior a ese. Por ello la respuesta a nuestra pregunta es 5 saros más que el anterior. También hemos calculado que serán 8 ciclos Inex.

Dicho de otra forma, partiendo del punto que corresponde al eclipse anterior, para llegar al punto que corresponde al eclipse que ocurre 6 lunaciones después, la única solución es movernos a la columna que está 5 puntos a la derecha (5 saros más):

Porque al movernos 5 pasos hacia la derecha hemos aumentado  358 X 5 = 1790 lunaciones, y al dar luego 8 pasos hacia arriba hemos disminuido 223 X 8 =1784 (o aumentado -1784), o sea que hemos ido 6 lunaciones hacia adelante (1790-1784=6) y esa será la ubicación en la tabla de este eclipse. 

Ejemplo con los dos últimos eclipses de la serie utilizada antes, donde se pasa del saros 149 al 154 en el siguiente eclipse

- En el caso de ocurrir el nuevo eclipse al cabo de 5 lunaciones, hay que retroceder 33 saros y avanzar 53 Inex porque 

 (- 358) X (-33) = 11814            223 X 53  = 11819  y la diferencia es 5

En este caso 33 es el número entero A más pequeño que cumple la ecuación 358 A + 223 B = - 33 

Sería el caso, por ejemplo del paso del eclipse del  14-1-29 al 14-6-29  (de saros 151 al 118)

- En el caso de una sola lunación se aumentan 38 saros y se retroceden 61 Inex porque

(-358) X (38) = -13604          y   223 X (-61) = -13603    y la diferencia es

 Sería el caso, por ejemplo, del paso del eclipse del  12-6-29   al 11-7-29  (de saros 118 a 156)

Gráficos correspondientes a los dos últimos apartados

Puede parecer algo complejo, pero no deja de ser curiosa la plasmación en un elemento geométrico algo tan especial y con números tan raros como la frecuencia de los eclipses. 

Con la práctica, el manejo de la tabla se hace muy sencillo y muy útil, y en lo que a mí respecta lo mejor es lo que uno aprende y la enorme satisfacción cuando encuentra por sus propios medios la solución.





jueves, 8 de diciembre de 2022

Y la Luna tapó a Marte

 Aunque hay personas a las que les resulta extraño, voy a escribir esta entrada en primera persona. Porque lo he vivido con emoción y porque un blog personal no es un libro de texto sino algo que puede recoger las vivencias del autor y sus puntos de vista, y por ello puede ser personal e incluso parcial.

Esta entrada es continuación de la anterior, pero si aquella era teórica esta es una crónica de lo ocurrido.

Durante esta pasada madrugada iba a ser la hora H. Un fenómeno celeste extraordinario por su poca frecuencia y de cierta belleza y grandiosidad podría observarse desde aquí. La Luna ocultaría el planeta Marte.

Esta imagen es casi igual a la que abría el post anterior. Menos nítida, pero con mucho más valor porque aquella era un montaje y esta es real

Por una parte, la anterior ocultación de Marte que se vio donde yo vivo fue el 9-5-2013 (que no pude observarlo). Es cierto que hubo otra visible en una zona no demasiado lejana en 2020, y estuve a punto de ir a verlo pero las circunstancias personales no lo aconsejaron.

Por otra parte el contemplar las imágenes con la pequeñez del planeta respecto a la imagen de la Luna que está muchísimo más cerca, impresiona y pueden hacer pensar. Además la casualidad de estar Marte en su mejor momento amplifica la situación porque el tamaño aparente del cuarto planeta cambia enormemente.

De acuerdo en que es mucho más espectacular una ocultación de Venus en fina fase. Pero de esas ya he visto 3 y ya se sabe que lo que escasea se valora más.

En cuanto a la fotogenia, una ocultación de Venus en fina fase como esta de 2020, aunque la finísima Luna a penas se intuía, no tiene rival.

Pero los preámbulos eran descorazonadores en cuanto a las previsiones del tiempo. Desde hace más de una semana habían puesto aquí cielo totalmente cubierto durante toda la noche.

La de la izquierda era la previsión en todas las fuentes desde hacía días. Solo he visto que se ha cambiado a la de la derecha esta misma mañana.

Al comienzo de la noche, efectivamente aquí se cumplían las nefastas previsiones, aunque algo al sur podían verse a los dos protagonistas entre nubes

El comienzo del espectáculo pudo ser captado desde Miranda de Ebro, como se aprecia en estas espectaculares imágenes de Javier Martín

A pesar de las nubes, al comienzo de la noche (18:50 h.) desde Miranda se veían Marte y la Luna


Una imagen de más campo donde aunque cueste localizar a Marte, los dos astros en el entorno nuboso adornado por el paisaje merecen la pena.

Cuando se trata de observar astros brillantes puedo hacerlo desde casa, y a pesar de las casi nulas esperanzas, puse el despertador a las 3 y a las 5:30. La primera para ver el panorama y hacer una observación previa si fuese posible, vuelta a la cama, y la segunda para preparar los materiales que había dejado ya apartados, y observar la ocultación que ocurriría hacia las 6:15. Todo ello sabiendo que con casi total seguridad estaría nublado. Pero quienes observamos el cielo por estos lares somos así.

Primer despertar y llevarme la sorpresa agradable de que la Luna se veía entre nubes, y Marte también cuando pasaba una zona menos compacta. Hice algunas fotos con teleobjetivo:




A las 5:30 en un primer vistazo la Luna se veía  pero por culpa de las nubes que difundían la luz de la Luna, y Marte ya muy cerca, no conseguía pillar al planeta, para lo que tuve que utilizar los prismáticos.





Era el momento de utilizar el telescopio. Tuve tiempo de hacer el montaje, observar en visual y hacer más fotos ahora a través del telescopio a foco primario (acoplando la cámara al telescopio sin objetivo ni ocular), según la Luna se iba aproximando a Marte hasta ocultarlo. 

Nunca se fueron las nubes, pero cuando eran menos densas se podía disparar, sin poder obtener una nitidez por ese motivo y por la turbulencia originada al observar tras una ventana. Pero aquí queda el recuerdo:













Objetivo conseguido

Quizás hubiera quedado más impresionante utilizando algún ocular. Desde luego más grande sí (menos campo), pero probablemente al no poder conseguir nitidez a causa de las nubes habría perdido realismo.

Además creo que didácticamente es más interesante que se vea gran parte de la Luna y comparar los tamaños de los dos astros aunque solo sea inconscientemente.

Mientras ajustaba el seguimiento del telescopio para tenerlo colocado permanentemente por la zona de la Luna por donde debería surgir Marte casi una hora después se fue cubriendo todo, esta vez con nubes más densas y no hubo opción.

A pesar de que quedó pendiente la segunda parte, se cumplieron con creces las expectativas, y otra observación más para la lista.


Una aclaración.

Volviendo a la entrada anterior, intentaré aclarar el sentido de las animaciones correspondientes a Bogotá y Buenos Aires, que podrían interpretarse de manera errónea, como que la Luna se mueve alrededor de Marte, o viceversa. Ayer lo añadí allí, pero lo he cambiado de ubicación para que tenga más visibilidad.

Quise no ser muy académico, sino recoger lo que podría ver el observador: la posición relativa de los dos astros. 

Para aclararlo, añado ahora dos animaciones para Bilbao: La primera recogiendo el movimiento real de la Luna respecto a la eclíptica , y la segunda con referencia al horizonte en el mismo sentido que las citadas, que relaciona la posición relativa de los dos astros.

Vemos como la Luna ha pasado ya por su nodo ascendente porque va separándose de la eclíptica, y allí se encuentra (desde nuestra visual) con Marte que está al norte de la misma. Pero eso a un observador no le dirá mucho porque no se aprecia en el cielo.


El cambio de la inclinación de la eclíptica a lo largo de la noche, al principio ascendente en las cercanías de los dos astros, luego horizontal y luego descendente, origina estas curiosas posiciones

Por ejemplo, al igual que en esta simulación, al principio de la noche se veía Marte muy por debajo de la Luna (imágenes de Miranda), pero luego se situaba bastante por encima, y se ocultaba por la zona indicada. Donde no haya habido nubes se habrá visto cómo reaparece justo por la parte inferior de la Luna, pero si miramos la primera animación podríamos perdernos el momento de dicha reaparición, por estar fijándonos en otro lado.

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Marte se esconderá tras la Luna en su día más especial


El día 8 de diciembre hay doble fenómeno celeste relacionado con Marte: Precisamente en su día más especial, casi durante una hora la Luna nos privará de su visión.

Montaje de lo que sería la ocultación

Por un lado, es su oposición: El cuarto planeta se situará en la parte opuesta al Sol visto desde la Tierra, y por ello estará visible toda la noche, saliendo en el momento de irse el Sol supuesto un horizonte plano de altura cero, y se pondrá cuando amanezca. Esos días estará en la zona más cercana a la Tierra y brillará de una manera excepcional, casi tanto como Júpiter, aunque seguramente llamará incluso más la atención que el planeta gigante, debido a su color rojizo.

Marte, el punto más destacado de la zona superior de esta foto tomada hace dos meses, se ve ahora mucho más brillante y no se ha movido mucho. Sigue situado en una zona privilegiada del cielo entre Orión y Boyero y cerca de la Pléyades e Híades.

Es el momento de observarlo con telescopio para ver detalles en su superficie como su casquete polar, o admirar su gran brillo a simple vista, porque a diferencia de otros planetas exteriores, éste cambia mucho de unas fechas a otras.

Imagen de Marte obtenida por Pablo (de OSAE) en la oposición de 2014.

Esta situación se repite cada poco más de dos años, y en esta ocasión una enorme casualidad hace que ese mismo día sea ocultado por la Luna, fenómeno muy poco frecuente desde un punto concreto de observación. Es como si Marte quisiera esconderse de ojos curiosos mientras dura su celebración.

Además, por ser la oposición estarán en línea recta en Sol la Tierra y Marte, y por producirse la ocultación también deben estar alineados Marte la Luna y la Tierra, con lo que la Luna estará necesariamente en fase llena, al estar situada en la parte opuesta al Sol respecto a la Tierra, y los 4 astros deben estar alineados

Configuración de los astros el día 8 de diciembre de 2022

Este tipo de fenómenos en los que interviene la Luna no se ve desde todos los lugares de la Tierra, y desde los que sí pueden observarse no son simultáneos, todo ello por efecto de la paralaje, como cuando vemos un objeto cercano cambiando su posición sobre el fondo, si cerramos alternativamente cada ojo. 

Concretamente la zona desde la que podrá observarse la ocultación se recoge en este mapa:

El fenómeno se verá completo en el recinto central del mapa (la mayor parte de Europa y Norteamérica)  En la zona coloreada de rojo se verá solo la ocultación (luego se pone la Luna) y en la amarilla solo la reaparición, (después de la salida de la Luna)
En la zona situada al norte de la línea azul la Luna pasará por el sur de Marte sin ocultarlo, y por debajo de la línea verde pasará por el norte, debido a la paralaje.
Más a la izquierda de la zona amarilla, cuando aparezcan los dos astros protagonistas ya habrá finalizado el fenómeno, y a la derecha de la zona roja se pondrán por el horizonte antes del mismo. Gráfico a partir de 
https://efemeridesastronomicas.dyndns.org

El fenómeno es digno de verse, e incluso desde lugares donde no haya ocultación la aproximación de los dos astros será llamativa y ocurrirá en una zona atractiva del cielo, como se ha dicho, próxima a los cúmulos de las Pléyades y las Híades.

Aunque la luz de la luna llena y la cercanía del horizonte no lo pongan fácil, podrían verse las Pléyades y las Híades en la zona del espectáculo, como se recoge en esta imagen que simula el comienzo de la ocultación.

Pero no esperes a la hora de la ocultación, porque los prolegómenos son interesantes y será a horas menos intempestivas:

Ya en cuanto se vaya el Sol aparecerán los dos protagonistas por el este. Incluso en un horizonte de altura cero la Luna ya estará saliendo cuando aún sea de día, seguida por Marte (2º de altura con el Sol a 0º) aunque probablemente no se apreciará hasta que empiece a oscurecer. 

Si lo seguimos observando durante varias horas (en el hemisferio norte anochece muy pronto, siendo en mi latitud precisamente el día que más pronto lo hace, y tendremos tiempo) veremos como los dos astros se van acercando y debido al efecto de rotación terrestre en que todo el cielo gira hacia el oeste, dará la impresión de que Marte persigue a la Luna. Pero en realidad será ésta la que se irá moviendo hacia el oeste respecto al fondo estrellado, aproximándose al planeta rojo.

Posiciones de la Luna y Marte durante toda la noche, para Madrid (y casi idéntico para otros lugares de la península), en hora local.

La mejor opción sería acostarnos a la hora habitual tras haber visto a los protagonistas, y levantarnos luego poco antes de la ocultación, cuando estén ya hacia el oeste y muy próximos entre sí. Ver el fenómeno y luego, como en España es fiesta, podemos volver a descansar.

Concretamente desde los lugares de la península Ibérica la Luna alcanzará a Marte y lo ocultará por la zona superior izquierda, mientras que la reaparición tendrá lugar por la parte inferior de la Luna.

Debido al brillo del satélite quizás cueste distinguir a Marte en esos dos momentos clave y habrá que fijase bien. Unos prismáticos o un telescopio ayudarán, aunque habrá que dirigirlos al borde adecuado dejando fuera la mayor parte de la Luna para que no deslumbre.

En otros lugares de Europa (algo más hacia el nordeste) el tramo en que Marte recorrerá detrás de la Luna y el tiempo en que permanece ocultado será mayor, pero a diferencia de otros fenómenos astronómicos eso no implica una mayor espectacularidad. Más bien aumenta el tiempo de espera entre los momentos de la ocultación y la reaparición, e incluso las mejores suelen ser las ocultaciones rasantes (en la siguiente figura hay un caso en Marruecos) en las que pueden verse varias ocultaciones y reapariciones debido a los montes del borde de la Luna.

Lugares del borde lunar donde se verá Marte ocultándose o reapareciendo y las horas en que ocurrirá (en horario local), desde varias ciudades.

Desde otros lugares desde los que no se produzca la ocultación, no dejará de ser interesante ver la aproximación de los dos astros e incluso el movimiento aparente entre ellos. 

Por ejemplo desde Sudamérica se verá como durante toda la noche Marte gira aparentemente alrededor de la Luna en sentido contrario a las agujas del reloj. Algo realmente curioso que en realidad se debe al movimiento propio de la Luna hacia el este, conjugado con el paso por el norte del planeta rojo y el movimiento de rotación terrestre que ocasiona la variación en la inclinación de la eclíptica, como se recoge en este gráfico con datos de Colombia.

Posiciones relativas de la Luna y Marte en la noche del 7 al 8 de diciembre, desde Bogotá

En una animación correspondiente a la misma situación se ve más claro:


Aunque parecerá que es Marte el que circunvala la Luna, porque el satélite centrará la atención del observador, realmente es él el que se mueve.

Desde lugares más meridionales Marte queda más centrado en el bucle, aunque no llega a cerrarse el círculo de la trayectoria porque al ser primavera la noche es muy corta.

Por ejemplo esta otra animación recoge la situación que se podría observar desde Buenos Aires. El giro aparente de la Luna se debe a la distinta inclinación de la eclíptica con el paso de las horas: 




Distancia el día de la oposición 

Suele decirse, y muchas veces lo hacemos por simplificar, que cuando un planeta está en oposición se encuentra a la menor distancia posible desde la Tierra. 

Pero esto hay que matizarlo. Sería cierto si las órbitas fuesen totalmente circulares. Pero en realidad son ligeramente elípticas (la de Marte mucho más que la de la Tierra), y por ello la máxima proximidad se produce poco antes de la oposición si el planeta (en este caso Marte) se está alejando del perihelio, y unos días después si se está acercando. En este caso la menor distancia es el 1 de diciembre, justo una semana antes de la oposición, aunque proporcionalmente la diferencia es pequeña, y no hay diferencia en el brillo:

Con un gráfico puede ilustrarse la situación:

Como la diferencia de las distancias los días 1 y 8 no es grande, para visualizarlo mejor se ha aumentado la excentricidad en la órbita de Marte.

   

Hablando de distancias:

Aunque cada poco más de 2 años se produce la oposición de Marte, si queremos verlo grande y brillante debemos aprovechar esta oportunidad porque no volverá a estar tan cerca hasta mayo de 2033.

De nuevo la excentricidad de la órbita marciana es la causa, ya que según donde se produzca la oposición la distancia entre las órbitas en esos puntos es diferente. 

Situación del tercer y cuarto planeta en las oposiciones de éste a partir de 2018

Los momentos en que está más cerca son los días próximos a las oposiciones. Las 4 siguientes a la actual serán más lejanas y hasta junio de 2033 no se produce una más cercana, a 0.427 U.A. Un mes antes, ya llegará a estar tan próximo como ahora, a 0.55 U.A.

   

Una casualidad:

El que coincida el día de la oposición de Marte con su ocultación por la Luna es una gran casualidad, pero aún más si añadimos el que hace dos oposiciones (el 27-7-2018) coincidió con un eclipse de luna,  por lo que también se produjo la alineación Sol-Tierra-Luna-Marte, y la ocurrencia de las dos circunstancias tiene una probabilidad tan ínfima, que parece que debería haber alguna causa o relación entre los diferentes periodos. 

Desde luego la habría si las órbitas fueran totalmente circulares, y así la Luna siempre estaría llena cada dos oposiciones. Pero debido sobre todo a la excentricidad de la órbita marciana las velocidades del cuarto planeta son muy diferentes, y así por ejemplo dentro de otras dos oposiciones (el 19-2-27)...

¡Pues solo por un día! ¡Y hasta 2044 solo se aleja 2 días! Pero luego... Habrá que analizar el tema, pero de momento la única explicación que se me ocurre es que la Luna, envidiosa del brillo de Marte en su oposición, decide dejar claro que es la jefa y se viste con sus mejores galas.

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7-12