Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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sábado, 8 de febrero de 2020

Es el turno de Mercurio

Venus, el astro más destacado de las noches invernales sigue recibiendo visitas. Si hace unos días fue la fina luna creciente, con quien se paseó al comienzo de la noche junto al segundo planeta dando bonitas imágenes, tal como recogí en el anterior post, ahora es su colega Mercurio quien aprovecha estos días de la primera quincena de febrero para mostrar su mejor presentación vespertina del año, y acompañar así a Venus en los cielos crepusculares.
Ayer 7 de febrero podían verse los dos astros con suficiente claridad. Venus en la parte superior de la imagen y Mercurio muy cerca ya del horizonte.

Unos días antes también les pillé, pero Mercurio mucho más tímido y escondido apenas se apreciaba en la foto conjunta y había que tomar un primer plano para que se viera más fácilmente.
El 3 de febrero Mercurio (en el centro de la imagen) ya podía apreciarse levemente poco antes de ponerse.

Por supuesto que no podrá rivalizar con su colega, ni muchísimo menos; pero estos días en una de las escasas opciones que el esquivo primer planeta nos ofrece a lo largo del año, podrá verse simultáneamente con él.
Tampoco es una visita muy cercana, sino que la separación entre ambos astros es grande (casi 25º), como si Mercurio fuera un visitante tímido que aparece para salir en la foto con la celebridad pero no se atreve a acercarse a ella.

Aunque solo sea a modo de curiosidad, y un poco en broma, pongo una imagen que hice de Venus y Mercurio anteayer día 6, aunque lo de Mercurio solo sea en sentido figurado porque aunque “el de verdad” ya era visible, se sale del encuadre de esta imagen.
La escultura del dios Mercurio, (con las características alas en los pies y en la cabeza) señala hacia su colega Venus. 

Mercurio será observable durante mucho menos tiempo (apenas dos semanas frente a los casi 6 meses de Venus), brillará muchísimo menos, estará mucho más escondido, agazapado junto al horizonte Oeste y se irá mucho antes, en pleno crepúsculo, abandonando la compañía de Venus que permanecerá visible durante 2 horas más, ya en plena noche.

Pero ahí puede estar el mérito y el interés por localizarlo. Lo que es difícil tiene más atractivo que lo evidente y por ello quienes como Copérnico, que según dicen se lamentaba de ello en su lecho de muerte, aún no hayan visto nunca al primer planeta pueden aprovechar esta oportunidad. 
Desde latitudes de la península Ibérica, hasta el día 16 no será excesivamente difícil.

Cómo encontrarlo
Si estás en latitudes medias del hemisferio Norte, hora y media después de la puesta de sol Mercurio está próximo a ponerse un poco más a la derecha que por donde lo hizo el astro rey.

El 7 de febrero en este horizonte de Bilbao el Sol se ponía a las 18:02  y Mercurio a las 19:33, unos 7º más hacia el Oeste (El Sol en estas fechas se pone hacia el Oeste-Suroeste)
Pero no esperes tanto. Intenta buscarlo por ejemplo una hora después de la puesta de sol, y aunque el cielo estará aún brillante, Mercurio estará más alto (a unos 6º del horizonte teórico) con lo que evitarás la bruma que pueda haber junto al horizonte. Con unos prismáticos lo localizarás más fácil haciendo suaves barridos por la zona.
No te des por vencido si en las primeras intentonas no consigues verlo porque, si no lo ocultan las nubes, con paciencia al final lo encontrarás.
Luego, con referencias del horizonte cercano podrás dejar los prismáticos y verlo a simple vista.  

Aunque al principio cuesta distinguirlo, justo en el centro de esta imagen está Mercurio. El descubrir por primera vez el esquivo planeta, todavía en un cielo brillante, produce una curiosa sensación.
De los cinco planetas visibles sin ayuda óptica (Para ver a Urano y Neptuno se necesitan telescopios o al menos prismáticos) Mercurio es con mucho el más difícil por su cercanía al Sol. De día casi siempre estará ahí, a pocos grados en distancia angular con el astro rey (a ese ángulo se le llama elongación), pero evidentemente no lo podremos ver (con telescopio en ocasiones sí, con mucha precaución), y hay que aprovechar las posiciones en que angularmente se separa al máximo del astro rey cuando se producen las “máximas elongaciones”, para verlo después de ponerse éste (como ahora) o antes de que se haga de día, como en el próximo mes de noviembre.
Posición de la Tierra y Mercurio el 10 de febrero de 2020, día de su máxima elongación.

Evolución durante estos días.

Como la visión es difícil y en cierta manera en circunstancias críticas, un pequeño cambio de un día a otro incide en las condiciones de visibilidad:

- Diferencia en el intervalo de visibilidad:
Hasta el día 10 en que su elongación es máxima, Mercurio se va separando angularmente del Sol y luego retrocederá. Por ello ahora cada vez se está poniendo más tarde respecto a la hora de puesta del Sol y por ello aumenta el tiempo en que pueda observarse. Además por el  motivo que apunto a continuación esta tendencia favorable se mantendrá incluso un par de días después de la máxima elongación.
Sin embargo la evolución no es uniforme: las condiciones en este aspecto van mejorando paulatinamente hasta el día 12 en que Mercurio llega a ponerse una hora y 34 minutos después del Sol (en la latitud 40º N) y luego decaen más bruscamente.

- Diferencia en el lugar de puesta:
Cada día el Sol visto desde la Tierra se mueve aproximadamente un grado en la esfera celeste (en un año 360º), y Mercurio le seguirá, aparte del cambio en la elongación. Como en el hemisferio Norte estamos en pleno invierno, hasta el solsticio de verano el Sol se va poniendo cada vez más hacia el Oeste (hacia la derecha en horizontes del hemisferio Norte) en un lugar de la eclíptica cada vez más vertical respecto al horizonte.

Puesta de Mercurio los días 3 y 7 de febrero. Por los dos motivos apuntados la situación va cambiando ligeramente.
- Respecto a la hora en que Mercurio deja de verse al ocultarse por el horizonte, lógicamente depende de la altura de ese horizonte en el lugar de puesta respecto al punto de observación. En una imagen anterior hay un dato concreto para mi horizonte el día 7, y como la duración del día va aumentando, tanto el Sol como Mercurio el día 16 se pondrán 17 minutos más tarde que el día 3, por dar las fechas extremas aproximadas del intervalo en que pudieran verse en condiciones normales. Todo para una latitud de alrededor de unos 40º.

- El brillo va disminuyendo en este intervalo de dos semanas, desde una magnitud de -0.96 a 0.69.

Publico este post unos días antes de que se den las mejores condiciones, con el objetivo de que puedas intentar ver a Mercurio. Pero si las nubes me lo permiten iré añadiendo imágenes, de manera que dentro de unos días queden recogidas aquí las situaciones de la evolución completa. 

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ACTUALIZACIÓN 17-2-20


Después de publicar el post, las condiciones meteorologicas me han permitido observar Mercurio los días 12, 14 y 15
El día 12, una de las 3 fechas idóneas para localizar a Mercurio, las nubes se abrieron justo a la hora adecuada e incluso adornaron el cielo en torno al primer planeta que podía verse sin problemas en un cielo aún brillante.
12-2-2020. Mercurio por encima de la cima del monte, un poco a su derecha.


El día 14, con un cielo excepcionalmente limpio, aunque las posiciones iban empeorando, se veía sin dificultad  a la pareja Venus - Mercurio.
14-2-2020 Mercurio junto al horizonte y la torre

Sobre todo si se localizaba al primer planeta previamente con ayuda óptica. La búsqueda con prismáticos y una foto de la zona concreta con teleobjetivo (como ésta) ayuda a localizarlo a simple vista.
14-2-2020. También esta imagen puede ayudar a situar a Mercurio y localizarlo más fácilmente en la anterior, tomada con poco tiempo de diferencia. También puede ayudar en la siguiente (del día 15) donde Mercurio está solo ligeramente más alto.

El día siguiente ya era más difícil

15-2-2020. Debido a la reducción de la imagen que hace Blogger yo no consigo ver aquí a Mercurio desde el ordenador. En la foto original se aprecia perfectamnte, y también puede verse entrando desde el móvil, clicando la foto y ampliándola.

Lugares de puesta de Mercurio
Se puede apreciar el diferente lugar de puesta de Mercurio estos 3 días, y compararla con la de unos días antes (el 3 de febrero), en la primera ocasión en que pude observarlos, que aparece señalada y cuya imagen está recogida anteriormente.


A partir de ahora las condiciones de visibilidad de Mercurio empeorarán rápidamente, tanto en la reducción de su distancia angular del Sol como de su brillo.
Seguro que ésta del día 15 será la última que obtenga del primer planeta, que se despide y no volverá a verse, ligeramente en mejores condiciones por estas latitudes medias del hemisferio norte, hasta mediados de mayo de 2021. Se verá también a principios de junio de este año, pero un poco peor que ahora.

Aproveché el limpio cielo del día 14 para obtener fotos de ambos planetas a través del telescopio, aunque en el caso de Mercurio al estar muy bajo en el horizonte la difracción distorsionaba la imagen. Aún así se aprecian las fases diferentes de ambos. 
Tengo que reiterar que no soy experto en técnicas de astrofotografía y solo pongo las imágenes de forma testimonial y con interés didáctico.
Venus y Mercurio el 14-2-2020. En el caso de Mercurio he trazado el borde, que aparece muy difuso debido a la difracción. 

Ambos se encuentran en fase menguante aunque la de Mercurio es mucho  más fina.
Aunque el diámetro de Venus es bastante más del doble que el de Mercurio, ahora no se les ve con tanta diferencia porque el primer planeta está más cerca de la Tierra que el segundo, tal como ocurre, aunque suene extraño, en la mayoría de las ocasiones: Ver “Mercurio, el planeta más cercano a la Tierra

Posiciones de los 3 primeros planetas el 14-2-2020.
Aunque los tamaños de los astros se han exagerado enormemente para apreciar las diferentes fases (nuestra visual al centro de Venus incide en la parte brillante con lo que se ve más del 50% pero a Mercurio en la parte oscura y se verá una fase menor del 50% ), las órbitas y las posiciones en ellas (del centro de cada circulito) están trazadas de manera precisa, lo que permite visualizar que Mercurio está apreciablemente más cerca de la Tierra que Venus.

Aunque no me será fácil, pero ya lo he hecho alguna vez , intentaré obtener alguna foto de Mercurio más alto en pleno día, con lo que minimizaría el problema de la difracción.

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Mercurio en 2020

Aprovechando esta primera aparición de Mercurio de 2020, se pueden analizar todas las oportunidades que tendremos para ver el esquivo primer planeta durante este año.

En los siguientes gráficos se recogen las situaciones en el momento clave de las puestas y salidas de Mercurio desde las latitudes 40º Norte (Madrid) y 35º Sur (Buenos Aires o Montevideo) Para otras latitudes no demasiado lejanas a éstas la situación es muy similar: El primero es válido aproximadamente para  gran parte de Europa, Asia, EEUU,... y el segundo en la zona meridional de Sudamérica y de Africa, Australia,..

La zona central negra corresponde a la noche, la azul clara el día, y las franjas de azul oscuro al crepúsculo. Las líneas sinusoidales de color naranja y amarillo representan el momento de puesta y salida de Mercurio, y cuanto más se introduzcan en la zona oscura, más posibilidades habrá de poderlo observar.


Siempre en el hemisferio sur se dan situaciones mucho mejores que en el norte. Este año en varias ocasiones podrá verse desde allí a Mercurio en plena noche, mientras que en el hemisferio septentrional apenas en la máxima elongación de noviembre de madrugada el primer planeta saldrá por el horizonte con el cielo totalmente negro, ligeramente antes del comienzo del crepúsculo.

Desde el hemisferio norte hay que aprovechar estos días de febrero porque ofrecen la mejor ocasión vespertina de todo el año. También se verá los primeros días de junio en una situación similar solo un poquito peor, pero ya no estará acompañado de Venus.
Ninguna de las dos situaciones es demasiado buena, con el cielo todavía brillante, porque en general las mejores ocurren cuando la máxima elongación oriental es en primavera, y estas dos pillan justo antes y después.
Por ello aunque este año las máximas elongaciones orientales ocurren el 10-2 y el 4-6, las condiciones se mantienen en los días contiguos hacia la primavera. Por ejemplo, se verá prácticamente igual incluso el 12-2 y el 2-6.

Como se ha dicho, en noviembre la cosa pinta algo mejor (no mucho) con la posibilidad de su observación en el crepúsculo matutino, ya que la máxima elongación occidental pilla en otoño, que es la mejor estación para verlo de madrugada en el hemisferio norte. El día 10 Mercurio saldrá por el horizonte Este con el cielo ligeramente más oscuro que cuando ahora se pone.
En ese caso también estará acompañado de Venus, y el encuentro entre los dos será mucho más cercano que ahora, pero habrá que madrugar para verlo.

En el hemisferio sur ahora, en febrero, las condiciones son peores. Pero en otros momentos se verá muchísimo mejor que en el Norte, sobre todo en las máximas elongaciones de marzo, por la mañana, y de octubre por la tarde.

Si quieres ver bien a Mercurio tienes que ir al Sur.

Mercurio aparece ligeramente por encima de las farolas en un cielo negro incluso con estrellas, dos horas antes de la salida del Sol, en una foto que obtuve en San Pedro de Atacama (Chile) el 7-4-2013. Esta imagen de Mercurio acompañado por débiles estrellas (en este caso de solo magnitud 4) nunca se ve en el hemisferio norte.

Las razones de estas circunstancias que determinan las diferentes condiciones en la observación de Mercurio las recogí hace ya casi 4 años en este otro artículo de título: “El esquivo planeta sureño se asoma por el Norte”, donde las explicaciones de las distintas situaciones están más detalladas.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

El primer planeta se pasea por delante del Sol


El fenómeno, horas, lugares, y su observación.
  
Este próximo lunes, el 11 de noviembre de 2019, se produce un fenómeno astronómico poco frecuente del que ya se está hablando en muchos lugares: Un “tránsito de Mercurio”.
Visto desde la Tierra, el planeta más pequeño de nuestro sistema pasará por delante del disco solar, atravesándolo  lentamente en el transcurso de varias horas.

Algo mucho menos frecuente que un eclipse o que una lluvia de estrellas fugaces, por citar dos acontecimientos celestes que también suelen anunciarse y mucha gente, picada por la curiosidad, intenta observar.
Imagen obtenida en el último tránsito de Mercurio, el  9-5-2016, proyectándolo en un Solarscope, instrumento idóneo para la observación de este fenómeno por el público en general.
Pero a diferencia de esos otros fenómenos que he citado, en este caso nadie que no haya oído previamente la noticia se enterará de que está ocurriendo, porque no es algo que se pueda observar con solo levantar la vista al cielo. Incluso aunque se haya informado de lo que ocurre, y a pesar de que  el fenómeno tiene una larga duración no podrá ver nada, si no se ha provisto de los medios de observación adecuados, aparte de alguna transmisión por internet, por ejemplo aquí: http://www.sky-live.tv/ 

Pero de esa manera, o en alguna observación pública dirigida por “expertos”, podría verse una curiosa imagen: un puntito negro, moviéndose muy despacito por delante del Sol desde las 13:35 (Hora Central Europea, 12:35 T.U.) hasta las 18:04 (17:04 T.U.). Dentro de ese horario, en todos los lugares que sea de día.
No obstante, dado el pequeño tamaño aparente de Mercurio y la lenta evolución del fenómeno, habrá que esperar al menos un par de minutos para que se aprecie claramente que ese puntito oscuro ha entrado en el círculo del Sol. 

Las horas que se han dado prácticamente son válidas en cualquier lugar porque los tránsitos de Mercurio se observan casi simultáneamente desde todos los puntos de la Tierra en que sea de día, a diferencia de los de Venus; donde debido al paralaje (diferente perspectiva según el lugar de observación) puede haber unos cuantos minutos de diferencia. Esto es debido a que, cuando están en tránsito, Venus pasa mucho más cerca de la Tierra que Mercurio, como se ilustra en este gráfico:


En este gráfico explicativo esquemático se aprecia la diferencia en las  distintas posiciones de Venus y Mercurio dentro del disco solar, vistas desde dos lugares distintos de la Tierra. 

En realidad las diferencias son mucho menores, e incluso en el caso de Mercurio casi inapreciables, porque aunque se han mantenido las proporciones en las distancias, los tamaños de los planetas se han representado cientos de veces más grandes de la realidad a esta escala, y los puntos A y B estarían muchísimo más próximos.
Por lo tanto las zonas desde las que podrá verse el fenómeno coinciden con las que durante parte o todo ese tiempo sea de día: Desde Europa no se podrá observar el tránsito completo porque el Sol se ocultará antes del final, pero desde las islas más occidentales de Canarias, toda América central y del Sur se verá completo, y también desde la zona oriental de Norteamérica. En la zona occidental, podrá verse el final del tránsito, por la mañana, a medida que el Sol sale y va tomando altura.
Un detalle: En la pequeña zona triangular que cubre parte de Groenlandia la duración del día es muy breve en estas fechas, cuando amanezca ya habrá empezado el tránsito y cuando el Sol se ponga aún no habrá acabado.

Debemos intentar aprovechar la ocasión porque el siguiente tránsito de Mercurio no ocurrirá hasta 2032 y en cada siglo solo se ven una media de 13.
El anterior fue hace solo 3 años y medio, en mayo de 2016, como he puesto en el pie de la primera imagen, cuando ya este blog estaba en marcha, y le dediqué un extenso y completo artículo que puedes leer aquí: “Mercurio en tránsito” 

Como casi todo lo que allí recogí es válido también ahora (excepto horarios, mapas y trayectorias), si realmente te interesa el tema te aconsejo que lo leas, porque como no tiene sentido repetirlo todo, ahora solo volveré a citar algún aspecto clave, además de actualizar los datos concretos de este tránsito.

Pero lo más importante: Hay que observarlo con mucho cuidado para no dañar la vista. En el artículo que acabo de referir puedes ver los detalles pero, por si acaso, reitero aquí que el método más adecuado es un sencillo y muy asequible aparato llamado Solarscope, o por proyección mediante prismáticos o telescopio, pero nunca mirándolo directamente por el ocular o el visor, que podría provocar ceguera permanente.
Observación del tránsito de 2016 desde el colegio Trueba de Bilbao, organizado por la AAV.
En primer término, mirando en un Solarscope, y al fondo proyectado en el suelo mediante unos prismáticos. Si se utiliza este método hay que estar vigilando para que nadie mire directamente.
Si utilizas las clásicas gafas de eclipse para proteger tu vista, no llegarás a apreciar el pequeño puntito que es Mercurio. Bueno, a no ser que tengas una vista excepcional.

Por qué y cuándo ocurren los tránsitos.
  
Podría pensarse que es un fenómeno relativamente frecuente porque como Mercurio se mueve mucho más rápidamente que la Tierra, completando una vuelta alrededor del Sol en 88 días, aproximadamente cada 4 meses adelanta a la Tierra (en lo que los astrónomos llamamos “conjunción inferior”), y si las órbitas de ambos planetas estuviesen en el mismo plano, en todas estas ocasiones se produciría un tránsito.
Gráfico “en planta” de las órbitas de la Tierra y Mercurio y sus posiciones el 11-11-19 y en la siguiente conjunción inferior el 26-2-20
Nota: Lo de los mencionados “aproximadamente 4 meses” (en realidad 116 días), de una conjunción inferior a la siguiente es solo la media, pero es muy variable (en este caso solo 107 días) debido a la excentricidad orbital, y como consecuencia la variable velocidad, del primer planeta.     

Pero no se producen tantos tránsitos, ni muchísimo menos,  porque hay que tener en cuenta las 3 dimensiones ya que la órbita de Mercurio está inclinada 7º respecto a la de la Tierra, y cuando debería pasar por delante del Sol al adelantar a nuestro planeta, en realidad lo suele hacer por arriba o por abajo, respecto a nuestra visual.
Solo si la alineación de los tres astros (en el momento este "adelantamiento") se produce en la línea de corte de los dos planos orbitales (llamada línea de los nodos), o muy cerca de ella veremos pasar a Mercurio por el interior del disco solar y se producirá el tránsito. 

La Tierra se sitúa en esos nodos el 10 de noviembre y el 8 de mayo (+/- 1 día según la proximidad del año bisiesto), y por eso solamente en fechas próximas a esos días puede ocurrir este fenómeno.

Para no complicar ahora el tema, y hacerlo más ligero, paso al anexo del rombo "Si quieres saber más" una explicación más detallada de la situación tridimensional y sus consecuencias.


Trayectoria aparente y real de Mercurio por el disco solar.
  
Si tenemos la suerte de que las nubes nos dejen observar gran parte del tiempo durante el que se produce el transito y nos fijamos con detalle o anotamos la posición de Mercurio dentro del disco solar, seguramente nos sorprenderá su trayectoria, que desde Bilbao (43ºN 3ºW) será exactamente como aparece en este gráfico, y no es una línea recta como en principio pudiera pensarse.
Posiciones de Mercurio cada 20 minutos. Se indica con una línea quebrada el final de la observación desde Bilbao, debido a la puesta del Sol.
Desde otros puntos de la península Ibérica será muy similar:
- En Galicia se verá un poco más tiempo y en Cataluña y Baleares algo menos, de acuerdo con la hora de puesta del Sol.
- Canarias vuelven a ser las islas afortunadas, Excepto en Lanzarote y Fuerteventura el Sol se pondrá cuando Mercurio esté  punto de abandonar su disco, desde las costas occidentales de Gran Canaria y Tenerife se vería completo, si no hay bruma en el horizonte marino, gracias al fenómeno de la refracción; y desde las pequeñas islas de La Palma, Hierro y Gomera la situación será aún mejor.

La curiosa trayectoria curva que se aprecia en el gráfico anterior es debida a que la orientación del Sol (la inclinación de la eclíptica) respecto a nuestro horizonte va cambiando a lo largo de las horas. Como es un disco redondo no lo notamos, pero si calculamos y fijamos la posición de la eclíptica, las trayectorias de éste tránsito y del anterior (mayo de 2016) serían las siguientes, lógicamente rectas:




En esta ocasión (11-11-19) Mercurio pasa por el nodo ascendente durante el tránsito, mientras que en 2016 pasó por el nodo descendente antes de comenzar el tránsito y por ello la duración del fenómeno fue algo inferior, ya que no atravesó el disco solar de pleno, cerca del centro, como casi lo hace ahora

Desde lugares de Europa situados más al Este la principal diferencia es que acabará antes, porque antes se produce la puesta de Sol.

Como he dicho arriba, desde América la situación es mucho mejor. Pongo dos ejemplos de la trayectoria aparente de Mercurio con referencia al horizonte de Buenos Aires y Ciudad de México, en esta última amanece poco después e comenzado el tránsito:



El motivo de estas extrañas trayectorias lo expliqué con detalle en el mencionado artículo relativo al tránsito de mayo de 2016, referenciado antes.




Geometría de los tránsitos y consecuencias



El tránsito puede producirse, tal como se ha dicho antes, si la conjunción inferior ocurre durante su paso por el nodo o en momentos próximos.
Hay un margen más amplio (+/- 4 dias) en las proximidades del nodo ascendente (el 10 o 11 de noviembre) que del descendente (el 7 o el 8 de mayo). Consecuencia inmediata de ello es que sus tránsitos en noviembre son dos veces más frecuentes que en mayo.

Esto último es debido a la excentricidad de la órbita del primer planeta y la orientación del eje mayor de esa órbita respeto a nuestras fechas: en las conjunciones inferiores de noviembre Mercurio está más lejos de la Tierra (como se puede apreciar en el gráfico de las órbitas en planta), y su separación angular respecto al Sol “por arriba o por abajo” serán menores, vistas desde nuestro planeta.

Por el mismo motivo en los tránsitos de noviembre el tamaño angular de Mercurio es menor que en los de mayo. Concretamente, el pequeño disco de Mercurio se verá ahora (como siempre que el tránsito es en noviembre) con un diámetro de apenas 10´´ (10 segundos de arco) es decir casi 200 veces más pequeño que del Sol, mientras que en mayo, son unos 12.5”, unas 160 veces menor que el disco solar.



Detalle de un momento del tránsito de Mercurio en mayo de 2016, cerca del borde del disco solar, donde se aprecia el pequeño tamaño del planeta, comparadolo con la curvatura del Sol.






   
Otros tránsitos

En general se llama tránsito al paso de un astro delante de otro, siendo el primero de un tamaño menor que el segundo e incluso visto desde aquí bastante menor. En cierta forma podría considerarse un fenómeno similar a un eclipse de Sol, y más concretamente a un eclipse anular, pero donde el astro que pasa por delante es mucho más pequeño.
Un eclipse anular podría considerarse un "tránsito" tomando el sentido más amplio del término, ya que la Luna se ve toda ella incluída en el disco solar, como en esta imagen tomada desde Getafe el día 3-10-2005. 

- El caso más similar al tránsito de Mercurio, es el de Venus. Es más fácilmente observable y más llamativo porque el tamaño aparente del segundo planeta es mucho mayor que el primero. Además de ser más grande, lo vemos desde más cerca. Pero después de los últimos tránsitos de Venus que ocurrieron en 2004 y 2012 nosotros no veremos más porque el siguiente es en 2117.
Imagen obtenida en un Solarscope el 8-6-2004 desde el Instituto "Ángela Figuera" de Sestao
Los tránsitos de Venus han tenido mucha importancia histórica porque debido al efecto paralaje (que prácticamente no existe con los de Mercurio) se pudieron calcular las distancias en el Sistema Solar.

- Son muy frecuentes y observables con un pequeño telescopio, los tránsitos de los 4 grandes satélites de Júpiter. Además la sombra que producen sobre el planeta es aún mas fácil de apreciar y se habla de tránsitos de la sombra.
En esta imagen del Observatorio Griffith se recoge la excepcional ocurrencia simultánea de 2 tránsitos de Satélites (marcados con las flechas verdes) y 3 tránsitos de sombras (flechas rojas)  
- A veces se habla también del tránsito de satélites artificiales, como en esta imagen donde la ISS transita el Sol.
Imagen obtenida (y ampliado el detalle) por Maximilian Teodorescu desde Rumanía en 2018
Recuerdo haber visto uno de estos tránsitos desde el balcón de mi casa, con mi hijo Iván, utilizando un solarscope. Fue una tremenda casualidad que se viera desde aquí, porque solo se aprecian desde una franja de terreno muy estrecha (pocos centenares de metros). Hice una grabación, pero no la encuentro. Fue muy sorprendente la breve duración, de menos de 2 segundos, totalmente diferente a las más de 4 horas de este tránsito de Mercurio.

- Aunque desde aquí no pueden observarse, los robots enviados a Marte nos han enviado estas imágenes de los “eclipses” de sol producidos por sus dos satélites, Fobos y Deimos. Desde luego el de Deimos, más que un eclipse, habría que calificarlo como un tránsito.

Desde la superficie de Marte, Fobos y Deimos transitan por delante del disco solar. Créditos: NASA
- Estos últimos años se han observado los efectos de numerosos tránsitos de planetas extrasolares por delante de sus respectivas estrellas. Aunque es imposible “ver” estas imágenes ya que debido a la lejanía las propias estrellas se ven como un punto, se puede apreciar la disminución de brillo que nos llega de la estrella al estar en parte tapada por el planeta.
Este es uno de los métodos más utilizados para descubrir exoplanetas, y como ejemplo se puede citar el famoso sistema Trappist-1 que se hizo famoso en 2017, cuyos 7 planetas produjeron, durante sus tránsitos, las bajadas de brillo de la estrella que recoge este gráfico.
Gráfico de las variaciones de luz de la estrella Trappist-1, ocasionadas por los tránsitos de sus planetas. En la parte inferior se han representado esos planetas que no se pueden ver directamente. 
Estos datos fueron obtenidos por el astrónomo belga Michaël Gillon y su equipo de la Universidad de Lieja, desde el observatorio de La Silla en Chile.
Solo con los datos que contiene este gráfico, se dedujo la existencia de esos planetas, e incluso sus periodos, tamaños (muy similares al de la Tierra), distancias a la estrella, y como consecuencia la estimación de temperaturas y de ella las posibles condiciones de habitabilidad de 3 de ellos, que les hicieron tan famosos, y sobre los que hablé en "Los cielos de Trrapist1"

Después de que pase este evento del tránsito de Mercurio, y hasta el próximo en 2032, si alguna vez oyes hablar de tránsitos seguro que se refiere a los exoplanetas, que no podrás observar. Por eso, aunque este próximo lunes 11-11 veas el cielo cubierto de nubes, (en España los pronósticos meteorológicos no son buenos) no te desanimes: Siempre lo puedes ver en internet, y además sería muy mala suerte que no surgiera el Sol por algún pequeño claro por la tarde y te permitiera ver el primer planeta como posiblemente nunca lo hayas visto.


ACTUALIZACIÓN Después de ocurrido el tránsito.
  
Aunque en todo momento muy dificultado por la bruma, algo se pudo ver desde mi observatorio favorito en 41.8º N  3.4º W:

Proyección en Solarscope (invertido izquierda-derecha) a las 14:15
 
A través de telescopio refractor a las 16:38

jueves, 20 de junio de 2019

Testigos de la conjunción


Continuando con el post anterior, probablemente lo único interesante de éste sean las imágenes. El texto solo recoge impresiones de unas vivencias personales. Pero es mi blog y me apetece escribirlo.

Había muy poco margen para poder observar el espectáculo. El hecho de que uno de los actores sea Mercurio, deja muy poco tiempo desde que empieza a oscurecer y hasta que los protagonistas se ocultan tras el horizonte. Pero además en ese breve intervalo debería estar despejado el horizonte Suroeste

¡Prueba superada!
Aunque no es demasiado frecuente, esta vez hubo suerte y en el habitualmente nublado cielo de Bilbao pudo verse la conjunción de Mercurio y Marte. Fue el 18 de junio de 2019, alrededor de las 22:30.

Y ello a pesar de que apenas dos horas antes el cielo estaba totalmente cubierto.  Pero el día D a la hora H, cuando ya quedaba poco para poder observar el fenómeno,  fueron desapareciendo las nubes y, sin quedarse un cielo totalmente limpio fue más que suficiente para poder ver a los dos planetas más pequeños del Sistema Solar, el uno junto al otro.
O más bien para fotografiarlos o verlos con prismáticos, porque Marte a simple vista no lo conseguí con un cielo aún algo brillante en la zona, magnitud modesta y mi vista que ya no es lo que era.
El punto más brillante, cerca ya del horizonte, es Mercurio; y justo debajo (quizás haya que ampliar la foto para verlo) está Marte. Arriba las estrellas Pólux y Cástor, de la constelación de Géminis.
Lo cierto es que fue una muy agradable sorpresa porque los días previos no auguraban nada bueno ...

jueves, 15 de marzo de 2018

Los dos primeros planetas, juntos en el cielo del tercero

Como escribí hace poco, Venus y Mercurio han roto la larga sequía de planetas visibles al principio de la noche. Desde hace unos días los dos primeros planetas ya están ahí y pueden observarse, todavía durante una semana sobre el horizonte Oeste tras la puesta de Sol. Luego Mercurio dejará de verse.

Mercurio y Venus, los dos planetas más cercanos al Sol, aparecen ahora en una misma zona del cielo muy próximos entre sí, lo que sin duda ayuda a que el más brillante (Venus) sirva como referencia para encontrar al otro. Hasta el día 21 Mercurio se encontrará por encima y un poco a la derecha de Venus, visto desde el hemisferio norte.
Pensé hacer todo un reportaje fotográfico durante estos días, pero las nubes se han empeñado en impedirlo. A falta de ello, he elaborado un gráfico con las posiciones relativas de ambos planetas.
Posiciones de Venus y Mercurio cada 2 días durante el mes de marzo de 2018, con el Sol a 10º bajo el horizonte. Desde una latitud 43ºN (Los puntos más grandes representan a Venus y los pequeños a Mercurio) 

El día 18 aparecerá por ahí la fina luna de 1 día, y formarán un grupo muy fotogénico. 
Tal como he escrito antes, en Bilbao hemos tenido muy mala suerte con las nubes y yo todavía no he podido ver los dos miembros de la pareja simultáneamente. Estaba esperando para poder ilustrar este post con una imagen actual, pero como no llega debo publicarlo ya, antes de que Mercurio deje de verse, y ya se están acercando esas fechas.

Venus comenzó a verse ya en febrero por la tarde tras la puesta del Sol y puede ser admirado por mucha más gente que en su pasada aparición matutina. Por la mañana la hora inadecuada y las prisas habrán hecho que pocas personas se hayan fijado en el lucero del alba, como se le conoce cuando es visible antes de la salida del Sol. Ahora puede verse por la tarde sin problemas hasta septiembre.
Por su parte Mercurio tiene apariciones durante breves días, y ésta es la mejor de todo el año para los observadores del hemisferio norte

Aquí, por fin, el 24 de febrero unos claros entre las nubes parecía que permitirían ver a Venus desde Bilbao y ... Si, ahí estaba junto al horizonte
Venus el 24-2-2018

jueves, 20 de julio de 2017

Otros ortos y ocasos

Cuando en Astronomía se habla de ortos y ocasos normalmente se refieren a la salida y la puesta del Sol. Pero por supuesto, podemos referirnos a cualquier otro astro, en los momentos en que aparece por el horizonte o desaparece tras él.

Éstos son mucho más difícil de observar porque, como el brillo del astro será muchísimo menor que el del Sol, es fácil que deje de verse antes de llegar a ponerse, o no sea observable hasta un tiempo después de salir, debido a la bruma del horizonte y al fenómeno de extinción atmosférica porque al estar a baja altura su luz debe atravesar una mayor capa de aire antes de llegar a nuestros ojos.

Hoy me voy a referir a algunos de éstos porque la pasada noche, con menos de 6 horas de diferencia, he podido observar dos espectáculos muy especiales: la puesta de Mercurio y la salida simultánea de Venus y la Luna. Por las circunstancias en que se han producido para mí han sido únicos; la primera vez que se han dado esas condiciones.
Lo voy contar ya porque durante unos pocos días podrá verse algo parecido, por si lo lees a tiempo y quieres intentarlo, aunque el segundo fenómeno no lo verás exactamente igual que yo.

lunes, 23 de enero de 2017

Desde el primer planeta (2)

Este post es continuación del anterior, que si no lo leíste puedes hacerlo ahora en este enlace.

En él se recogían varias situaciones paradójicas que se producen en el cielo del planeta Mercurio, algunas de las cuales solo las relaté sin dar una explicación del motivo que las ocasiona. Aquí aparecen esas explicaciones y como el asunto es un poco técnico, lo incluyo en el anexo “Si quieres saber más”. Si estas cosas no son de tu agrado déjalo y espero que la próxima entrada sea "menos fea".


Antes de que te sumerjas en los detalles debo advertirte que a diferencia de los demás, este post no es para todos los públicos. Al ser continuación del anterior, y contener solo el habitual anexo opcional, es adecuado solo para quienes tengan curiosidad y quizás deberán esforzarse para entender algunas cosas.
Como vi que a algunos lectores se les hacía difícil, especialmente la primera parte, escribí posteriormente este otro artículo que contiene también el tema del día y la rotación de Mercurio igual que aquí, pero con explicaciones previas generales que quizás deberías ver ahora (clicando el enlace), y he añadido este párrafo con posterioridad.

 
Los extraños números del planeta Mercurio

Debido a la situación de Mercurio en el Sistema Solar, próximo a nuestra estrella, sus movimientos de traslación y rotación tienen una duración muy diferente de lo habitual y de ello derivan estos curiosos números y las mencionadas paradojas.


Por un lado al ser el planeta más cercano al Sol, es el que se mueve más rápido y como además la longitud de su órbita es la más pequeña, tiene el periodo de traslación más corto. Esto debe ser necesariamente así, y su duración está determinada exactamente por la tercera ley de Kepler de acuerdo con su distancia al Sol. El año de Mercurio dura solo 88 días terrestres.

Por otra parte la rotación es muy lenta: Mercurio necesita nada menos que 58,6 días terrestres en completar un giro sobre su eje, y posiblemente se haya ralentizado debido a las fuerzas de marea, de manera similar a como ha ocurrido con la mayoría de los satélites del Sistema Solar.
Desde comienzos del siglo XX se pensaba que al igual que éstos enseñan siempre la misma cara a su planeta, Mercurio hacía lo mismo respecto al Sol. Sin embargo en 1965 se obtuvo el valor real de la duración de su rotación, y quedó claro que es el resultado de una resonancia gravitatoria ya que los dos periodos están en una relación exacta 3:2. Cada 3 rotaciones Mercurio da 2 vueltas alrededor del Sol, completando un periodo de 176 días terrestres en total que se repetirá sucesivamente.