domingo, 28 de diciembre de 2025

Felicitación

Soy consciente de que ya voy tarde, y mi felicitación de navidad para todas-os lectores del blog les va a pillar con algunas comilonas ya realizadas.

Además hace ya casi un mes que publiqué el último post y esta tardanza ha sido debida a que he estado liado con unas cuantas circunstancias de diverso tipo que me han impedido ponerme delante del ordenador el tiempo suficiente.

Así sin más aquí va la felicitación, con 720º de rayos crepusculares, que podría ser el record.

Que ese día de espectáculo sea el 25 de agosto, según el calendario juliano.

Y como hay imágenes más famosas y que se refieren precisamente a la navidad, vuelvo a poner esta de Giotto, que fue la primera vez donde la estrella de Belén tuvo cola, intentando el pintor italiano reflejar la imagen que había visto del cometa Halley.

Sobre la segunda fecha en importancia en estas fiestas, el comienzo de año, ya escribí en  https://www.tercerplaneta.net/2015/12/por-que-ahora.html  y para deshacer el entuerto de antes, es precisamente el 1 de enero según el calendario gregoriano o el 14 de enero según el juliano.

Pero para mí la más interesante es la de hoy, donde todo vale y a veces cuela.

Precisamente uno de los temas que pensé escribir este mes de diciembre pero se quedó en el tintero fueron las elucubraciones sobre el cometa 3I/ATLAS, sobre todo cuando teóricamente se iba a acercar lo máximo a la Tierra el pasado día 19.


Este texto, que se refiere a dicho astro, lo han publicado en el facebook del planetario de Madrid:

¡ÚLTIMA HORA DESDE EL PLANETARIO DE MADRID!

Los equipos internacionales que siguen la trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS, que el pasado 29 de octubre alcanzó su punto más cercano al Sol, el perihelio, acaban de confirmar un fenómeno sin precedentes: su órbita hiperbólica ha sufrido una anomalía gravitacional inesperada.

En lugar de continuar su viaje hacia el espacio interestelar, el cometa ha quedado atrapado en una órbita extremadamente inusual para un cuerpo de origen natural. Parece ser que aprovechando el efecto Oberth en su perihelio, el cometa se dirige en estos momentos hacia nuestro planeta.

El efecto Oberth es un fenómeno de la astrodinámica que establece que una nave espacial puede obtener un cambio de velocidad (delta-v) mucho mayor si realiza su encendido de motor cuando está en el punto de su órbita donde el potencial gravitatorio es más bajo y, por lo tanto, se mueve más rápido, es decir, en el periastro.

En el caso de 3I/ATLAS parece ser que usando este efecto ha cambiado su órbita original y ahora se dirige a la Tierra. Según los cálculos del equipo internacional de científicos que estudian al cometa, el próximo 5 de enero será visible a simple vista sobre la vertical de Madrid y otras provincias. 

El 3I/ATLAS permanecerá visible a simple vista sobre la ciudad durante los días previos y posteriores al 5 de enero, ofreciendo un espectáculo único en la historia de la astronomía. 

Permanece atento a la actualización las próximas horas.

#ObservaelcieloPlanetariodeMadrid

A partir de ahora, que voy a estar encerrado en casa más de un mes, intentaré recuperar la frecuencia de otras épocas, y como en la cabecera se sigue anunciando que el blog es para todos los públicos continuaré con un artículo sencillo sobre el cielo de esta época del año.

Y a pesar de la fecha de hoy, va en serio. 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Eclipses y ciclo metónico

 

Aunque todavía faltan más de 9 meses, a medida que se acerca la fecha se oye hablar cada vez más del eclipse del 12 de agosto de 2026.

Justo cuando faltaba un año publiqué algo sobre los eclipses y su periodicidad y ahora me ha llegado un nuevo dato, relacionado con el tema del descubrimiento del griego Metón, precisamente cuando acabo de publicar eso mismo en otro contexto, el del cálculo de la fase lunar. Ya es casualidad.

Es algo que yo no conocía, pero Inma en un comentario me dio la pista, y también Oriol se refirió al sabio griego sin que yo viera su relación con los eclipses.

Porque resulta que exactamente 19 años después del esperado eclipse del 12-8-26 habrá otro, el 12-8-2045, luego otro el 12-8-2064  y otro más el 13-8-83  (como en este último, a veces baila un día por el tema de los años bisiestos). En todos los casos, la misma fecha separada por los mencionados 19 años, aunque hay que decir que los 4 eclipses serán bastante diferentes:

3 eclipses totales y uno parcial. La Luna cada vez más hacia el sur de la eclíptica, significa que ocurren cerca del nodo descendente.

Y no solo eso, sino que con anterioridad al 2-8-2027 (el eclipse largo del sur de la península), hubo un eclipse el 1-8-2008  y habrá otros dos el 2-8-2046 y 2-8-2065

Secuencias geométricas muy similares al caso anterior, porque cada uno se corresponde con el mismo saros, y esto da una pista.

Además, antes del eclipse anular del 26-1-2028 hubo otros dos en el mismo día y mes el 26-1-1990, el 26-1-2009 y después habrá otro el 26-1-2047

En este caso todos son anulares (indicado por la línea roja central) excepto el último parcial. El nodo es ascendente, y debe ser así por ser los consecutivos de los anteriores (casi 6 meses de diferencia) 

Ya es casualidad lo de los 19 años justos, o eso parece.


Y es que efectivamente todos los eclipses están relacionados, por decirlo de alguna manera, con otros 3 eclipses que ocurren con una diferencia de 19 años pero el mismo día y mes (en total 4) o en algunos casos son 5 eclipses que repiten día y mes.

A modo de ejemplo, un cuadro con unos cuantos eclipses (todos los que ocurren dentro de los bordes del cuadro) y sus agrupaciones en un mismo día y mes:

El cuadro se podría haber alargado hasta juntar el final de cada columna con el principio de la siguiente, pero no aparecería nada nuevo

Volviendo a Metón, tal como recogí en su día, descubrió que 235 lunaciones coincidían casi exactamente con 19 años. Pero en principio esto no parece suficiente para nuestro tema porque para que se produzca un eclipse solar la luna nueva debe estar cerca del nodo.

Aquí entra en escena Saros: Tal como se dijo en este post cada 18 años y 11 días se repite la fase lunar conjuntamente con su posición respecto al nodo y por eso se producen eclipses con ese intervalo.

La norma de Metón (los 19 años) es justo un año después del periodo Saros menos 11 días (354 días), que es precisamente el periodo en que se repite la fase lunar de un año al siguiente, y si el nodo en los 18 años y 11 días después de un eclipse estuvo justo en la Luna, ahora a los 19 años (también 354 días después) se habrá movido 18.76º hacia el oeste, de acuerdo con la velocidad de desplazamiento del nodo.

Por otra parte la Luna (como en 27.3 días recorre 360º- traslación sidérea-) en esos 354 días se habrá movido 4668.13º hacia el este (12 vueltas más 348.13º) o 11.87º al oeste con lo que se habrá colocado a solo 6.89º (18.76º-11.87º) al este del nodo y será suficiente para que haya eclipse, porque como se vio estos fenómenos ocurren incluso estando la luna nueva a menos de 16.4º del nodo. 

Si representamos el nodo en el centro del intervalo, como en el siguiente gráfico, y empezamos representando uno de los eclipses (eclipse 3) en ese mismo punto, los que ocurren hasta 2 periodos antes y 2 después también estarán en la zona y se producirán 5 eclipses con el mencionado periodo de 19 años:


Pero si empezamos con una luna suficientemente separada del nodo, (en Eclipse 3), toda la figura anterior queda desplazada, una de las lunas de los eclipses saldrá del intervalo y no se producirá eclipse, quedando solo 4.


 Por lo tanto, según los casos habrá 5 o 4 eclipses separados exactamente por 19 años. 


En definitiva, el descubrimiento de Metón aporta un elemento más a la periodicidad de los eclipses. Unos ciclos con menos eclipses que los otros (los de 1388, 5197 o 21144 días que se recogen al final de este post) pero mucho más fácil de recordar.

¿Cuál es la clave para que esto ocurra? El hecho de los 11 días. Por una parte Saros -11 días coincide la fecha (día y mes), y 11 días antes se repite la fase del año anterior. Aparentemente una enorme casualidad numérica que nos proporciona esta historia. 


jueves, 20 de noviembre de 2025

Índice y selección de artículos

En todo blog los diferentes artículos van perdiendo visibilidad con el tiempo, ocultados por los más recientes. Pero en este caso, muchos de ellos son intemporales y posiblemente sean interesantes para muchos lectores que han descubierto recientemente este blog, o que en su día no los vieron.

Entre los más de 400 post publicados he elaborado una selección con mis sugerencias, separadas en 4 apartados, y un índice que aparece después, en el anexo.

Los distintos enlaces (en esta primera parte) van en diferente color según su interés actual:
En verde los que pueden ser interesantes en cualquier momento
En azul aquellos que aunque se refieren a fenómenos de fechas concretas contienen, a veces en los anexos, informaciones o imágenes siempre interesantes.
En rojo algunos artículos que pueden haber perdido de interés, pero siguen siendo llamativos o visualmente atractivos.

1- Algunos temas que quizás te sorprendan

2- Curiosidades o temas interesantes para no iniciados
El asteroide que podría chocar con la Tierra


3- Artículos con imágenes llamativas

4- Algunos artículos que tuvieron mucha aceptación en su día.


Aquí voy a ir incluyendo un índice estructurado con los artículos que creo que pueden ser más interesantes. Por no hacerlo excesivamente largo, no aparecen todos (actualmente hay más de 400), sino solo una selección.

Si te interesa un tema en concreto puedes acceder a todos los artículos sobre él utilizando las etiquetas temáticas del margen derecho de la pantalla. (Si lo ves en el teléfono móvil, al final de la pantalla elije VERSIÓN WEB)
Aunque la mayoría de los artículos están pensados para todos los públicos, muchos de ellos contienen información técnica original en los anexos que podría ser interesante incluso para iniciados o expertos.

Como hay muchos enlaces, si alguno no funcionase, te agradecería que me lo dijeras en un comentario (al final del post)


Aspectos de mecánica celeste en el Sistema Solar
         a) La Luna
b) Planetas

C) Cuerpos menores y meteoros
  
Medida del tiempo
a) Generalidades


         b) Aspectos relativos a la hora y la fecha oficial.
Para gastar más energía (Cambios de horario) 
Las 12: todavía no es mediodía (Cambio horario otoño)
c) Relojes de Sol

 Crónicas de observación y andanzas del blogger

lunes, 10 de noviembre de 2025

Mercurio y Júpiter comienzan a retrogradar

 

La palabra “planeta” viene del griego antiguo y significaba “errante”

Y esto era así porque mientras que las estrellas aún moviéndose en el cielo mantenían sus posiciones relativas, había 7 astros que se movían de manera extraña sobre el fondo de las estrellas fijas. Curiosamente los 7 planetas eran Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, la Luna y el Sol, y a cada uno se le asignó un día de la semana


Si. En un principio y antes de que el sistema heliocéntrico pusiera las cosas en su sitio, la Luna era planeta porque se mueve muy rápidamente respecto a las estrellas y el Sol también ya que aunque no se puede ver directamente sobre el fondo estrellado, no es difícil calcular sobre qué constelación (zodiacal) se encuentra. Pero la Tierra no lo era porque el concepto de "planeta" no era el actual.

Pero consideremos las posiciones que podemos ver de los planetas. Estos, prescindiendo del movimiento diario hacia el oeste debido a la rotación de la Tierra, se mueven poco a poco de oeste a este de un día a otro respecto a las estrellas. Pero en ocasiones parecen detenerse y cambiar el sentido del movimiento durante un tiempo en lo que se llama “Retrogradación”

Curiosamente, entre los planetas de la antigüedad ni la Luna ni el Sol retrogradan.

He recogido en varias ocasiones la retrogradación de Marte, que es la más evidente y la más citada, incluso un artículo mucho más general y amplio que éste sobre este mismo tema en general, que te invito a que lo leas en este enlace 

Pero precisamente vuelvo ahora con los detalles concretos de dos ejemplos de retrogradaciones que empiezan estos días, casi simultáneamente y uno de ellos fácil de seguir: Van a comenzar sus retrogradaciones Júpiter y Mercurio. Dos situaciones muy diferentes y casi opuestas respecto a la localización y a la posibilidad de observación pero por ello interesantes de comparar.

 Júpiter

El planeta gigante se ha ido acercando a las dos estrellas brillantes de Géminis: Cástor y Póllux, casi ha llegado a situarse en línea, pero antes de eso, como si le diera miedo traspasar la línea, el día 11 se detendrá (justo después de haber recibido la visita de la Luna) y se volverá hacia atrás, hasta el 14 de marzo, cuando estará casi en el centro de Géminis.


Cuando un planeta exterior como Júpiter retrograda, está en la zona opuesta al Sol y por ello ese es el mejor momento para observarlo. Más cerca de la Tierra, casi durante toda la noche, y cuando más brillo muestra.

Como tiene más mérito el descubrirlo que el leerlo, te invito a que las noches que puedas ver a Júpiter traces su posiciones en el siguiente gráfico. Ya es visible por el este a partir de las 11 de la noche y cada vez antes. No tendrás duda de cuál es porque destacará como el punto más brillante de la noche.


Y aquí las posiciones y órbitas a escala con las cuales se puede medir cuántos grados veremos moverse hacia atrás al planeta gigante


Mercurio

Mercurio, Al ser un planeta interior y moverse más rápido que el nuestro, lo veremos retrogradar cuando se mueva en dirección contraria respecto a la Tierra, es decir cuando pase detrás del Sol y por lo tanto en el máximo movimiento de retrogradación no podrá verse desde aquí. Si puede intentarse al principio y final de la misma. Precisamente ahora va camino de colocarse entre Marte y Antares, como queriendo separar a los dos enemigos, pero aunque esa circunstancia se verá impedida por el comienzo de la retrogradación, si tenemos un horizonte SO limpio con unos prismáticos o una cámara fotográfica podría captarse (con cierta dificultad) el llamativo trío unos 45 minutos tras la puesta de Sol en los días del comienzo de la retrogradación (desde la península Ibérica)


Una representación de los movimientos de La Tierra y Mercurio durante la retrogradación:

En este gráfico, así como en el de Júpiter, aparece el “ángulo de retrogradación”, que será el ángulo que vemos retroceder al planeta sobre el fondo de las estrellas. Para calcularlo gráficamente se trazan dos rectas que pasan por las posiciones de la Tierra y el planeta al principio y al final de la retrogradación, y luego por el punto de la posición final de la Tierra se traza una paralela a la línea del principio. 


En los planetas exteriores el intervalo de retrogradación incluye el punto de oposición, y por tanto las épocas de mejor visibilidad del planeta. Lo contrario ocurre en los planetas interiores ya que este intervalo incluye la conjunción inferior (situados detrás del Sol)

jueves, 30 de octubre de 2025

Cálculo de la fase de la Luna

 Como respuesta a la petición  en un comentario al blog,  hoy toca escribir sobre Metón y el método de la “epacta” para el cálculo de la fase lunar.

A diferencia de todos los demás artículos del blog, éste no lo he elaborado yo solo, sino que es fruto de un trabajo en el que participó el Aula de astronomía de Fuenlabrada y especialmente su responsable  Azahara López, que realizamos hace 4 años y presentamos en las jornadas para la enseñanza de la astronomía en Sevilla.

Logo del Aula de astronomía de Fuenlabrada

¿Sabes qué fase tiene la Luna hoy?

¿O el día en que naciste?

¿O en la próxima nochebuena?

¿Hay alguna manera sencilla de calcularlo o algún artilugio que nos lo proporcione?

La respuesta es sí, y lógicamente para ello necesitaríamos un dato inicial (cómo estaba la Luna en determinada fecha) y una relación entre la duración de las lunaciones y un periodo de tiempo que nos permita llegar rápidamente al dato inicial, por ejemplo un número entero de años cuya duración sea muy aproximadamente igual a un número entero de lunaciones

En definitiva el método se basa en un hallazgo de Metón de Atenas en el siglo V a.C.

Metón de Atenas

Ya en su época Metón conocía la duración de las lunaciones (29.53 días) y se dice que fue el primero que determinó la duración del año solar (365.25 días) mediante la observación de los solsticios, pudiendo descubrir con esos dos datos que 19 años duran casi igual que 235 lunaciones (o casi 6940 días).  Así, partiendo de un dato conocido y retrocediendo sucesivos intervalos de 19 años consecutivos las fechas de las fases lunares se repiten y ya tenemos un patrón para calcular la fase en cualquier fecha.

Dicho en forma numérica 19 x 365.25 = 6939.75     y  235 x 29.53 = 6939.55

O visualizado en un gráfico: 

Las líneas rojas que indican el final de cada año solo vuelven a coincidir con las azules que indican las lunaciones, al cabo de 19 años

Por ejemplo el 1 de enero de 1995 hubo luna nueva, por lo que también la habrá 19 años más tarde, el 1 de enero de 2014, y otros 19 años después, el 1 de enero de 2033. Y si queremos saber la fase de cualquier día de 2033, como 2033=1995 + 19 x 2, coincidirá con la misma fecha de 1995.

Estos años no solo difieren en 19 entre ellos, sino que casualmente son múltiplos del número 19, lo que facilitará el cálculo pues todos los años múltiplos de 19 tienen luna nueva el 1 de enero aunque esto solo ocurre desde 1900 hasta 2033, como se explica luego.

Según cual sea el resto del año dividido entre 19, se obtienen solo 19 grupos de años que tienen las fases lunares diferentes (numerados del 0 al 18 según ese resto). A estos resultados se le llama epacta y la Iglesia Católica (modificando los números del 0 al 18  a 1 al19) lo ha utilizado para fijar algunas fechas de su calendario festivo que estaban determinadas por la Luna, como la fecha de Pascua.

Seguramente será más claro ver el método aritmético completo y los criterios que proporciona, para conocer la fase de un día cualquiera:

Hay que tener en cuenta que la fase lunar se adelanta casi 11 días cada año (en realidad 10.89) Por ejemplo, como el 1 de enero de 1995 ha habido luna nueva, para los cálculos de 1996 hay que tener en cuenta que la luna nueva habrá sido el 21 de diciembre de 1995 y el 1 de enero de 1996 habrá habido una luna de 11 días, o para los de 1997 la luna nueva habrá sido el 10 de diciembre de 1996 y el 1-1-1997 será una luna de 22 días.

Esos 11, 22, 33,… días habrá que sumarlos a los que hayan pasado desde el 1 de enero si queremos calcular cualquier otro día del año.

Por ejemplo, y tal como se ve en el siguiente gráfico, el 3 de marzo de 1997 son 22 días por el año, más 62 días desde el 1 de enero, en total 84 días, que corresponden a 2 ciclos de 29.5 días más 25 días. Una luna de 25 días, es decir menguante a 4.5 días de nueva.


Desarrollo concreto del método

Existen varios algoritmos ligeramente diferentes para realizar todos estos cálculos, aunque en algunos momentos son artificiosos y no son totalmente exactos.

Veamos uno de estos métodos con un ejemplo: Queremos calcular la fase lunar que habrá el día de navidad del próximo año 2026:  el 25-12-2026

1) Dividimos 2026 entre 19 y nos quedamos con el resto, que es 12. En el lenguaje matemático:    2026 mod 19 =12

2) Multiplicamos el resultado por 11 (por cada año, la fase se repite 11 días antes)  

12 x 11 = 132 (número de días, antes del 1 de enero de nuestro año, en que hubo luna nueva) Con el redondeo estamos poniendo de más: 11 en vez de 10.89 (considerando años de 365.25 días)

3) Dividimos el resultado entre 30 y nos quedamos con el resto (aproximación del mes lunar): que sale 12:   132 mod 30=12   (número de días, antes del 1 de enero, en que hubo la última luna nueva) Con el redondeo estamos poniendo de menos (30 en vez de 29.53) y en cierta forma compensa lo anterior

4) Según el mes, se sumarán los días que han pasado desde la fase del 1 de enero hasta el 1 de nuestro mes. Por ejemplo si queremos calcular un día de febrero, el 1 de este mes estará 1 día más avanzada que la de enero porque este mes tiene 31 días: 30 días de una lunación más el día 31:

Enero y Marzo: No hacemos nada (en marzo se repiten las de enero, por ser febrero de 28)

Febrero: Sumamos 1  (en febrero habría que sumar 1.5 y en marzo restarlo)

De Abril a Diciembre: Sumamos uno por cada mes que pase desde marzo

En nuestro caso 12 + 9 = 21

En realidad a partir de abril habría que ir sumando 0.5, 1.5, 0.5, 1.5,… con lo que al sumar 1 se hace un redondeo

Estas sumas se hacen para acoplar las lunaciones según vayan pasando los meses, y eliminando las lunaciones completas: si el 1 de enero la edad de la Luna era 1, el 1 de abril, por ejemplo, será 2 (enero y febrero han pasado dos lunaciones justas, que las podemos olvidar, y en marzo ha pasado una lunación más

5) Sumamos el día del mes: 21 + 25 = 46

6) Si nos pasamos de 30, dividimos entre este número y nos quedamos con el resto:  En este caso queda 16: El día 16 comenzando con la luna nueva, es decir 15 días después de dicha fase, o sea al día siguiente de la luna llena. 

En 2026 Nochebuena con luna llena

 

El Selenoscopio:

Si no queremos hacer esas engorrosas operaciones y además queremos obtener una mayor exactitud evitando los citados errores, hay un instrumento llamado “selenoscopio” que nos servirá. Se pueden encontrar en internet diferentes modelos, pero algunos son incorrectos.

También en este apartado os presentaré el que realicé conjuntamente con el Aula de Astronomía de Fuenlabrada, y especialmente con Azahara

Nuestro SELENOSCOPIO

La ventaja del Selenoscopio es que no redondea. Utiliza los valores reales de los distintos parámetros, diferentes valores para meses de distinto número de días, los años bisiestos de manera adecuada y teóricamente daría el valor real porque tiene en cuenta las particularidades del calendario, aunque puede haber pequeñas diferencias por las irregularidades de los ciclos lunares.

Una vez elaborado el modelo ya no hay que realizar las repetitivas operaciones y su manejo es sencillo.

Consta de 3 discos, como aparecen en la siguiente imagen: El de la derecha (que quedará en la parte inferior) contiene los años y los días, el del centro las imágenes de las fases lunares y su edad (días que han pasado desde la luna nueva) y el de la izquierda (que quedará arriba) con los meses, y una ventana en la que miraremos el resultado.


Disco de los días del mes y los años (el que se sitúa detrás de los otros)

Los días:  

Como en 29.5 días la Luna completa sus fases, estos 29.5 días (que se marcan en sentido retrógrado) deben rellenar todo el círculo. Pero evidentemente debemos colocar todos los días del mes hasta el 31, (separados por 12.19º porque 360º/29.5 = 12.19º). Por ello se solapan la mitad del 30 y el 31 con el 1 y la mitad del 2, como se señala en el gráfico con el indicador azul. Por la parte exterior se deja libre un anillo para colocar ahí los años.

Los años

Se comienza marcando el año inferior que se vaya a utilizar y a partir de él los siguientes de manera correlativa en sentido directo: Cada año va separado del anterior por 129,7º   (o 141,9º  si el anterior es bisiesto), porque al año siguiente las fases se repiten 10.64 o 11.64 días antes  y, tal como se ha calculado, cada día es 12.19º.   12.19 x 10.64 = 129.7    y    12.19  x 11.64 = 141,9.

Trazado de los años, comenzando por 2010

La posición del primer año no depende de la posición de los días (todo quedará ajustado al final, con el trazado del disco de las fases), y puede empezarse en cualquier lugar. 

Es posible ir añadiendo más años, y no se solapan con los ya trazados por la distribución de los bisiestos aunque de cara a la estética y facilidad de uso, después de una veintena de ellos convendría sustituir este disco por otro nuevo con los siguientes años. Pero si queremos que el resto del selenoscopio sea válido, en este nuevo disco habría que mantener la relación de la posición de los años con los días del primero.

Disco de los meses: (El situado delante)

La separación entre las indicaciones de un mes y el siguiente es diferente según el número de días de ese mes. Quizás esto sea lo más extraño a la hora de trazarlo, pero es lo que le dará una exactitud que no tenía el método aritmético.

Enero y febrero en rojo se utilizan en los años bisiestos

De enero a febrero: Enero completa más de una lunación: 31-29,53=1.47 días. Por tanto en febrero la fase se repite  1,47 días antes (1.47  x 12.19 = 17.92)

Mayo tiene 0.5 días más de una lunación. Por tanto en Junio la fase se repite 0.5 días antes.

Octubre tiene 1.5 días más que una lunación. Por tanto en Noviembre la fase se repite 1.5 días antes.

Para los bisiestos, el trazado de enero y febrero es diferente y conviene escribirlos en distinto color 

En este disco se perfora una ventana en la que se verá el resultado:

Por estética esta ventana suele situarse justo en la parte opuesta de los meses, pero esto no es importante para obtener el resultado.

También hay que dejar una pestaña que ayude a girar el disco

Disco de las fases (el intermedio)

Este disco se hace de manera que se complete con los días justos (29.5) porque debe ser continuo. Como se ha dicho antes, la separación entre los días será de 12.19 y dibujamos junto al día la fase correspondiente (el día 0 la luna nueva). En sentido retrógrado (como las agujas del reloj)

El número de imágenes con la Luna en diferentes fases es aleatorio, aunque lógicamente la separación entre una y otra dependerá de ese número. En éste se proponen 16 aunque hay otros muchos con 8. En el caso de 16 el ángulo entre dos de ellas será 22.5º (360º/16)

En el borde de este disco se coloca una pestaña que se utilizará luego para elegir el año. En principio esta pestaña puede ir en cualquier lugar del borde del disco.

Para que la colocación de las fases esté de acuerdo con la orientación de los otros discos, éste debería ser el último que trazásemos, tal como se indica luego: Un día del que conocemos la fase lo utilizamos como se indica a continuación y en la ventana marcamos la fase de ese día. A partir de ella se trazan las demás.

Utilización: 

a) Se gira el disco de las lunas (el central) hasta que la pestaña se sitúe al principio del año (esta pestaña surge del disco intermedio)

Está indicando el año 2021

b) Luego (sujetando con dos dedos la pestaña que acabamos de colocar) se gira el disco externo (el de los meses, ayudados por la otra pestaña) hasta hacer coincidir el día con el mes.

Indicaría, por ejemplo, el 27 de agosto, o el 1 de mayo, o incluso el 30 de mayo ...

c) En ese momento en la ventana del disco externo aparecerán la imagen de la Luna con su fase adecuada. Si la ventana es suficientemente grande podrían aparecer varias imágenes para obtener la media y lograr más precisión.

Este sería el método de uso, una vez que el instrumento esté acabado.

Pero antes del primer uso habría que dejar claro dónde poner las fases del disco intermedio. Para ello se puede utilizar la segunda imagen del selenoscopio que aparece antes (incluida la posición de las pestañas), pero esto solo serviría para un rango limitado de años. Lo más adecuado sería una vez montados los 3 discos pero antes de dibujar el disco de las fases, empezar eligiendo el año (a) y luego girar el disco superior para alinear el día con el mes (b), como se acaba de indicar, y marcar la fase que corresponde a esa fecha en la posición de la ventana (c) (que estaría en blanco) y que serviría como referencia para completar el disco de las fases.



Podemos comparar la exactitud de los cálculos mediante el método de la epacta, con los valores reales (que nos daría el selenoscopio) en algunos ejemplos:

- El método de la epacta utiliza solo números enteros, y como el ciclo lunar es de 29.53 tiene unas diferencias con los valores reales, que en general se van compensando pero a veces surgen ciertas inexactitudes

- Trata igual a los meses de 30 o 31 días, a los bisiestos y no bisiestos.

- Debido a ello, si un mes tiene 30 días, el último día del mes (el 30) sale con dos días de diferencia de la Luna respecto al día 1 del mes siguiente, cuando evidentemente debería ser solo uno.

- Lo mismo ocurre con el 28 de febrero y el 1 de marzo de un año no bisiesto El 1 de marzo de un año no bisiesto sale 2 más que el 28 de febrero: Por ejemplo 1-3-2025 sale 13  y    28-2-25 sale 11

- El algoritmo no es definitivo porque 19 años no son exactamente 235 lunaciones ya que hay una diferencia en los decimales tomando más que los que utilizó Metón. 

Con la aplicación sucesiva la diferencia va aumentando y cada 219 años habrá que restarle 1. Si no se hace esa resta lógicamente habrá una diferencia de un día respecto a la luna real. En 19 años trópicos hay 6939.6016 días; casi exactamente lo mismo que 235 lunaciones, que se completan en 6939.6884 días que es parecido pero no es lo mismo. Y como se ha dicho, ese pequeño error se va acumulando.

Esto se puede solucionar fácilmente modificando el algoritmo, al igual que el cambio con el calendario gregoriano, pero debe quedar claro que este algoritmo para calcular la epacta no es fijo, sino que hay que adaptarlo a la época en que se use.