Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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jueves, 4 de mayo de 2023

Ni Luna llena de flores, ni eclipse lunar, ni estrellas fugaces.

Cada vez podemos encontrar en la red más informaciones sobre fenómenos astronómicos, lo cual es de agradecer. Pero parece que algunos medios están obligados a publicar continuamente algo, aunque no lo haya, y se consigue el efecto contrario a lo que se debería pretender.

Como ocurre muy frecuentemente, hoy mismo nos quieren vender fenómenos que no podremos ver.

Un 3 en 1, para no ver nada


Aún peor: desde ahí ni siquiera se verá la Luna, y parece que se asocian los términos


- Este día 5 hay luna llena, y como está de moda últimamente, se recuperan calificativos para nuestro satélite en plenilunio que utilizaron tribus norteamericanas. En este caso corresponde la luna de flores, y se llamó así a esta luna primaveral con los campos floridos. Pero las flores estarán en el suelo y no en la Luna.

- Por otra parte, el eclipse lunar que ocurrirá esa misma noche del 5 al 6 no tiene nada de casualidad porque todos los eclipses coinciden con la Luna llena. Si no es con la de las flores sería con la de fresa o con la del cazador, o ...

Será un eclipse penumbral, es decir que la Luna no llega a entrar en la sombra de la Tierra, sino solo en la penumbra, no se apreciará gran cosa, y no es en absoluto visible desde América ni desde el oeste de Europa. 

Aunque el mapa parece decir lo contrario, en España, Francia, Benelux Alemania, Dinamarca o Suecia sería visible al atardecer, nada más salir la Luna pero solo sumergida en la zona más tenue de la penumbra, lo que no se apreciará en absoluto.

Mapa del eclipse. En la zona oscura no se verá nada, y en sus proximidades será totalmente inapreciable por ocurrir cerca del horizonte y en la zona más tenue de la penumbra.


Es cierto que podría apreciarse incluso a simple vista en el momento del máximo (a las 19:22 hora central europea), porque además este es un eclipse penumbal muy profundo, el mejor de este tipo en décadas, Pero ¡a esa hora tendremos la Luna debajo de nuestro horizonte! 

En Europa occidental la Luna saldrá al final del eclipse, cuando éste ya es inapreciable. Una imagen similar a esta del 5-7-2020 en que se puso al final del eclipse y al menos en aquella ocasión pudo verse algo en las horas anteriores..

- Respecto a las estrellas fugaces de las Eta acuáridas, es cierto que destacan sobre otras lluvias menores, pero no alcanzan ni por mucho, la de las 3 más importantes del año: las Perseidas, Gemínidas o Cuadrántidas. Si te interesa el tema está bien que intentes observarlas, pero para la mayoría de la gente que esté guiada solo por la curiosidad será una decepción. 

Además este año el máximo, alrededor del día 6, coincide prácticamente con la luna llena, lo que dificultará en gran medida su observación.

Con la luz de la luna llena solo podrá verse algún meteoro muy brillante

O sea, que tampoco veremos prácticamente nada. Quizás lo más destacable es saber que son restos del famoso cometa Halley, 

martes, 7 de marzo de 2023

Venus y Júpiter. La pareja se separa

 Aunque tratándose de las personificaciones de la belleza femenina y el dios supremo del olimpo este título podría ser el de una crónica de desamor y ruptura, lo cierto que en astronomía siempre que dos planetas se acercan (vistos desde aquí) inevitablemente luego se separan y cada uno sigue su camino.

Eso ha ocurrido con la conjunción Venus - Júpiter, que tanta expectación  ha provocado, y sobre la que ya escribí en su día. Si interesante ha sido ver el acercamiento también lo es la geometría de la separación.

El 6 de marzo Venus y Júpiter aparecen ya bastante separados

Por eso, y porque he obtenido y me han pasado nuevas imágenes del encuentro y de la despedida, me ha parecido adecuado publicar este nuevo capítulo, en el que además aparece la explicación de las extrañas trayectorias aparentes que han seguido los protagonistas.

Primero voy a incluir aquí la actualización que escribí en el anterior post porque evidentemente muchas personas que ya habían leído antes de ampliarlo lógicamente no lo vieron (y mira que ya me habían dicho que eso lo de las actualizaciones no es adecuado en un blog)

En Bilbao el 1 de marzo, fecha clave del fenómeno, el cielo estuvo  cubierto y no se pudo ver la conjunción, pero me han llegado muchas imágenes, obtenidas con telescopio o directamente. He utilizado dos de estas últimas para completar una animación en su mayoría de imágenes mías, que recoge el acercamiento de los dos planetas, mucho más visual y completa que las fotos que puse en el anterior artículo:

Tengo que agradecer a Belén Del Río por sus imágenes de la conjunción desde Madrid y darle la enhorabuena por haberlas obtenido.


Una vez recogidas las posiciones hasta el día 2, en que Venus y Júpiter estuvieron también muy próximos, añado ahora otra animación donde al dejar marcadas las sucesivas posiciones se aprecian las trayectorias. Todas son imágenes reales obtenidas de los dos planetas en cada fecha, pero superpuestas sobre un fondo común.

Se recogen también los datos extraídos de otras dos imágenes obtenidas desde Madrid por Belén y Mar del Río el 3 y 4 de marzo, casualmente en los días en que en Bilbao estuvo nublado, que han permitido continuar las trayectorias hasta ayer mismo (desde el 28-2 hasta el 6-3, todos los días seguidos), además de sacar otra conclusión:


Mientras que los dos planetas se van separando también siguen intercambiando posiciones y Júpiter, que siempre había ido por detrás, adelanta a Venus en su aparente camino hacia el oeste.


Eso se aprecia en estas mencionadas imágenes obtenidas desde Madrid, donde el día 3 están prácticamente en vertical, y al día siguiente Júpiter ya se ve ligeramente a la derecha de Venus.
 
Esta circunstancia que podría estar condicionada por la diferencia en la hora de las observaciones (ya que va cambiando el acimut de los dos astros en diferente medida), en este caso no influye debido a la estrecha ventana horaria que no se alarga mucho después del crepúsculo

Dejando fijo el resultado final con todo el recorrido, se pueden sacar varias conclusiones


Pueden surgir varias preguntas:

- ¿Por qué se mueven los dos planetas de día en día hacia la derecha?

Porque están cerca de la eclíptica y estamos en invierno. En estas fechas, y hasta el equinoccio, el Sol se pone cada vez más hacia el oeste, (más hacia la derecha en el hemisferio norte), y como la eclíptica pasa por el Sol y los planetas están muy próximos a ella, cada día se ven más hacia la derecha (ver el siguiente gráfico)

- Aparentemente Venus y Júpiter parecen llevar unas trayectorias rectilíneas con un ángulo entre ellas de unos 60º. ¿Cómo puede ser eso si en estos meses están casi pegados a la eclíptica, con una separación máxima de solo 1.5º?

La explicación es la misma. Tal como puede verse en el gráfico, al desplazarse la eclíptica hacia la derecha y moverse los planetas sobre ella, las posiciones se corresponden a las observadas.


¿Cómo habrá sido esta aproximación y despedida desde latitudes análogas pero del hemisferio sur?

Allí es verano y por ello la eclíptica más horizontal, y el movimiento de esa eclíptica hacia...?

Una aclaración, volviendo al hemisferio norte: Si la Tierra no se moviese, también el desplazamiento de Júpiter sería hacia arriba. Pero como la traslación de la Tierra (y el movimiento aparente del Sol desde aquí) es más rápida que la traslación de Júpiter, y se ha tomado las fotos con un mismo intervalo posterior a la puesta de Sol (70 minutos después), Júpiter nos aparece cada vez más hacia abajo.  

Si se hubieran tomado a una misma hora sidérea (cada día 4 minutos antes) que mantiene las constelaciones en el mismo lugar, también Júpiter se vería cada vez más alto.

Actualización, respondiendo a un comentario.

Un hecho que puede resultar curioso es que, tal como se pudo observar por el telescopio, la línea que forman los satélites de Júpiter no estaban en la dirección de Venus. Esto es debido a que esa línea prácticamente es paralela a la eclíptica, pero no está exactamente sobre ella porque Júpiter no lo estaba. Como todos los planetas están situados cerca de la eclíptica, la línea de los satélites de Júpiter apuntará aproximadamente a otro planeta, a no ser que esté muy cerca como en este caso. Ya que ni Júpiter ni Venus estaban exactamente en la eclíptica.

La situación fue la siguiente, manteniendo la escala:



domingo, 19 de febrero de 2023

Venus y Júpiter. Pareja y trío con la Luna

El cielo nos ofrece de vez en cuando imágenes muy fotogénicas, y como ejemplo dentro de unos días los 3 astros más brillantes de la noche se situarán muy cercanos y casi en línea recta, desde nuestra perspectiva; aunque eso solo será el aperitivo. Tal como anuncié en el artículo anterior, detallaré aquí el tema de la conjunción planetaria más espectacular, del día 1 de marzo entre los planetas Venus y Júpiter.

En estos días de cielos totalmente despejados, al menos por aquí, seguro que al anochecer mucha gente se habrá fijado en dos aparentes estrellas muy llamativas que en realidad son los mencionados Venus y Júpiter, el primero más brillante y más cercano al horizonte.

Júpiter y Venus desde Somo (Cantabria). A principio de febrero ya se veían en la misma zona aunque todavía muy separados.

Si hemos reparado en sus posiciones en diferentes fechas habremos visto que cada día han estado más próximos entre sí:

Imágenes tomadas en Bilbao, 70 minutos después de la puesta de sol: Aparentemente Venus va hacia arriba y Júpiter hacia abajo, aunque como se explica luego, el movimiento real no es lo que parece.

Seguirán acercándose, de manera que el día 1 de marzo estarán casi juntos.

Pero una semana antes, el miércoles 22, cuando la separación entre ambos planetas sea aún de 7 grados, se coloca por el medio de ellos la Luna creciente muy fina, dando una preciosa imagen con Júpiter arriba, en el centro la Luna solo 60 horas después de la fase nueva y abajo Venus, que podrá verse desde que empieza a anochecer y hasta que se oculten por el Oeste unas 2 horas después de la puesta de sol o incluso más, si tenemos un horizonte oeste despejado.

Montaje con la posición de los 3 astros

Incluso el día anterior, el martes 21, con cielos limpios podría intentarse ver la Luna. Situada más cerca del horizonte que los planetas, que solo tendrá un día y medio y por ello será problemático apreciarla. En el hemisferio norte al estar la eclíptica más vertical será más fácil porque tras la puesta de sol oscurece antes y la Luna está más alta. Para compensar un poco, cuando se vea la Luna desde América habrán pasado más horas y la fase será levemente más grande.

Posiciones el 21 de febrero, una hora después de la puesta de sol

Sobre todo la del día 22 será una situación muy llamativa con los 3 astros más brillantes de la noche, que me recuerda otra similar ocurrida en junio de 2015, y que en Bilbao fue admirada por mucha gente que salió a la calle para ver los numerosos espectáculos de luz y sonido que se dispusieron para conmemorar el aniversario de la fundación de la villa, y algunos preguntaban en broma si esas luces en el cielo también las había puesto el ayuntamiento. En aquella ocasión estos mismos astros formaron un triángulo casi equilátero.

Montaje con varias imágenes de aquel anochecer

Desde entonces solo ha habido una situación similar con estos mismos protagonistas. Fue el 28-11-19, aunque se retiraron pronto del escenario y no llegaron a verse con el cielo oscuro.

La conjunción

La Luna, inquieta o casquivana, se marchará de la escena mientras en los días sucesivos los dos planetas siguen acercándose, produciéndose la conjunción el 1 de marzo, como se ha dicho. Dos puntos muy brillantes y casi juntos, desde Europa se verá Júpiter a la izquierda y un poco por arriba de Venus y desde Sudamérica casi encima de él. Luego analizo la situación desde otras zonas.

A diferencia de la famosa “gran conjunción” de Júpiter y Saturno, tan comentada en diciembre de 2020 porque se produce solo cada 20 años, casi todos los años hay conjunción de Júpiter y Venus (pero ésta es más espectacular ya que el brillo del segundo planeta es muchísimo mayor que el del sexto) porque cada 13 meses Júpiter se sitúa tras el Sol, y antes o después encontrará a Venus que nunca se aleja demasiado del astro rey. Como mucho 45º. Incluso debido a los vaivenes de Venus, podrían darse varios encuentros seguidos, como ocurrió en 2015.

De todas formas, como la mitad de estas conjunciones serán de madrugada, siempre más incómodo de observar, muchas de ellas angularmente cerca del Sol, y otras con una mayor separación de los protagonistas hay que aprovechar ésta, que en los últimos 10 años solo ha tenido rival en 2015 y 2016.

Venus y Júpiter en la conjunción de 2016, tomada en Esguevillas de Esgueva (Valladolid)

Mirando al futuro, en 2024 será justo en frente del Sol, totalmente inobservable y en 2025 de madrugada.



Posición relativa el día de la conjunción

Como los dos planetas solo serán visibles durante un par de horas aproximadamente, desde que se haga de noche hasta que se oculten, la situación no se verá simultáneamente desde distintos lugares de la Tierra con diferencia de longitud geográfica apreciable y los planetas se verán un poquito más cercanos o lejanos según el lugar. Así el momento exacto de la máxima aproximación (conjunción en longitud eclíptica) no se verá en Europa ni en América al ocurrir después de su puesta el día 1, pero sí en el oeste del Pacífico, por ejemplo desde las islas Hawai. Pero la diferencia es pequeña.

Posición de los dos planetas en el momento de mayor proximidad, vistos desde diferentes lugares

Debido a la diferencia horaria e incluso al cambio de fecha, habrá lugares en Asia donde la máxima proximidad será el día 2, o será similar el 1 y el 2.

Teniendo en cuenta la distancia en tiempo con la conjunción y también la inclinación de la elíptica, la posición relativa de los dos planetas entre sí, cambiará (desde el Cono Sur Americano vertical, desde Hawai horizontal, desde zonas de Asia inclinados en uno u otro sentido...)

Desde Europa y América, con una separación de solo 37´ o menos, poco más del diámetro lunar, podrán verse los dos planetas simultáneamente en un telescopio, pudiendo apreciarse la fase de Venus (iluminado en un 85%), y los satélites de Júpiter: Calisto, Ganímedes e Io por el este y Europa por el oeste.


¿Cuál de los dos se mueve más?

Durante estos días y en el acercamiento de los dos planetas, Júpiter cada día un poco más abajo y a su derecha, da la impresión de que es él el que se acerca a Venus, que además en la interpretación mitológica sería lo lógico, pero es una falsa impresión. De hecho Júpiter se está moviendo en su órbita en sentido contrario como escapando de Venus, pero despacio, y es Venus el que va a su encuentro (desde nuestra perspectiva) mucho más rápido. El efecto es debido al movimiento de traslación de la Tierra que hace que el Sol cada vez se vea más cerca de Júpiter y anochece cada vez con Júpiter más bajo. 

En cuanto a Venus, en realidad se mueve más rápido que Júpiter y desde aquí se dirige hacia él, pero más deprisa que si la Tierra no se trasladara. En definitiva los movimientos y posiciones del segundo y tercer planeta hacen que Venus vaya aumentando su elongación, antes de la máxima, el 4 de junio. 

Los vamos a ver en el cielo cómo se van aproximando y sus trayectorias se cruzan (ver la animación final), pero no coincidirán en un mismo punto debido a la diferente inclinación de los planos orbitales, y Venus llegará al punto de intersección de dichas trayectorias antes que Júpiter.



La Luna con sus mejores galas junto a Venus

Por otra parte, la Luna el día 22 aparece muy fina, y siempre que la veamos cerca de Venus tiene una fase similar, porque la elongación (separación angular con el Sol) máxima de Venus es de poco más de 45º, y la Luna recorre ese intervalo en menos de 4 días. Por ello siempre estará a menos de 4 días de la Luna nueva, y la fase estará fina. El día 22 con solo 29º de elongación, una luna de poco más de 2 días.

Posiciones de los astros el 22 de febrero. La Luna se ve proyectada entre los dos planetas.
Las órbitas de los planetas están a escala, pero en la de la Luna se ha exagerado el tamaño para apreciarlo mejor.

A pesar de todo, y viendo los gráficos, está claro que los astros que intervienen en realidad están muy alejados entre sí, no hay nada especial en la situación objetiva, y todo lo que se ha descrito ocurre gracias a la posición y el punto de vista desde tercer planeta.

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La actualización que había colocado aquí con imágenes y gráficos de las posiciones hasta la conjunción la he incluido en un nuevo post para mayor visibilidad



jueves, 9 de febrero de 2023

Venus se cita con todos los demás planetas


Si el pasado año tuvieron lugar de madrugada, y por ello con muy pocos espectadores, ahora las conjunciones planetarias ocurren a horas mucho más prudenciales. 

Los planetas parecen estrellas muy brillantes, y el hecho de ver dos de esos astros tan cercanos entre sí (desde nuestra perspectiva) siempre es un espectáculo para los aficionados a la astronomía y para el público en general aunque no los conozca:

Júpiter y Saturno aparecían muy juntitos el 21 de diciembre de 2020. Aunque esta conjunción tuvo mucho eco, sobre todo porque hay que esperar 20 años para que se repita, estos meses podrán verse otros encuentros planetarios, alguno incluso aún más atractivo.

Curiosamente, y para darle más realce, en todas las conjunciones desde finales del pasado diciembre  hasta el comienzo de julio de este año está presente el planeta Venus, el más brillante. Visto desde la Tierra, el segundo planeta va sobrepasando a cada uno de los otros, incluso a Urano y Neptuno aunque estos no los vemos sin ayuda óptica. Pero cuando se dispone a hacerlo con Marte, el único que le falta,…

Debido a este protagonismo de Venus, y a que estos fenómenos corresponden a su aparición vespertina, todas estas conjunciones son visibles al principio de la noche; un aliciente más para observarlos.

Pero veamos las fechas y circunstancias de todos ellos en esta simulación:

Como se habrá podido apreciar, después de haber estado junto a todos los demás planetas Venus tendrá una larga aproximación hacia Marte, pero antes de acercarse demasiado, y como si hubiera visto en él algo peligroso, se retira rápidamente.

Entre todas estas conjunciones, sin duda la más llamativa será la de Venus con Júpiter que ocurrirá el 1 de marzo. Si en 2020 se habló tanto de la “gran conjunción” esta será más espectacular aunque no sea tan mediática por no ser tan infrecuente, e incluso ahora los dos planetas se acercarán menos (estarán a menos de 0.5º cuando se vean cerca del Pacífico, pero desde España a 0.75º); pero el ver juntos a los dos astros más brillantes del cielo después del Sol y la Luna, tiene mucho atractivo. Seguramente escribiré algo sobre ella, los días previos.

Por supuesto, todo esto es según nuestro punto de vista, y ocurre a medida que cada uno de los planetas se va moviendo en su órbita, y desde otro planeta la situación sería distinta. En esta animación, además de las conjunciones se ven las posiciones de cada planeta en su órbita que las motivan.


Las conjunciones de Venus con los dos planetas más exteriores pueden servir para localizarlos y verlos con el telescopio, ya que normalmente no los conocemos.

- El 15 de febrero Neptuno estará a menos de medio grado del segundo planeta, situado según el mapa, aunque quizás no sea necesario porque con una magnitud 7,8 no hay ninguna estrella tan brillante por la zona próxima a Venus.


- El 30 de marzo Urano estará a poco más de un grado de Venus, y en este caso sí habrá varias estrellas de brillo similar en las cercanías y este mapa puede ser de utilidad para localizarlo:



En realidad ya voy tarde porque las dos primeras conjunciones ya han ocurrido, aunque las fotos de éstas pueden servir para imaginar lo que nos puedan ofrecer las demás:

- El pasado 29 de diciembre de 2022 los dos planetas interiores se acercaron a menos de 2 grados.  Fue una lástima que por aquí estuviera nublado todos los días próximos, excepto el día 19 cuando, aún no muy cercanos, pude obtener imágenes por separado de ambos porque en esa fecha cuando se ocultó Venus el cielo estaba todavía demasiado brillante como para ver al mucho más débil Mercurio.

25 minutos después, ya con el cielo más oscuro, pudo verse la puesta de Mercurio:

En esa fecha no eran visibles simultáneamente los dos planetas porque Venus se ponía cuando el cielo todavía estaba brillante y ese brillo impedía ver a Mercurio. Tenía que ser después de la puesta de Venus cuando ya estuviera lo suficientemente oscuro para verlo. 

Pero el día clave, el 29, al ir aumentando Venus su distancia angular con el Sol (su elongación) se pondría más tarde y habrían podido verse los dos.

Montaje de como se podría haber visto la conjunción de Venus y Mercurio el 29-12-22

- El 22 de enero fue la conjunción de Venus y Saturno, que llegaron a estar  una distancia menor de un grado. En este caso hubo más suerte y pude ir obteniendo imágenes de los dos planetas en fechas previas y el mismo día de la conjunción.

Acercamiento de Saturno y Venus durante varios días, hasta la conjunción

Además de las conjunciones recogidas en las simulaciones, en este intervalo de 7 meses se producen otras dos, pero no serán nada sencillas de observar:

- El 28 de marzo habrá también una conjunción de Júpiter con Mercurio, pero ya bajo el horizonte una hora después de la puesta de sol. 45 minutos después la situación será ésta, y si uno de los protagonistas como en todas las demás fuese Venus (en este caso alejado de la escena), podría intentarse, pero con Júpiter no es lo mismo y será bastante difícil:


- Por otra parte, el 21 de julio Mercurio se verá a la misma altura que Venus pero no se considera conjunción porque no tienen la misma longitud eclíptica (lo explico en el anexo), lo que sí ocurre 6 días después pero ya el segundo planeta bajo el horizonte una hora después de la puesta de sol, aunque el gran brillo de Venus quizás permitiera verlo solo 35 minutos después de la puesta de Sol y luego con esa referencia y utilizando unos prismáticos, se podría intentar localizar a Mercurio. 


En cualquier caso la situación del día 21 merece la pena, por la presencia de la Luna fina cerca de Marte ya muy débil y la estrella Régulus en las cercanías

Estas dos últimas conjunciones sí podrán verse en lugares cercanos al ecuador, donde la eclíptica estará más vertical y nuestros protagonistas se ocultarán en cielos más oscuros.

Estés donde estés te animo a que mires el cielo, veas los planetas, cómo se acercan, y la imagen de dos de ellos en conjunción. Ahora no es como con el cometa: Excepto Urano y Neptuno los verás sin ningún problema a simple vista, incluso con mucha contaminación lumínica. Valga como ejemplo la posición actual de Venus y Júpiter en esta imagen, que cada vez se verán más cercanos:


Y el 22 de febrero, cuando Venus y Júpiter ya se hayan acercado hasta una distancia de 7º aparecerá entre ellos la Luna para ofrecer un espectáculo diferente y más completo, sobre el que pronto escribiré.



¿Es especial esta serie de conjunciones planetarias?

Desde luego es muy poco frecuente, y el hecho de que un planeta se sitúe junto a los otros 6 (visto desde aquí, que evidentemente la Tierra no cuenta) en tan poco tiempo solo puede ocurrir con Venus, que es el más rápido, y si pilla a los demás en una misma zona del cielo. En los 7 meses que duran las apariciones vespertinas de Venus (eliminando el tiempo en que la elongación es demasiado pequeña), Mercurio casi siempre pasará junto a él aunque también habitualmente demasiado cerca del Sol, pero los otros 5 deberían estar en un ángulo que recorre Venus visto desde aquí. Es un ángulo amplio, por lo que alguno casi siempre habrá, pero el que estén ahí todos los demás planetas no deja de ser una casualidad.

Pero más llamativa será incluso la situación en el año 2040 porque Venus hará la tarea en mucho menos tiempo. No se cruzará con Neptuno pero sí con todos los demás, más rápidamente que ahora porque los encontrará muy agrupados y lo tendrá muy fácil:

 

Posición de los planetas tras completar Venus todas las conjunciones.

Seguramente los titulares hablarán de la "conjunción de los 5 planetas", refiriéndose a las imágenes de mediados de septiembre.

Tiempo habrá…

Conjunciones en ascensión recta y en longitud eclíptica

En la última conjunción (Mercurio y Venus en julio) quizás pueda sorprender el que no se considere que ocurre el día 21, en que los dos planetas se ven uno al lado del otro, a la misma altura, y haya que esperar unos días.

En principio se dice que dos astros están en conjunción cuando según nuestra visual están cercanos entre sí. Pero los planos orbitales de los planetas no coinciden y cada uno tiene diferente inclinación, aunque no muy diferente, y por ello cuando se van acercando no es de esperar que lleguen a coincidir (podría ocurrir pero sería mucha casualidad), sino que se acercan hasta que a partir de un momento comienzan a alejarse habiendo pasado por arriba o por abajo del otro. Se cruzan sin haberse visto juntos

Sin entrar en muchos detalles la conjunción sería cuando están más próximos, pero eso no es tan fácil de determinar y por ello hay 3 tipos de conjunciones según las coordenadas que se utilicen para situar el planeta: además de la proximidad absoluta, en ascensión recta respecto al ecuador y en longitud eclíptica respecto a la línea de la eclíptica en los momentos en que la línea que une los dos astros sea perpendicular a uno u otra, y normalmente ocurren en momentos diferentes, aunque si no se especifica nada se supone que nos referimos a su posición respeto a la eclíptica.

Por ejemplo la conjunción de Venus con Saturno del 22-1-23 ocurrió a las 20:38 respecto al ecuador y a las 23:14 respecto a la eclíptica, en un momento que ya no eran visibles desde la península Ibérica.

miércoles, 18 de enero de 2023

Conjunción planetaria en el año nuevo chino

En esta entrada voy a mezclar dos temas que aunque no tienen nada que ver, coinciden en la fecha y están motivados por los astros.

A diferencia del nuestro, el comienzo del año chino tiene su referencia en el cielo. Este próximo 22 de enero en China se celebra el año nuevo. Quizás la fiesta más popular de aquel país, donde millones de personas se desplazan para reunirse con su familia. Una fiesta de gran tradición y cuyo inicio está marcado por la Luna.  

Millones de desplazamientos para reunirse ese día tan especial

Efectivamente, el día del comienzo de año es el día de la luna nueva central del invierno, es decir la más próxima al 5 de febrero que es el día equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Dicho de otra manera, sería el día de luna nueva situada entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Aunque quizás en este caso podría decirse que el año comienza el día de la conjunción.

   

Como 12 meses lunares son 354 días, 11 días menos de los 365, cada vez el año nuevo chino se va adelantando 11 días, pero entonces en 2024 sería el 11 de enero, que se sale del intervalo y habrá que esperar a la siguiente luna nueva, el 10 de febrero. Por eso el año que ahora empieza tendrá 13 meses

La mayoría de los pueblos de la antigüedad celebraban el comienzo del año con el principio de la primavera, o como los meses estaban marcados por las fases lunares, con la luna nueva cercana o posterior a ese equinoccio. Era lógico porque es en esa estación cuando la naturaleza despertaba del letargo invernal y todo se ponía en marcha de nuevo. 

Pero en China parece que eran más optimistas y cuando ya pasaba la mitad del invierno consideraban que era el momento de comenzar un nuevo ciclo. Pero la referencia en nuestro calendario es el 5 de febrero y ellos no la tenían. La manera de calcularlo era con la primera luna nueva que ocurra después de 30 días del solsticio de invierno. Y esa referencia sí la tenían, observando las puestas de sol.

Es curioso que si miramos las lunas en un calendario parece que hay algo que no cuadra: nos marca luna nueva el día 21 de enero. La explicación es que esa fase se produce a las 21:56 hora central Europea, que en China ya es día 22, concretamente serán las 16:56

El cielo ese día

Precisamente ese día se produce un fenómeno celeste destacado: la conjunción de Venus con Saturno. El brillante Venus que ya lleva unas semanas apareciendo en el crepúsculo vespertino se va separando angularmente del Sol y apareciendo sobre un fondo más oscuro que le da más relevancia, mientras Saturno realiza el movimiento aparente opuesto y después de haber estado al principio de la noche en nuestros cielos va a cesar pronto en su función.

El día 10 de enero Saturno, en la parte superior de la imagen, aún se encontraba a 14º de Venus, que aparece en la parte inferior.

El día 10 ya se pudo ver a los dos planetas en una misma zona del cielo. Si nos fijamos en la estrellita que está junto a Saturno (delta de Capricornio o Deneb Algedi), prácticamente mantendrá con ella su posición relativa, lo que indica que es Venus el que se acerca, a pesar de que parece lo contrario.

Efectivamente, Saturno es el planeta lento, y además en esta época ya se mueve en sentido directo como si quisiera evitar el encuentro, y tiene que ser Afrodita la que se acerque al anciano Cronos (como llamaban los griegos a nuestros dos protagonistas). El hecho de que el Sol también se mueve hacia el Oeste respecto a las constelaciones, produce el efecto erróneo de que es Saturno el que se mueve hacia Venus.

En esta otra imagen del día 15, ya se les ve más cercanos entre sí, separados por poco más de 8º, pero el mayor recorrido lo hace Venus.


Hoy mismo (miércoles 18) a pesar del temporal de lluvia y nieve he podido obtener esta otra foto cuando ha surgido un claro ente las nubes en la zona adecuada:

Cada vez se ven más cercanos

Con sus trayectorias opuestas (respecto al Sol), ambos se cruzarán precisamente el día del año nuevo: para nosotros el 22 de enero. Desde China estarán separados por solo 41´ (poco más que el diámetro aparente de la Luna) y desde aquí aún más próximos, con 25´de separación, podrán observarse simultáneamente con un telescopio de poca focal en el mismo ocular.

Actualización 23-1

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Añado un par de imágenes de ayer, día de la conjunción. La primera con la misma focal que las anteriores, y la otra con teleobjetivo

A pesar de que Saturno aparece bastante débil, puede apreciarse a la derecha y encima de Venus

  

Siguiendo la línea de los dos planetas hacia abajo puede verse la estrella Deneb Algedi citada antes, que puede apreciarse en casi todas las anteriores imágenes y da idea del movimiento de los dos planetas sobre el fondo de las estrellas durante estos días que han ido aproximándose.

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Por si fuera poco, al día siguiente aparecerá por la misma zona una finísima luna dando una imagen espectacular, aunque los dos planetas ya habrán empezado a separarse.

Desde la zona oriental de China, los días 22 y 23, una hora después de la puesta de sol

Por supuesto los chinos no podrán ver la luna el día 22, deberán esperar al 23 y desde lugares con muy buen horizonte y cielo muy limpio, mejor cuanto más al suroeste. 

Desde Europa, anocheciendo ya unas horas más tarde, será muy difícil verla el 22 a pesar de que la inclinación de la eclíptica al atardecer una vez avanzado el invierno juega a nuestro favor, aunque ¿quizás no sea imposible? 

El día 23 se apreciará sin dificultad si tenemos un cielo limpio y un horizonte suroeste bajo, a la izquierda de Venus, formando una bonita configuración.


Pero desde algunas zonas de América podría verse la finísima Luna junto a los dos planetas el mismo día 22 dando una preciosa imagen. Concretamente al oeste de México, USA o Canadá ya habrán pasado 29 horas de la luna nueva cuando aparezca en el crepúsculo vespertino, y con la eclíptica ya muy inclinada por las fechas y en el caso de México también por la latitud, podrá verse. Y al día siguiente sin problema.


En muchos casos Venus servirá como referencia para encontrar la Luna, y no al revés como habitualmente suele ocurrir. Si nunca has visto una luna tan fina, para hacerse una idea pongo ésta que yo fotografié en julio de 2017, y aunque es menguante (29 horas antes de nueva), es simétrica a la de ahora.

Luna de -29 horas

Y aunque con 4 horas más de diferencia, esta otra luna de 2014, acompañada también en esta ocasión por el planeta Venus 

Luna de -32 horas, en la misma imagen que Venus, aunque no excesivamente cerca

El lunes 23 podremos verlo.

En estos viajes, vistos desde nuestra perspectiva, Venus va visitando cada uno de los planetas: el primero fue Mercurio, ahora Saturno, luego será Júpiter formando una pareja muy brillante que no hemos visto al principio de la noche desde 2015, y finalmente se acercará a Marte, aunque tampoco hay que olvidar los encuentros con Neptuno y Urano antes y después, respectivamente, del de Júpiter. Y también la fina luna creciente dará juego en algunas de estas aproximaciones.

Espero contártelo, y por supuesto deseo que no haya muchas nubes y lo puedas admirar en el cielo.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Numeración de los ciclos SAROS de los eclipses

Este post es continuación del que publiqué el mes pasado sobre la periodicidad de los eclipses, que si no lo has leído sería conveniente que lo hicieras en el enlace para entender mejor éste.

Ante una pregunta de Ale en un comentario a aquel post, voy a profundizar un poco más en el tema del SAROS, en un aspecto relativo a la numeración que reciben los diferentes eclipses consecutivos (al ciclo saros que pertenece cada uno), que no había tratado. Un aspecto bastante curioso en el que yo no había caído y que gracias a ella he podido descubrir.

Dos eclipses consecutivos, que tuve la suerte de observar desde la zona de la centralidad. 139-134=5

Lo que ocurre con los eclipses de Luna respecto a las periodicidades es similar, pero trataré solo los de Sol porque siempre reciben mayor atención y sus gráficos me parecen más ilustrativos.

Es un tema bastante técnico, y por eso lo voy a señalar con los habituales indicadores de los anexos. Si no te atraen estas cosas, te aconsejo que esperes a la siguiente entrada del blog que seguro será más sencilla. O si no has leído la anterior que es mucho más "amable" y quizás haya quedado tapada por ésta.

De todas formas voy a intentar explicarlo de manera sencilla, en algunos momentos quizás redundante, aunque pueda parecer pesado. También puedes quedarte con los resultados, pasando de las deducciones.




Recordando (por si no leíste el otro artículo)

Cada 18 años 11 días y 8 horas se repiten los eclipses con unas características muy similares; es el llamado periodo saros.  Pero evidentemente en ese intervalo hay muchos más eclipses y cada uno de ellos se repetirá también al cabo de ese tiempo, de manera que cada uno tiene su saros, y estos ciclos se van numerando, de forma que un eclipse y el que ocurra 18 años 11 días y 8 horas después tienen el mismo número Saros. Por ejemplo, el último eclipse de Sol (25-10-22) pertenece al saros 124, lo mismo que el que ocurrirá el 4-11-40.

Cada ciclo o serie saros consta de entre 69 y 87 eclipses, un número variable porque la órbita lunar es algo excéntrica y en consecuencia el movimiento no uniforme. Cuando acaba un ciclo saros comenzará otro nuevo. 

Tal como se explicó, cada saros comienza con un eclipse parcial y pequeño cercano a uno de los polos (es decir, con la Luna no muy cercana al nodo), que va aumentando y desplazándose hacia el otro polo con eclipses totales y anulares, pasando al otro hemisferio y terminando en ese otro polo, y como se ha dicho, comenzará luego otro ciclo Saros. Sin embargo la numeración de estos ciclos no es correlativa según su comienzo, sino según el eclipse central en el que la Luna pasa lo más cerca posible del nodo y la zona de visibilidad por el ecuador, por lo que el número de este nuevo ciclo se calcula previamente.

Saros en eclipses consecutivos.

El dato clave es que la variación del número saros de un eclipse al siguiente depende del número de lunaciones que hay entre los dos eclipses. No confundir estos dos términos, que con tanto número...

En los eclipses consecutivos por fecha (habitualmente cada 6 lunaciones, que es un poco menos de 6 meses) su evolución es similar a la de un saros, pero a una velocidad mucho mayor, como se ve en el siguiente gráfico, y con la diferencia respecto a saros, de que van alternando de un nodo a otro: La serie comienza también con un eclipse parcial cercano a uno de los polos (en algunos casos total o anular pero en latitudes extremas), pero le sigue luego otro cercano al polo contrario, van acercándose al ecuador con eclipses parciales y totales, se cruzan el ascendente con el descendente, y luego la zona de visibilidad se aleja del ecuador hasta llegar al polo habitualmente con eclipses parciales y finaliza la serie. 

Lo habitual es que en cada serie de eclipses consecutivos haya 8 y luego comience otra serie en el mismo nodo en el que ha acabado la anterior. Pero, como se verá, hay excepciones.

Los 8 eclipses de sol correlativos de abril de 2022 a septiembre de 2025, que completan la serie actual. Se ha aumentado el tamaño del número saros para hacerlo visible.

Observando las características de estos eclipses consecutivos y el saros al que pertenecen, se aprecia que el número saros va aumentando de 5 en 5. (En este caso 119, 124, 129, 134, 139, 144, 149, 154). 

Eso es porque de un eclipse al siguiente hay 6 lunaciones (que es lo más habitual) y a 6 lunaciones corresponde siempre un aumento de 5 saros.

Pero después el siguiente eclipse ocurre después de 5 lunaciones, y el saros disminuye en 33, con lo que a partir de él comienza una nueva serie de 5 en 5, y en este caso al 154, último de la serie anterior, seguirían 121, 126, 131, ...

Nuevamente el mismo gráfico de la serie actual, con el añadido del eclipse anterior y el siguiente a una diferencia de 33 saros

Repito que es lo más habitual: 8 eclipses consecutivos separados entre sí por 6 lunaciones y numerados de 5 en 5 saros, escoltados por delante y por detrás por sendos eclipses a solo 5 lunaciones y con una diferencia en saros de -33. Pero puede ocurrir que sea el octavo de la serie el que ocurra al cabo de 5 lunaciones respecto al séptimo, y en este caso el siguiente eclipse (el noveno) ocurre a cabo de una lunación y el siguiente al cabo de 5.  

Esto es porque la Luna nueva se ha acercado al nodo antes de lo habitual, lo justo para producir un eclipse parcial, y la siguiente aún no se ha alejado lo suficiente del mismo nodo y vuelve a haber otro.

Es decir, que la habitual serie con separación de 6, 6, 6, 6, 6, 6, 6 lunaciones sea en este caso 6, 6, 6, 6, 6, 6, 5, 1, 5, 6, 6, ...

En realidad lo que ocurre es que se intercalan dos series de 8 eclipses, y la secuencia de saros será ...+5, +5, +5, +5, +5, +5, -33, +38, - 33, +5, +5, +5, +5, +5, +5, +5...  

El +38 en realidad sería el último de la serie anterior, ya que sumado al -33 queda +5

Por ejemplo: La serie que sigue al ejemplo anterior comienza con el eclipse del 17-2-2026 que es del Saros 121, al que siguen 126, 131, 136, 141, 146, 151, 118, 156, 123, 128, 133,...

En este caso el saros 118 ocurrirá el 12-6-2029 y el 156 el 11-7-29, una lunación después.

Pero, ¿Por qué habitualmente son 5 saros más en cada eclipse?  ¿En qué saros hay que colocar a un nuevo eclipse?

Existe otro ciclo similar al saros, que se llama Inex, que ayuda a calcular y entender el paso de los +5 o los -33 saros. Su duración es de 358 lunaciones y al cabo de un ciclo Inex también se repiten los eclipses, incluso con mayor precisión que en saros; pero con la diferencia de que si todos los eclipses de un mismo saros se producen en el mismo nodo, en este caso van alternando los nodos. 

Precisamente esas 358 lunaciones, que equivalen a 29 años menos 20 días, es la diferencia entre los eclipses centrales de un saros al siguiente (entre dos saros consecutivos).

Este ciclo, o mejor dicho su doble (58 años menos 40 días), ya ha aparecido en el artículo anterior, y coincidían los nodos al ir de 2 en 2 Inex.

En el siguiente cuadro, elaborado por Fred Espenak, de NASA, se representan ambos ciclos: las columnas son los Saros y las filas los Inex. Moviéndonos en horizontal hacia la derecha cada paso aumenta en 358 lunaciones (un ciclo Inex), y si nos movemos en vertical hacia arriba cada paso disminuye 223 lunaciones (un ciclo Saros) y se obtiene un eclipse similar.

La manera de elaborar este cuadro consistiría en trazar las tiras de las columnas, una de cada saros, y luego moverlas en vertical de forma que cada línea horizontal va recorriendo eclipses separados por 358 lunaciones. Por supuesto con hacerlo en una fila horizontal es suficiente.


- La utilidad de este cuadro es que cada punto representa un eclipse, todos los eclipses se pueden situar en él, y que a partir de un punto, moviéndonos en horizontal y vertical un número cualquiera de unidades, siempre llegaremos a otro eclipse del que podemos averiguar su fecha, con los 358 o 223 lunaciones en cada paso. 


Con ello podemos responder a la pregunta clave: ¿Qué saros tendrá un eclipse que ocurre 6 lunaciones después de otro?  Ya se ha visto que son 5 unidades más, pero ¿porqué? 

La respuesta se obtendrá buscando un recorrido en el cuadro, a partir del eclipse anterior, cuyo resultado sea 6, es decir, buscando un número A tal que con otro número B cumplan  358 A + 223 B = 6 y, como puede comprobarse, se cumple con A=5 y B=8, y solamente con esos números, por lo que es la única manera de pasar del eclipse anterior a ese. Por ello la respuesta a nuestra pregunta es 5 saros más que el anterior. También hemos calculado que serán 8 ciclos Inex.

Dicho de otra forma, partiendo del punto que corresponde al eclipse anterior, para llegar al punto que corresponde al eclipse que ocurre 6 lunaciones después, la única solución es movernos a la columna que está 5 puntos a la derecha (5 saros más):

Porque al movernos 5 pasos hacia la derecha hemos aumentado  358 X 5 = 1790 lunaciones, y al dar luego 8 pasos hacia arriba hemos disminuido 223 X 8 =1784 (o aumentado -1784), o sea que hemos ido 6 lunaciones hacia adelante (1790-1784=6) y esa será la ubicación en la tabla de este eclipse. 

Ejemplo con los dos últimos eclipses de la serie utilizada antes, donde se pasa del saros 149 al 154 en el siguiente eclipse

- En el caso de ocurrir el nuevo eclipse al cabo de 5 lunaciones, hay que retroceder 33 saros y avanzar 53 Inex porque 

 (- 358) X (-33) = 11814            223 X 53  = 11819  y la diferencia es 5

En este caso 33 es el número entero A más pequeño que cumple la ecuación 358 A + 223 B = - 33 

Sería el caso, por ejemplo del paso del eclipse del  14-1-29 al 14-6-29  (de saros 151 al 118)

- En el caso de una sola lunación se aumentan 38 saros y se retroceden 61 Inex porque

(-358) X (38) = -13604          y   223 X (-61) = -13603    y la diferencia es

 Sería el caso, por ejemplo, del paso del eclipse del  12-6-29   al 11-7-29  (de saros 118 a 156)

Gráficos correspondientes a los dos últimos apartados

Puede parecer algo complejo, pero no deja de ser curiosa la plasmación en un elemento geométrico algo tan especial y con números tan raros como la frecuencia de los eclipses. 

Con la práctica, el manejo de la tabla se hace muy sencillo y muy útil, y en lo que a mí respecta lo mejor es lo que uno aprende y la enorme satisfacción cuando encuentra por sus propios medios la solución.