Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

viernes, 16 de septiembre de 2016

¿Quién ha sido?

Hace unos días, cuando finalizaba el mes de agosto, se hizo pública la noticia de que había sido detectada una extraña señal mediante un radiotelescopio ruso, que podría tener origen extraterrestre y, aunque ahora parece que la mayoría de los expertos creen que en realidad el origen de esa señal está en el tercer planeta, en la Tierra, algunos ya se hicieron esa pregunta que he elegido como título de este post: ¿Quién ha sido?
La misma pregunta que surgió en 1977 cuando en plena efervescencia del programa SETI (en ingles, las siglas de Búsqueda de Inteligencia Extra Terrestre) se captó otra señal de radio procedente del espacio, que todavía muchos piensan que no es de origen natural aunque no se haya vuelto a repetir, y a la que se le llamó “Wow!”  por la expresión de asombro que lanzó la persona que tuvo la suerte de descubrirla.
Si. En ambos casos mucha gente se hizo la pregunta que da título a este post.

El radiotelescopio Big Ear donde se captó la supuesta emisión extraterrestre conocida como “señal Wow”: 
Sin embargo, yo al titular esta entrada no me he querido referir a eso sino a algo totalmente distinto que ocurrió al comienzo de la semana pasada y que para mí tiene mucha más importancia que el saber de donde proceden realmente estas extrañas señales o si los extraterrestres están intentando comunicarse con nosotros. A algo referente a la difusión de este blog que ocurrió en un momento clave.

En algunas ocasiones suelo enlazar “cuestiones de la vida diaria” con temas de astronomía que justifiquen su aparición aquí y que sean interesantes para mis lectores y lectoras. 
Por ello continuando con el tema y sin irnos tan lejos, a supuestas civilizaciones que habiten lejanos planetas, hay que decir que también en asuntos relacionados con los astros muchas veces ocurren cosas, cuyos efectos son perceptibles, incluso muy evidentes, pero en principio no se sabe qué o quien los ha ocasionado, aunque en la mayoría de las ocasiones posteriormente sí se acaba averiguando.

- ¿Quién era el que “empujaba” a Urano? ¿Qué era lo que provocaba las anomalías en  los movimientos en su órbita?
Dos matemáticos, el inglés Adams y el francés Le Verrier, fueron quienes propiciaron  el descubrimiento de Neptuno después de analizar los efectos que la atracción gravitatoria de un supuesto astro desconocido ejercía sobre el séptimo planeta.
Existe un debate sobre cuál de ambos tiene un mayor mérito, agrandado por la histórica rivalidad entre los dos países de los que eran originarios.
Pero lo importante es que uno u otro, y finalmente los dos, se dieron cuenta de que había algo desconocido que provocaba unos efectos evidentes en el planeta Urano, y una vez convencido a los astrónomos dónde tenían que buscar, no tardó en encontrarse.

Le Verrier y Adams, verdaderos artífices del descubrimiento de Neptuno, aunque no fueran ellos quienes lo vieran.

-          Después de descubrirse Neptuno, ¿Quien seguía causando todavía una pequeña parte de esas anomalías que el octavo planeta no podía explicar totalmente?
La respuesta era "Nada" o "Nadie" y aquí los científicos se equivocaron, le echaron la culpa al pobre Plutón (empeñándose en la búsqueda de un noveno planeta que luego llamaron así), y hasta que el Voyager 2 pasó por las cercanías de Neptuno, y luego se analizaran detenidamente los datos obtenidos permitiendo medir con precisión su masa, no se supo que los culpables eran los propios astrónomos que habían estimado erróneamente la densidad de este planeta y con los parámetros correctos no quedaba ninguna anomalía por explicar.
Los datos recogidos por la nave Voyager al pasar cerca de Neptuno permitieron saber que esta vez la respuesta era "NADIE"
- ¿Quién ha sido? (o, ¿qué y cómo es el causante de ese efecto?)
La inmensa mayoría de los miles de planetas extrasolares que han sido detectados desde que en 1995 encontraron  al primero (los anunciados en 1992 alrededor de un púlsar no cuentan), nadie les ha visto nunca, pero han sido delatados por los efectos en sus estrellas madre, que sí las vemos.
Bien sea por los levísimos movimientos oscilatorios de esas estrellas debido a la atracción del  supuesto planeta, detectado por métodos fotométricos o el efecto Doppler (mediante fotografías de la estrella o análisis de las variaciones de las líneas en su espectro) o por  la levísima disminución de la luminosidad de una estrella cuando un planeta pasa por delante y oculta una pequeña parte de su superficie) detectado por el método de "los tránsitos", los astrónomos saben “quien ha sido”. Qué características tiene el supuesto planeta.
A partir de la oscilación de la estrella, según sea el periodo y la amplitud de la misma, se puede calcular fácilmente la masa del planeta y la distancia a la que se encuentra, y deducir luego otras características como su temperatura, …
A partir de la observación de un tránsito, analizando la duración del mismo y la variación en el espectro de la estrella, se estima su velocidad orbital, el tamaño del supuesto planeta e incluso la composición de su atmósfera.
Con todos los datos, se sabe cómo son, se describen con bastante precisión las características de estos astros que nadie ha podido ver, e incluso se especula sobre su posible habitabilidad.
Representación artística de algunos exoplanetas que podrían ser similares a la Tierra. Se conocen sus caraterísticas y se ha imaginado su posible aspecto, sin haber sido vistos nunca. 
  
- ¿Quién ha sido?
Habría sido la primera reacción instintiva del genial Newton al notar el golpe, si la historia de la manzana que se dice provocó su trascendental descubrimiento hubiera ocurrido realmente.



- ¿Quién o qué era lo que producía aquellas interferencias? 
Pensaron A. Pencías y R. Wilson cuando en 1965 intentaban ajustar la antena Bell Labs en Crrawford Hill para trabajar en comunicación con satélites. 
La radiación del fondo cósmico de microondas captada accidentalmente, era el efecto de algo que ellos en principio no identificaban y que luego confirmaría la teoría del Big Bang.

Los descubridores de la radiación de fondo, junto a la antena con la que la detectaron
Seguro que hay muchos más ejemplos, pero estos que he recogido han sido para rellenar, y para que la astronomía me sirviera de excusa, como ya he hecho otras veces.
Acabo, volviendo a lo que ha ocurrido hace unos días, que es lo que a mí me importa y cuyo efecto ha sido evidente:

Amigo lector o amiga lectora:
Si has sido tú,    que sepas que sé que lo has hecho.      Que Google me lo ha chivado. Me ha dado unas pistas evidentes.
Pero no sé quién eres, ni cómo lo has hecho. Solo puedo decirte que has hecho una buena acción, cuyos efectos van muchísimo más allá de lo que pensaste cuando lo hiciste.
Que con esa acción hiciste bien a mucha gente. Pero sobre todo a mí.

Que aunque no sé quien eres, te estaré eternamente agradecido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario