Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

viernes, 2 de agosto de 2019

La Vía Láctea (2)


Este post es continuación del anterior, y contiene el habitual anexo que lo complementa. Aunque no es imprescindible, puedes ver dicho post anterior en este enlace



Referencias mitológicas de la Vía Láctea y orígenes del término.

Solo desde el siglo XX sabemos que esa débil franja luminosa, que a veces puede verse cruzando el cielo, es parte de nuestra galaxia, aunque fue en 1609 cuando Galileo descubrió, gracias a su telescopio, que estaba formada por multitud de estrellas.
Pero evidentemente desde la antigüedad era conocida y observada por la mayoría de la población, sin contaminación lumínica mucho mejor que ahora, e interpretada de diferentes maneras, porque sería sin duda el objeto más extraño de todo el cielo.

- El nombre que nosotros utilizamos, Vía Láctea, proviene de la mitología griega, según la cual es un reguero de leche que derramó la diosa Hera al retirar su pecho cuando estaba amamantando a Hércules. La leyenda es muy curiosa en sus diversas versiones, la más conocida puedes encontrarla, junto a algunas de otros pueblos antiguos, en la web  https://www.turismodeestrellas.com/mitos-sobre-la-via-lactea

Cuadro de Rubens que representa el origen mitológico de la Vía Láctea (derecha abajo)
Pero hay más:


- Para los !kung, pueblo del desierto de Kalahari, esa franja de luz blanquecina que se ve atravesando el cielo es la columna vertebral de un gran animal, que a su vez sostiene todo el cielo y le llamaban el “espinazo de la noche”, que da título a uno de los capítulos de la famosa serie “Cosmos” de Carl Sagan.
Carátula e imagen del capítulo de Cosmos relativo a la Vía Láctea

- Muchos pueblos australianos hablan de las llamadas “serpientes arco iris”, descendientes de una gran serpiente que se ve como una línea oscura en la vía Láctea.

- En muchos lugares de España y Francia se le llama “Camino de Santiago” porque de acuerdo con la tradición, un reguero de estrellas ayudó a localizar la tumba del apóstol Santiago, y fue en el siglo XII cuando quedó fijada claramente la asociación entre la Vía Láctea y el Camino de Santiago en el Códice Calixtino, en cuyo capítulo IV (conocido como Pseudo Turpin) se narra cómo el Apóstol se apareció a Carlomagno señalándole la Vía Láctea como guía para llegar hasta Compostela donde estaba su tumba.
Códice Calixtino donde se habla de la Va Láctea
La realidad contradice esta extendida leyenda, o al menos su utilidad para los peregrinos, porque dependiendo de la fecha y de la hora la Vía Láctea puede apuntar en cualquier dirección. 
Otras versiones sí le dan utilidad, considerando que en verano, cuando más peregrinos hacen el camino y se levantan aún de noche para evitar el calor, indica la dirección adecuada Este-Oeste y así deciden el rumbo cada día.
Pero si lo decidieran con el  mismo criterio antes de acostarse el día anterior ¡acabarían en Andalucía!.
Lo mismo que les ocurriría a quienes peregrinen en la primavera y decidan su itinerario al levantarse por la mañana.
Posiciones de la Vía Láctea en los momentos más adecuados para ser observada por los peregrinos, según sus costumbres de calendario y horario más habituales. 
Nótese que los puntos cardinales Este y Oeste aparecen en sentido contrario al habitual, en los mapas, porque al mirar al cielo, hacia arriba, la situación es diferente. Se han obtenido a partir del programa Stellarium, reforzando el brillo de la Vía Láctea respecto al de las estrellas.


También el origen de este apelativo de "vía láctea" puede estar simplemente en su forma que sugiere un camino, y el camino por excelencia es el de Santiago.



Otra posibilidad es que quizás el mencionado códice se refiera solo al momento puntual en que se desarrolle la narración, pero no para todo el recorrido o también, como ocurre en bastantes ocasiones, posiblemente quien lo escribió no sabía mucho de astronomía.

Sea como fuere mucha gente, incluso muy ilustrada (*), sigue diciendo que la Vía Láctea indica la dirección de Santiago de Compostela, lo que no deja de ser una más de las muchas falsas creencias muy extendidas que, como en todos los ámbitos, suelen aparecer también en el campo de la astronomía, como “los 28 días del bulo de la Luna”, “la forma de la órbita de la Tierra” o “el brillo de la estrella polar” que he recogido en distintos post de este blog.
(*) Un inspector de secundaria de Lengua y literatura me decía eso, cuando fue a mi instituto a supervisar el desarrollo de un proyecto interdisciplinar que llevábamos a cabo con la astronomía como eje.

Aunque nunca podemos estar seguros a priori de lo que hay de cierto en este tipo de afirmaciones sin haberlas verificado; porque acabo de leer una curiosa noticia, según  la cual se ha comprobado mediante investigaciones científicas que los escarabajos peloteros consiguen rodar sus bolas de estiércol en línea recta, utilizando la Vía Láctea.
Por si acaso, aquí yo no opino sobre la veracidad del tema...


El jardín de la Galaxia

Si quieres hacerte una idea de cómo es nuestra galaxia, visualizando su forma en una maqueta o representación muy curiosa a escala, vete al planetario de Pamplona o a Kona en Hawai, lugares en los que se ha elaborado una representación de la Vía Láctea muy original mediante arbustos, diseñada por Jon Lomberg, con el valor simbólico añadido en el caso de Pamplona de que cada elemento ha sido apadrinado e incluso plantado por miembros de distintas asociaciones u organismos. 

En las imágenes aparecen el que plantamos "la chica que sujeta la Luna" y yo, en representación del Aula de Astronomía de Durango–DAI, y el apadrinado por la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía-ApEA, entidades que he tenido el honor de dirigir.

La maqueta está a escala, y es muy didáctica e ilustrativa para apreciar el insignificante tamaño del Sistema Solar y del tercer planeta, dentro de nuestra galaxia.


Visibilidad de la Vía Láctea desde cada hemisferio en diferentes fechas

Debido a la rotación de la Tierra, todo el cielo, y con él las constelaciones y la Vía Láctea, parece girar, y las referencias que se dan en una fecha para una hora determinada son válidas para el siguiente mes dos horas antes (suponiendo que también sea ya de noche) o el mes anterior dos horas después.
Por lo tanto, aunque se dijo en el anterior artículo que julio y agosto es la mejor época para observar la Vía Láctea a horas cómodas, en junio se habrá visto en la misma posición pero trasnochando bastante y en meses posteriores esa misma zona y orientación ocurriría antes de hacerse totalmente de noche o en pleno día y no se vería.

Por eso analizo solo la situación en las horas más asequibles para mirar al cielo, y a partir de ellas se pueden deducir otras. Aproximadamente he tomado una fecha intermedia en cada estación, (los primeros días del mes que se indica) unas 2 horas después de la puesta de sol, que es una hora prudencial y el cielo ya está totalmente oscuro.

Las imágenes se han obtenido con el programa Stellarium y he elegido dos latitudes correspondientes aproximadamente a lugares donde viven la mayoría de los lectores de este blog: 40º Norte y 35º Sur.

Ya dije que el verano es la mejor época, pero como la Vía Láctea desde aquí es un círculo completo, en invierno la posición es similar: alta, cruzando todo el cielo, pero corresponde a la zona que no vemos ahora; menos brillante por lo que no se aprecia tan fácilmente.
Desde el hemisferio Norte en fechas centrales del otoño la situación es similar al verano, pero con la zona más espectacular de la Vía Láctea ya muy cercana al horizonte, o debajo de él, y en primavera se sitúa en una zona muy baja y será muy difícil de apreciar.


Posición de la Vía Láctea en una proyección del cielo, al principio del mes indicado, 2 horas después de la puesta de sol.
Desde el hemisferio Sur también estos meses de julio y agosto son los mejores, pero allí en este tema de la observación de la Vía Láctea las condiciones en general son mucho más adecuadas porque la zona más espectacular se sitúa más alta en el cielo que como se ve desde el Norte, y permanece visible durante mucho más tiempo ya que incluso desde febrero presenta una imagen impresionante en las primeras horas de la noche. A además hay otra zona de la Vía Láctea muy destacada, en la constelación de Carina (la quilla) en ocasiones muy bien posicionada en el hemisferio Sur, mientras que desde latitudes medias del hemisferio Norte nunca se ve.

Al principio del mes indicado, 2 horas después de la puesta de sol.

Curiosamente, aunque las estaciones son diferentes, en ambos hemisferios el peor momento para ver la Vía Láctea es cuando ahí es primavera.

Aunque desde el hemisferio Norte tenemos la ventaja de poder observarla a horas adecuadas con las suaves temperaturas de las noches estivales, desde el Sur las condiciones son mucho mejores en casi todos los sentidos y exceptuando el periodo primaveral (de octubre a diciembre), desde ahí estará atrayendo las miradas de mucha gente.


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