Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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domingo, 11 de febrero de 2024

La Luna se acerca a las Pléyades (Y se acercó)

 

Este próximo día 16 de febrero en torno a las 22 h podremos ver a la Luna en cuarto creciente junto al bonito cúmulo estelar de las Pléyades dando una curiosa imagen. Aunque este cúmulo puede apreciarse a simple vista, si queremos concretar algún detalle de como la Luna se va moviendo respecto a él necesitaremos unos prismáticos o telescopio porque además el brillo del satélite lo dificultará.

He añadido, al final del post y una vez ocurrido el fenómeno, unas imágenes que tomé desde Bilbao.

Ya escribí un artículo sobre este grupo de estrellas y sus vecinas las Híades, y ahora con la visita de la Luna la situación será aún más atractiva. 

Aunque vemos toda la zona del cielo desplazarse hacia el oeste por la rotación de la Tierra, tomando como referencia el cúmulo de las Pléyades es la Luna la que se mueve respecto a él hacia el este, debido a su movimiento de traslación.

Así se verá entre las 20h del viernes día 16 hasta las 24h, desde la península Ibérica, con pequeñas diferencias de un lugar a otro. 



En este caso la Luna no ocultará a ninguna de las 7 estrellas más conocidas del cúmulo, pero sí a dos más débiles.

La Luna a punto de ocultar a  HD 23753 desde Madrid, situación muy similar desde cualquier otro punto de la península. Se ha completado la circunferencia lunar por el lado oscuro para calibrar la ocultación, pero evidentemente ese detalle no es apreciable y ocurre de manera sorpresiva

Si bien, visto desde Europa solo llega a ocultar a esas dos débiles estrellas (y alguna más, aún menos brillante), por efecto del paralaje desde zonas del hemisferio Sur se situará de pleno entre las más brillantes y habrá sucesivas ocultaciones, que además serán más llamativas por ocurrir en el borde no iluminado de la Luna ya que en fase creciente se mueve en la dirección que le marca su zona oscura.

Sobre el fondo estrellado la Luna se ve en diferente lugar según desde donde se observe.
Este gráfico es solo un esquema, y por supuesto no son proporcionales los tamaños y las distancias

Por ejemplo desde Sudáfrica llegará a colocarse justo en el centro del cúmulo, rodeado por las estrellas más significativas.

En ese momento de las estrellas brillantes solo Maia permanecerá detrás de la Luna, pero antes y después habrá todo un festival de ocultaciones y reapariciones.

Desde América no se apreciarán las ocultaciones por ocurrir cuando allí es de día. Aunque la Luna será visible no podrán percibirse las Pléyades, pero en cuanto anochezca se verá una bonita imagen con la Luna todavía cercana al cúmulo.


En la mayor parte de Asia y Australia no podrá verse porque se pondrán antes de que ocurra la ocultación, pero antes de ocultarse la Luna se habrá acercado al cúmulo.

 

Otras ocultaciones:

Esta ocultación no es la única de esta temporada, sino solo la primera de una larga serie, y que ocurre después de más de 13 años de la anterior. 

Durante 5 años, (desde ahora hasta comienzos de 2029) aunque cambia algo según la latitud y exceptuando en algunos lugares un breve periodo en el centro del intervalo, cada 27.3 días la Luna pasa relativamente cerca de las Pléyades, pero no siempre a la misma distancia y no siempre en la misma fase. Por eso los espectáculos serán diferentes. En fase relativamente fina, cuando la imagen pueda ser más fotogénica, lo hará siempre en abril y julio, y algo menos en marzo y agosto.


Aunque por ello pudiera pensarse que vamos a tener muchas ocasiones para verlo, en realidad no son tantas porque aunque aún produciéndose deben cumplirse varias condiciones para que las podamos ver:

- Que sea de noche para poder ver las Pléyades. De todas formas no es totalmente imposible verlas de día con un telescopio y la Luna a su lado puede ayudar. Aún así, para que estén en el cielo nocturno durante la ocultación, la fase lunar no puede ser muy muy fina ya que ésta solo se verá en el crepúsculo. 

- Que a la hora adecuada estén por encima del horizonte. Si la Luna está llena se cumplirá esto pero su brillo dificultará el distinguir las Pléyades.

- Aunque la ocultación se produzca desde algún lugar de la Tierra, debido al paralaje no lo será desde todos, como ya se ha indicado.

Tal como se explica al final, desde latitudes norte las aproximaciones de la Luna a las Pléyades no serán demasiado buenas al principio y al final de temporada (2024 y 2099), no llegando a ocultar ninguna de las 7 estrellas más brillantes, lo contrario ocurre en el sur pero esto se invierte a partir de 2025.

Así, desde la península Ibérica mejor que ésta de ahora podrá verse la del 10 de enero de 2025 a las 4h con la Luna en fase casi llena y que se colocará en el interior del cúmulo rodeada por las estrellas más brillantes de las Pléyades


Y la más espectacular será el 1 de abril de 2025, en fase fina y a las 23 h.

Muy parecida a la que se verá ahora desde Sudáfrica, pero incluso más atractiva por la fase


Pero evidentemente habrá más, y aunque no sean tan llamativas podemos citar las diferentes situaciones en este año 2024 en que la Luna se acercará a las Pléyades. Todas las referencias son desde la península Ibérica, excepto cuando se indique otra cosa:

- La próxima ocasión, el 15 de marzo sobre las 5 de la madrugada, pero la Luna estará situada bajo el horizonte en toda Europa. Sí se verá desde México al principio de la noche y además con la Luna más cerca del cúmulo que ahora.

- La siguiente, el 11 de abril a las 14 h, parecida a la de ahora pero con la fase muy fina. Aunque desde aquí no se verán las Pléyades porque es de día. sí será observable en amplias zonas de Asia.

Las 5 siguientes opciones ocurren con los astros bajo el horizonte

De hecho, en mayo y hasta mediados de junio no se ven nunca ocultaciones desde ningún sitio y en ningún año porque en esos meses las Pléyades están situadas angularmente cerca del Sol. Aunque se produzcan será de día o casi. Los meses contiguos a estos la fase de la Luna será muy fina y la imagen muy bonita, pero solo podría verse en el cielo crepuscular.

- El 26 de agosto podrá verse como la Luna en cuarto menguante ocultará la estrella Atlas en el extremo oriental del cúmulo (sobre las 5:15, variando según el lugar de observación). 

Por primera vez en esta temporada se verá desde aquí ocultar una de las 7 estrellas brillantes

- Para acabar este año, y a la espera de las ya anunciadas mejores ocasiones en 2025, el 19 de octubre y el 13 de diciembre de 2024 podrán verse al principio de la noche dos situaciones similares a la de ahora pero con la Luna casi llena (la primera menguante y la segunda creciente), el cúmulo en posición vertical y la de diciembre nada más que oscurezca porque luego se van separando:





Las ocultaciones se repiten

- El plano orbital de la Luna está inclinado poco más de 5º respecto al de la eclíptica y por ello en principio la Luna puede ocultar solo a estrellas con latitud eclíptica entre -5º y 5º o a los planetas cuando estén en esa franja, aunque lógicamente hay que añadir el semidiámetro angular de la propia Luna (aproximadamente 0.25º) y el paralaje (hasta casi 1º del Ecuador al Polo), con lo que quedaría una franja de latitud eclíptica entre -6.25º y 6.25º considerando también las ocultaciones desde latitudes altas (desde los polos).

La proyección del camino de la Luna es una sinusoide limitada, por tanto, por las líneas de latitud eclíptica -5.25 y 5.25, pero que puede moverse hasta -6.25 y 6.25.

Toda la sinusoide se va desplazando hacia la izquierda de una a otra lunación.
Se ha deformado para una mayor claridad, siendo el recorrido en horizontal de 360º y en vertical 12.5º

En esta posición la Luna ocultará a las estrellas que haya en A y en C, pero no a las de B ni las de D.
Pero la sinusoide de la órbita lunar se va desplazando poco a poco debido al movimiento de los nodos con lo que en un momento u otro llegará a ocultar todas las estrellas de la franja. 
Y se desplaza de tal manera que después de 18.3 años completará el ciclo y volverá a la misma posición. Por ello dentro de 4.07 y 9.15 años la situación será la que recoge el esquema 2 y 3 respetivamente:

En la posición 2 habrá ocultación en D, mientras que en la 3 se producirá en B y en C

Como se ha dicho, al cabo de 18.3 años se repetiría el ciclo de ocultaciones, aunque no exactamente sus condiciones de visibilidad porque los factores de día o noche no tienen esa periodicidad, además de que hay pequeñas pero numerosas irregularidades en el movimiento de la Luna y por tanto en sus posiciones.

La sinusoide de la órbita lunar se va desplazando poco a poco debido al movimiento de los nodos con lo que en un momento u otro llegará a ocultar todas las estrellas de la franja (Visto desde algún lugar). 

Pero curiosamente, y aunque en principio parezca extraño, habrá más ocultaciones de un grupo de estrellas si éste se encuentra en los bordes de la franja que en una zona más central

A modo de ejemplo se han representado 5 órbitas lunares (en realidad están mucho más juntas). Por estar las Pléyades en el borde de la franja (en A) serían ocultadas en los 5 pasos de la Luna, pero si estuvieran en B, solo en 2.


Duración de los intervalos de fechas en que se producen las ocultaciones

Al estar las Pléyades cerca del borde de la franja, hay muchas ocultaciones seguidas (cerca del máximo la sinusoide varía mucho menos en latitud eclíptica que en otra zona intermedia), a lo largo de 5 años como se ha dicho, y a continuación unos 13 años sin ninguna, cuando en la zona de las Pléyades la sinusoide tiene mínimos. 

Con una latitud eclíptica ligeramente menor que 5º, las Pléyades serán ocultadas cuando la Luna en esa zona esté cerca de su máxima latitud eclíptica, pero: Si trazamos franjas de anchura 0.5º (diámetro lunar), con el recorrido de la Luna para diferentes latitudes, la zona que abarquen nos dará si hay o no ocultación:

Se ha mantenido fija la sinusoide de la órbita lunar (que en realidad se va desplazando) y se ha representado mediante un rectángulo amarillo la zona que va ocupando el cúmulo respecto a ella.
La intersección de este rectángulo con cada una de las sinusoides determina las fechas en que hay ocultaciones.

Por ello las ocultaciones empezarán y terminarán por el sur (zona verde), pero en la época central no se verán allí. Luego ocurren en el ecuador (zona azul) también con un ligero paréntesis central, y en el norte (zona roja) empiezan ya cerca de la época central (desde el polo norte solo a partir de 2025) y no tienen ninguna interrupción.

El gráfico quizás no sea demasiado fácil de interpretar, y evidentemente no permite precisar las fechas exactas, pero justifica la diferente amplitud y distribución de los intervalos de ocultación.

Tomando solo aquellas en que se oculta alguna estrella de las 7 principales, la situación es la siguiente:

- Desde el polo norte solo a partir de 2-2025 y hasta   3-2027 

- Desde el polo Sur al principio en el periodo del 9 - 2023 al 6 - 2024 y luego del 9 - 2028 al 8 - 2029    

- Desde el Ecuador comienza el 2-2024 y acaba el 9-2029, aunque no habrá ocultación el 8-2026 ni tampoco a principio del 9-2026.

El gráfico se ha hecho solo en los extremos (polos y ecuador) para mayor claridad. En latitudes intermedias los resultados serán también intermedios:

Por ejemplo para Buenos Aires sirven las líneas horizontales verdes pero más ampliadas, solapándose con las azules: Las ocultaciones ocurrirán a principio y final del periodo, pero se adentrarán más hacia fechas intermedias que las indicadas para el polo sur, y en Madrid un intervalo más amplio que desde el ecuador y sin interrupción.

No hay que olvidar que esto solo recoge la posición de la Luna y las Pléyades pero, tal como se ha dicho, las que ocurren de día o debajo del horizonte, no se verán.

Otros ejemplos y explicaciones quizás más sencillas están recogidas al final del post sobre la ocultación de Aldebarán, que por su posición ocurre en fechas casi opuestas a las de las Pléyades.

En cualquier caso, mi intención es publicar brevemente un aviso de cada ocultación cuando vaya a ser visible desde lugares significativos


Actualización 18-2

En Bilbao hubo algunas nubes, pero menos de las previstas, con lo que se pudo observar la Luna junto a las Pléyades, e incluso en algunos momentos esas tenues nubes adornaron la situación poniendo un atractivo marco.







De cara a tener todo preparado, y por si acaso se nublada del todo, ya a media tarde intenté ver algo colocando el telescopio en estación y pude apreciar la Luna e incluso Pleyone, la estrella más brillante de las pléyades, como describí en "Estrellas también de día".

Y a las 19:30 ya se les veía cercanas



Como estaba previsto, la Luna se paseó cerca de las pléyades. Aquí un resumen del proceso



Pudo apreciarse la ocultación de la estrella  HD 23753 por la Luna:



Una animación con las estas dos imágenes y otra previa más: (la calidad no es buena pero se aprecia)




Como la luminosidad del satélite era muy superior a la de las estrellas, había que sobreexponer la Luna para que salieran estas, y era imposible obtener detalles en una misma exposición. Aquí un montaje de dos imágenes obtenidas de manera consecutiva con distinta exposición, aunque solo sea para apreciar detalles en la Luna, y algo más parecido a lo que pudo observarse con unos prismáticos o telescopio:


Esperaremos a la próxima ocasión, aún más llamativa


viernes, 8 de diciembre de 2023

Un fenómeno quizás nunca visto antes

Imaginemos que el próximo 11 de diciembre estamos en Córdoba o en Alicante, o en un lugar cercano a la línea que une estas dos capitales. Trasnochamos y algo después de las 2, ya del día 12, estamos mirando al cielo. Sería muy probable que dirigiésemos nuestra vista hacia la zona de Orión por ser la constelación más llamativa, que aparece en una extraña posición vertical, y quizás nos detendríamos en Betelgeuse, su estrella más destacada que a esa hora estará en la esquina superior izquierda de la constelación.

Justamente a las 2:15 veríamos algo extraño: Durante unos 10 o 12 segundos, que quizás nos parecieran mucho más, el brillo de esta estrella rojiza empezaría a debilitarse, quizás se apagase del todo, para volver a encenderse y alcanzar su brillo habitual.

Simulación de lo que podría ser la ocultación

No sería un efecto de nuestro subconsciente, sino algo que realmente había ocurrido y que no se tienen referencias de que haya sido observado antes: La ocultación parcial de una estrella por un asteroide.

Zona de la península Ibérica desde donde podría observarse la ocultación. El mayor oscurecimiento de la estrella se vería previsiblemente desde la línea roja y hay probabilidad de ver algo dentro de la franja, aunque disminuye según nos alejamos de la línea central. Imagen de cloud.occultwatcher.net

En general, este fenómeno de ocultaciones de estrellas por asteroides es frecuente porque hay un gran número tanto de unas como de los otros, y suele ocurrir que un asteroide, que evidentemente no tiene luz propia y por su pequeño tamaño prácticamente no nos llega la luz que refleja, pasa por delante de la estrella y bloquea la luz que nos llegaría de ella. Vemos cómo la estrella se apaga. Pero otros observadores que estuvieran en otros lugares no lo verían:

Desde el punto A de la superficie de la Tierra se apreciaría en ese momento la ocultación, pero desde el punto B no. La distancia a la estrella es infinitamente mayor que la reflejada en este esquema.

Pero esto suele ocurrir con estrellas débiles porque su número es muchísimo mayor, aunque en este caso se trata de una de las estrellas más brillantes del cielo, y no solo eso sino que es la de mayor tamaño angular vista desde la Tierra. 

Esa es la clave para que su ocultación sea "diferente" y no se tenga referencia de la observación de algo igual.

Exceptuando el Sol, las estrellas están tan lejos que se ven como puntos, pero Betelgeuse fue la primera que pudo detectarse como un disco. Por ello en cualquier otra ocultación el punto de luz de la estrella desaparece repentinamente pero en este caso la luz de Betelgeuse irá debilitándose y hasta es posible que desaparezca, aunque las previsiones indican que probablemente será un eclipse anular y si el cielo está limpio no llegará a apagarse del todo.

La mejor imagen de Betelgeuse de que se dispone, obtenida por el gran telescopio VLT



El asteroide que provocará este fenómeno se llama (319) Leona, y se conoce su forma y tamaño aproximado precisamente porque se han analizado dos ocultaciones que produjo en dos débiles estrellas hace pocos meses.

¿Cómo se hace para conocer tamaño y forma, además de su rotación?

Una red de observadores situados en diferentes lugares cronometran el tiempo que dura la ocultación y la hora en que se produce, y como la lejanía de la estrella hace que es como si proyectara su forma sobre la superficie de manera directa, la diferencia de latitud de los dos lugares más alejados desde los que hubo observación y la diferente duración de la misma en distintos puntos intermedios darán las dimensiones del asteroide según su orientación en ese momento.  A partir de su sombra se obtiene la forma del asteroide.

Digo “sombra” en sentido figurado porque no es que oscurezca, evidentemente, porque la estrella no nos alumbra, sino que dejamos de verla cuando estamos bajo la “sombra” del asteroide.

En el punto A se vería una ocultación mucho más breve que en B y que en C. Empezaría a la vez que en B y terminaría a la vez que en C

Como la trayectoria de los lugares desde los que se ve la ocultación de la estrella es larga, (en este caso se podrá observar de China a México) tardará unos cuantos minutos de un punto a otro  y el asteroide va girando, con lo que los diferentes resultados de las observaciones permiten estimar su rotación. 

En este caso no solo podrán determinarse de manera más exacta las características de Leona, que ya se sabe que tiene un tamaño entre 50 y 80 km siendo irregular y ligeramente elíptico, sino también el tamaño real de Betelgeuse o su posición real en el cielo, ya que al ser de gran tamaño es más difícil que con otras estrellas. Además su superficie tiene zonas más claras y más oscuras, y su disco no es uniforme, y esto quizás también podría estimarse con los datos de la ocultación.

Da también la casualidad de que el tamaño aparente de Betelgeuse y de Leona (vistos desde la Tierra) son muy similares, del orden de 50 milésimas de segundo de arco, pero el asteroide no es circular sino de bordes irregulares, por lo que según la orientación de Leona podría producirse una ocultación total o anular.

Curiosamente en 2019 se apreció un paulatino debilitamiento de Betelgeuse e incluso se pensó que eso indicaba una próxima explosión como supernova, aunque finalmente se comprobó que se debía a una gran eyección de masa en su superficie que luego formó una nube de polvo que bloqueó la luz de la estrella, en un fenómeno que nunca se había observado anteriormente y que duró varios meses. 


Imagen de Betelgeuse obtenida por el VLT en diciembre de 2019 donde se aprecia el polvo que oscurece parte de la luz de la estrella. Créditos / ESO/M. Montargès

Lo de ahora no tiene nada que ver con aquello, será muchísimo más breve pero más evidente para quienes tengan la suerte de verlo, y también será un fenómeno único.

En cualquier caso, se trata de un fenómeno excepcional por su rareza y, aunque no podamos verlo directamente, habrá transmisiones vía internet, por ejemplo en este enlace

También hay proyectos de ciencia ciudadana relacionados con la ocultación, como el organizado por Starblink.org . En su web (que incluye un interesante simulador) y en otras páginas técnicas se describen los materiales y los procedimientos a utilizar para obtener datos que se puedan luego compartir; pero si lo que quieres es disfrutar del excepcional evento solo necesitas desplazarte a la franja de observación, que no haya nubes por la zona, y abrir los ojos.

.....................

12-12-23

Próximamente incluiré imágenes y vídeos de la ocultación, obtenidas esta madrugada por astrónomos aficionados, en un nuevo y breve post.

viernes, 26 de mayo de 2023

“Su” y “Gar”, el exoplaneta y su estrella

He decidido escribir este post porque acabo de enterarme de que la Unión Astronómica Internacional (UAI) ha asignado al exoplaneta Gliese 486B y a la estrella de Virgo a la que orbita (Gliese 486) los nombres Su y Gar que en euskera significan Fuego y Llama, recogiendo la propuesta realizada por Itziar Garate, una persona cercana, del grupo de ciencias planetarias de la Universidad del País Vasco, y que yo mismo había apoyado con mi firma.

Certificado enviado por la UAI (IAU en inglés)

Además de que su significado se puede asociar a las características de esos astros, la expresión "Su ta gar" se utiliza con frecuencia para indicar el trabajo con empeño, lo que le da un valor añadido.

Grupo de ciencias planetarias de la Universidad del País Vasco

Gliese 486b es probablemente el exoplaneta mejor estudiado, se encuentra a solo 26 años luz, y con una temperatura similar a la de Venus rondando los 400 grados, podría tener atmósfera. Aunque allí la vida es imposible Gliese 486b se ha convertido en la Piedra rosetta de la exoplanetología, tal como algunos expertos han sugerido, y como indicaba Itziar los nombres que ella proponía para la pareja se adecuaban a sus características.

Representación artística de un paisaje del planeta y la estrella 

De vez en cuando la UAI realiza estas convocatorias para recibir propuestas con las que nombrar a exoplanetas y sus estrellas, y ya en la primera edición en 2015 aceptó la del planetario de Pamplona, la Sociedad Astronómica de España y el Instituto Cervantes, asignando a la estrella mu Ara el nombre de Cervantes, y a sus 4 planetas Sancho, Quijote, Rocinante y Dulcinea.

En 2022 la UAI encargó a su oficina para la divulgación de la Astronomía organizar la tercera edición de estos certámenes: el Name ExoWorlds 2022 para nombrar 20 sistemas planetarios extrasolares, en esta ocasión priorizando las culturas y lenguas minoritarias.

El nodo español recibió 22 propuestas y en febrero seleccionó como propuesta principal la de Itziar Garate, y otras dos propuestas de reserva, una de las cuales (Filetdor y Catalineta procedente de Mallorca) también ha sido elegida por la UAI, junto 18 de otros países, para nombrar las estrellas y exoplanetas elegidos.

Desde 1995 en que se descubrió el primero en torno a una estrella "normal" (y con la discusión de los de 1992 alrededor de un pulsar), ya se han detectado unos 8000 exoplanetas, más de 5000 totalmente confirmados, en 3800 sistemas diferentes, ya que muchos de ellos tienen más de un planeta.

Cada exoplaneta lleva el nombre de su estrella, seguido de una letra: B, C, D, E,… según el orden de descubrimiento. La letra A no se usa, y de alguna manera estaría reservada a la estrella, y lógicamente la más usada es la B.

Un ejemplo lo tenemos en el famoso sistema Trappist 1, que con sus 7 planetas descubiertos, sus nombres llegan hasta el Trapist 1 H.

En el caso de las Gliese, se trata de un catálogo elaborado en principio por Wilhelm Gliese, que recoge estrellas cercanas (a menos de 20 parsecs) ordenadas por la coordenada de ascensión recta.

De todas formas, de cara a identificar más fácilmente a algunos sistemas especialmente interesantes, la UAI planteó asignarles nombres propios más llamativos junto a las denominaciones técnicas, y ese es el motivo de estas convocatorias.

Si quieres más información sobre el tema, puedes encontrarlo en este enlace que recoge la noticia o en este otro que ya se cita en el anterior y que explica ampliamente el contexto.


Para acabar, aunque no venga a cuento, a este respecto hay que tener cuidado con esos timos que nos reportan una estrella con nuestro nombre a cambio de dinero. Solamente la UAI puede nombrar los astros, y como se ve no es nada inmediato. 



lunes, 2 de enero de 2023

El cielo más espectacular de tu vida


Si sueles mirar el cielo, o tienes curiosidad por hacerlo, estos días próximos al cambio de año son sin duda los mejores desde ambos hemisferios, aunque siempre mejor desde el sur. 

Pero empiezo por el norte, donde viven la mayoría de lectores de este blog. Aquí suele decirse que  el cielo del invierno es el más llamativo porque aparecen varias constelaciones destacadas, y además situadas casualmente en una misma zona del cielo.

Este año además están acompañadas por los planetas.

Latitud 43º N. Constelaciones que se ven al principio de la noche en estas fechas.

La más conocida de estas constelaciones es sin duda Orión: por su forma simétrica, por sus 3 estrellitas alineadas y equidistantes que forman el llamado “Cinturón de Orión” y por sus dos estrellas más brillantes, la gigante blanco azulada Rigel y la supergigante roja Betelgeuse:

Después del nombre de cada estrella aparece su magnitud, y entre paréntesis el lugar que ocupa según el brillo, entre todas las estrellas del cielo, aunque a veces existan pequeñas discrepancias según las fuentes.

Pero alrededor de Orión hay varias constelaciones que dan más realce a esta zona del cielo

Géminis, con Cástor y Pólux sus principales estrellas que representan a los gemelos de la mitología griega, de distinto padre pero con un amor fraternal llevado al extremo.



Auriga, con su forma pentagonal, aunque uno de los vértices no sea suyo, y con su estrella Capella,


El Can Menor y el Can Mayor situadas al sur de Orión con sus brillantes estrellas Proción y Sirio, la más brillante del cielo

El Can Menor

El Can Mayor


Y al norte de Orión, además de la citada Géminis, la también zodiacal Tauro, con la estrella rojiza Aldebarán y los cúmulos abiertos de las Híades y las Pléyades.


Estas constelaciones son las que siempre se citan al hablar del cielo del invierno, pero... Si nos restringimos a principios de dicha estación y al comienzo de la noche, que es el momento más propicio, podría realzarse incluso más porque todo lo anterior se completa en la zona opuesta del cielo con el triángulo del verano

Si, porque aunque parezca una contradicción, en estas fechas invernales y a esas horas la gran figura del denominado "triángulo del verano" del que forman parte las estrellas más brillantes de las constelaciones de Lira, Cisne y Águila aún no se ha puesto por el Oeste, cuando por el Sureste ya ha aparecido Orión y todas sus compañeras. 

También habría que añadir la estrella Fomalhaut de Piscis austrinus, de magnitud 1.15 ocupando el lugar 15 por su brillo y que pese a estar en el hemisferio sur celeste se mantiene en nuestro cielo hasta después de que empiece a marcharse el "triángulo".

Si nos centramos en una latitud media del hemisferio norte al principio de la noche únicamente falta la estrella Sirio, la más brillante, que esa sí esperará a que el triángulo veraniego empiece a ocultarse, y a pesar de que hay muchas estrellas brillantes que solo se ven en el sur, desde aquí veremos 10 de entre las 20 más destacadas.


Desde el hemisferio Sur, aunque no pueda verse en esta época el triángulo del verano (tremenda paradoja porque allí sí es verano, y este triángulo asoma por el horizonte en invierno) también es visible la zona más espectacular con Orión y sus compañeras, y además con la presencia  desde el principio de la noche de las dos estrellas más brillantes del cielo (Sirio y Canopus que no se ve nunca en el hemisferio norte), y como además están varias de las estrellas más destacadas del Centauro y la Cruz del Sur, además de Achernar de la Ballena, que solo se ven en ese hemisferio, el espectáculo es aún mayor.

En una zona muy reducida y cercana al polo sur celeste se encuentran las constelaciones de Centauro y la Cruz del Sur con 4 estrellas de entre las 20 más brillantes del cielo, incluida la tercera de ellas, Rigil Kent o alfa Centauro, la estrella más cercana a la Tierra.


En la constelación de la Quilla, (antes formaba parte de Navío) se encuentra también la segunda estrella más brillante del cielo, la citada Canopus.


Con todo, para una latitud media del hemisferio sur a principios o mediados de enero al principio de la noche el cielo está poblado de más estrellas brillantes que en el norte:

Pero si esto ocurre todos los años, este comienzo de 2023 es especial porque esas estrellas estarán acompañadas de los 4 planetas más espectaculares luciendo sus mejores galas. Mercurio acaba de irse, pero tampoco podría incluirse nunca a esta colección de luces porque cuando aparece, siempre se limita al cielo crepuscular y nunca comparte escenario con las estrellas, y por otra parte Venus va ganando importancia día a día.

Aspectos relativos a la situación de los planetas aparecieron en el post anterior y ahora incluyo sus posiciones con el cielo completo en lugares de diferente hemisferio:

Posiciones de los planetas entre las estrellas, una hora después de la puesta de sol

Esta acumulación de planetas no ha ocurrido al principio del invierno, desde 1966; pero entonces con Marte mucho más débil y cercano al horizonte no destacaría, por lo que habría que retroceder aún más, hasta 1942, para encontrar algo parecido a lo actual. Algo, que casi nadie de nosotros pudo ver, y que habrá que esperar a 2081 para encontrar algo similar (bueno, entonces aún mejor, pero me temo que...) Por eso el título del post.

Pero incluso hay algo más, porque para finales de enero se anuncia el cometa C/2022E (ZTF), que aunque no destacará en un primer vistazo, parece que podrá apreciarse sin ayuda óptica y pondrá la guinda al espectáculo.

Por todo ello, si te gusta mirar el cielo estrellado, no te pierdas esta magnífica oportunidad. Aunque no conozcas las constelaciones te impresionará y puede ser un aliciente para que empieces a aprenderlas. Aprovecha las noches despejadas, aléjate aunque no sea mucho de la contaminación lumínica, y no olvides que no tendrás otra oportunidad de ver tantas luces en la noche, por encima del horizonte.

viernes, 7 de octubre de 2022

Las Pléyades y las Híades

 

Siempre que aparecen en un cielo despejado y sin mucha contaminación lumínica enseguida llaman la atención entre los no iniciados, y surge la pregunta sobre qué es ese grupito de débiles estrellitas situadas siguiendo una fila curvada de estrellas más brillantes y separadas (de la constelación de Perseo, aunque en realidad nuestras protagonistas están ya en Tauro)

Son las Pléyades; y muy cerca de ellas respecto a nuestra visual, otro grupo en forma de V no tan espectacular ni tan compacto pero también único: Las Híades. 

Las Pléyades a la derecha de la imagen, y a la izquierda las Híades.

Se ha recortado por ese lado la foto a propósito para dejar fuera a la estrella Aldebarán, que aunque completaría la imagen de una V y suele asociarse a este grupo, no pertenece a él.

Y acompañado de la brillante estrella Aldebarán, que lo hace más reconocible:

Aldebarán es la estrella más destacada en esta imagen, y también en la constelación de Tauro. Se encuentra a 65 años luz, menos de la mitad de la distancia a la que están las Híades, pero en su misma dirección desde aquí.

Puede decirse que ambos grupos son especiales porque constituyen dos cúmulos abiertos, entre los muchos que hay en el cielo, pero los únicos claramente observables a simple vista, y el motivo es que son casi los más próximos a nuestro sistema solar: Las Híades a 150 años luz es el más cercano y las Pléyades en tercer lugar a unos 440, después de Melotte 111 en Cabellera de Berenice que está a 290.

De todas formas, su observación con prismáticos es mucho más atractiva.

Un cúmulo abierto es un grupo de estrellas que están relativamente próximas entre sí y ligadas gravitatoriamente, con un origen común. Suelen ser estrellas jóvenes, y en cada uno de estos cúmulos puede haber entre decenas o miles de estrellas. Así ocurre en nuestros dos protagonistas, aunque solo podamos ver las más brillantes.

En estas fechas del mes de octubre pueden observarse prácticamente durante toda la noche desde el hemisferio norte y una vez avanzada la misma desde el sur, al principio un poco bajas cerca del horizonte Este pero irán subiendo según pasen las horas.

Para localizarlos sin dificultad se puede recurrir a la conocida constelación de Orión que se encuentra al sur de estos cúmulos y por eso en el hemisferio norte está por debajo de ellos y sale algo más tarde. En el hemisferio sur al estar la imagen invertida Orión aparecerá sobre los cúmulos, saldrá antes que éstos y se verá mejor que ellos por lo que ahí será una guía más clara. 

De arriba a abajo las Pléyades, las Híades (con el acompañamiento estas semanas del planeta Marte) y Orión

Las Pléyades:

Conocidas también por “Las 7 cabrillas” o “Las 7 hermanas” en referencia a su origen mitológico, aunque  la mayoría de las personas a simple vista distinguen solo 6 y en realidad son más de 500. Según la mitología la séptima, Merope, brilla más débilmente porque está avergonzada de haber mantenido relaciones con un mortal.

La mayoría de sus componentes son estrellas "jóvenes" de poco más de 100 millones de años



Tienen cierta similitud con una parte de la Osa Mayor pero a una escala mucho más reducida, y he coincidido con alguna persona que equivocadamente decía que se trataba de esa constelación.

En muchas fotos obtenidas con las condiciones y exposición adecuadas sus estrellas aparecen envueltas en una nebulosidad azulada que en principio se supuso que formaba parte de la nebulosa donde surgieron, pero parece ser que su origen es diferente y ahora las estrellas del cúmulo estás atravesando esa zona.


Como decía al principio, están situadas al final de la hilera curva de la constelación de Perseo, que puede servir también como guía para encontrarlas.


Perseo y las Pléyades

Las Híades

Son un grupo de unas 80 estrellas de las que 4 pueden localizarse bien a simple vista. Su edad es de algo más de 600 millones de años. 

Según la mitología eran 7 hermanas de padre, pero distinta madre, de las Pléyades y comparten con ellas algunas leyendas griegas.

Tal como se ha dicho, junto a las Híades se encuentra Aldebarán, que podría parecer que forma parte del grupo, e incluso completa la figura simétrica de una letra V. Pero en realidad esta estrella está a la mitad de distancia de nosotros y es solo una casualidad que esté en la misma visual.

El cúmulo de las Híades, (en la imagen con forma de una letra V tumbada). La estrella más brillante es Aldebarán  que, como se ha dicho, no forma parte del cúmulo.

Como se ha dicho, las Híades forman el cúmulo estelar más cercano y por ello se ha utilizado para calibrar varios métodos de cálculo de distancias. 

Posiciones en distintas fechas

Estos dos cúmulos se pueden ver tanto desde latitudes medias del hemisferio norte como del sur, si bien las condiciones son ligeramente mejores en el norte desde donde prácticamente son visibles durante todo el año excepto a finales de primavera. 

En verano y a principio del otoño había que trasnochar un poco y esperar a que salieran y alcanzaran una cierta altura para distinguirlas bien, pero ya en estas fechas pueden verse a horas prudenciales y he recogido sus posiciones a las 21 h T.U. a mediados de cada mes en el siguiente esquema hasta abril. Ya en mayo aunque están por encima del horizonte tras la puesta de Sol, su baja altura y cielo crepuscular hace imposible verlas.     

Posiciones de Híades y Pléyades desde latitud 40º N cada mediados de mes, a las 21 T.U. (En España las 23 h en octubre y en abril, y 22 h en el resto). El brillante planeta Marte, que estará rondando esa zona puede servir para localizarlas.
Los tamaños cambian ligeramente por ajustes de proyección de una bóveda en el plano

Desde Buenos Aires (latitud 35º S) prácticamente en las mismas fechas, aunque habría que esperar a noviembre para verlas a suficiente altura, y por la misma razón solo se verían hasta marzo.

Desde una latitud de 35º Sur.

En ambos gráficos y en cualquier zona del cielo, la posición de las estrellas correspondiente al mes siguiente es la misma que la del mes actual dos horas después. Por ejemplo la posición que aparece del 15-12  a las 21 h. T.U.  será la misma que la del 15-11 a las 23 h T.U.   No ocurre así con la posición de Marte porque los planetas se mueven sobre el fondo estelar.



Al encontrarse muy cerca de la línea de la eclíptica, que pasa entre ambos cúmulos, es frecuente que la zona se vea adornada con la presencia de algún planeta o de la Luna. En 2020 el fulgurante Venus pasó por ahí tal como se ve en las siguientes imágenes de abril, julio y agosto de ese año y también se le verá por la zona, pero no tan cerca de los cúmulos en el comienzo de la primavera de 2023 (del hemisferio norte).

3-4-2020 Venus en la Pléyades, y la línea de la eclíptica que separa ambos cúmulos.
La calidad de la imagen es mala, pero hay que tener en cuenta que eran fechas de confinamiento y está hecha desde casa con la contaminación lumínica de la ciudad, lo mismo que la siguiente.

También el 3-4-20, con un mayor detalle.

Cuando en el verano de 2020 ya no había limitación de movimientos, pudieron elegirse mejores escenarios aunque Venus ya se había movido, e incluso había atravesado la eclíptica.

El 6 de julio estaba en las Híades


Y en agosto ya se despedía de la zona. De arriba a abajo Híades, Pléyades y Venus.


Y ahora mismo es el turno de Marte:

El punto más brillante de la imagen, a la izquierda de las Híades, es Marte en esta imagen tomada el 10 de septiembre de este año. Ahora ya está algo más a la izquierda e incluso más brillante.

Durante estas pasadas semanas ha estado por ahí el planeta Marte. A principios de septiembre se situaba entre ambos cúmulos, ahora se va alejando poco a poco hacia el Este, pero aún se encuentra cerca para dar mayor realce a la zona, y además volverá porque a partir del 30 de este mes comenzará a retrogradar en dirección hacia las Pléyades, alcanzará su máximo brillo con magnitud -2 el 8 de diciembre y el 13 de enero retomará la dirección habitual alejándose.

Retrogradación de Marte, en una trayectoria como si estuviera rondando a las 12 hermanas

La Luna pasará entre Pléyades e Híades situándose cerca de las primeras el 13 de octubre, el 9 de noviembre, 6 de diciembre, 3 y 30 de enero cuando se acercará mucho a las Pléyades sobre todo visto desde América en ambas fechas, 26 de febrero, 26 de marzo desde América, y 22 de abril formando una bonita estampa con su fase muy fina y la presencia de Venus, aunque quizás cueste distinguir a los dos cúmulos ya cerca del horizonte y en el crepúsculo.

Situados en esa zona, La Luna y Venus formarán junto a Aldebarán un llamativo triángulo. 

Acabo de recordar que también estaban estos cúmulos cuando capté la luz zodiacal, sobre lo que he escrito hace poco.

Ahí están, como testigos de ese extraño resplandor y quizá s puedan servir de referencia para captarlo a finales de marzo o primeros de abril.

Híades y Pléyades sobre la tenue luz zodiacal

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9 de octubre. Dos días después de publicar este post me llega la triste noticia de que mi colega y amigo Manu Arregi nos ha dejado para siempre. 

Manu dirigió durante mucho tiempo el blog "El navegante", y fue la persona que me animó a que escribiese yo el mío, con lo que puede decirse que éste también es suyo, y que es consecuencia de su paso por el tercer planeta del que hoy mismo se ha ido y, como muchos dicen, está ya entre las estrellas.

Si una noche entre un claro de nubes o entre los árboles veo surgir ese grupo de estrellitas, sin duda me acordaré de Manu.