Llega la época de regalos, y quiero hacerte uno "diferente". Es un regalo muy ligero, casi inmaterial, apenas unos fotones
procedentes de una estrella muy especial para ti.
Si miramos al cielo en una noche despejada veremos muchas
estrellas, pero no las vemos en directo. No vemos la estrella actual, sino la
de hace unos años ya que su luz necesita un tiempo para recorrer la
enorme distancia que la separa de nuestro planeta.
Como cada estrella está a diferente distancia, estamos
viendo un cielo de múltiples momentos diferentes del pasado. Considerando esta
circunstancia y eligiendo la estrella adecuada según nuestra edad, podremos ver
en directo una estrella como era el año que nacimos.
No es una foto ni una grabación. Es verlo
directamente, como si usásemos una máquina del tiempo y retrocediésemos hasta
ese momento.
Por ejemplo si tienes 25 años tu estrella es Vega, porque se encuentra a 25 años luz. Al
mirar esa estrella en el cielo la verás como era hace 25 años, cuando naciste.
Ese intervalo de tiempo es muy corto para la vida de una estrella y su aspecto
no ha cambiado, pero piensa que están entrando en la pupila de tus ojos los
fotones que salieron de allí cuando tú naciste, esas partículas de luz que
han estado viajando por el espacio justamente el mismo tiempo que tú has
estado viviendo.
Esta es tu estrella ahora, pero a medida que vayas
cumpliendo años tendrás que cambiar de estrella. Aunque si quieres, puedes retener
estos fotones que emprendieron su viaje desde Vega a la vez que tú iniciaste tu viaje por
la vida. Hazles una foto y los podrás guardar: Si tienes 25 años haz
una foto a la estrella Vega. La luz que salió de allí cuando tú naciste
entrará en el objetivo de la cámara será captada por su CCD y dejará su
marca. Esa marca, esa foto, la puedes guardar siempre porque esos fotones
procedentes de Vega siempre serán los tuyos.
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Vega y Altair. Agosto 2009 |
Esta es la estrella Vega, en la constelación de Lira, marcada en la foto con un círculo
amarillo. Es el ejemplo significativo en esta historia. Distancia fácil de
recordar por ser un número redondo, muy brillante, pasa muy cerca del cenit en verano
en latitudes medias del hemisferio Norte. Ya se utilizó con esta idea, de los
25 años que tarda la luz, en la película “Contact” y en la novela en que se
basaba, escrita por Carl Sagan. Muy recomendable, sobre todo la novela.
También puede verse desde casi todo el hemisferio Sur en
zonas habitadas, prácticamente hasta la latitud 50º Sur, en los meses de
invierno austral (junio, julio, agosto, septiembre) cerca del horizonte Norte. Si tienes 25 años pero vives más al Sur, también hay para tí otra estrella brillante: Fomalhaut.