A
alguien pudiera parecerle inconcebible que un tema como éste, que ya forma parte
de nuestras costumbres y está tan arraigado en nuestro modo de vida, de repente
pudiera cambiar.
La
misma o mayor incredulidad sentí yo cuando con solo 17 años de edad oí que se iba a
cambiar la hora. "¿Mover las agujas del reloj en verano para que el Sol salga más tarde? ¡Venga ya! ¿Y por qué
no cambian también la escala de los termómetros para que en esta estación no pasemos
tanto calor?" fueron mis expresiones ante una situación que me parecía estrambótica.
Pero
aquel cambio de los relojes que yo no había vivido nunca y tan absurdo me parecía, se ha
vuelto habitual 2 veces al año,…¿hasta ahora?. Nos piden nuestra opinión.
Creo
que nunca he utilizado este blog para para pedir que se vote algo, ni siquiera
que el lector indique que le gusta cualquier página o publicación, en las redes
sociales.
Cuando alguien me invita a que indique que "me gusta", nunca le hago caso porque creo que esas decisiones deben salir del convencimiento propio y no del de tu amigo.
Cuando alguien me invita a que indique que "me gusta", nunca le hago caso porque creo que esas decisiones deben salir del convencimiento propio y no del de tu amigo.
Nunca he intentado pedir directamente un voto y tampoco
ahora lo voy a hacer.
Pero
muchas veces he expresado mi opinión personal de manera razonada, y quizás machacona, en determinados temas, con la idea de que luego cada cual decida.
Hoy es una de ellas porque, en contra de lo habitual, nos van a pedir la opinión a los ciudadanos para tomar una decisión que, lo queramos o no, nos afecta en nuestra vida diaria: ¿Se seguirá cambiando la hora o no?
Hoy es una de ellas porque, en contra de lo habitual, nos van a pedir la opinión a los ciudadanos para tomar una decisión que, lo queramos o no, nos afecta en nuestra vida diaria: ¿Se seguirá cambiando la hora o no?