Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

viernes, 30 de junio de 2017

El día del asteroide

Hoy 30 de junio es el “Día Internacional del Asteroide”

Es curioso cómo el calendario se ha ido llenando de días dedicados a diversos temas, y pueda pensarse que no tiene mucho sentido el dedicarle una fecha a los asteroides. Que yo sepa no existe el día de los cometas ni el de las estrellas, ni el de los planetas aparte del nuestro, que también aproveché para escribir algo muy sorprendente de él.

Pero aunque parezca que alguien haya querido resaltar a estos pequeños astros haciéndoles un hueco en el calendario,  en realidad es algo engañoso porque si miramos el motivo por el que se ha decidido, debería llamarse más bien “El día contra el asteroide”, al igual que cuando en alguna cuestación por la calle con una hucha en mano me han pedido dinero “para el cáncer” cuando en realidad es “para la lucha contra el cáncer”. Aquí ocurre lo mismo.

Aunque ya anteriormente se celebró en algunos ámbitos, parece que fue el pasado 6 de diciembre de 2016 cuando la ONU lo declaró oficialmente, y escogió esa fecha recordando el impacto del asteroide de Tunguska, como un nuevo Día Internacional, con el objetivo de aumentar el nivel de conciencia sobre el grave peligro que supone el impacto de rocas espaciales.

Personalmente no veo mucho sentido en concienciar a la población en general sobre este problema, porque no está en sus manos el solucionarlo, y ya sabemos que quienes tienen el poder decisorio a la hora de asignar presupuestos para investigación o grandes proyectos no miran mucho la opinión de la gente ni tampoco van a cambiar sus planes porque se enteren o no de esta iniciativa. 
Bueno, esto es una opinión personal, porque ya sabemos el poder que tienen hoy en día las redes sociales y los logros de las campañas de recogida de firmas. Pero no creo que se pueda conseguir mucho de esta manera en este caso.


Por otra parte no es un tema que se haya dejado de lado. Desde hace años se están llevando a cabo proyectos de búsqueda de asteroides peligrosos y hay organismos, como Neodys, e instalaciones dedicados a ello que han permitido avanzar enormemente en la catalogación de los asteroides cercanos, y gracias a las cuales sabemos a ciencia cierta que en toda nuestra vida ningún asteroide del tamaño del que provocó la extinción de los dinosaurios se nos acercará peligrosamente.
Y ello a pesar de los titulares alarmistas que aparecen frecuentemente en los medios y que siempre son desmentidos por el texto de la propia noticia.

Yo voy a utilizar este día en sentido contrario: como excusa para escribir a favor de los asteroides, para quitarles la mala fama que tienen y contar algunas cosas sobre ellos que me parecen apasionantes.
Lo primero, hay que decir que hasta ahora los asteroides no han sido nuestros enemigos y casi siempre han estado a nuestro favor. Una de las charlas que he dado últimamente en diferentes lugares tiene por título “¿Impactos cósmicos? Si gracias”

Porque sin ellos no estaríamos aquí.
Nuestro planeta se formó mediante innumerables choques de astros menores, y posteriormente otros de estos astros que impactaron con  la Tierra, ya solidificada, aportaron el agua de nuestros océanos, imprescindible para la vida. Aunque en principio se suponía que el hielo procendente de impactos de cometas constituía el origen de la mayor parte del agua que hay en la Tierra, las investigaciones del proyecto Rosetta en el cometa Churyumov-Gerasimenko, apuntan en el sentido de que más probablemente ese agua proviene de los asteroides.
El proyecto Rosetta ha añadido trascendencia a los asteroides en las condiciones de habitabilidad de nuestro planeta.
Se ha apuntado algunas veces que estos astros pudieron traer también los compuestos orgánicos necesarios para que surgiera la vida, e incluso algunos meteoritos procedentes de Marte han permitido conocer algunas cosas sobre el planeta rojo, sin tener que ir hasta allí. En este caso los investigadores se han beneficiado de un doble impacto cósmico: El choque de un asteroide contra el planeta rojo que lanzó algunas rocas al espacio, y el impacto de estas rocas mucho después, contra nuestro planeta.
Son solo unos ejemplos en los que el choque de asteroides ha jugado a nuestro favor. 

Pero, efectivamente, cuando se habla de asteroides siempre se recuerda con temor el impacto que provocó la desaparición de los dinosaurios, y no nos damos cuenta que deberíamos estar agradecidos a aquel asteroide que chocó con nuestro planeta hace 65 millones de años, porque de no ser por él nosotros no existiríamos. Al desaparecer los dinosaurios que dominaban la Tierra, los pequeños mamíferos, libres de la amenaza de los grandes depredadores, ocuparon los nichos ecológicos que quedaron libres y pudieron evolucionar hasta las especies actuales.
Pequeños mamíferos sobrevivieron a los dinosaurios cuando estos se extinguieron a causa del impacto de un asteroide.

Bueno, es lógico que ahora que la dominadora del planeta es la especie humana intente que la historia no se repita. Pero ¿qué habría pasado si los dinosaurios hubieran evolucionado hasta ser inteligentes y tecnológicamente avanzados, se hubieran concienciado mediante su “día del asteroide” y hubieran evitado el impacto?

Evidentemente ese tipo de elucubraciones no tiene hoy ningún sentido, y cada uno debe mirar por sus intereses, pero voy a aprovechar este día señalado para citar algunas curiosidades sobre estos astros, porque para mí el tema de los asteroides es lo más atractivo de todo el sistema solar.

El curioso mundo de los asteroides


Como he hecho en algunas otras ocasiones, hoy solamente voy a enumerar varias circunstancias que me parecen interesantes, y en otro momento desarrollaré más detalladamente alguna de ellas.

En este campo hay muchos aspectos paradógicos:

- Aunque forman el grupo más numeroso junto con los cometas (millones), los asteroides son los grandes desconocidos del Sistema Solar.

- A pesar de haber tantos, muy pocos astrónomos (porcentualemente) han visto alguno.

- Los asteroides más conocidos a nivel popular no existen: 
Tanto el que más gente ha visto (Armagedón el de la película, interpretada por el conocido actor Bruce Willis), como el que más gente ha leído cosas sobre él (el asteroide B612, donde vivía “El principito” de la obra de Saint Exupery). 
Tampoco existe Nibiru, el que los magufos han tomado de la mitología babilónica para anunciarnos el fin del mundo, ni otros similares muy conocidos por los adeptos a algunas sectas. 

- Pero uno de los asteroides que aparecen en "El principito", el asteroide del farolero, aparentemente el más imposible de todos ellos, si existe. 

Bueno, se ha encontrado un asteroide al que le ha ocurrido la extrañísima circunstancia que se narra en la obra, de haber acelerado su rotación. Y no solo eso; allí todos los objetos se caen ¡hacia arriba! Ya hablé de él hace tiempo.

- Existe una asociación con el citado nombre, B612, pero paradójicamente no fomenta la lectura del libro ni realza los valores morales que contiene, sino que es uno de los organismos que está precisamente detrás de toda esta historia de protección frente al impacto de los asteroides asesinos.

- El asteroide más cercano a nosotros (habitualmente) es muy poco conocido:   2004 GU9. En realidad hay algunos otros con características orbitales parecidas, y a ellos les he dedicado varios post de este blog: "El asteroide amigo de la Tierra" , "Las otras lunas" o "Un asteroide muy especial"

- Como allí se relataba, ese y otros de órbita similar, aparentemente están dando vueltas alrededor de la Tierra y se les conoce como “cuasi-satélites”.

- Cuando la gente oye la palabra asteroide, se empieza a preocupar por algo que no ha ocurrido en los últimos millones de años. Se manejan estimaciones totalmente erróneas y alarmistas sobre la probabilidad de morir por el impacto de un asteroide, e incluso es frecuente oír que es más fácil que eso te ocurra, que el que te toque la lotería, cuando evidentemente todos los años hay mucha gente a quienes les toca y en todo el mundo solo hay un caso documentado de muerte de una persona por la caída de uno de estos astros.

- Uno de ellos fue considerado como planeta durante los primeros años del S XIX y durante una semana de agosto de 2006, aunque ha cambiado unas cuantas veces de estatus.
Ceres, fotografiado por la sonda Dawn. El mayor asteroide del cinturón principal fue considerado primero como un cometa por su descubridor, luego fue planeta, posteriormente fue llamado asteroide o planeta menor, fue propuesto nuevamente como planeta en la asamblea de la Unión Astronómica Internacional de 2006, aunque finalmente se le otorgó la categoría de planeta enano además de la de asteroide.
- El más famoso, Plutón, casi nadie sabe que en realidad podría considerarse que pertenece a esta familia.
Aunque por motivos "políticos" en el año 2006 se inventó artificialmente el grupo de los planetas enanos para incluirlo en él, y evitar una degradación más drástica del que entonces era el noveno planeta, considerado en sentido amplio es un asteroide de la misma manera que lo es Ceres (otro de los planetas enanos), e incluso la nomenclatura oficial 134340 PLUTO es la que se utiliza para estos astros. También hablé de ésto hace casi un año.

- El primer asteroide se encontró casualmente cuando un grupo de astrónomos, entre los que no estaba su descubridor, el italiano Piazzi, habían decidido empezar a buscarlo.

- El motivo de esta búsqueda era una teoría errónea, que en cierta manera podría incluirse en el ámbito de la numerología: Las distancias al Sol de los planetas conocidos entonces cumplían una sencilla sucesión matemática, pero uno de los números estaba libre y decidieron buscar el planeta que debía estar allí cuando esa “casualidad” pareció corroborarse con el descubrimiento de Urano que también la cumplía, lo mismo que el que enseguida se encontró (Ceres). Pero el último planeta descubierto, Neptuno, no lo cumple por mucho.

Además de estas paradojas hay muchos otros aspectos sorprendentes en el conjunto de estos pequeños astros:

- En 2013 se descubrió que un asteroide poseía anillos.
Recreación artística de Chariklo, que se mueve entre las órbitas de Urano y Saturno, a quien parece que quiere imitar.

- Los numerosos asteroides que comparten la órbita con Júpiter, en algunos de cuyos nombres hay una tremenda casualidad.

- El asteroide kamikaze, que circula en una órbita similar a los anteriores, en un camino repleto de tráfico, pero en sentido contrario.

- A los asteroides, en general, no les gustan los números enteros. Algo conté aquí, aunque hay más porque a algunos de los más lejanos sí que les gustan.

- El asteroide Apophis que si nadie lo evita impactará con la Tierra un 13 de abril. Será dentro de mucho tiempo, no se sabe en qué año, aunque sí conocemos el día y el mes (aunque si tarda mucho habrá que hacer la corrección por la precesión de los equinoccios)

- Hay asteroides que tienen algunas de las características de los cometas, como Faeton, que se ha asociado con una de las principales lluvias de estrellas fugaces o 3 asteroides con órbitas extrañas, muy excéntricas, enormemente similares en forma y posición, con la del cometa Encke.

- Casi todo el mundo tiene una idea equivocada de lo que es el cinturón de asteroides, porque en todos los lugares se representa de una manera totalmente diferente de la realidad. Es otra de las cosas que aprendimos mal en la escuela, y a este asunto dediqué un post.

- Los asteroides binarios o múltiples, que aunque hoy en día se supone que pueden ser abundantes, los primeros que fueron descubiertos causaron sorpresa.
Representación artística de un asteroide binario.

Ya hablé sobre alguno de éstos al final del post que acabo de mencionar; pero por si no lo has leído, aunque solo sea por picarte la curiosidad cito algo de lo que allí escribí:

El primer asteroide satélite, que apareció en una foto sin que nadie lo esperase, los asteroides gemelos Antíope A y B muy próximos y con rotación capturada por lo que sería impresionante situarse en uno de ellos y tener siempre el otro sobre nuestra cabeza, el asteroide Silvia con sus dos satélites Rómulo y Remo y la curiosa historia de su nombre, o algún caso de asteroides con satélites tan próximos entre si, que aprovechando la baja gravedad podríamos desplazarnos a saltos de uno a otro.  



Por si he sembrado alguna duda, tengo que aclarar que no. Evidentemente yo tampoco quiero que nos caiga ningún asteroide encima. 


De hecho el título de la charla que mencioné al principio solo era una estrategia para llamar la atención, y tenía una segunda parte donde recogía los riesgos de estos impactos. 


El día del asteroide que se celebra hoy, cuando publico ésto, solo me ha servido como excusa para recordar algunos aspectos curiosos y citar otros varios que intentaré ir desmenuzando más despacio en el futuro, pero creo que estos pequeños astros no deberían ser solo símbolos de destrucción, sino apasionantes ejemplos de cuestiones sorprendentes de la mecánica celeste.


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