Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Amanece, que no es poco.

Muy pocas veces he dedicado las entradas de este blog, pero hoy estoy obligado a ello. 
Se lo dedico a quienes me habéis apoyado con vuestras palabras, en los comentarios en el post anterior, en los whatsapp de la AAV y de otros grupos, a la gran familia de Apea, la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía, con cuyo escudo y el ariete, preparado y exhibido en el enorme chaparrón de correos que llegaron a la cuenta del grupo, era imposible que el problema no se solucionase, y por supuesto a Begoña y a Míkel, que han sido capaces de encontrar el método para que hoy también amaneciera.

Se que es una tontería y un juego sin sentido pero quizás alguna vez te has hecho esta pregunta (por supuesto en broma):  ¿Y si mañana el Sol no saliese?
Sabemos que el futuro no se puede predecir, pero hay circunstancias que estamos seguros que sí ocurrirán.
Como decía no hace mucho, los astrónomos sabíamos, antes de que ocurriera, que en los últimos días de agosto los planetas jugarían a encontrarse y separarse como algunas parejas con sus vaivenes de amores y odios. Sabíamos que el primer día de Septiembre la Luna y el Sol se iban a confabular para fabricar un magnífico anillo, de un tipo tan especial que no lo encontraremos en ninguna joyería.

Eso lo sabíamos los que nos gusta mirar hacia arriba y observar los astros. Pero hay otras cosas que pasan en el cielo que todo el mundo sabe que ocurrirán, aunque a veces las circunstancias son tan adversas y todo se ve tan negro, que podría pensarse que hasta eso que ha ocurrido todos los días, hoy no va a pasar. Todo el mundo sabe que mañana amanecerá.
Y esta vez también, por fin, amaneció.
 
En esta imagen  que obtuve casi media hora después de la que puse en el post anterior, en la que aparecían Venus y Mercurio, la claridad del cielo confirma que la aparición del Sol es inminente


 Aunque cuando lo escibí, la semana pasada, yo no lo tenia en absoluto claro, efectivamente, hoy también ha amanecido, al igual que aquel día.
Unos minutos después, desde un lugar contiguo.

El amanecer es algo muy especial. No solo porque da inicio al día, cambia drasticamente la iluminación del ambiente, marca el ritmo cotidiano de todos los seres vivos, y se utiliza por ello en muchos símiles y metáforas.
Pensemos que a pesar de ser un instante tan breve, en todo momento, ahora mismo o dentro de una hora o de diez, siempre hay algún lugar en el tercer planeta donde está amaneciendo.
Niños y niñas en el Aula de Astronomía de Durango, ven como siempre está amaneciendo en algún lugar de la Tierra.
Esta foto fue tomada en el mismo lugar y solo  unos  minutos después de otra que apareció en el post anterior, cuando la tranquilidad de una sala vacía se llenó de bullicio infantil, y afortunadamente contradice el pie de aquella porque esta imagen, gracias a muchos de vosotros, volverá a repetirse.
Es una pena que haya difuminado las caras (nunca entendí esa necesidad, pero me dicen que debo hacerlo), porque las expresiones son indicativas.

Pero la variedad de amaneceres es grande.

La mayoría de los lectores y lectoras de mi blog, quienes viven no demasiado lejos de donde vivo yo,  los ven así:
 
En el Hemisferio Norte, tras surgir en el horizonte, el Sol va subiendo hacia la derecha
Pero hay otros que reciben el Sol de esta otra manera. Quienes viven en el hemisferio Sur. Existe una leyenda urbana, recogida incluso en alguna novela, según la cual tras un secuestro y un larguísimo viaje alguien se da cuenta de que está en el hemisferio Sur porque el agua del lavabo gira en sentido diferente que en el Norte. Eso no es en absoluto apreciable. Pero si por una ventana viese salir el Sol, sabría que está en el hemisferio austral porque observaría que allí el astro rey “sube hacia la izquierda”


Salida del Sol desde el hemisferio Sur


Incluso algunas personas, como mi amiga Mile y sus vecinos que viven cerca del ecuador, lo ven así, y  el espectáculo es un poco más rápido. 
 
Salida del Sol desde las proximidades del Ecuador
 Es posible que algunos aventureros osados hayan visto un larguísimo amanecer de otra manera. En los polos solo hay un amanecer cada año, en el equinoccio de primavera. Desde que empieza a asomar por el horizonte hasta que se ve todo el disco solar completo, pasan nada menos que 32 horas. 
 
Representación esquemática de una zona del horizonte del polo Norte, durante la salida del Sol. Tras aparecer el primer rayo solar, da una vuelta completa y algo más, rozando el horizonte, hasta que todo el limbo solar es visible. Desde el polo Sur el sentido del movimiento es el contrario


Siempre se dice que el Sol sale por el Este, aunque eso no es del todo cierto porque si observamos con precisión veremos que cada día lo hace por un lugar del horizonte ligeramente diferente. Por un punto relativamente cercano al Este, pero que según la latitud y la fecha puede que no sea tan cercano. 
A veces estamos tan agobiados que nos da igual, solo queremos que aparezca, y ¡que salga el Sol por Antequera o por donde quiera!
Porque aunque parezca que os tomo el pelo, lo cierto es que podríamos encontrar un lugar en el que el Sol salga por el punto cardinal que nos de la gana, tal como lo expliqué en una entrada titulada “Un lugar donde el Sol sale por el Oeste”.

Y como todos somos contradictorios, yo también me voy a contradecir:

- Hay lugares donde nunca amanece. Pero no son de este mundo.

Por ejemplo, el cráter lunar Shakleton.
Este cráter se encuentra cerca del polo Sur de la Luna y fue nombrado así en honor al famoso explorador de la Antártida.
Desde los polos de cualquier astro, a lo largo del día de primavera o verano el Sol describe un círculo prácticamente paralelo al horizonte, siendo su altura máxima el ángulo de la inclinación del eje.
Debido a la poca inclinación del eje de giro de la Luna, en sus polos el Sol está siempre muy bajo en el horizonte. Por ello, en el fondo de un cráter profundo situado cerca del polo, el Sol no incidiría nunca y siempre sería de noche. Desde el interior del cráter la luz del Sol solo se vería dando en la parte superior de la crestería, girando la zona iluminada alrededor con el paso del tiempo. En la Tierra, cuando vemos de madrugada un monte ya iluminado por el Sol, el cielo está ya brillante con aspecto de día. En la Luna no, debido a la falta de atmósfera. Hasta que no veamos el Sol será noche cerrada y en el cráter Shakleton siempre lo es.
La luz del Sol no llega a incidir en el fondo de un cráter de la Luna situado cerca del polo 

A diferencia de otros grandes satélites del Sistema Solar (como los satélites galileanos de Júpiter) el plano de la órbita lunar no está próximo al del ecuador del planeta, sino a la eclíptica, (respecto a ella la inclinación es de 5º aproximadamente). Pero incluso el eje de giro no se mantiene perpendicular a su órbita sino con un pequeño ángulo casi en sentido contrario que reduce a solo 1,5º la altura máxima que alcanza el Sol desde los polos.
  

- Picos de luz perpetua. Donde siempre es de día.

Al contrario del caso anterior, también hay lugares (al menos dos en el Sistema Solar) donde el Sol no necesita salir porque siempre brilla en el cielo.
Por el mismo motivo que antes (la poca inclinación del eje de rotación de la Luna), se pensó que en la cima de algún monte cercano a los polos siempre sería de día. En nuestro satélite de momento no se ha encontrado, pero en el primer planeta  necesariamente tienen que existir.
Mercurio es el único planeta cuyo eje no está inclinado, y por ello todos los días del año la trayectoria del Sol sobre su horizonte es la misma. Si nos situamos en uno de los polos el Sol recorrería siempre su horizonte, mitad tapado, mitad visible. Cualquier monte o pared de un cráter nos lo podría ocultar. Pero siempre habrá un lugar, en la cima de un monte próximo al Polo, desde el que no obstaculice ningún otro monte.

Imaginemos que colocamos un plano perpendicular al eje de Mercurio, en su cielo, y lo vamos bajando. El primer lugar en que toque a la superficie, será el pico de luz perpetua donde siempre se verá el Sol porque nada lo puede ocultar.
Si extendemos la toalla y, eso si, provistos de una buena capa de bronceador, nos ponemos a tomar el Sol, podríamos hacerlo de manera continua durante toda la eternidad.
Se han buscado picos de luz perpetua en la Luna, pero debido a que allí el Sol llega a descender 1,5º en los polos, únicamente se ha encontrado algún monte desde cuya cima el sol se vea el 80% del tiempo. Además durante los eclipses de Sol la Tierra lo tapa. En Mercurio, aunque aún no se ha cartografiado lo suficiente para dar con ellos deben existir con seguridad. Y allí no hay eclipses.

-   Dos amaneceres cada día, por el mismo lugar.

Hay otros sitios donde todos los días el Sol sale dos veces seguidas, y las dos por el mismo punto:
En el planeta Mercurio (y también en la Luna) los amaneceres serían impactantes. Al no haber atmósfera, se pasa en un instante de la oscuridad de la noche al día tras un fogonazo del Sol que lanza sus primeros rayos por el horizonte.
Pero además, tal como conté hace casi un año, los amaneceres en lugares próximos al meridiano 90º Este y 90º Oeste del primer planeta son increíbles. Después de ese primer instante de luz cegadora, el Sol se hace el remolón, apenas avanza, y antes de acabar de salir vuelve a retroceder como si se hubiera arrepentido de turbar la tranquilidad de la noche y se oculta, se fue por donde vino y de nuevo se hace de noche. Pero enseguida se lo piensa mejor y decide, al segundo intento, que ya es hora de comenzar un largo día.
No. No suelo bromear con estas cosas. Lo expliqué en este artículo

- Dos amaneceres cada día, por distinto sitio.

Más difícil todavía. Hay otro lugar (al menos) donde también el Sol sale dos veces, pero una de ellas no lo hace por el horizonte. sino casi por mitad del cielo, después de haber sido de noche durante varias horas. Esto ocurre en el asteroide Antíope.

Antíope es un asteroide doble, con dos cuerpos casi iguales de 88 y 84 km. separados por solo 171 km (sus centros)  por lo que visto desde uno de ellos, el otro ocupa en el cielo casi 40º.
Si estuviéramos en uno de ellos, en el punto más cercano del otro, la imagen sería espectacular, colgado sobre la vertical y apreciándose los cráteres y detalles de su superficie.
Aunque el plano en que se mueven uno alrededor del otro no coincide con el plano de su órbita alrededor del Sol, en periodos de varios meses de los más de 5 años que dura su traslación, nuestra estrella se sitúa cerca de la intersección de ambos planos. Entonces, todos los días, desde cualquiera de los dos asteroides gemelos, algo más de 3 horas después de salir el Sol éste es ocultado por el otro asteroide, que ocupa gran parte del cielo, durante casi 2 horas (este tiempo es variable de unos días a otros e irá disminuyendo según el Sol se vaya apartando de la intersección exacta de los dos planos citados). Volverá a salir por el borde del otro asteroide en un segundo amanecer, y permanecerá  otras 3 horas brillando antes de ocultarse durante la verdadera noche.
 
Recorrido del Sol por el cielo del asteroide Antíope
Esto que suena tan raro, es similar a lo que ocurre en la Tierra durante un eclipse total de Sol, aunque en este caso el apagón nunca dura más de 8 minutos y durante ellos la oscuridad no es total, ni mucho menos, a causa difusión de la luz por la atmósfera.

En los asteroides Antiope A y Antiope B al no haber atmósfera, el ambiente debe ser casi igual en la verdadera noche cuando el Sol está debajo del horizonte, que cuando está detrás del otro y durante largas temporadas ocurre todos los días.

Los cuatro ejemplos de amaneceres en esos extraños lugares están tomados de mi libro "Lugares mágicos en el Sistema Solar"

Seguro que hay muchos tipos más de amaneceres extraños en tantos mundos que hay por ahí. ¿Cómo serán los amaneceres de un planeta de un sistema estelar binario? ¿O con una estrella triple de diferentes colores como el de la película “Cristal oscuro” con planetas en distintas configuraciones orbitales, y que ya parece que ha sido encontrado algo así?

Pero como lo cierto es que, aunque no lo reconozcamos, todos somos unos egoístas. Por eso hablando de amaneceres ahora mismo lo que más me importa es que para el Aula de Astronomía de Durango, por fin y gracias a muchos-as  de vosotros-as …

3 comentarios:

  1. Leyendo este post, también hoy percibo un claro amanecer, a pesar de la lluvia que acompaña a este día.
    Me alegra que el Aula de Astronomía de Durango, se llene de nuevo con los niños y contigo.
    Hasta pronto. Un abrazo

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  2. ¡Qué gran noticia!Me alegro mucho de que se haya solucionado todo y sigas trabajando "en el cielo".
    Un abrazo.

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  3. Gracias a ti Esteban
    Que después de este pequeño eclipse sigas amaneciendo diariamente para nuestros hijos/as como lo hiciste hasta ahora.
    Y gracias a las personas implicadas responsables de que está gran tarea tenga continuidad.
    Nosotros/as seguiremos disfrutando de tu compañía y de tu pasión.
    Alex

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