Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

martes, 21 de abril de 2020

Líridas NO. Eta Acuáridas quizás si...

Si no estás muy metido en el tema y te sorprende el título, aclaro que hoy voy a hablar de lluvias de meteoros o estrellas fugaces.
El mejor meteoro que pude ver en una noche de observación en el máximo de las Perseidas. ¿Quizás alguno así podria verse desde una ventana? Me queda la duda.
El objetivo con el que emprendí la redacción de este artículo era mostrar mi extrañeza porque se está anunciando mucho la lluvia de las Líridas de este 22 de abril, pero no se suele anunciar las Eta Acuaridas de los primeros días de mayo, que es una lluvia de meteoros en mi opinión mucho mejor.

He modificado un poco el título que en principio, cuando ya en enero vi algunas informaciones, iba a ser más rotundo: “Líridas NO, Eta Acuaridas SI”, y lo he cambiado  porque ahora las razones son otras muy diferentes, y aunque redundan en la misma dirección todavía no se sabe que ocurrirá en mayo. Es el problema del confinamiento por la pandemia que influye decisivamente en la posibilidad de observar estrellas fugaces.

- Condiciones astronómicas y de observación

Más de una vez he dicho que solo hay 3 o 4 lluvias en todo el año que merece la pena anunciarlas al gran público, porque en el resto la mayoría de la gente no va a ver nada o casi nada y se va a llevar una decepción, mientras que los expertos, que sí las observarán, no necesitan que se les dé ninguna indicación desde los medios porque ellos ya tienen sus fuentes, mucho más precisas.

Aparte de las Perseidas de agosto, las Gemínidas de diciembre, las Cuadrántidas de enero y alguna otra de la que algún año se espere una actividad fuera de lo normal, como ocurrió con las Leónidas en los años cercanos al último cambio de siglo, no tiene sentido anunciarlas en radio, televisión o internet.
Si las Perseidas (las más famosas aunque inferiores a las otras dos) pueden dar una THZ (número de meteoros que pueda ver un observador en condiciones ideales en una hora) en torno a las 100, las Líridas no llegan a las 20. Las Eta Acuáridas también dan unas tasas muy inferiores a las famosas lágrimas de San Lorenzo pero casi triplican en número a las Líridas.

Principales lluvias de meteoros en 2020. Aunque el factor de la fase lunar parece desaconsejar este año la observación de las Eta acuáridas, como luego explico puede ser todo lo contrario.

Por eso, porque ambas son lluvias menores, no debería hablar yo tampoco de estas de abril y de mayo, si no es para recoger las curiosas circunstancias informativas.
¡¡Pero si hasta una persona conocida de mis suegros, que vive en Bali, o una amable lectora de este blog desde Argentina ya hace días me preguntaron por las Líridas porque les ha llegado información de los medios!! 
Con el agravante de que por aquellas latitudes se ven muchas menos que por el norte, debido a la posición del radiante (el punto de donde parecen surgir las trayectorias)

Con esas condiciones y las  tasas que se darán desde el hemisferio Sur, podrían pasar 15 o 30 minutos antes de que un observador atento y sin pestañear consiguiera ver un solo meteoro. Evidentemente alguien que ha salido a ver el espectáculo que le anunciaba el periódico no verá ninguna estrella fugaz porque después de 5 minutos esperando a que la función empiece y no ver ningún indicio de que eso ocurra, se cansará y se marchará frustrado.

Incluso en una web que aporta una muy buena y completa información, se incluye a las Líridas y se olvida de las Eta Acuáridas.
De acuerdo en que el radiante de las Liridas está mucho más al norte que el de las Eta Acuáridas (parece que me contradigo, pero no), pero de madrugada, cuando más se pueden observar, el de las Eta Acuáridas está suficientemente alto también desde latitudes medias del hemisferio norte, y los meteoros se ven normalmente lejos del radiante. Muchos expertos recomiendan precisamente no mirar la zona del radiante, porque aunque la trayectoria parece proceder de ese punto, no se "encienden" hasta que han realizado un cierto recorrido.

Hay un factor que podría justificar el no mencionar este año a las eta Acuáridas, pero es algo erróneo: La fase de la Luna y su influencia en las necesarias condiciones de oscuridad del cielo para poder ver los meteoros más débiles:
Efectivamente, en otros lugares se dice que este año las Eta acuáridas no se verán en buenas condiciones porque su máximo es el 6 de mayo, con la luna casi llena (el plenilunio es el 7).
Personalmente estoy en total desacuerdo, tal como pronostiqué con motivo de las Perseidas del último verano y que corroboré con unos magníficos resultados en mi observación

De acuerdo, el día 6 de mayo no se verá prácticamente ninguna "eta acuárida" por el brillo de la Luna. Pero los días anteriores sí por el mismo motivo que en el caso de las últimas Perseidas, y en este caso otro motivo más:

- Por razones geométricas, prácticamente en todas las lluvias se ven más meteros por la madrugada, y precisamente un par de días antes de luna llena, ésta ya se ha ocultado a esas horas. Por tanto en luna creciente confluyen las condiciones ideales para la observación de estos fenómenos: Evita que la comodidad nos lleve a observar a principio de la noche (cuando veríamos menos, ...pero por no madrugar…)  y nos obliga  mirar cuando más caen.

- La otra razón es la amplitud del periodo en que se produce un mayor número de meteoros. Por ejemplo el máximo de las Cuadrántidas (de enero) es muy bueno, pero dura muy pocas horas, por lo que en los lugares de la Tierra en que coincidan de día, ese año no se verá gran cosa.

Pero en el caso de las Eta Acuáridas, aunque este año el día de mayor actividad está demasiado cerca de la luna llena, esta lluvia se caracteriza por no tener un máximo muy definido y una tasa muy cercana a la máxima se prolonga durante varios días.

O sea que si en tu país ya se ha levantado el confinamiento para los días 3 , 4 o 5 de mayo, Eta Acuáridas SI. Madruga y si no hay nubes verás algunas. Eso sí, muchas menos que con las Perseidas.

Ese va a ser, efectivamente, el principal condicionante en este tema, al igual que lo está siendo, desgraciadamente en otros ámbitos mucho más importantes:

- Condiciones motivadas por la pandemia de coronavirus

No hace falta explicarlo mucho. En la mayor parte de nuestro planeta hay confinamiento y no se debe salir de casa si no es para ir a trabajar o realizar otras actividades esenciales.
Hay muchas propuestas en todos los ámbitos para entretenernos realizando un montón de actividades en casa, y también incluso para mirar los astros desde la ventana. Yo mismo lo he recogido en “Una ventana hacia el Sureste

Desde la ventana de casa en una ciudad podemos ver la Luna, los planetas, las estrellas más brillantes, la Estación Espacial y otros satélites artificiales, la luz de alguna aeronave o dron (de vigilancia o de alguien que se salte las normas aeronaúticas), pero estrellas fugaces NO.
Bueno, sería posible ver alguna que alcance un elevado brillo, quizás una o dos en una noche en cualquier buena lluvia, o algún esporádico o bola de fuego inesperada. 
Pero a no ser que vivas en el campo, y dispongas de una ventana orientada hacia una zona sin iluminación artificial, no te pongas a mirar atentamente el cielo esperando ver una estrella fugaz, porque en esas condiciones te cansarás mucho antes (quizás varias noches antes) de que sea visible la primera.

Por eso no me han parecido demasiado adecuados los anuncios de diversos medios de mucha difusión cuando han anunciado la lluvia de las Líridas.
Es solo una crítica constructiva y una opinión personal (yo meto la pata muchas más veces) a pesar de (en el primer caso) tratarse de un capítulo de una serie muy recomendable, donde en este en concreto caso se dio una información muy didáctica, adecuada y apenas se mencionaron las liridas (pero algo sí), y eso de “desde casa…” quizás sobre aunque sea la frase clave en la serie (Bueno, quizás sí sea adecuado emitirlo coincidiendo con la motivación que da precisamente la ocurrencia de alguna lluvia y yo me haya puesto demasiado quisquilloso)
O (en el otro caso), un medio con el que he colaborado en algunas ocasiones aunque esta información viniese de otras fuentes, pero quizás lo inadecuado sea que se emitió precisamente cuando ya se sabía que el confinamiento duraría al menos hasta el día 26 de abril y, desde la ventana, para más del el 99% de la población, Líridas NO.

Pero en mi opinión el colmo es otro anuncio, el primero que ví, hace ya unos cuantos días, nada menos que de Perú:
Además de ser una lluvia muy poco observable desde ese país que está situado, aunque sea por poco, al sur del ecuador, el insistir en lo de la ventana,… doble motivo de frustración para los lectores motivados.
He estado ahora mismo volviéndolo a buscar para ponerlo aquí, pero ha sido infructuosamente porque el buscador me ha proporcionado una multitud de titulares idénticos:
Estrellas fugaces desde la ventana, rotundamente NO.

Ello me debería hacer pensar que es posible que yo esté equivocado. Pero en mi opinión NO
Lo tengo muy claro. En otra época hubiera dicho que aceptaba apuestas... Pero ahora no me parece ético jugar con tanta ventaja.

Me encantaría que mañana alguien me dijera que me equivoqué. Si quieres intentarlo, esta noche del 21 al 22 de abril es el momento en que debes mirar por tu ventana.
Pero no me hagas trampa. Muy probablemente los medios nos mostrarán algunas imágenes captadas por las cámaras automáticas instaladas en observatorios o lugares estratégicos, habitualmente se suelen hacer luego montajes de vídeo poniendo una captura tras otra aunque hayan pasado horas entre ambas, darán la sensación de que ha sido un gran espectáculo y te dará rabia habértelo perdido.
¡Tranquilo-a! Tú nunca podrías haber visto eso, ni aunque no hubiese habido confinamiento.

De todas formas también es cierto que de ilusiones se vive, y ahora más que nunca son importantes. 
En estas circunstancias no quiero echar un jarro de agua fría y por ello, aunque publico este post el día 21 por la mañana, al contrario de lo que tengo por costumbre no voy a anunciarlo en las redes sociales (de donde me vienen la inmensa mayoría de lectores) al menos hasta que haya pasado con holgura la fecha de las Líridas.

Respecto a las Eta Acuáridas, y el  motivo de la segunda parte del título (quizas si...), es porque no puedo conocer ahora las restricciones concretas en cada país para primeros de mayo respecto al aislamiento, y la posibilidad de salir de casa de madrugada a un sitio oscuro y poco transitado, que en numerosos casos aún no se han decidido, y los datos de Google me sugieren que este artículo se va a leer en muchos lugares del mundo.

Si vives en el hemisferio Sur, esa lluvia de mayo sí puede ser buena para tí. El radiante en la constelación de Capricornio situada en declinación sur celeste y la deseable buena evolución de la pandemia por ahí, que os deseo con cariño, puede daros la opción de pedir varios deseos.


Posición de los radiantes de las dos lluvias 90 minutos antes de la salida del Sol para una latitud 35º SUR en las fechas de mejor visibilidad de cada una.
Desde el Hemisferio Sur todas las condiciones favorecen a las Eta Acuáridas sobre las Líridas. Tanto el número de meteoros (casi triple THZ), como la altura del radiante, o incluso la previsible evolución de la pandemia y reducción del confinamiento.

Por eso finalmente, después de dudarlo y haber cambiado ligeramente el título de este post, he decidido publicarlo.

- ¿Una opinión absurda?
La opinión absurda y descabellada es mía. 
Se me acaba de ocurrir algo que por supuesto en principio no tiene mucho sentido, pero quién sabe.

¿Por qué se anuncia tanto una lluvia tan pobre como la de las Líridas (o incluso "Lyridas, más exótico) y no otras mucho mejores como por ejemplo la que le sigue solo 2 semanas después?

El tema de las estrellas fugaces tiene un atractivo entre la gente, aunque normalmente nunca mire al cielo. Eso de poder pedir un deseo, esas leyendas de lágrimas, ese espectáculo que solo se da unas pocas veces al año pero siempre en la misma fecha como las grandes celebraciones festivas…
Tiene un halo casi emocional o místico. Y no me diréis que eso de “LÍRIDAS” no es más emocionalmente atractivo que el aparentemente rebuscado tecnicismo de “ETA Acuáridas”, que en mi país a algunos les suena raro y con connotaciones negativas.




Recupero este anexo, porque siempre que haya opción puede venir bien una sonrisa o una carcajada.

A propósito del nombre de la lluvia de primeros de mayo, no puedo reprimir el contar una anécdota personal que casi parece un chiste y por eso lo pongo aquí: El nombre "Eta Acuáridas" se refiere al radiante de la lluvia: el punto del cielo del que por perspectiva parecen surgir las estrellas fugaces. 
En casi todas las lluvias se utiliza solo el nombre de la constelación (por ejemplo las Perseidas tienen el radiante en la constelación de Perseo), pero como en Acuario hay dos lluvias importantes en ésta se ha tomado el de una estrella cercana al radiante. La otra es la de las "delta Acuáridas", a finales de julio.

Las estrellas se nombran con una letra griega (en este caso la letra "eta") seguida del nombre de la constelación. Hace solo unos días, para precisar dónde estaba exactamente el radiante y sus implicaciones en lo que cuento en este artículo, quise comprobarlo con el programa Stellarium y me sorprendió. 

Pensé que alguien se había confundido porque aparecía situado junto a la estrella "neta" de Acuario, no la "eta".
Aunque no soy especialista en temas clásicos, ni filólogo, los matemáticos conocemos muy bien el alfabeto griego porque habitualmente en las fórmulas o deducciones se utilizan precisamente las letras griegas.

Pues en ese momento, para localizar la estrella "eta", y ver si el error de localización del radiante en Stellarium era grande o no, busqué la grafía de esa letra en un alfabeto griego y me llevé una sorpresa: Resulta que la letra "neta" no existe, y a lo que a mí durante todos los estudios me habían dicho que se llamaba así, en realidad se llama "eta".

Nunca es tarde para aprender algo o para salir de un error, pero ¿Por qué todos mis profes de la carrera me la habían cambiado el nombre?
Entonces recordé otro asunto similar: La ´letra griega que siempre me la habían presentado como "tita" en realidad se llama "teta". De eso ya hace mucho que me había dado cuenta, pero pensé que sería solamente un tema de fonética.

Ahora creo que lo tengo claro: en la puritana y represora España de la época franquista, quedaba feo eso de decir "teta" y por ello la autoridad la cambió de nombre, y lo mismo debió ocurrir con "eta" el nombre del grupo armado que tanta muerte causó.

Cuando me dí cuenta de eso de la teta, la eta, la neta y la tita me dió la risa ... 

lunes, 20 de abril de 2020

Crónica de una visita

ESTA ENTRADA HA SIDO ELIMINADA Y SU CONTENIDO SE HA AÑADIDO EN SU TOTALIDAD A LA ANTERIOR. "Marte se hace el remolón" , QUE SE HA COMPLETADO CON ALGÚN OTRO DETALLE.

Doy las gracias a quienes han colaborado, contestando la sencilla cuestión que propuse tanto en comentarios al post, correos electrónicos o comentarios en Facebook, y tendré en cuenta el resultado de vuestras opiniones, que han sido diversas.   

miércoles, 15 de abril de 2020

Marte se hace el remolón

Me gustaría que este post fuera nuevamente una propuesta de observación para mañana y estos próximos días desde tu ventana, similar a la que realicé el mes pasado en “una ventana hacia el SE”.
Desde una ventana de mi casa en Bilbao, hoy 15 de abril a las 6:39 de la madrugada: De Izquierda a derecha Marte, Saturno y Júpiter en la constelación de Capricornio, acompañados por la Luna en cuarto menguante
Efectivamente otra vez, si tienes una ventana con esa orientación y con vistas al cielo, tienes una nueva oportunidad de ver unas bonitas imágenes de la Luna junto a los planetas Marte, Saturno y Júpiter.  
Aunque ahora más fácil que el mes pasado porque estos astros aparecen más altos en el cielo, durante más tiempo antes del amanecer, y por ello ahora sirven las ventanas que estén más hacia el Sur, al Este o, forzando la hora y la claridad del cielo, incluso mirando hacia la izquierda yo lo he visto desde otra, orientada hacia el SurOeste.
Otra imagen, solo 6 minutos después de la anterior, pero con más zoom, para apreciar mejor los planetas.
Estas historias se repiten en cada lunación, cuando nuestro satélite, además de repetir aproximadamente la fase (el periodo de la lunación es de 29.5 días, no de 28 como suele decirse) también repite la zona de las visitas, (esta vez cada 27.3 días).
Bueno, como el tema dura varios días, no hay problema y quizás sobren estas precisiones.
Pero aunque sean similares, las actuaciones celestes nunca se repiten exactamente.

Repasemos las situaciones anteriores y la que ahora se nos presenta, que será la tercera y última de la temporada en que se vea nuestro satélite junto a los tres planetas en una  misma zona del cielo
Precisamente lo que más está cambiando es la posición de Marte, que si en la primera ocasión fue el primero en recibir la visita de la Luna (era el que estaba más hacia el Oeste), ahora es el último, y parece como que se retira para no saludarla (a pesar de que no tenga el coronavirus), y por eso lo del título de este post.

Recojo las tres situaciones en estos montajes. Están realizados todos a partir de una misma imagen y he preferido no poner fotos originales para que las condiciones sean iguales y se puedan apreciar mejor las diferencias:


Esta última es lo que se podrá ver mañana. Si no lo lees a tiempo o tienes el cielo nublado puedes seguir intentándolo los próximos días, en que aunque la Luna se situará más hacia el Este (a la izquierda), la fase será más fina y su imagen más bonita.
. - En los días clave, en que la Luna se situó en la zona en que se encontraban los planetas, su fase ha ido aumentando porque debido a la traslación terrestre el Sol lo tenemos situado cada vez en una constelación (zodiacal) más hacia el Este, con lo cual los planetas aparecen más separados angularmente del Sol, y la Luna (menguante) tendrá ahí una fase mayor.

.- Por esa misma razón, el encuentro se ha podido ver cada vez a una hora más temprana y por ello con cielos más oscuros, y puede ser observable en zonas cada vez más altas sobre el horizonte, más hacia el Sur, y durante más tiempo antes de amanecer.

.- Pero la principal diferencia es que los tres planetas protagonistas van cambiando de posición entre ellos y, como he dicho antes, el que más se ha desplazado ha sido Marte, lo cual es lógico:
Tanto su movimiento propio (el más rápido de los tres por estar más mucho cerca del Sol), como el observado desde aquí (aún más evidente por estar más cercano a nosotros) ha hecho que sea el que se ha movido en las fotos.


Cronología

.- Cuando la Luna visitó la zona en enero, Saturno era totalmente inobservable por estar a una distancia angular del Sol menor de 10º, y Júpiter muy difícil de apreciar, por lo que las visitas de Selene al trío de planetas comenzaron el siguiente mes.

.- En febrero los días clave fueron el 18, 19 y 20, y ocurrió algo excepcional de lo que no me enteré en su día,  y lo relato en el anexo.


El día 18-2-2020 desde el Oeste americano, se vio algo parecido a lo que Ron Dantowitz captó
   en estas extraordinarias imagenes en junio de 2003. Pero en 2020 hubo más.
Tengo que confesar que hubiera sido mucho más adecuado haberlo escrito entonces, pero no me di cuenta de la “importancia” del tema hasta que mucho después por casualidad encontré esta extraordinaria imagen de ya hace algunos años, y rastreando su origen llegué a la noticia que pongo luego.

En esa ocasión la Luna visitó primero a Marte, luego a Júpiter y finalmente a Saturno

.- En marzo, los días 18 y 19 la Luna volvió a pasar por allí y encontró a Marte y Júpiter muy próximos, y luego a Saturno, lo que quedó recogido en el post que he linkado al principio.

.- Y ahora en abril, le toca el 15 y el 16, cuando se vuelve a encontrar los planetas colocados más o menos uniformemente uno después de otro como en la primera visita, pero el orden ha cambiado. Primero ve a Júpiter, luego enseguida se encuentra con Saturno y finalmente visita a Marte.

.- En mayo cuando aparezca la luna menguante por la zona, Marte ya se habrá separado de los otros dos bastante hacia el Este y no formará parte del grupo. 
¡Cuidado! que ha salido un  bulo con varios errores sobre una imagen con forma de sonrisa que formaría la Luna con Júpiter y Venus el 16 de mayo de este año. Aunque sonreir no nos venga mal, no es en absoluto cierto que se vaya a ver esa imagen.

Tal como he dicho, ésta del 16-4-2020 es la última sesión de la temporada con los 4 protagonistas. Si tienes vistas al cielo desde casa, no te la pierdas.

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Actualización 18-4

Durante estos 4 días, del 15 al 18 de abril, he tenido mucha suerte con las nubes y desde mi ventana orientada al Sureste he podido obtener imágenes todas estas madrugadas. 

Visto que el lenguaje metafórico tiene atractivo para un gran porcentaje de mis lectores, lo voy a utilizar en el texto principal, dejando los detalles más prosaicos en el pie de las imágenes, y así atiendo a todas las preferencias.

Jueves 16

Aunque Marte se iba retirando, quizás por el miedo al contagio de la visitante (cada vez se aparta más de Júpiter y Saturno que desde que empezó la pandemia son los primeros que la reciben cuando mensualmente se acerca a la zona), al final no le ha quedado más remedio que saludar a Selene. Eso si, guardando la distancia y tras comprobar que ella tenía puesta la mascarilla nubosa.

Cuando la zona fue visible en Europa la Luna se situaba ya en conjunción con Marte.
El borde de la zona nubosa atenúa el brillo de la Luna lo que favorece una exposición adecuada para que se aprecien a la vez los planetas y no salga sobreexpuesto nuestro satélite, apreciándose mejor la fase

Viernes 17

Antes de que se haga de día y se escabullan los planetas, la Luna, cumplidora, sigue con el ritual de despedirse de ellos.
Una vez abandonada la zona de los planetas, ese día La Luna completa con ellos una línea ligeramente curvada.
Ya muy por encima de esa línea (arriba y a la izquierda de Saturno), aparecen alfa y beta de Capricornio, las dos estrellas más brillantes de esa constelación.

Evidentemente molesta y sonrojada por el frío recibimiento de ayer, y a pesar de ser consolada por la estrellita Deneb Algedi (junto a ella, arriba a su izquierda), la Luna se marcha por la chimenea mientras Marte, avergonzado, intenta esconderse detrás de la cortina brumosa.
En una toma con más zoom, cuando la Luna ya está a mayor altura, se puede apreciar levemente junto a ella la estrella delta de Capricornio, extremo oriental de esta constelación que nuestro satélite está a punto de abandonar.
Sábado 18

Esta madrugada los tres planetas se sentían tranquilos una vez que la Luna les hubiera abandonado tras su inadecuada visita en tiempos del coronavirus.
Imagen tomada unos minutos antes antes del orto lunar. Los tres planetas quedan ya como astros más destacados de la madrugada, y vuelve a destacar la mencionada línea casi recta, que se prolonga con la estrella delta de Capricornio (un poco a la izquierda de la chimenea).
Pero de pronto se sobresaltaron al ver que la visitante volvía a aparecer, como si se hubiera olvidado de algo. Marte y Saturno consiguen ocultarse entre la bruma y solo Júpiter, el valiente jefe, se mantiene en su puesto.
Cuando surge la Luna, ya en el crepúsculo, las imágenes son más atractivas, aunque en Bilbao la bruma que iba aumentando deja casi inapreciables a Marte y Saturno.
Mientras, Selene se despereza nada más levantarse al alba,
La nubosidad cercana al horizonte Este no me permitió obtener imágenes de la salida de la Luna...


Y luego arrogante y engalanada con seductores tules, desafía a los temerosos.
... pero quizás le dio atractivo cuando poco después se fue moviendo entre ella

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Durante los 4 días de este mes a los que me he referido, la situación de los planetas respecto a la eclíptica y a la órbita de la Luna era la que recojo el siguiente gráfico. La diferencia fundamental respecto a meses anteriores es que Marte se había movido desde el extremo más occidental del grupo al lado contrario. También Júpiter y Saturno se han ido acercando entre sí, muy despacio, proceso que culminará con la extraordinaria conjunción del 21 de diciembre de este año.

Júpiter y Saturno estaban justo en la línea de la eclíptica mientras Marte se situaba a poco más de un grado al Sur de la misma. La Luna se encontraba descendente, también al Sur de la eclíptica, bastante lejos de sus nodos y por ello se acercó a los planetas algo menos que en los meses pasados.
Situación de Marte, Saturno (ambos en la constelación de Capricornio) y Júpiter (en el extremo oriental de Sagitario) durante los días en que la Luna transitó por la zona.
Desgraciadamente durante estos días gran parte de la población mundial ha estado confinada sin poder salir de casa, pero yo tengo la suerte de disponer de una ventana orientada hacia el SurEste, donde se han situado los astros de madrugada, único intervalo en que han sido visibles, entre su salida por el horizonte (su orto) y el amanecer.


La situación en otros lugares del mundo fue algo diferente. Por ejemplo:

Desde América (cuando los astros aparecieron allí habían pasado unas horas) la Luna estaba ya casi en conjunción con Saturno, o incluso ya le había sobrepasado.
Desde el hemisferio Sur lógicamente la posición de los planetas respecto a la orientación izquierda-derecha es la contraria que en el norte y la línea que formaban estaba más vertical.
Desde la zona central de Chile-Argentina se vería así.

Montaje con una imagen de la zona del Río de la Plata tomada de Google earth. 
Y desde México, bastante más cerca del ecuador que en Europa y aún más al Oeste, la línea marcada por los planetas estaba algo más vertical que como yo lo ví, y La Luna ya había sobrepasado la conjunción con Saturno.


Desde una ventana de México se habría visto así. Aunque está situado más cerca del ecuador que la zona del Mar del Plata (por ejemplo) la línea marcada por los tres planetas no aparece tan vertical como desde Sudamérica porque la eclíptica de Sagitario a Capricornio tiene declinación descendente y  de madrugada por la zona cercana al horizonte Este en estas fechas de primavera en el hemisferio norte aparece “más horizontal” que en el Sur.



Aunque esto es "agua pasada", me ha parecido interesante recogerlo y aprovecho este post en que me he referido también a la actuación de estos 4 protagonistas en aquellos días.

¡¡Tres ocultaciones en días consecutivos??

No me he equivocado con los signos de admiración e interrogación. Habría sido algo excepcional, y por eso lo de las admiraciones, pero no ocurrió así a pesar de algún anuncio en ese sentido, y por eso las interrogaciones.
Fue en las primeras sesiones de esta historia, los días 18, 19 y 20 de febrero.
A Saturno, no.
La Luna al moverse sobre el fondo durante cada uno de esos días fue pasando muy cerca de cada uno de los tres planetas, e incluso desde algunos lugares pudo verse la ocultación de alguno de ellos.

Pero la triple ocultación no ocurrió
A pesar del anuncio en la noticia, que también incluía la preciosa foto anterior (que luego he visto que se difundió en muchos medios), la última de las ocultaciones no ocurrió, aunque por poco.

Aunque sea tarde, merece la pena volver a repasar la situación en los cielos de esos días de febrero.
Casualmente vistos desde aquí los tres planetas estaban prácticamente alineados, separados por una distancia no muy diferente a los 13º (aproximadamente) que se desplaza la Luna sobre el fondo estrellado de un día a otro. En realidad de Marte a Júpiter eran 17º y de Júpiter a Saturno 13º, aunque esto no es impedimento para unas ocultaciones en días contiguos, por lo que explico luego (*)



El hecho de que se vean aproximadamente alineados no es una circunstancia casual, ya que los planos orbitales de todos los planetas casi coinciden y les veremos siempre muy cerca de la línea de la eclíptica.

Desde algunos lugares la madrugada del día 18 se vio como la Luna ocultaba a Marte desde zonas de Norteamérica. 
Al día siguiente, desde otros sitios (situados más hacia el Oeste para que los 13º aumentaran hasta 17º) pudo verse como ocultó a Júpiter, y finalmente el día 18 desde la Antártida se la vio situada junto a Saturno, pero no llegó a ocultarla desde ningún lugar.
Sí se podría haber visto la ocultación más hacia el Sur, si la Tierra fuese un poco más grande, pero evidentemente el colocarse en el lugar adecuado no estuvo al alcance de nadie. Ni siquiera de los 3 únicos astronautas que en aquel momento estaban en el espacio, ya que la inclinación orbital de la ISS impide situarse allí.

Si los planetas y la Luna se movieran exactamente en la eclíptica, habría ocultación en cada uno de los momentos en que nuestro satélite pasa del Oeste al Este de la posición del planeta, y desde algún lugar de la Tierra en que en ese momento fuese de noche pero nuestro satélite estuviera encima del horizonte (en este caso concreto donde ese sorpasso ocurriera de madrugada) la Luna pasaría delante del planeta y lo ocultaría.
Pero sabemos que habitualmente no es así porque tanto las órbitas de la Luna como las de los planetas están ligeramente inclinadas respecto a la eclíptica.

Concretamente las inclinaciones de las órbitas son las que recojo en la siguiente tabla, junto a la máxima separación angular posible respecto a la eclíptica vistos desde aquí. No es lo mismo porque en el primer caso el ángulo tiene como vértice el Sol, y en el segundo la Tierra. Este último es muy variable según las posiciones de la Tierra y el otro planeta.

En el caso de Marte su máxima separación a la eclíptica (latitud ecl.) visto desde aquí es mucho mayor que la inclinación de su órbita, porque puede llegar a acercarse mucho a la Tierra, pero solo alcanza esos valores en las mejores oposiciones, y nunca junto a una luna en fase fina, que exige que esté lejos de la oposición. 

La Luna también se mueve por ahí, pero llega a separarse un máximo de 5º hacia el Norte o Sur, por lo que de vez en cuando al adelantar a un planeta lo hace pasando por delante de él (según nuestro punto de vista desde algún lugar de la Tierra) pudiendo observarse la ocultación.
En la mayoría de los casos esta ocultación no se produce porque el tamaño angular con que vemos la Luna es solo de medio grado, y como digo puede separarse de la eclíptica unos 5º.

Pero en la visita de la Luna de febrero, casualmente se dieron las circunstancias de que en tres días sucesivos pudo verse nuestro satélite muy cerca de cada uno de esos tres planetas, y desde algunos lugares concretos se produjo la ocultación de Marte y de Júpiter, pero no de Saturno por muy poco, tal como he dicho.

Casualmente esos días tanto Júpiter como Saturno estaban prácticamente en la línea de la ecliptica, Marte solo unos minutos de arco hacia el Sur y también la Luna estaba a muy poca distancia angular de dicha línea, precisamente muy cerca del nodo descendente por donde pasó el día 18 después de haber ocultado a Marte.



Estas ocultaciones se ven solo desde lugares muy concretos de nuestro planeta porque la alineación tiene que ser casi exacta, y a poco que nos desplacemos hacia el Norte o Sur, cambia el punto de vista y la perspectiva. Es lo que llamamos paralaje.

Como la Luna “adelantó” a Júpiter un poco por debajo (visto desde mi hemisferio, es decir que le adelantó por el Sur) habría que haber viajado hacia el Sur, en este caso hasta las costas antárticas, para ver la ocultación y con Saturno aún más, pero se acabó el terreno.
Evidentemente es solo un gráfico esquemático donde no se han mantenido distancias ni proporciones de tamaños.
Además, como la Luna se va desplazando sobre el fondo del cielo los mencionados 13º en 24 horas (aproximadamente su diámetro cada hora, de promedio), la ocultación no dura demasiado y para poder verla deberemos estar en un lugar en que la Luna esté encima del horizonte a esa hora. Este factor hace que también la posición en sentido Este-Oeste sea importante.
Aquí además en esto influye también la diferente perspectiva igual que antes pero ahora en sentido Este-Oeste.

(*) Este último factor ayudó para que, a pesar de que la distancia entre Marte y Júpiter no fuera exactamente de 13º sino de 17º, pudieran verse ambas ocultaciones aunque fuera desde lugares de diferente longitud geográfica porque según nos movemos hacia el Este, nuestros astros protagonistas van apareciendo cada vez más tarde y se ve más separada de esos 13º respecto a lo que se vio el día anterior desde el otro lugar.

En este caso La Luna ocultó Marte el día 18 desde zonas del centro y oeste de Norteamérica y norte de Centroamérica. Desde esos lugares al día siguiente a la misma hora solo se había movido 13 grados y le faltaban otros 4 para pillar a Júpiter, y fue más tarde, después de su orto desde el océano Indico, concretamente al Sur del mismo, cerca de las costas antárticas o en esa zona del interior del continente helado, cuando pudo verse que ocultaba al planeta gigante. Al día siguiente aproximadamente a la misma hora en los mismos lugares nuestro satélite también era visible y había recorrido los 13 º que le faltaban para llegar a la posición de Saturno, pero lo adelantó por el Sur (por encima visto desde el hemisferio Sur), sin ocultarlo.

Viajando más hacia el Sur la perspectiva cambiaría favorablemente, pero… se acabó la Tierra. Incluso desde el Polo Sur la Luna pasó por encima, con el agravante de que en esas fechas era de día las 24 horas y aunque lo hubiera ocultado no se habría visto a simple vista.
La amplitud de las zonas está calculada solo de manera aproximada, ya que no las he encontrado en las fuentes habituales.
Estas ocultaciones pueden verse en pleno día con telescopio, pero evidentemente no a simple vista. Y por eso, como los planetas solo estuvieron por encima del horizonte durante pocas horas al final de la noche, sin ayuda óptica solo pudo verse desde ámbitos geográficos reducidos.





Aunque parezca fuera de lugar, estaría justificado si provoca alguna sonrisa.

martes, 14 de abril de 2020

Tenemos un problema

Justamente hoy 14 de abril de 2020 se cumplen 50 años de la frase pronunciada por uno de los astronautas del Apolo XIII que se ha hecho famosa: “Houston, tenemos un problema”
Imagen tomada de la película "Apolo 13" donde se apreciaban los destrozos producidos en el módulo espacial por la explosión causante del problema.
Y este aniversario ocurre precisamente cuando todo el planeta tiene un gran problema, como todos sabemos.
Aunque muchos miles de personas desgraciadamente no van a poder verlo, esperemos que este problema se solucione aunque nos tengan que ocurrir tantas peripecias como a los 3 astronautas.
Recomiendo ver o volver a ver la conocida película Apolo 13, y aunque seguramente se han exagerado las circunstancias que ocurrieron, puede aportar esperanzas respecto a las posibilidades de la ciencia y la tecnología para resolver nuestros problemas.
He dejado programada la publicación de este post para que ocurra a las 4:08 de este 14 de abril porque es cuando se cumplen exactamente los 50 años.

En algunos medios lo anunciaron el pasado sábado, y gracias a ellos me enteré yo del tema, cuando estaba viendo las noticias del telediario donde se anunció correctamente el aniversario del lanzamiento el día 11 (pero les podrían haber dejado la noticia a los compañeros de los informativos de días laborables), relacionando el problema espacial de hace 50 años con EL PROBLEMA actual; y en la mayoría de las reseñas se habla de la explosión el día 13, el fatídico número que aparecía incluso en el nombre de la misión.

Montaje con dos imágenes de la tele. Por cierto, al hacer un repaso me he dado cuenta de que la foto no es del todo adecuada, aunque totalmente lógica si la buscamos en internet. Si sigues leyendo sabrás por qué. 
Pero no fue así.
Como son detalles técnicos (lo del día 13 o 14), que es lo menos importante ahora, dejo la aclaración para el anexo “Si quieres saber más”.

Paradojas y casualidades.

En aquel episodio espacial que acabó felizmente, quienes estaban en peligro eran las 3 personas que se encontraban fuera del planeta: James Lowell, John Swigert y Fred W. Haise, justamente lo contrario que ahora porque durante toda la crisis del coronavirus, y hasta el pasado jueves, las 3 personas que han estado más a salvo del peligro actual han sido Oleg Skripochka, Jessica Meir y Andrew Morgan, los tripulantes de la Estación Espacial Internacional que llevaban totalmente aislados, a 400 kilómetros de los dominios del virus desde hacía meses, cuando éste todavía no había saltado a los humanos y por ello siempre han estado fuera de su alcance.
La tres personas que han estado totalmente a salvo del coronavirus hasta hace muy poco

La tranquilidad total quizás ya no la tengan desde que el pasado día 9 llegaron sus compañeros para completar la tripulación habitual de 6 astronautas, que aunque habrán estado en cuarentena antes del lanzamiento ¿Quién sabe si…?

Probablemente los tres que abandonaron la nave el pasado 6 de febrero, cuando todavía no se había desatado el problema, estén ahora pensando que mejor hubiera sido si se hubieran quedado unos meses más allí, aunque una de ellas, Christina Koch, potagonista del primer paseo espacial femenino (y también del que se frustró), tendría unas ganas locas de volver después de haber batido el record de estancia continuada de una mujer en el espacio. Desde luego que en aquellos momentos no se imaginaba que regresaba a un lugar menos seguro que donde había pasado los últimos 328 días.
Christina se mostraba así de feliz en el momento de su regreso a la Tierra, cuando no sabía que llegaba a un lugar más peligroso.
Es casualidad que durante los 2 meses clave en la expansión de la pandemia hayan permanecido solo 3 astronautas en la ISS, cuando lo más habitual es que casi coincidan los viajes de vuelta y de relevo, e incluso que lleguen a juntarse 9 personas al llegar 3 los nuevos y antes del regreso de 3 de los antiguos. 
Aunque puede dar pie a pensar que hubiera sido por precaución y mantenimiento de una estricta y larga cuarentena de los nuevos, lo cierto es que parece que estaba programado así antes de que surgiera este coronavirus.
Además de los siete que aparecen y probablemente el que hizo la foto, todavía podría haber otro astronauta por otros lugares de la ISS.
Cuando los relevos se hacían con el transbordador espacial solían juntarse aún más.

Pero hay un asunto más que nos puede servir de moraleja actualmente: La cuarentena por haber estado expuesto al virus, fue la clave del éxito del final feliz del Apolo XIII.

Solamente dos días antes del lanzamiento, ocurrió un incidente que motivó un cambio en la tripulación: Un familiar cercano de uno de los astronautas de la tripulación de reserva contrajo el sarampión y por ello era muy probable que tanto él como sus dos compañeros y los tres de la tripulación principal pudieran haberse contagiado y estuvieran en periodo de incubación, ya que diariamente realizaban los entrenamientos de manera conjunta. Realizadas las pruebas de inmunidad, en la tripulación principal dos estaban inmunizados (parece que habían pasado la enfermedad de pequeños) y solo uno de ellos, Ken Mattingly, podría estar infectado y ponerse enfermo en momentos clave de la misión, con los graves problemas que ello podría ocasionar.
Tripulación prevista del Apolo XIII antes del problema con el sarampión. En el centro Ken Mattingly, quien con su cuarentena participó de manera relevante en la salvación de sus compañeros. He añadido en el recuadro la foto de John Swiger el sustituto de Ken.
Parece que en principio Ken se tomó muy mal el que le desaconsejaran ir en ese viaje, pero lo tomó con resignación y fue clave en la resolución feliz del problema.
Porque él era el especialista en las maniobras de la nave, y en cuanto ocurrió el accidente se puso a trabajar con el equipo de rescate desde Tierra en el simulador. Según la película Apolo XIII (algo se habrá exagerado pero algo habrá de verdad) desde este simulador que tan bien conocía por los entrenamientos, evidentemente mucho más que su precipitado sustituto, sin la presión de tener su vida en juego, y sin los graves problemas de concentración por la acumulación de CO2 de los que estaban en el espacio, fue capaz de programar una “casi imposible” secuencia de reentrada después de probar varias alternativas inviables por la falta de energía que se había perdido con toda la movida del accidente.

Es de esperar que quienes estamos ahora “en cuarentena” para la resolución final de la pandemia tengamos la recompensa de recuperar lo que ahora no podemos disfrutar, y seguro que lo valoramos mucho más, al igual que Ken, que aunque se quedó sin poder viajar en el XIII (¡Cuantas veces le habrá agradecido al sarampión el haberlo librado de aquella odisea!) pudo hacer realidad su sueño en el Apolo XVI.
Nunca contrajo el sarampión, pero la cuarentena preventiva pudo haberle salvado de la muerte.

- Las frases modificadas
Parece ser que las dos frases más famosas pronunciadas fuera del tercer planeta que han quedado para la historia, se han modificado ligeramente quizás de manera deliberada para que quedaran más sugerentes.

Lo que dijo Armstrong al pisar la Luna fue “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”, refiriéndose a él, pero como ha quedado (para el hombre) queda más rimbombante.

Y tras la explosión del Apolo XIII se usó el verbo en pasado, y parece ser que la frase textual fue : “Houston, hemos tenido un problema”, que evidentemente no es tan impactante ni tan utilizable en otros ejemplos que piden una ayuda inmediata, como el “tenemos un problema”.

Pero bueno, también hay muchos otros detalles que quizás alguien los imaginó o dijo en broma y luego se tomaron como verdades y se repitieron, como que el despegue de la misión fuese el día 13 a las 13:13, y solo el número de los minutos se corresponde con la realidad. Ni el día ni la hora.

Otras curiosidades:

- En esta tema de misiones espaciales, voy a mencionar a un viajero que va camino de Mercurio.
Porque justamente en estas fechas (este pasado viernes día 10) nos ha visitado de cerca una nave que salió de la Tierra hace más de un año. Se trata de la misión Bepi Colombo que, en su camino hacia el primer planeta, debe pasar junto al segundo y tercero para recibir asistencia gravitatoria y adecuar su velocidad y parámetros orbitales para poder entrar en órbita en torno a Mercurio.

Esta nave evidentemente no está tripulada pero, en sentido figurado y además teniendo en cuenta que lleva el nombre de un humano (bautizado así en honor de un científico italiano), podría decirse que Bepi salió de aquí hacia una aventura arriesgada cuando no había surgido el problema, nos vuelve a visitar pero sin acercarse demasiado por si acaso (pasó a solo 12700 km), y quizás asustado o feliz de haber abandonado el planeta antes de la pandemia, se marchó para no volver nunca más.
 Imagen tomada por la nave Bepi Colombo al pasar cerca de la Tierra, en la que además de nuestro planeta también aparecen parte de sus paneles y otros de sus elementos



El momento exacto en que se cumplen los 50 años de la explosión en el Apolo XIII

El 11 de abril de 1970 fue cuando se realizó el lanzamiento del Apolo XIII, y la explosión que originó el “problema” ocurrió el día 13 a las 21:08 hora de Houston, que en T.U. fueron las  2:08 del día 14, y en nuestro horario oficial (hora central europea) eran las 3:08, pero 50 años después corresponden a las 4:08, ya que en 1970 no se implantaba el horario de verano y ahora sí.

Quizás se resuma mejor la situación en este cuadro

Bueno, ya sé que soy un exagerado con estas precisiones, pero estos cálculos me suponen un entretenimiento, especialmente en estos días, y ¿por qué no darlo con exactitud si puede hacerse y no cuesta nada?

Los aniversarios ocurren en un instante concreto. Ese instante está dentro de una fecha, y lógicamente elegimos esa fecha para celebrarlo. Teniendo eso en cuenta, aquí el día del los 50 años de la famosa frase es hoy día 14.

Espero que no se me vuelva a entender mal como en el asunto, casi idéntico, de la conmemoración de la llegada a la Luna, que en España siempre se había celebrado el día 21 y en EEUU el 20, en ambos casos totalmente correcto pues es la fecha (en cada caso) en que ocurrió y en que se cumplió el aniversario. Pero, justo en el 50 aniversario, en España también nos pasamos al 20. Que aunque los estadounidenses fueran los protagonistas, y nadie les va a decir cuando deben celebrarlo (repito que lo celebran bien) aquí, precisamente el 50, se celebró cuando todavía faltaba un día para haberse cumplido.

En este caso del apolo XIII, incluso si hubiera utilizado mis criterios más frikis debería haberlo publicado ayer día 13 a comienzo de la noche, teniendo en cuenta la duración exacta de los años, y no su contabilización oficial como expliqué en “La verdadera fecha de tu cumpleaños”, pero ya habría sido demasiado y seguramente no habrías perdido el tiempo intentando seguir todos los razonamientos a la vez.



La frase que da título al post se presta a su uso en situaciones complicadas, incluso cómicas, y ha dado lugar a muchas anécdotas.

Para no desviarme mucho el tema, entre los muchos chistes en que aparece, casi siempre en situaciones terrenales, he elegido éste porque la pronuncia un astronauta, que he encontrado en chistes21.com