Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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miércoles, 24 de enero de 2024

Impactos anunciados

 

En varias ocasiones he criticado las noticias alarmistas y absurdas aparecidas en algunos medios, anunciando próximos impactos de asteroides con nuestro planeta, y hace más de dos años escribí 3 capítulos tratando ampliamente el tema (1-Impactos cósmicos, si gracias, 2-Impactos, no por favor o 3-No es para tanto)

Pero he pensado volver a escribir sobre estos temas, para recoger dos noticias que han aparecido estos días: Dos choques cósmicos muy diferentes en cuanto a magnitud, distancia y consecuencias, ambos anunciados de alguna manera

- Por un lado, astrónomos de la universidad de Bristol captan el momento, por primera vez observado, en que dos planetas situados a 1800 años luz de nosotros colisionan creando otro nuevo.

Representación figurada

Puedes encontrar los detalles de la noticia en este enlace  donde se cuenta el hecho y las consecuencias que pueda tener en lo relativo a la formación de un nuevo planeta y sus lunas. Pero quiero recalcar que el poder captar el momentáneo brillo producido por el choque fue gracias a las observaciones de un astrónomo aficionado quien advirtió en las redes sociales de los cambios en la emisión de luz infrarroja de la estrella alrededor de la cual giraban los dos planetas, y de alguna manera anunció que algo ocurriría.

Conviene recordar que nuestra luna se originó en el choque de la Tierra primitiva con otro planeta del tamaño de Marte 

- Por otra parte el pequeño asteroide (más bien meteoroide) 2024 BX1 que impactó en la atmósfera sobre el cielo de Alemania el pasado sábado día 20 solo 3 horas después de haber sido descubierto en Hungría y calculada su trayectoria. 

Caída del  2024 BX1, captada por  Michael Aye y Franck Marchis CC BY

Fue anunciado también en las redes sociales y así fue posible que centenares de personas pudieran observar su caída:


Es el octavo asteroide con el que ocurre esto, que es descubierto poco antes de caer. Se puede encontrar más información en este artículo escrito por el experto  Josep M. Trigo

También el pasado año ocurrió algo similar con 2023 CX1, y el que se encuentren estos poco antes de impactar pudiera pensarse que es una mala noticia, porque ello sugiriera que algún otro más dañino no sea descubierto a tiempo. Pero es todo lo contrario porque nos indica que aún estos pequeños meteoroides pueden ser detectados gracias a la colaboración internacional en los programas de seguimiento, y los más grandes lo serán con más facilidad y mucho antes.

Curiosamente, el asteroide 2024 BX1 todavía figura en la relación de la página de Spaceweather, 3 días después de que ya no exista.


A todos nos ha ocurrido alguna vez, que ante la noticia de que "anoche se vio un magnífico bólido" (bólido=estrella fugaz de enorme brillo, similar a la Luna llena, producida por un objeto de cierto tamaño), nos lamentemos por no haberlo visto, pero nos consolamos porque son imprevisibles y no es posible estar toda la noche mirando el cielo. Hay cámaras automáticas que los pueden captar y grabar pero no es lo mismo. Pues ahora, cada vez más, puede que nos lo anuncien con antelación y podamos prepararnos para obtener bonitas imágenes.

Imagen de un precioso bólido obtenida por Robert Mikaelyan que fue APOD (Astronomy Picture of the Day de NASA)  el 15-10-09

Relacionado con el tema, no se puede olvidar lo ocurrido el 15-2-2013. Una enorme coincidencia de dos fenómenos, que incluso llevaron a algunos a pensar que estaban relacionados, pero que se descartó. Uno estaba avisado pero el otro no.

Ese día ocurrió el fenómeno de Chelyabinsk. El impacto que más eco ha tenido en más de un siglo. Un objeto de unos 16 metros, que aunque explotó en la atmósfera y no llegó a impactar, produjo casi 1500 heridos todos por cortes con cristales.

Imaginemos la situación: Al comienzo del día una claridad ilumina el cielo, la gente se acerca a las ventanas para ver lo que ocurre, se quedan impresionados mirando el reguero humeante que ha dejado en el cielo … y 2 minutos más tarde llega la onda expansiva de la explosión que rompe los cristales y provoca los heridos.

Se dijo que estábamos desprotegidos porque nadie había detectado el asteroide, pero parece que el motivo había sido por la dirección en que venía, la del Sol.

Pero quizás lo más sorprendente de esta historia es que ese mismo día se esperaba el paso cercano a nuestro planeta de otro asteroide de unos 45 metros. Este sí había sido descubierto nada menos que un año antes y anunciado, con lo que había gente esperándole y preparando su observación, que incluso se podía seguir on line:

Una de las webs desde la que se transmitió

Se descubrió en el observatorio granadino de La Sagra donde propusieron darle el nombre de "Duende" además de la denominación técnica 2012 DA14 que le correspondía, y por entonces fue el que más cerca pasó de los descubiertos previamente.

Distancia relativa a la que pasó de la Tierra (tomado de Wikipedia)

La coincidencia de la fecha sí que es algo realmente improbable y casi extraordinario, y en principio todo el mundo supuso que el de Chelyabinsk sería un fragmento de Duende, pero un análisis de las trayectorias lo descartaron. 

Y hablando de anuncios ya solo queda un poco más de 5 años para que el "temible" asteroide Apophis pase rozando la Tierra el 13-4-29, lo que modificará su órbita y hará que se acerque aún más el 13-4- 2068, y seguro que algunos anunciarán erróneamente el posible impacto.



viernes, 29 de diciembre de 2023

Vesta, el asteroide más brillante


En marzo de 1807 Heinrich Wilhelm descubrió un nuevo astro, que durante 38 años fue considerado el decimoprimer planeta del sistema solar. Luego se le dio la categoría de asteroide y hoy se le conoce como 4 Vesta.

De los más de un millón de asteroides que se conocen, Vesta es el que alcanza un mayor brillo visto desde la Tierra y precisamente estos días es cuando, al estar en su oposición  (en dirección opuesta al Sol y casi a la menor distancia de nuestro planeta) podemos verlo, casi casi a simple vista y durante toda la noche.

27-12-23. En esta imagen, a pesar de la contaminación lumínica de Bilbao y de la proximidad de la Luna llena, puede apreciarse el asteroide Vesta. Un puntito que parece una simple estrella, pero si utilizando algún mapa o programa informático logras distinguirlo, quizás sientas la emoción de estar viendo algo por primera vez: un astro del que has oído hablar y del que quizás incluso has hablado, y que al día siguiente habrá cambiado de posición.


En esta animación se aprecia el cambio de posición del asteroide respecto a las estrellas de un día a otro, quizás la principal característica observacional de los asteroides.

Animación con las posiciones de Vesta alternativamente los días 25 y 26 de diciembre

 Aunque poco a poco se va alejando de la Tierra y por ello perdiendo brillo, todavía unos cuantos días será accesible a prismáticos y cámaras fotográficas montadas en un trípode.

El día de la oposición (21 de diciembre) alcanzó el máximo brillo con magnitud de 6.37, y el 22 de enero su brillo disminuirá hasta la magnitud 7 y costará mucho más encontrarlo. Si no consigues verlo antes, la próxima oportunidad será en fechas próximas al 2 de mayo de 2025 cuando vuelva a estar en oposición y a una menor distancia que esta vez (debido a la excentricidad de su órbita), y en esa ocasión alcanzará la magnitud 5.6 (Cuanto mayor es el brillo, el número de la magnitud es menor)




Actualmente (día 29-12) tiene la magnitud 6.5 con lo que puede localizarse relativamente bien, pero siempre es imprescindible contar con un mapa. Aquí te pongo tres, a partir de fotografías: El primero amplio, para situarse hacia la zona de cielo hacia donde hay que mirar. Es precisamente la región más llamativa, con las constelaciones de Orión, Tauro, Auriga, Géminis o las brillantes estrellas Sirio y Proción.

Vesta se sitúa entre estas constelaciones típicas de invierno, en un hueco libre de estrellas brillantes. concretamente estos días traspasa la teórica frontera de Orión a Tauro. Todas las imágenes las he obtenido hacia las 4 de la madrugada, (por ello, por ejemplo, Orión aparece vertical) y si intentas mirar al principio de la noche todo aparecerá girado casi 90º en sentido antihorario:

En amarillo, la zona donde se mueve Vesta estos días

En el siguiente, con la zona ampliada, y con la posición de la brillante Betelgeuse, que es la referencia que yo he utilizado para buscar la zona en concreto.


Y el último con detalle en concreto de la zona para poder determinar entre todos esos puntos estelares cual de ellos corresponde a Vesta.


Te animo a que intentes verlo en diferentes fechas con unos prismáticos, y quizás sientas la satisfacción de que efectivamente lo habías localizado porque se habrá movido respecto a una observación de unos días antes, e incluso se puede apreciar al día siguiente si hay alguna estrella cercana que nos sirva de referencia, o haciendo fotos y comparándolas luego tranquilamente. 

Será más sencillo los días 9, 10, 22 y 23 de enero (aunque estos dos últimos ya más débil), por situarse junto a estrellas relativamente brillantes.

Todas estas imágenes las he obtenido desde dentro de una gran ciudad, con la luna llena muy cerca de Vesta, y sobre las 4 de la madrugada, que es cuando la zona era observable desde mi ventana. Seguro que tú encontrarás mejores condiciones. Al menos lo de la Luna, que ya está menguando y marchándose de la zona.

En todos los casos la trayectoria marcada en amarillo empieza el día de navidad, la primera ocasión en que pude verlo por tener el cielo totalmente cubierto de nubes los días y semanas anteriores, aunque ahora ha habido más suerte, y acaba el día 22 de enero, cuando Vesta se sitúa junto a la estrella ómicron de Tauro y prácticamente cuando su brillo disminuye hasta la magnitud 7 y a partir de entonces ya se hará más complicado de localizar.


 


Desde 1801 (precisamente en la primera noche del siglo XIX) hasta 1807, como se ha dicho, se encontraron 4 nuevos astros que giraban alrededor del Sol en una búsqueda con la idea de que faltaba un planeta entre Marte y Júpiter. Estos astros recibieron las denominaciones de 1 Ceres, 2 Palas, 3 Juno y 4 Vesta. Se les consideró planetas hasta que en 1845 se descubrió el siguiente y ya quedaba claro que iban a ser muchos más, y les denominaron “asteroides”

El origen de la búsqueda de estos astros está en la llamada ley de Titius-Bode, surgida ante la curiosa relación numérica de la distancia al Sol de los diferentes planetas conocidos en aquella época, a finales del siglo XVIII:

Si se toman los números  0, 3, 6, 12, 24, 48, 96 (excepto el segundo, cada uno es el doble del anterior), se suma 4 a cada uno:    4, 7, 10, 16, 28, 52 100 y se divide entre 10 salen, casi clavadas las distancias al Sol en unidades astronómicas de los planetas, excepto que queda libre el quinto número: 0.4, 0.7, 1, 1.6, 2.8, 5.2 y 10. El 1 corresponde a la Tierra, el 1.6 a Marte, el 5.2 a Júpiter pero el 2.8 está libre.

Muchos lo consideraban solo una curiosidad numérica, hasta que se descubrió Urano, que cumplía el siguiente número: 19.6. Fue por ello que varios astrónomos realizaron una campaña para encontrar el planeta que estuviera a una distancia de 2.8, y en 7 años encontraron cuatro (el último Vesta) aunque eran muy débiles y por ello su tamaño sería muy pequeño.

Aunque la posición aproximada de estos astros parecía confirmar la ley de Titius-Bode, el descubrimiento de Neptuno confirmó que había sido una casualidad porque la distancia al Sol de este nuevo planeta estaba muy distante del siguiente término de la sucesión numérica. En cualquier caso había servido para promover la búsqueda de estos pequeños astros.


Órbitas y posiciones actuales de los 4 primeros asteroides descubiertos.

Es curioso que Vesta sea el asteroide que llega a ser más brillante (en su oposición, claro) cuando no es el más grande, título que ostenta Ceres por mucho, e incluso es ligeramente más pequeño que Palas, pero por ello no deja de ser más extraño que fuera el cuarto asteroide descubierto (el primero fue Ceres) ya que la clave para verlo está en el brillo y no en el tamaño. Evidentemente su superficie es más reflectante.


Imagen y tamaño relativo de Ceres y Vesta

Estas imágenes de Ceres y Vesta están mucho más detalladas que las que se pueden disponer de otros grandes asteroides porque fueron obtenidas en la misión espacial Dawn que visitó estos astros entre 2011 y 2018, e incluso permitió elaborar una sugerente imagen completa de la rotación de nuestro protagonista:

Cuando lo veas en el cielo, (solo como un débil puntito) imagínatelo con esas marcas y cráteres girando sin parar.

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Editado el 30-12

Sorprendentemente la meteorología se ha puesto de mi parte más de lo pronosticado, y he podido obtener nuevas imágenes que, aunque no sean de calidad, sirven para comprobar la trayectoria de Vesta.







viernes, 8 de diciembre de 2023

Un fenómeno quizás nunca visto antes

Imaginemos que el próximo 11 de diciembre estamos en Córdoba o en Alicante, o en un lugar cercano a la línea que une estas dos capitales. Trasnochamos y algo después de las 2, ya del día 12, estamos mirando al cielo. Sería muy probable que dirigiésemos nuestra vista hacia la zona de Orión por ser la constelación más llamativa, que aparece en una extraña posición vertical, y quizás nos detendríamos en Betelgeuse, su estrella más destacada que a esa hora estará en la esquina superior izquierda de la constelación.

Justamente a las 2:15 veríamos algo extraño: Durante unos 10 o 12 segundos, que quizás nos parecieran mucho más, el brillo de esta estrella rojiza empezaría a debilitarse, quizás se apagase del todo, para volver a encenderse y alcanzar su brillo habitual.

Simulación de lo que podría ser la ocultación

No sería un efecto de nuestro subconsciente, sino algo que realmente había ocurrido y que no se tienen referencias de que haya sido observado antes: La ocultación parcial de una estrella por un asteroide.

Zona de la península Ibérica desde donde podría observarse la ocultación. El mayor oscurecimiento de la estrella se vería previsiblemente desde la línea roja y hay probabilidad de ver algo dentro de la franja, aunque disminuye según nos alejamos de la línea central. Imagen de cloud.occultwatcher.net

En general, este fenómeno de ocultaciones de estrellas por asteroides es frecuente porque hay un gran número tanto de unas como de los otros, y suele ocurrir que un asteroide, que evidentemente no tiene luz propia y por su pequeño tamaño prácticamente no nos llega la luz que refleja, pasa por delante de la estrella y bloquea la luz que nos llegaría de ella. Vemos cómo la estrella se apaga. Pero otros observadores que estuvieran en otros lugares no lo verían:

Desde el punto A de la superficie de la Tierra se apreciaría en ese momento la ocultación, pero desde el punto B no. La distancia a la estrella es infinitamente mayor que la reflejada en este esquema.

Pero esto suele ocurrir con estrellas débiles porque su número es muchísimo mayor, aunque en este caso se trata de una de las estrellas más brillantes del cielo, y no solo eso sino que es la de mayor tamaño angular vista desde la Tierra. 

Esa es la clave para que su ocultación sea "diferente" y no se tenga referencia de la observación de algo igual.

Exceptuando el Sol, las estrellas están tan lejos que se ven como puntos, pero Betelgeuse fue la primera que pudo detectarse como un disco. Por ello en cualquier otra ocultación el punto de luz de la estrella desaparece repentinamente pero en este caso la luz de Betelgeuse irá debilitándose y hasta es posible que desaparezca, aunque las previsiones indican que probablemente será un eclipse anular y si el cielo está limpio no llegará a apagarse del todo.

La mejor imagen de Betelgeuse de que se dispone, obtenida por el gran telescopio VLT



El asteroide que provocará este fenómeno se llama (319) Leona, y se conoce su forma y tamaño aproximado precisamente porque se han analizado dos ocultaciones que produjo en dos débiles estrellas hace pocos meses.

¿Cómo se hace para conocer tamaño y forma, además de su rotación?

Una red de observadores situados en diferentes lugares cronometran el tiempo que dura la ocultación y la hora en que se produce, y como la lejanía de la estrella hace que es como si proyectara su forma sobre la superficie de manera directa, la diferencia de latitud de los dos lugares más alejados desde los que hubo observación y la diferente duración de la misma en distintos puntos intermedios darán las dimensiones del asteroide según su orientación en ese momento.  A partir de su sombra se obtiene la forma del asteroide.

Digo “sombra” en sentido figurado porque no es que oscurezca, evidentemente, porque la estrella no nos alumbra, sino que dejamos de verla cuando estamos bajo la “sombra” del asteroide.

En el punto A se vería una ocultación mucho más breve que en B y que en C. Empezaría a la vez que en B y terminaría a la vez que en C

Como la trayectoria de los lugares desde los que se ve la ocultación de la estrella es larga, (en este caso se podrá observar de China a México) tardará unos cuantos minutos de un punto a otro  y el asteroide va girando, con lo que los diferentes resultados de las observaciones permiten estimar su rotación. 

En este caso no solo podrán determinarse de manera más exacta las características de Leona, que ya se sabe que tiene un tamaño entre 50 y 80 km siendo irregular y ligeramente elíptico, sino también el tamaño real de Betelgeuse o su posición real en el cielo, ya que al ser de gran tamaño es más difícil que con otras estrellas. Además su superficie tiene zonas más claras y más oscuras, y su disco no es uniforme, y esto quizás también podría estimarse con los datos de la ocultación.

Da también la casualidad de que el tamaño aparente de Betelgeuse y de Leona (vistos desde la Tierra) son muy similares, del orden de 50 milésimas de segundo de arco, pero el asteroide no es circular sino de bordes irregulares, por lo que según la orientación de Leona podría producirse una ocultación total o anular.

Curiosamente en 2019 se apreció un paulatino debilitamiento de Betelgeuse e incluso se pensó que eso indicaba una próxima explosión como supernova, aunque finalmente se comprobó que se debía a una gran eyección de masa en su superficie que luego formó una nube de polvo que bloqueó la luz de la estrella, en un fenómeno que nunca se había observado anteriormente y que duró varios meses. 


Imagen de Betelgeuse obtenida por el VLT en diciembre de 2019 donde se aprecia el polvo que oscurece parte de la luz de la estrella. Créditos / ESO/M. Montargès

Lo de ahora no tiene nada que ver con aquello, será muchísimo más breve pero más evidente para quienes tengan la suerte de verlo, y también será un fenómeno único.

En cualquier caso, se trata de un fenómeno excepcional por su rareza y, aunque no podamos verlo directamente, habrá transmisiones vía internet, por ejemplo en este enlace

También hay proyectos de ciencia ciudadana relacionados con la ocultación, como el organizado por Starblink.org . En su web (que incluye un interesante simulador) y en otras páginas técnicas se describen los materiales y los procedimientos a utilizar para obtener datos que se puedan luego compartir; pero si lo que quieres es disfrutar del excepcional evento solo necesitas desplazarte a la franja de observación, que no haya nubes por la zona, y abrir los ojos.

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12-12-23

Próximamente incluiré imágenes y vídeos de la ocultación, obtenidas esta madrugada por astrónomos aficionados, en un nuevo y breve post.

martes, 14 de noviembre de 2023

Un asteroide,... dos,... tres.


Hace poco más de 2 años la nave de la misión espacial Lucy partió con el objetivo de estudiar de cerca y obtener datos de varios asteroides, la mayoría de los llamados “troyanos” en la órbita de Júpiter. Puedes ver el post que le dediqué, aunque no es imprescindible en esta historia.

Como es habitual en estos casos suelen surgir pequeños problemas, y en esta ocasión uno de los dos grandes paneles solares de Lucy no se abrió totalmente. El asunto pudo dejarse prácticamente solucionado pero entre unas cosas y otras habría que corregir el rumbo de la nave.

Esto tampoco es un hecho muy extraño, en todas las misiones suele haber comprobaciones del rumbo y se realizan pequeñas correcciones utilizando la energía de la propia nave. Pero en esta ocasión como iba a pasar relativamente cerca de otro pequeño asteroide de un tamaño de 1 kilómetro llamado Dinkinesh (maravilloso), ya el pasado mes de mayo se modificó muy levemente la dirección para que se acercara un poco más a dicho asteroide (a solo 425 Km) con una precisión concreta y utilizando la asistencia gravitatoria del astro corrigiera la órbita de manera adecuada.

Según otras versiones los técnicos, con posterioridad al lanzamiento, quisieron que sobrevolara Dinkinesh para probar un nuevo sistema de seguimiento y navegación.

El caso es que al acercarse a Dinkinesh, hace solo unos días surgió la sorpresa: Las imágenes de Lucy mostraban claramente que este asteroide de 790 metros tiene un satélite de unos 220 metros, que curiosamente no se había detectado previamente aunque parece que algunos lo habían intuido por las variaciones de brillo que mostraba.

Primera imagen que se difundió de Dinkinesh y su satélite.
Créditos: NASA/Godard/SwRl/Johns Hopkins APL/NOAO

Aunque en esta imagen pudiera parecer que están en contacto, las sucesivas demostraron que era un satélite, como se ve en este montaje:

Créditos: NASA/Goddard/SwRI/ASU

Pero el día 8 (el pasado miércoles) aumentó la sorpresa, porque se ha visto que en realidad el satélite de Dinkinesh son dos lunas de contacto entre ellas (tocándose) y que en las imágenes anteriores no se apreciaban porque una tapaba a la otra.

Dinkinesh y sus dos lunas

Por lo tanto estas circunstancias nos ha llevado a conocer que no es solo un asteroide, ni dos, sino 3.

Anteriormente, gracias al proyecto Lucy, y posteriormente a su lanzamiento, ya se descubrió que Polymele, uno de los asteroides troyanos que visitará esta nave, también es binario.

Y también lo es otro de ellos: Patroclo-Menoetius, aunque esto ya se sabía desde hace mucho.

Por ello, aunque antes del lanzamiento se hablaba de que Lucy iba a visitar 6 asteroides (o 7 contando a Menoetius), al final contando las lunas, van a ser 11. Y eso si no aparecen más.

 

Asteroides con satélites: 

Se conocen ya más de 400 asteroides que poseen uno o varios satélites, o con indicios de tenerlos, y por supuesto que habrá más. ​Pueden parecer muchos, pero teniendo en cuenta el más de un millón de asteroides descubiertos hasta ahora…

Estos asteroides binarios, o con satélites pueden ser originados por un impacto o por atracción gravitatoria en un encuentro a baja velocidad relativa.

El primero que  se detectó fue (243) Ida con su satélite al que se llamó Dáctil, descubierto por la sonda Galileo. ​ Ida y Dáctil comparten muchas características físicas, lo que sugiere un origen común para ambos. 

Ida y el pequeño Dáctil que, aunque parece lo contrario, está en primer plano

El segundo fue (45) Eugenia, a quien en 1998 se le encontró un satélite que se le denominó Petitprince por el personaje de Saint Exupery, y en 2004 se le encontró otro aunque parece que no fue anunciado hasta 2007.

Sin embargo Eugenia no fue el primero en tener oficialmente 2 satélites, porque a (87) Silvia  en 2001 y 2005 se le descubrieron dos pequeños asteroides orbitándola, que recibieron los nombres de Rómulo y Remo, que en la leyenda romana eran hijos de Rea Silvia. 

Silvia, Rómulo y Remo

Se conocen casi 20 asteroides triples, entre ellos (216) Cleopatra con sus satélites Alexhelios y Cleoselene, (93) Minerva o (3122) Florence, aunque seguramente habrá muchos más.

Y más que chocante, echándole imaginación sería emocionante el practicar un nuevo deporte de riesgo, el asteroiding, o salto (con o sin cuerda) entre 2001 SN 263 de poco más de 2 km y sus cercanos satélites.

Esquema de los tamaños y distancias, a la escala que aparece, de este trío de asteroides 

Su pequeño tamaño, y por tanto pequeña atracción gravitatoria, haría que con un salto se pudiera vencer su velocidad de escape y salir al espacio. Y si se ha calculado bien la dirección, llegar a otro de los componentes del trío. Habría que calcular donde estaría nuestro destino cuando llegásemos a él, porque también se iría moviendo durante nuestro “salto”.

Otro ejemplo muy similar es 1994 CC, aún más pequeño (diámetro 0.65 km) y con sus satélites aún más próximos que los del anterior, a solo 1.7 y 6.1 km   


 Estos dos últimos se aproximan en ocasiones a la Tierra (son NEOs) e incluso se han obtenido imágenes de 1994CC que han permitido elaborar esta animación:



Se conoce también un asteroide con 3 lunas. Se trata de (130) Elektra de 182 kilómetros, cuyos satélites miden 6, 2 y 1.6 kilómetros, este último descubierto en 2022, y cuyas órbitas se representan en esta imagen:


Asteroides binarios de contacto

Al igual que los dos satélites de Dinkinesh hay otros casos de asteroides o cometas en que su extraña forma indica que se han formado por la unión de otros dos. Estos, con el paso del tiempo, se habrían acercado entre sí y habrían tenido un impacto suave con lo que quedarían unidos formando los astros binarios de contacto, como los recientemente descubiertos por Lucy.

Más ejemplos que se pueden mencionar podrían ser, el asteroide (216) Cleopatra citado antes por sus satélites y con una forma muy extraña, (25143) Itokawa  (486958), el lejano Arrokoth del que tenemos imágenes por haber sido visitado por la nave New Horizons después de acercase a Plutón, o el famoso cometa Churyumov Gerasimenko entre otros muchos.

La primera es una recreación artística, y las otras son imágenes reales

Estos astros también podrían haber surgido después de un fuerte impacto con otro cuerpo celeste, haberse separado en trozos y volverse a juntar.

La tercera posibilidad, de ser dos astros lejanos que se han cruzado sus caminos como en el caso anterior, pero haber quedado unidos, es menos probable porque con toda probabilidad la velocidad de impacto sería muy elevada y se habrían destruido.

En cualquier caso, las situaciones extrañas en el mundo de los asteroides son muchas, como el caso de (90) Antiope: un asteroide doble con componentes similares de gran tamaño con casi 90 km cada uno y muy próximas entre ellos que, aunque no sea así, da la impresión de que en cualquier momento fueran a impactar o a juntarse formando un binario por contacto:

Imágenes de Antiope

Parece que tienen rotación síncrona por lo que habría una zona en cada uno de ellos que está siempre mirando hacia el otro,  desde donde se le vería ocupando casi todo el cielo, cercano, amenazante, como a punto de desplomarse sobre el observador.

Aunque todos los citados lo serían por tener algo llamativo cerca, quizás Antiope fuese el mejor destino para cuando el turismo espacial llegue hasta allí

jueves, 6 de julio de 2023

El exclusivo club de los planetas enanos

 

Desde el 24 de agosto de 2006 existe un pequeño grupo de astros a los que la Unión Astronómica Internacional denomina planetas enanos. Concretamente en la actualidad son 5: Ceres, Plutón, Eris, Makemake y Haumea. Podría decirse que los tres primeros son socios fundadores del club, y los otros dos se incluyeron respectivamente en julio y septiembre de 2008.

Tamaños relativos de los 5 planetas enanos. Solo las imágenes de Plutón y Ceres son reales, siendo las otras 3 representaciones artísticas.

Pocas veces se puede ser testigo de unos cambios radicales en los conceptos, descubrimientos o definiciones de grupos de astros en el sistema solar. Recuerdo con todo detalle lo que me llegó en aquellos dos veranos con relación a los planetas enanos y las circunstancias que lo rodearon. 

Y como parece que los planetas enanos son para el verano, puede ser el momento ahora de hablar sobre ellos.

Quiero aclarar un poco el tema porque a veces se habla de planetas enanos, refiriéndose a otros astros que oficialmente no lo son. Actualmente hay 5 y solo 5.

No es que antes estos astros no se conocieran, pero en ese momento se decidió crear este grupo como una consecuencia de la discusión sobre el status de Plutón, para que al quitarle la categoría de planeta pudiera incluirse en un grupo significativo y reducido, y no dejarlo como uno más de los miles e incluso posiblemente millones de pequeños astros que constituyen el cinturón de Kuiper, ese segundo cinturón de asteroides, en este caso helados, que se encuentran más allá de Neptuno.

Órbitas y posiciones actuales de los 5 planetas enanos (y de Neptuno como referencia).
Se ha representado su proyección sobre la eclíptica, por lo que según la inclinación de cada órbita el Sol puede quedar lejos del foco de las elipses.

Solo con ver sus órbitas, queda claro que realmente no importaba mucho cuales debían ser las características de un astro para que quedara incluido en este grupo sino que lo importante era que Plutón debía cumplirlas. Incluso la situación de Ceres desentona claramente con las demás.

Las condiciones que debe cumplir un astro para ser planeta enano son:

1- Estar en órbita alrededor del Sol, no siendo un satélite de un planeta ni de otro cuerpo no estelar.

2- Tener suficiente masa para que su propia gravedad haya superado la fuerza de un cuerpo rígido, de manera que adquiera un equilibrio hidrostático.  Esta palabrería significa que en condiciones normales debe tener una forma casi esférica. Por cierto, Haumea no la tiene aunque es debido a su rápida rotación.

3- No haber limpiado la vecindad de su órbita, es decir que la comparte con otros objetos.

Esta última condición es la que oficialmente determinó el que Plutón fuese un planeta enano y no un planeta, y no deja de ser curioso el hecho de que el que sea enano o no lo sea no venga determinado por su masa o tamaño (segunda condición) sino por algo tan extraño como ser capaz de limpiar o no (tercera condición)

Esta última condición, que tiene una formulación extraña, se inspiró en la degradación de Ceres a mediados del siglo XIX cuando se fueron descubriendo numerosos asteroides con órbitas similares.

Pero no deja de ser curioso que el mismo Júpiter tiene asteroides en su propia órbita (los llamados troyanos y que en los últimos años se han descubierto centenares de miles de ellos) lo que llevaría a la paradoja de llamarle "planeta enano" al más grande de todos los planetas. Por ello se ha sustituido lo de "haber limpiado" por "dominar gravitatoriamente su órbita" ya que la dinámica de estos asteroides está totalmente condicionada por la gravedad del planeta. No obstante, también se han descubierto asteroides coorbitales con la Tierra y otros planetas, y el único argumento que queda para no incluirlos entre "los enanos" es que el porcentaje de masa de éstos asteroides respecto al planeta es muy inferior al que puede haber en el caso de los cinco protagonistas de hoy.

Aunque la masa de los asteroides troyanos sea proporcionalmente muy inferior a la de los del cinturón principal donde se encuentra Ceres, en la definición de planeta enano nunca se ha hablado de porcentajes. 

Ahora que se descubren continuamente nuevos exoplanetas, para generalizar la definición fuera del sistema solar (como si eso tuviese algún sentido) en ocasiones se sustituye la primera condición por: Estar en órbita alrededor de una estrella similar al Sol.

Lo sorprendente del caso es (tal como se ha citado con Plutón) que la condición para que un planeta sea enano no es que sea pequeño, como la lógica parece indicar, sino que “haya limpiado su órbita”. Debería llamarse “planeta limpio” o limpiador.

En cualquier caso puede haber otros astros que cumplan esas condiciones y ya se han encontrado varios candidatos; pero una vez enfriada la discusión y el debate sobre Plutón, tampoco parece que haya demasiado interés en analizar a fondo las características de estos astros y la posibilidad de incluirlos en el grupo, como tampoco la de cuestionar si otros planetas podrían ser "enanos" por la condición 3, como se ha dicho.


Características de cada uno de "los cinco": 

Ceres

Fue descubierto la primera noche del siglo XIX por el italiano Piazzi, que en principio pensó que se trataba de un cometa. Durante unos 50 años se le consideró planeta y luego asteroide. Una semana de agosto de 2006 se dio por hecho que recuperaría la categoría de planeta, y finalmente tiene el doble estatus de asteroide y planeta enano, tal como se ha dicho. Sin duda es el astro que más veces ha cambiado de categoría.

Su diámetro no llega por poco a los 1000 kilómetros por lo que es el más pequeño de los planetas enanos, pero el más grande con diferencia de los asteroides del cinturón principal. Hay otros astros transneptunianos de mayor tamaño que Ceres, pero su baja densidad hace que no sean redondos y por ello no se consideran planetas enanos.

Imagen de Ceres obtenida por la sonda Dawn

Plutón

Descubierto en 1930 por Clyde Tombaugh, considerado como planeta durante 76 años, es el verdadero protagonista de esta historia y por la discusión sobre su status se definió este grupo de astros.

Su diámetro es de 2377 km y tiene al menos 5 satélites (2 descubiertos en agosto de 2005, y otros 2 en 2011 y en 2012), siendo Caronte (1978) el más grande con diferencia.

Plutón, en una imagen obtenida por la sonda New Horizons

La mecánica celeste vista desde Plutón es muy llamativa y la recogí en “Un lugar con un cielo muy especial”. Si no lo leíste, te lo aconsejo vivamente.


Los otros 3 fueron descubiertos por equipos dirigidos por Michael Brown.

Eris

Fue el culpable de la destitución de Plutón. Encontrado en enero de 2005 y comprobado que era más grande que éste (ahora se sabe que en tamaño no lo es, con un diámetro de 2326 km , pero sí en masa), parecía que debería ser un planeta y que eso se decidiría en la asamblea de la UAI de 2006, pero finalmente ante el posible aumento futuro del número de planetas de manera exagerada al descubrirse nuevos astros, se decidió crear el nuevo grupo, en el que también se incluyó a Plutón por ser más pequeño que Eris.

Sus descubridores le dieron el nombre de Xena, pero finalmente se le llamó Eris por ser ésta la diosa de la discordia en la antigua Grecia y haber producido la discordia entre los astrónomos partidarios y detractores de degradar a Plutón. Tiene al menos una luna, a la que se le ha llamado Disnomia.

Eris y Disnomia en una foto captada por el telescopio Hubble, y una imagen artística de Eris.

Haumea

Parece ser que aunque en 2005 fue encontrado por Brown, un año antes ya había sido descubierto desde el observatorio de Sierra Nevada por José Luis Ortiz. Surgió la controversia porque se dijo que estos habían utilizado algún dato previo del otro equipo, hubo algunas vicisitudes en la presentación del nuevo astro, y actualmente la UAI no ha designado quien es el descubridor oficial.

Tiene una forma notablemente alargada con 1900 x 1300 km y no es eso lo más excepcional, ni sus 2 satélites sino que a modo de Saturno, está provisto de un anillo.

Imagen obtenida por el telescopio espacial Hubble donde se aprecian los dos satélites, y una representación artística con el anillo

Makemake

Descubierto en marzo de 2005, tiene un diámetro de 1430 km, un satélite conocido, y su extraño nombre procede de la mitología Rapa Nui (de la isla de Pascua)

Makemake y su satélite, captados por el Hubble


Por completar la confusa nomenclatura, existen otros términos que incluyen a algunos de estos astros: los plutoides y los plutinos

El término ”plutoide” incluye a los planetas enanos que están situados más allá de la órbita de Neptuno  es decir que se exceptúa a Ceres y quedan los otros 4.

Parece una definición absurda porque incluso con posibles futuros descubrimientos un plutoide es y será "un planeta enano distinto de Ceres", ya que no se encontrará ningún otro dentro de la órbita de Neptuno. Quizás para compensar, Ceres conserva un doble estatus de asteroide y planeta enano.

Algo similar se intentó con Plutón años antes de su degradación: que fuese simultáneamente planeta y asteroide, pero sus defensores no lo aceptaron y al final fue peor.

Por otra parte el de  los "plutinos" es otro término que pudiera llevar a confusión y caracteriza a los astros que al igual que Plutón, están en resonancia 3:2 con Neptuno, es decir que por cada 3 vueltas alrededor del Sol que da Neptuno, éstos dan 2. En este caso hay más astros con esta característica, pero  no son planetas enanos, paradógicamente por su pequeño tamaño. El primero fue descubierto en 1993.

Todo esto no deja de ser curioso, cómo se ha utilizado el nombre de Plutón para designar a estos grupos de astros...

Ni los plutoides, ni los plutinos tienen mucho sentido, y lo de planeta enano tampoco.

Se puso “planeta enano”, para que apareciera la palabra “planeta” al referirse a Plutón, y en las otras acepciones, evidentemente también. Para que el agraviado y destituido Plutón aparezca como referencia repetida en las diferentes nomenclaturas.