Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

viernes, 11 de agosto de 2017

Habrá que hablar de las perseidas

Se está anunciando por todas partes y ya está aquí la lluvia de estrellas fugaces más esperada del año en el hemisferio Norte: las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo.
Pequeñas partículas que se desprendieron del cometa Swift Tuttle y que estos días se desintegran en la atmósfera terrestre dejándonos ese rastro luminoso que los astrónomos llamamos meteoros y que la tradición invita a pedir un deseo.

Parece que es obligatorio hablar del tema y hasta tal punto, que incluso le sacan chistes que solo tienen sentido por todo lo que se oye en todas partes sobre ellas.

martes, 8 de agosto de 2017

Dos eclipses diferentes

Ayer, en un intervalo de menos de dos horas, tuve la ocasión de presenciar dos eclipses atípicos, de esos que no se suele hablar mucho, y muy diferentes uno del otro; aunque ambos tuvieron algo en común.

7 de agosto de 2017, eclipse de Luna. Ya lo anuncié a comienzo de año, junto a los otros tres eclipses que iban a producirse este 2017 ("Eclipses de libro"), y dejaba en el aire si volvería  a hablar de cada uno, según  las circunstancias e intereses despertados: 
Finalmente decidí que este de ayer no merecía la pena anunciarlo nuevamente. Un eclipse parcial, que no sería observable por la mayoría de mis lectores porque solo se vería en Asia y parte de Europa, pero en España únicamente en la costa mediterránea y muy muy poco porque la fase parcial acababa pocos minutos después de la salida de la Luna. Hablar de ello podría crear expectativas para nada.

Desde donde yo estaba, cerca del centro peninsular, cuando saliese la Luna el eclipse parcial ya habría acabado y solo podría observar, suponiendo que el cielo estuviese limpio por el horizonte Este,  el levísimo oscurecimiento de la penumbra.

Sin embargo, mereció la pena observarlo porque el espectáculo fue mucho mejor de lo que yo esperaba y, aunque vuelva a salirme de la línea habitual del blog, me apetece contarlo.

7-8-17, 21:34. En la fase penumbral del eclipse, se nota un ligero oscurecimiento en la zona inferior derecha de la Luna, que aparece majestuosa cerca del horizonte y adornada por una franja de nube. 

La cosa no tenía buenas perspectivas. Por primera vez en las últimas 3 semanas fueron apareciendo nubes que a las 21h, solo 20 minutos antes de la salida teórica de la Luna en mi horizonte, cubrieron todo el cielo. Pero como la esperanza es lo último que se pierde, me dirigí cámara en mano a mi lugar de observación preferido.
Oteando el horizonte Este, por si aparecía algún pequeño claro por donde pudiera pasar la Luna, de pronto empezó la función con una imagen extraña e inesperada.
Una franja de extraña luz amarillenta iluminó de repente la zona superior del paisaje. El astro rey, antes de ocultarse por el Oeste había encontrado un hueco por donde iluminar la zona opuesta del horizonte, el escenario donde esa tarde se iba a representar la función estelar de la Luna.

Al volverme hacia allí girando 180º, la imagen era surrealista con una luz difusa envolviendo el ambiente.
La foto no tiene mucho que ver con lo que ví en directo, y con el pensamiento solo en la salida de la Luna no tuve reflejos para ajustar la exposición en la cámara de manera que pudiera recoger aquella extraña luz rojiza, pero aquí queda.

Por fin, a las 21:29 se pudo intuir la Luna sobre la bruma.


Fantasmagórica, fue ascendiendo.



















Al ir aumentando la altura sobre el horizonte y librarse de la bruma más intensa, pudo intuirse la zona más oscura de la penumbra por la parte inferior derecha del disco lunar cuando ya habían pasado 16 minutos del final de la fase parcial del eclipse, circunstancia que recoge la primera imagen de este post.
Durante unos pocos minutos, sobre el horizonte aún cercano, se fueron mezclando en la Luna las imágenes del eclipse con el juego de las nubes.
21:32

21:33


21:37
Aumentando el brillo de la imagen anterior, la Luna parece disfrazada de Saturno.

La prenumbra se aprecia mejor en este primer plano, en la zona inferior derecha de la Luna , a las 21:38. El oscurecimiento de la zona superior es debido a las nubes.

A las 21:40 volvió a ocultarse en otra franja brumosa situada a mayor altura.


Fueron unos pocos minutos mágicos. Probablemente porque ya no esperaba ver nada y en esos instantes se mezclaron inesperadamente una ensoñadora puesta de sol, la espectacular salida de la Luna, ¡Y el eclipse!, lo que había ido a ver con la casi certeza de que no lo vería.

Para mi solo iba a ser un eclipse penumbral, de esos que casi no merecen la pena, y que además ya había observado otro hace 6 meses. Pero las circunstancias lo convirteron en una experiencia inolvidable.

Si quieres saber más sobre lo que es un eclipse penumbral de Luna, puedes mirar en  este artículo que también mencioné al principio.  


¿El otro eclipse del título del post? ¡Ah si! El que sufrió la ISS a las 23:12.
Solo 22 minutos después de que la Luna saliera totalmente de la sombra de nuestro planeta (del borde de su penumbra) entró en ella la Estación Espacial, dejó de brillar al no recibir la luz solar y desapareció como un fantasma.
En realidad le ocurrió lo mismo que a la Luna cuando se eclipsa. A ambas las vemos brillar porque reflejan la luz del Sol, y cuando entran en la sombra de la Tierra dejan de hacerlo.

Trazo dejado por la ISS en los últimos 30 segundos antes de eclipsarse. También aquí podría apreciarse la fase "penumbral" por la caída de brillo poco a poco.
En cuanto se hizo de noche el cielo se despejó casi totalmente y pude seguir el magnífico paso, casi cenital, de la ISS y su eclipse junto a la constelación del Cisne.

Quizás en un par de semanas vuelva a hablar de la ISS con dedicatoria especial para los lectores del hemisferio Sur.


Al igual que el anterior, este post tiene muchas imágenes y pocas explicaciones, para lo que suele ser habitual. Intento que el blog sea variado, incluyo temas con enfoques didácticos y planteamientos iniciales para todos los públicos, frecuentemente aparecen también algunos aspectos de más calado que incluso pueden resultar arduos de seguir, y aunque últimamente ha ido ligero como corresponde a esta época de calores y vacaciones, y solo han sido intentos de compartir mis experiencias y emociones en las observaciones del cielo, … no te fíes porque espero “volver a las andadas”

Si no te gustan los tecnicismos tengo que decirte, al contrario que otras muchas veces, que disfrutes de las imágenes de este post, porque el siguiente promete ser árido. Bueno, si es que finalmente me atrevo a publicarlo, porque algunas cuestiones no las tengo del todo claras, y mi asesor particular aún no me ha dado el visto bueno.

jueves, 3 de agosto de 2017

La primera vez

En cualquier cosa que hagamos o veamos siempre hay una primera vez, que en muchos casos nunca se olvida porque aunque luego se repita en otras ocasiones, esa “primera vez” suele ser la más especial.
Esto ocurre en todos los ámbitos de la vida y también en la observación astronómica y por eso los aficionados a mirar el cielo tenemos doble suerte ya que nos estrenamos tanto en los asuntos terrenales como los que ocurren “del horizonte para arriba”.

¿Recuerdas la primera vez que viste por un telescopio el planeta Saturno?
Suele ser una de las cosas que mucha gente suele recordar, y recientemente alguien me lo ha hecho notar.
Imagen de Saturno tomada el 25-7-17 a las 22:12. La calidad no es buena porque la he obtenido colocando una cámara compacta delante del ocular sin ningún tipo de adaptador …. Pero así es como lo recuerdo de aquella vez hace ya algo más de 30 años, cuando en un camping de Hungría encontramos en la recepción un pequeño telescopio que nadie sabía manejar y me animé a intentarlo. Yo sabía que “aquella estrellita”  que veíamos ya cercana al horizonte era en realidad el sexto planeta… Pero aquella fue la primera ocasión en que pude fisgar su intimidad; y aunque la imagen no fuese muy buena, el comprobar que efectivamente se le veían los anillos “en directo” fue emocionante.

Si no lo has visto nunca, … casi mejor porque aún te queda la primera vez, y en ocasiones se disfruta más pensando en esa posible primera vez, que cuando ésta ya ha ocurrido.
Pero por si acaso, hay que decir que mucha gente se decepciona la primera vez que ve los anillos de Saturno porque espera verlo como en las fotos de los libros o internet, y suelen exclamar “¡Qué pequeño!”. Pero a quienes realmente les interesa la astronomía, seguramente les maravilló el que esa estrellita no muy diferente de las otras, la mirasen por un telescopio y la reconocieran. Muchas veces en estos casos también se oye exclamar: ¡Es Saturno!, “pequeño pero inconfundible”.

Escribo ahora este artículo, un tanto distinto de lo habitual, porque en estos últimos días he tenido un montón de “primeras veces”, parte de las cuales ya recogí hace muy poco en el post titulado “Otros ortos y ocasos”. 
Pido disculpas por la reiteración en los tres primeros fenómenos que ya conté allí, pero casi emocionado y abrumado por la secuencia de nuevas “primeras veces”, repito también aquellas con imágenes ligeramente diferentes, y sumo y sigo …
Soy consciente de que hay algo de presunción y quizás alardee demasiado, pero en un blog personal es comprensible que el autor ejerza de bilbaíno. Y más en este caso, porque yo soy de Bilbao (Los de allí tenemos fama bien ganada de fanfarrones)

Ya que obtuve estas imágenes, me apetece compartirlas. Algunas de las fotos son muy malas técnicamente o apenas se intuye lo que se menciona, pero ese es precisamente el valor que tiene el apreciar algo que es difícil. Mi objetivo ha sido verlo. Pero también he querido obtener una evidencia de lo que he visto, aunque sea de mala calidad. Es solo la prueba.
Quizás algunas situaciones estén “cogidas con afileres” o haya hecho una pequeña trampa al asimilar “primera vez” con “la vez más…”. Pero la acumulación de 10 observaciones novedosas para mí, en un plazo de solo 15 días, me ha parecido una pasada, incluso me ha abrumado.

Por orden cronológico: 

Las 3 primeras (a, b y c) ya las conté no hace mucho. Si las viste, puedes seguir por la d), o si quieres más detalles, los tienes en "Otros ortos y ocasos"

a) La primera vez que vi a Mercurio por la tarde en verano

Mercurio el 19-7-17, a la derecha del mástil de la antena, en una imagen similar, pero distinta, de las que puse hace poco. Fue visible sin telescopio hasta la puesta.
Como dije en otra ocasión, desde el hemisferio Norte no es demasiado difícil verlo durante unos pocos días cercanos a las máximas elongaciones Este (Cuando angularmente está más alejado del Sol y se pone después que él) si ocurren en fechas cercanas al equinoccio de primavera, pero sí cuando ya está más cerca el equinoccio de otoño, como ahora.

b) La primera vez que vi salir simultáneamente a la Luna y Venus.
20-7-17, unos minutos después de la aparición simultánea de los dos astros por el horizonte.

c) La primera vez que vi la Luna a menos de 30 horas de nueva, (La vez que la vi más fina)

El 22-7-17 pude observar la Luna más "fina que nunca" desde que salió por el horizonte.

d) La primera vez que he visto pasar la Estación Espacial (ISS) con una magnitud -4 (La vez que más brillante la he visto)
El 24-7-17 la ISS mostró una magnitud -4, al pasar a gran altura junto a las constelaciones de Lira y Cisne. La estrella más brillante, y que está situada cerca del trazo dejado por la ISS, es Vega.
Comparando con la magnitud de las estrellas de la imagen pudiera parecer que no brilla tanto, pero hay que tener en cuenta que éstas acumularon luz en el  mismo punto durante los 30 segundos que duró la exposición, mientras que la ISS no, porque se iba moviendo.

Parece que es la primera vez que alcanza esta magnitud, al menos en el último año, según los datos que he consultado en Heavens-Above.com, aunque puede que no sean del todo fiables porque utiliza parámetros orbitales actuales que podrían haber cambiado.

e) La primera vez que he visto la Luna cambiar de acompañante de forma inmediata, al encontrarse primero cerca de Venus y luego de Mercurio, uno en el crepúsculo matutino y el otro en el vespertino.  
Siempre son muy sugerentes las imágenes de la Luna cercana a alguno de los dos planetas interiores, porque la fase siempre será muy fina y se verá en los crepúsculos. Podría estar con los dos a la vez, pero nunca la ví uno después del otro.

Si el día 22, última vez que se pudo ver la Luna de madrugada (menguante)  relativamente cerca de Venus, el día 25, el primero que pudo verse por la tarde, (creciente) estaba próxima a Mercurio, como aparece en esta imagen.
25-7-17 La Luna creciente, adornada con su luz cenicienta, cerca de Mercurio (próximo al horizonte casi en el centro) y la estrella Régulus encima del primer planeta.
Creo que ésta ha sido también la primera vez que he podido ver la Luna de menguante a creciente, solo con 3 días de diferencia (en realidad 3 y medio). Solo 2 días dejé de verla por estar nueva.

f) La primera vez que he podido apreciar la fase de Mercurio,
Aunque, al igual que Venus, Mercurio presenta fases por ser un planeta interior, es mucho más difícil apreciarlas porque en mucho más pequeño, está más cerca del Sol y solo puede observarse en muy pocas ocasiones. Además cuando la fase es pronunciada solo estará por encima del horizonte en pleno día.

26-7 Imagen de Mercurio en muy malas condiciones. Me pareció que la imagen era alargada, lo que correspondería a una fase marcada, pero al estar cerca del horizonte, la difracción hacía muy difícil comprobarlo.
Nunca antes había visto Mercurio en fase y pensaba que con mis medios no era posible, pero consultando luego en el programa Stellarium, comprobé que, efectivamente estaba en una fase evidente, prácticamente un 50%.
Para poder verlo más alto y mejorar la calidad de la observación evitando la difracción, la solución era verlo de día. No sería la primera vez que lo iba a conseguir, pero sí la primera vez que lo hacía estando en fase marcada.

27-7 Mercurio en cuarto menguante. La imágenes no son claras porque los medios técnicos no eran buenos y las condiciones con el cielo brillante tampoco, pero se aprecia la fase. Por el ocular del telescopio se veía mucho más claro.
Ayer día 2 de agosto lo vi cuando presentaba una fase de solo un 41% poco después de ocultarse el Sol, pero no pude obtener ninguna imagen mejor que éstas.


g) La primera vez (creo recordar) que haya visto por la mañana una luna de solo 4 días.
27-7-17 La imagen, tomada poco antes del mediodía, es posterior a la hora en que la vi, sin la cámara de fotos a mano.

h) La primera vez que (casi) he visto salir una luna antes del cuarto creciente. De solo 5 días.
La salida de la luna en estas fases es difícil de observar porque lo hace de día, por la mañana con el Sol ya alto y el cielo brillante, y ella tiene poco brillo por la fase fina.
28-7-17 a las 13:05. 20 minutos después del orto teórico se puede apreciar, o al menos intuír, la débil luna de 5 días (5 días después de nueva). A esa hora la vi con prismáticos y solo 4 minutos después a simple vista. La bruma del horizonte (casualmete solo por la zona por donde salía la Luna) me impidió verla incluso antes.

i) La primera vez que he observado el proceso completo de la X lunar, y la primera imagen que he podido obtener de este fenómeno.
30-7 Un extraño y efímero juego de luces y sombras que en la conjunción de 4 cráteres hace aparecer una letra X brillante cerca del terminador, pero incrustada en la parte oscura de la Luna.
Casualmente el proceso duró desde que se me ocultó el Sol (tras una nube cerca del horizonte) hasta la puesta de la Luna. Desde las 9:15 a la 1:15. 4 horas que coincidieron, desde que se empezó a formar la X hasta que se fue desdibujando.

Gracias a mi amiga Kruchi, experta en estos temas que me guió con el wasap, pude descubrir también la V, y desde Facebook Isaías Gonzalo me indicó que también estaba la O, componiendo "VOX". 
La imagen invertida verticalmente fue tal como lo veía por el telescopio. Podría haberla volteado para obtener la orientación real, pero he preferido dejarla como yo la vi.

Y otra sorpresa, de cosecha propia: El descubrimiento de que uno de los brazos de la X tiene forma de interrogante, lo cual cuadra muy bien con el significado que a esa letra le damos los matemáticos: la incógnita. En el ocular se apreciaba mucho mejor que en la foto.
En la imagen se indica en el mismo tamaño y orientación la “X”, la “V”, la “O” y la “?”


j) La primera vez que he visto la Luna con una asa, o un aro a modo de pendiente.
En la misma línea de lo anterior, uno de los aspectos destacables que se pueden observar en algunas ocasiones en el terminador lunar (la frontera entre la parte iluminada y la que está en sombra) es la zona denominada Sinus Iridium, o la Bahía del Arco Iris, cuando empieza a ser iluminada por el Sol en su contorno y puede verse claramente con telescopio o incluso con prismáticos una especie de puente o aro brillante que sobresale apreciablemente del contorno de la imagen lunar.
El 2-8-17 a las 21:45 se apreciaba claramente con unos prismáticos la Bahía del Arco Iris, sobresaliendo por la parte superior izquierda de la Luna. Imagen tomada directamente con una cámara compacta (zoom a tope, X30)
En realidad ya había visto una imagen similar, brevemente y en peores condiciones hace varios años cuando alguien me llamó por teléfono diciéndome que estaba viendo algo muy raro en la Luna. Pero esta ha sido la primera vez que he he conseguido pillarlo yo, después de mucho tiempo y numerosos intentos frustrados por la meteorología o porque las pocas horas en que es apreciable no coincidían de noche con la Luna sobre mi horizonte. También ha sido la primera vez que he conseguido fotografiarlo.
En esta ocasión (al igual que la X) lo pude ver durante varias horas seguidas, apreciar la evolución de la imagen y tomar fotos directamente o a través del telescopio con más detalle, como las siguientes:
La zona del terminador, tal como lo vi con el telescopio a las 22:15 (imagen invertida en sentido Este-Oeste) en la que se aprecia el "asa" de Sinus Iridium arriba a la izquierda. En el recuadro, esa zona 20 minutos más tarde.
Como la noche de la X, también Kruchi me enseñó otros detalles de la Luna que pude apreciar por primera vez, pero todo ello podría dar para otro artículo.


Todo un atracón de primeras veces. Al igual que en nuestra vida cotidiana, en ocasiones ocurrieron por casualidad y otras han sido retos que han llegado a lograrse, frente a otros que no lo hicieron y no se cuentan. Sé que algunas no tienen mucho mérito, y en la h) he hecho una pequeña trampa porque intenté ver la salida de la Luna pero solo la pude ver unos minutos después. Pero lo cierto es que se me han acumulado en estos días de cielos despejados y por eso lo de escribir este post y aprovechar para poner algunas de las imágenes que he ido obteniendo aunque, tal como he dicho antes, varias de ellas sean de mala calidad y solo testimoniales.

Volviendo la vista (mejor dicho la memoria) mucho más atrás, recuerdo otras primeras veces: La emoción que sentí la primera vez que vi Venus de día a simple vista, ¡Y también a Júpiter en otra ocasión!
Incluso, en los comienzos de mi afición, la primera vez que lo vi de noche y no supe identificar aquella brillante estrella que estaba de más, la primera vez que vi un cometa, o una galaxia o un cúmulo, la primera vez que vi una estrella de día con el telescopio (Arturo), o el pasado año, cuando fui batiendo records con otras estrellas cada vez más débiles que iba viendo de día, hasta llegar a Mesartín, gamma Géminis, de magnitud 4.5. 
Si, aunque algunos colegas no me creen, puedo asegurar que ví esa bonita estrella en pleno día descubriendo que era doble, antes de comprobarlo la noche siguiente.
En esta imagen, tomada el 30-7-17, se indica la posición de la estrella Mesartin, que a pesar de su poco brillo la ví de día con mi telescopio de solo 6 pulgadas el 28-7-16, hacia las 10:30 de la mañana. Puede compararse con las Péyades y las estrellas de Perseo, a la izquierda de la foto.

Me acabo de dar cuenta de que casi todas estas primeras veces han ocurrido en un lugar especial, del que hablé hace un par de meses, y todas las imágenes que aparecen en este post las he tomado estos pasados días desde este pequeño pueblecito que es Araúzo de Torre. Es lógico. También muchos records de atletismo, se consiguen en lugares donde las condiciones de altitud o clima son más adecuadas para ello.

jueves, 27 de julio de 2017

¿Más lluvias de estrellas? No gracias

Se aproxima el mes de agosto, y como todos los veranos por esas fechas habrá algo de lo que todos los medios de comunicación se harán eco, y la gente preguntará: Las estrellas fugaces, las famosas lágrimas de San Lorenzo, técnicamente  la lluvia de meteros de las Perseidas, de la que ya hablé el año pasado.

Realmente algunas lluvias de meteoros son un bonito espectáculo celeste aunque decepcionante para la mayoría de la gente que intenta verlo por primera vez porque ha oído hablar mucho de ello pero no sabe lo que puede ver, y espera mucho más. 
Por lo que se cuenta y las imágenes que se suelen poner, parece que todo el cielo va a verse surcado por puntos luminosos que se mueven rápidamente; pero con mucha suerte si uno no se aleja mucho de su lugar de residencia y se sitúa en un lugar muy oscuro (la mayoría de la población vive en zonas muy iluminadas), después de estar mirando hacia arriba un buen rato podría ver solo algún que otro meteoro solitario.

Foto: epod.usra.edu / Wally Pacholka
Pero como parece que estas noticias tienen mucha aceptación, cada vez se anuncian más y  más lluvias de estrellas y es muy probable que, sin esperar a las famosas Perseidas, estos días de finales de julio oigas hablar de las Delta Acuáridas.
Un anuncio de las esta lluvia, el pasado año.
No hagas caso.

jueves, 20 de julio de 2017

Otros ortos y ocasos

Cuando en Astronomía se habla de ortos y ocasos normalmente se refieren a la salida y la puesta del Sol. Pero por supuesto, podemos referirnos a cualquier otro astro, en los momentos en que aparece por el horizonte o desaparece tras él.

Éstos son mucho más difícil de observar porque, como el brillo del astro será muchísimo menor que el del Sol, es fácil que deje de verse antes de llegar a ponerse, o no sea observable hasta un tiempo después de salir, debido a la bruma del horizonte y al fenómeno de extinción atmosférica porque al estar a baja altura su luz debe atravesar una mayor capa de aire antes de llegar a nuestros ojos.

Hoy me voy a referir a algunos de éstos porque la pasada noche, con menos de 6 horas de diferencia, he podido observar dos espectáculos muy especiales: la puesta de Mercurio y la salida simultánea de Venus y la Luna. Por las circunstancias en que se han producido para mí han sido únicos; la primera vez que se han dado esas condiciones.
Lo voy contar ya porque durante unos pocos días podrá verse algo parecido, por si lo lees a tiempo y quieres intentarlo, aunque el segundo fenómeno no lo verás exactamente igual que yo.

martes, 18 de julio de 2017

Dando vueltas alrededor del Sol

En el post anterior hablé sobre las fechas de cumpleaños y de alguna manera en este voy a continuar con el tema:

Cuando una persona cumple años es frecuente que él o alguien diga la frase: “hoy he completado una nueva vuelta alrededor del Sol” o “ya llevas dadas  x  vueltas en torno al Sol”
Lo mismo suele ocurrir cuando comienza el nuevo año, el 1 de enero, y es posible que en esa fecha señalada hayas recibido algún mensaje con esta imagen, porque está muy difundida.

Sin embargo, ninguna de esas frases es totalmente correcta porque el periodo de tiempo que llamamos año no es el mismo que la duración del movimiento de traslación de nuestro planeta en torno a su estrella.

Ya lo he mencionado un par de veces en este blog en unos contextos más generales en las entradas “Midiendo el tiempo” y “Precesión de los equinoccios”, pero ahora lo voy a analizar más detenidamente.

martes, 11 de julio de 2017

La verdadera fecha de tu cumpleaños

Todo el mundo sabe cuál es la fecha de su cumpleaños, las de sus familiares y amigos cercanos, y recibe felicitaciones y las envía en esos días señalados.


Pero, además de que siempre hay alguien que se acuerda con retraso o se confunde, es muy frecuente que incluso el protagonista no lo celebre en el día adecuado, es decir, en la fecha en que se cumplen los años exactos desde el momento del nacimiento.

El pasado 28 de junio después de cenar, le cantamos a David el “cumpleaños feliz” invitándole a apagar las velas de la tarta. Él sorprendido, dijo “¡Que es mañana!”. Pero no.

Aunque efectivamente nació el 29 de junio de 1990 hacia las 3 de la madrugada, este año 2017 ha sido el día 28 por la tarde, el momento en que han pasado exactamente 27 años desde aquel instante. Y por tanto, la fecha en que ésto ha ocurrido, el “día” en que ha cumplido años, ha sido el 28.

De acuerdo. Lo que hicimos con el cumple de David no es algo convencional. Puede pensarse que sería una excentricidad, algo friki, pero fue consecuencia de una discusión sobre un  tema que afecta de manera clara a algunas personas: los que por haber nacido un 29 de febrero solo celebran el cumpleaños en “su día” cada cuatro años.

viernes, 30 de junio de 2017

El día del asteroide

Hoy 30 de junio es el “Día Internacional del Asteroide”

Es curioso cómo el calendario se ha ido llenando de días dedicados a diversos temas, y pueda pensarse que no tiene mucho sentido el dedicarle una fecha a los asteroides. Que yo sepa no existe el día de los cometas ni el de las estrellas, ni el de los planetas aparte del nuestro, que también aproveché para escribir algo muy sorprendente de él.

Pero aunque parezca que alguien haya querido resaltar a estos pequeños astros haciéndoles un hueco en el calendario,  en realidad es algo engañoso porque si miramos el motivo por el que se ha decidido, debería llamarse más bien “El día contra el asteroide”, al igual que cuando en alguna cuestación por la calle con una hucha en mano me han pedido dinero “para el cáncer” cuando en realidad es “para la lucha contra el cáncer”. Aquí ocurre lo mismo.

Aunque ya anteriormente se celebró en algunos ámbitos, parece que fue el pasado 6 de diciembre de 2016 cuando la ONU lo declaró oficialmente, y escogió esa fecha recordando el impacto del asteroide de Tunguska, como un nuevo Día Internacional, con el objetivo de aumentar el nivel de conciencia sobre el grave peligro que supone el impacto de rocas espaciales.

Personalmente no veo mucho sentido en concienciar a la población en general sobre este problema, porque no está en sus manos el solucionarlo, y ya sabemos que quienes tienen el poder decisorio a la hora de asignar presupuestos para investigación o grandes proyectos no miran mucho la opinión de la gente ni tampoco van a cambiar sus planes porque se enteren o no de esta iniciativa. 
Bueno, esto es una opinión personal, porque ya sabemos el poder que tienen hoy en día las redes sociales y los logros de las campañas de recogida de firmas. Pero no creo que se pueda conseguir mucho de esta manera en este caso.

miércoles, 21 de junio de 2017

Midiendo la Tierra

Hoy, 21 de junio, se cumplen los años de un hito importante en la historia de la astronomía. Uno de los primeros, e incluso mucha gente opina que podría considerarse el primer hecho concreto del que tenemos noticia de supuso un avance en el conocimiento a escala cósmica: la determinación del tamaño de nuestro planeta a cargo de Eratóstenes, hace ya más de 2200 años.

Así lo dio a entender el prestigioso astrónomo y divulgador Carl Sagan cuando contó la historia en el primer capítulo de su magnífica serie documental COSMOS.

Muchas personas siguieron esta serie en los televisores de los años 80 y gracias a ella se aficionaron a la astronomía.
 A pesar de que la calidad de las imágenes no es muy buena, lo puedes ver en este enlace:

No sabemos exactamente cuántos años se cumplen, solo una aproximación teniendo en cuenta la época en que vivió el sabio alejandrino, pero sabemos que se cumplen hoy porque la medición debía realizarse necesariamente en el solsticio de verano, y justamente hoy 21 de junio es el día. Cuando acaba de empezar dicha estación.
Sin duda Eratóstenes, meticuloso en los cálculos, debió ser riguroso también con la fecha en que debía tomar los datos.

viernes, 16 de junio de 2017

Un reloj ... ¿de Sol?

Aunque no lo parezca, también el artilugio del centro de la imagen es un reloj de sol, y así lo corroboraron la totalidad de miembros de un foro de gnomonistas (expertos en relojes solares) que fueron consultados y respondieron a la pregunta de si podría considerarse como tal, o no.
Tres de los muchos relojes de sol que hay en el Aula de Astronomía de Durango
Efectivamente, exceptuando el aspecto, tiene todas las características de un reloj solar:

- Marca la hora utilizando para ello la posición del Sol.
- En el momento en que se coloca en un lugar soleado, correctamente orientado, él solo se pone en hora.
- Cuando se nubla o se oculta el Sol, deja de funcionar.
- En el momento que el Sol vuelve a aparecer de detrás de una nube o por el horizonte al amanecer, vuelve a ponerse en hora de manera automática y sigue funcionando normalmente.
- Para un correcto funcionamiento hay que colocarlo orientado, hacia el Sur.
- El elemento clave está inclinado según la latitud del lugar, y quedará paralelo al eje terrestre, al igual que un gnomon o varilla de un reloj solar.

Ya hablé de pasada de este artilugio hace casi un año cuando dediqué un post a unos extraños relojes de sol digitales, anuncié entonces que explicaría su funcionamiento pero había olvidado mi intención hasta que hace poco ha aparecido un comentario en Youtube pidiéndomela.

domingo, 11 de junio de 2017

Los astros, desde primera fila


Si lees habitualmente este blog, debo avisarte de que este post es diferente. Hoy no encontrarás aspectos técnicos, sino solo unas reflexiones personales. Posiblemente no te interesen mucho y si no te apetece leerlo, como a veces suelo decir por el motivo contrario al de hoy, déjalo y espera al próximo que será muy diferente. Pero creo que es bueno cambiar de registro de vez en cuando. Es mi blog y lo de hoy creo que es solo algo que a mí me ha apetecido escribir.

Si me pongo a valorar las oportunidades que tengo de ver los astros en el cielo, tengo que reconocer que tengo mucha suerte. 
No solo por lo que mis colegas de la AAV llaman mi “ventana mágica” que en muchas ocasiones, aliado con la fortuna, me ha permitido hacer observaciones y obtener imágenes del cielo a pesar de la contaminación lumínica y de la fama de mal clima que tiene una ciudad como Bilbao, sino porque tengo la oportunidad de pasar gran parte del verano en el pueblecito de mi madre, donde el cielo es excepcional y puedo observar las estrellas desde “primera fila”.

Incluso con el pueblo en primer plano, escondido en una hondonada, se ven perfectamente las estrellas.

Como digo, todos los años paso varias semanas en el mes de agosto en Araúzo de Torre, sus calurosos días y sus impresionantes noches bajo un cielo inmejorable. Siempre digo que una sola noche de observación allí me cunde más y me produce más satisfacciones que las observaciones de todo el año desde los lugares más al norte, donde vivo. Un gran porcentaje de las imágenes que salpican los artículos de este blog lo atestiguan.

martes, 6 de junio de 2017

Tres eclipses simultáneos

Los días de Luna llena hay un espectáculo muy atractivo en lugares con horizonte despejado: Ver la puesta de Sol y a continuación volver la mirada en dirección contraria y ver la salida de la Luna. A mi hermana le gusta verlo siempre que puede.

Imagínate que en una de éstas ocurre un eclipse solar justo antes de ponerse el astro rey y cuando te vuelves hacia el Este ves salir la Luna también eclipsada… 
Bueno, aquí esa sesión es totalmente imposible, pero hay un lugar donde estará en cartelera. Y no solo eso, sino que a continuación aparecerá una segunda luna también eclipsada. 

Mañana es el día. Pena, que sea en un lugar a más de 700 millones de kilómetros de aquí.
Porque mañana día 7 de junio de 2017 por la tarde (hora central europea) y durante 45 minutos, se estarán produciendo a la vez un eclipse de Sol y dos de luna. Ocurrirá en Júpiter.

Encontré estos datos casualmente hace un par de semanas mientras buscaba ejemplos para hablar de las resonancias  que se producen entre los satélites del planeta gigante. Este post  puede considerarse una continuación de aquel con un punto de vista diferente: desde allí. O también uno más de la serie sobre los cielos de otros mundos y podría haberlo titulado “el cielo de Júpiter”, porque le ha llegado justamente el turno al quinto planeta y porque estos fenómenos son lo más representativo de lo que podría verse suponiendo que pudiéramos situarnos en el borde superior de las nubes de ese astro.  

Desde el borde exterior de la atmósfera de Júpiter: A las 15:53 T.U.  ya ha empezado el eclipse de Ganímedes con la fase parcial, con el satélite situado en la constelación de Virgo muy cerca de Spica (apenas a 3 grados de distancia), mientras en la misma zona del cielo aún más cerca otro de los satélites, concretamente Europa, está totalmente eclipsada.
Es una pena no poder estar mañana allí y ver el magnífico triángulo casi rectángulo isósceles.

A la misma hora el satélite Io está produciendo un eclipse de Sol (total o parcial según la zona desde la que se observe) situado en la parte opuesta del cielo que los otros dos. En la imagen el comienzo del eclipse total. Mercurio que se vería a menos de un grado, y Venus a menos de 7, completarían una imagen espectacular.
En el eclipse de Sol por Io, éste en fase nueva aparecería oscuro, casi negro a simple vista aunque teniendo en cuenta la luz cenicienta, distancias, albedos, y la foto que obtuvo Carlos Bertoni del eclipse de Sol del 3-11-94 que puse al final del artículo en que hablé de ese tema seguramente sería posible obtener una imagen similar a este montaje, desde una nave situada casi en el borde de la atmósfera joviana, un poco por el interior de ella.