Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

martes, 14 de abril de 2020

Tenemos un problema

Justamente hoy 14 de abril de 2020 se cumplen 50 años de la frase pronunciada por uno de los astronautas del Apolo XIII que se ha hecho famosa: “Houston, tenemos un problema”
Imagen tomada de la película "Apolo 13" donde se apreciaban los destrozos producidos en el módulo espacial por la explosión causante del problema.
Y este aniversario ocurre precisamente cuando todo el planeta tiene un gran problema, como todos sabemos.
Aunque muchos miles de personas desgraciadamente no van a poder verlo, esperemos que este problema se solucione aunque nos tengan que ocurrir tantas peripecias como a los 3 astronautas.
Recomiendo ver o volver a ver la conocida película Apolo 13, y aunque seguramente se han exagerado las circunstancias que ocurrieron, puede aportar esperanzas respecto a las posibilidades de la ciencia y la tecnología para resolver nuestros problemas.
He dejado programada la publicación de este post para que ocurra a las 4:08 de este 14 de abril porque es cuando se cumplen exactamente los 50 años.

En algunos medios lo anunciaron el pasado sábado, y gracias a ellos me enteré yo del tema, cuando estaba viendo las noticias del telediario donde se anunció correctamente el aniversario del lanzamiento el día 11 (pero les podrían haber dejado la noticia a los compañeros de los informativos de días laborables), relacionando el problema espacial de hace 50 años con EL PROBLEMA actual; y en la mayoría de las reseñas se habla de la explosión el día 13, el fatídico número que aparecía incluso en el nombre de la misión.

Montaje con dos imágenes de la tele. Por cierto, al hacer un repaso me he dado cuenta de que la foto no es del todo adecuada, aunque totalmente lógica si la buscamos en internet. Si sigues leyendo sabrás por qué. 
Pero no fue así.
Como son detalles técnicos (lo del día 13 o 14), que es lo menos importante ahora, dejo la aclaración para el anexo “Si quieres saber más”.

Paradojas y casualidades.

En aquel episodio espacial que acabó felizmente, quienes estaban en peligro eran las 3 personas que se encontraban fuera del planeta: James Lowell, John Swigert y Fred W. Haise, justamente lo contrario que ahora porque durante toda la crisis del coronavirus, y hasta el pasado jueves, las 3 personas que han estado más a salvo del peligro actual han sido Oleg Skripochka, Jessica Meir y Andrew Morgan, los tripulantes de la Estación Espacial Internacional que llevaban totalmente aislados, a 400 kilómetros de los dominios del virus desde hacía meses, cuando éste todavía no había saltado a los humanos y por ello siempre han estado fuera de su alcance.
La tres personas que han estado totalmente a salvo del coronavirus hasta hace muy poco

La tranquilidad total quizás ya no la tengan desde que el pasado día 9 llegaron sus compañeros para completar la tripulación habitual de 6 astronautas, que aunque habrán estado en cuarentena antes del lanzamiento ¿Quién sabe si…?

Probablemente los tres que abandonaron la nave el pasado 6 de febrero, cuando todavía no se había desatado el problema, estén ahora pensando que mejor hubiera sido si se hubieran quedado unos meses más allí, aunque una de ellas, Christina Koch, potagonista del primer paseo espacial femenino (y también del que se frustró), tendría unas ganas locas de volver después de haber batido el record de estancia continuada de una mujer en el espacio. Desde luego que en aquellos momentos no se imaginaba que regresaba a un lugar menos seguro que donde había pasado los últimos 328 días.
Christina se mostraba así de feliz en el momento de su regreso a la Tierra, cuando no sabía que llegaba a un lugar más peligroso.
Es casualidad que durante los 2 meses clave en la expansión de la pandemia hayan permanecido solo 3 astronautas en la ISS, cuando lo más habitual es que casi coincidan los viajes de vuelta y de relevo, e incluso que lleguen a juntarse 9 personas al llegar 3 los nuevos y antes del regreso de 3 de los antiguos. 
Aunque puede dar pie a pensar que hubiera sido por precaución y mantenimiento de una estricta y larga cuarentena de los nuevos, lo cierto es que parece que estaba programado así antes de que surgiera este coronavirus.
Además de los siete que aparecen y probablemente el que hizo la foto, todavía podría haber otro astronauta por otros lugares de la ISS.
Cuando los relevos se hacían con el transbordador espacial solían juntarse aún más.

Pero hay un asunto más que nos puede servir de moraleja actualmente: La cuarentena por haber estado expuesto al virus, fue la clave del éxito del final feliz del Apolo XIII.

Solamente dos días antes del lanzamiento, ocurrió un incidente que motivó un cambio en la tripulación: Un familiar cercano de uno de los astronautas de la tripulación de reserva contrajo el sarampión y por ello era muy probable que tanto él como sus dos compañeros y los tres de la tripulación principal pudieran haberse contagiado y estuvieran en periodo de incubación, ya que diariamente realizaban los entrenamientos de manera conjunta. Realizadas las pruebas de inmunidad, en la tripulación principal dos estaban inmunizados (parece que habían pasado la enfermedad de pequeños) y solo uno de ellos, Ken Mattingly, podría estar infectado y ponerse enfermo en momentos clave de la misión, con los graves problemas que ello podría ocasionar.
Tripulación prevista del Apolo XIII antes del problema con el sarampión. En el centro Ken Mattingly, quien con su cuarentena participó de manera relevante en la salvación de sus compañeros. He añadido en el recuadro la foto de John Swiger el sustituto de Ken.
Parece que en principio Ken se tomó muy mal el que le desaconsejaran ir en ese viaje, pero lo tomó con resignación y fue clave en la resolución feliz del problema.
Porque él era el especialista en las maniobras de la nave, y en cuanto ocurrió el accidente se puso a trabajar con el equipo de rescate desde Tierra en el simulador. Según la película Apolo XIII (algo se habrá exagerado pero algo habrá de verdad) desde este simulador que tan bien conocía por los entrenamientos, evidentemente mucho más que su precipitado sustituto, sin la presión de tener su vida en juego, y sin los graves problemas de concentración por la acumulación de CO2 de los que estaban en el espacio, fue capaz de programar una “casi imposible” secuencia de reentrada después de probar varias alternativas inviables por la falta de energía que se había perdido con toda la movida del accidente.

Es de esperar que quienes estamos ahora “en cuarentena” para la resolución final de la pandemia tengamos la recompensa de recuperar lo que ahora no podemos disfrutar, y seguro que lo valoramos mucho más, al igual que Ken, que aunque se quedó sin poder viajar en el XIII (¡Cuantas veces le habrá agradecido al sarampión el haberlo librado de aquella odisea!) pudo hacer realidad su sueño en el Apolo XVI.
Nunca contrajo el sarampión, pero la cuarentena preventiva pudo haberle salvado de la muerte.

- Las frases modificadas
Parece ser que las dos frases más famosas pronunciadas fuera del tercer planeta que han quedado para la historia, se han modificado ligeramente quizás de manera deliberada para que quedaran más sugerentes.

Lo que dijo Armstrong al pisar la Luna fue “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”, refiriéndose a él, pero como ha quedado (para el hombre) queda más rimbombante.

Y tras la explosión del Apolo XIII se usó el verbo en pasado, y parece ser que la frase textual fue : “Houston, hemos tenido un problema”, que evidentemente no es tan impactante ni tan utilizable en otros ejemplos que piden una ayuda inmediata, como el “tenemos un problema”.

Pero bueno, también hay muchos otros detalles que quizás alguien los imaginó o dijo en broma y luego se tomaron como verdades y se repitieron, como que el despegue de la misión fuese el día 13 a las 13:13, y solo el número de los minutos se corresponde con la realidad. Ni el día ni la hora.

Otras curiosidades:

- En esta tema de misiones espaciales, voy a mencionar a un viajero que va camino de Mercurio.
Porque justamente en estas fechas (este pasado viernes día 10) nos ha visitado de cerca una nave que salió de la Tierra hace más de un año. Se trata de la misión Bepi Colombo que, en su camino hacia el primer planeta, debe pasar junto al segundo y tercero para recibir asistencia gravitatoria y adecuar su velocidad y parámetros orbitales para poder entrar en órbita en torno a Mercurio.

Esta nave evidentemente no está tripulada pero, en sentido figurado y además teniendo en cuenta que lleva el nombre de un humano (bautizado así en honor de un científico italiano), podría decirse que Bepi salió de aquí hacia una aventura arriesgada cuando no había surgido el problema, nos vuelve a visitar pero sin acercarse demasiado por si acaso (pasó a solo 12700 km), y quizás asustado o feliz de haber abandonado el planeta antes de la pandemia, se marchó para no volver nunca más.
 Imagen tomada por la nave Bepi Colombo al pasar cerca de la Tierra, en la que además de nuestro planeta también aparecen parte de sus paneles y otros de sus elementos



El momento exacto en que se cumplen los 50 años de la explosión en el Apolo XIII

El 11 de abril de 1970 fue cuando se realizó el lanzamiento del Apolo XIII, y la explosión que originó el “problema” ocurrió el día 13 a las 21:08 hora de Houston, que en T.U. fueron las  2:08 del día 14, y en nuestro horario oficial (hora central europea) eran las 3:08, pero 50 años después corresponden a las 4:08, ya que en 1970 no se implantaba el horario de verano y ahora sí.

Quizás se resuma mejor la situación en este cuadro

Bueno, ya sé que soy un exagerado con estas precisiones, pero estos cálculos me suponen un entretenimiento, especialmente en estos días, y ¿por qué no darlo con exactitud si puede hacerse y no cuesta nada?

Los aniversarios ocurren en un instante concreto. Ese instante está dentro de una fecha, y lógicamente elegimos esa fecha para celebrarlo. Teniendo eso en cuenta, aquí el día del los 50 años de la famosa frase es hoy día 14.

Espero que no se me vuelva a entender mal como en el asunto, casi idéntico, de la conmemoración de la llegada a la Luna, que en España siempre se había celebrado el día 21 y en EEUU el 20, en ambos casos totalmente correcto pues es la fecha (en cada caso) en que ocurrió y en que se cumplió el aniversario. Pero, justo en el 50 aniversario, en España también nos pasamos al 20. Que aunque los estadounidenses fueran los protagonistas, y nadie les va a decir cuando deben celebrarlo (repito que lo celebran bien) aquí, precisamente el 50, se celebró cuando todavía faltaba un día para haberse cumplido.

En este caso del apolo XIII, incluso si hubiera utilizado mis criterios más frikis debería haberlo publicado ayer día 13 a comienzo de la noche, teniendo en cuenta la duración exacta de los años, y no su contabilización oficial como expliqué en “La verdadera fecha de tu cumpleaños”, pero ya habría sido demasiado y seguramente no habrías perdido el tiempo intentando seguir todos los razonamientos a la vez.



La frase que da título al post se presta a su uso en situaciones complicadas, incluso cómicas, y ha dado lugar a muchas anécdotas.

Para no desviarme mucho el tema, entre los muchos chistes en que aparece, casi siempre en situaciones terrenales, he elegido éste porque la pronuncia un astronauta, que he encontrado en chistes21.com





jueves, 9 de abril de 2020

El día después, una luna prácticamente igual

El día después. He elegido un título como el del clásico programa de deportes de los lunes que tanto éxito ha cosechado, porque voy otra vez con el tema de la Luna justo al día siguiente de la famosa superluna rosa. Además en este caso, como ocurría en la temporada de futbol del año pasado en que había partidos los lunes, también hoy, el día siguiente, ha habido espectáculo.


El día después la Luna siguió ofreciendo bonitas imágenes, como se puede apreciar en esta foto tomada cuando estaba ya cerca del horizonte Oeste.
Al estar ya menguando se pone después de salir el Sol, que ilumina el barrio bilbaíno de Altamira, cuando sus vecinos desde la ventana podrían estar viendo amanecer a través de un claro entre las nubes del horizonte Este, por donde se colarían los rayos que iluminan las casas pero no los alrededores o los montes cercanos a la zona. 
El título completo de este post está justificado porque la madrugada del 9 de abril, 24 horas después de la “superluna rosa”, el diámetro angular de la Luna era solo el 0.5 % más pequeña que la noche anterior, es decir le faltaba solo media centésima (prácticamente nada). Es cierto que la fase también era menor, pero también muy poco, porque ya me diréis si no se ve una Luna “redonda” en las fotos. Por motivos geométricos los días próximos a la Luna llena es cuando el cambio de fase es más tenue.

Esta vez no madrugué mucho porque sabía que la Luna me iba a esperar hasta las 8:15 aproximadamente, y también me mostró bonitas imágenes.

Los días después de la fase llena el contraste de la Luna cerca de su ocaso, con el cielo, es menor porque se pone más tarde, cuando ya ha amanecido, pero el brillo en plena noche sería muy similar. Aunque no destaca tanto ni es tan llamativa al primer vistazo en un cielo ya brillante, su aspecto sutil puede darle un toque fantasmagórico siempre sugerente,

En estos minutos previos a su puesta, pude capturar varias imágenes sucesivas de nuestro satélite: Acercándose al horizonte, atravesando una zona de nubes tenues y ocultándose.


.                                                                                                                                                            .



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Las imágenes de la Luna enorme


Como suele ocurrir en todas las superlunas, se han publicado y compartido muchas de esas preciosas fotos con personas u objetos en primer plano y con el fondo de una luna enorme (este año me han llegado algunas especialmente artísticas)

Así que, motivado con esas imágenes, también “el día después” Intenté yo hacer algo de ese estilo mientras esperaba la puesta de la Luna.

Lo primero que hay que decir es que esas fotos se pueden conseguir cualquier noche próxima a la luna llena, aunque sea una “miniluna”, la más lejana a la Tierra.
En los medios se publican siempre con motivo de la superluna, pero el mensaje que transmiten, como “prueba” que demuestra el enorme tamaño que la Luna tuvo “precisamente” esa noche, no deja de ser un “engaño”.

Por ejemplo, esta foto la obtuve yo el pasado mes de agosto, cuando la Luna se veía casi lo más pequeña posible porque estaba cerca del apogeo.

13-8-2019. Maite intentando sujetar una “enorme” luna dos días antes del plenilunio, cuando estaba casi en el apogeo (la que llaman “miniluna”)
Alguna otra imagen similar puse en el blog en su día, en la que la protagonista consigue su objetivo, y ahora subo ésta, para no repetirme.

Para obtener estas imágenes, solo hay que disponer de un teleobjetivo y situar a la persona u objeto del primer plano suficientemente lejos por dos motivos:
Por una parte para “empequeñecer” su imagen respecto a la de la Luna (que así por comparación parecerá enorme) y además para conseguir que salga enfocada al quedar dentro de la menor “profundidad de campo” que nos da el teleobjetivo, y que lógicamente debe incluir la Luna (enfoque a infinito).

Terrible condición en este caso, imposible de cumplir debido al estado de confinamiento, tanto la distancia como la modelo (la única disponible, confinada conmigo, estaba durmiendo y me parecía cruel despertarla por un capricho)
Aún con un “diafragma f” cerrado a tope, no pude enfocar el primer plano a la vez que la Luna, así que solo obtuve estas defectuosas imágenes “de principiante”, que pienso mejorar cuando la pandemia acabe.

Aunque también puede utilizarse este "inconveniente" par hacer un juego de imágenes con los dos astros:

De la Tierra a la Luna ... con el enfoque.

La Luna en las copas

¿Qué tal la foto de la derecha con el primer plano también enfocado? Ya tengo tarea para cuando acabe el confinamiento y pueda alejarme unos cuantos metros de la lámpara.

Todas estas imágenes tienen el primer plano (en un caso la Luna) desenfocado. Alguna de ellas, no obstante puede tener así su estética.

Para la próxima luna llena habrá que repetirlas. En el exterior, alejando algo más los objetos para poder enfocarlos nítidamente. Saldrán un poco más pequeños, y así la Luna parecerá aún más grande, que esta superluna. ¡Paradojas de la época del coronavirus!

Estas fotos, como digo, también son del día después. De la Luna de la madrugada de hoy jueves. Pero si aunque por el ambiente no lo parece... ¡es precisamente jueves Santo!
¡Claro! Luna llena en la primera quincena de abril solo puede ser en Semana Santa; pero este año se hace raro.





Mareas vivas justo el día después

Aunque parezca que no tiene nada que ver, es justamente el tema de hoy: El día después de una luna llena y las mareas vivas.
Seguramente hablaré más extensamente de ello en un futuro, pero es de dominio público que:

- Las mareas son más intensas con luna nueva y llena. Aunque si hacemos un gráfico la lógica inicialmente parece decirme que en novilunio sí, pero en plenilunio no, resulta que también. Lo mismo que parece ilógico el hecho de que haya pleamar cuando la Luna esté en el meridiano de nuestras antípodas. Pero eso ya lo explicaré en su día.

- Más aún si la fecha está cerca del equinoccio, como ocurre también esta vez. Aunque hace dos semanas (con la luna nueva del 24 de marzo) fue aún más cerca del equinoccio, las mareas fueron algo menos vivas por estar precisamente la Luna cerca del apogeo, el punto más lejano de la Tierra (lógico, si ahora está cerca del perigeo después de media vuelta en su órbita -bueno, un poquito más-)

- Porque evidentemente serán algo más intensas cuando la Luna esté más cerca y el efecto de su fuerza de atracción gravitatoria sea mayor. Así ha sucedido ahora. Hay otro factor, por el que las mareas son también más intensas cuando la Luna está cerca de los nodos. Esto no ocurre ahora, pero ya "sería demasiado" .

- Además el fenómeno de las mareas ocurre con cierto retraso respecto a las causas astronómicas, tanto en hora como en fecha, debido a la inercia y, aunque esto está condicionado en gran medida por la configuración de la costa, al menos en las cercanías de donde yo vivo suelen ser más extremas justo "el día después" del plenilunio.

Todos estos factores (menos uno que no es tan decisivo) eran favorables para que precisamente hoy 9 de abril, el día después de la superluna, fuese clave:
Al darme cuenta del dato busqué las tablas y, efectivamente, ¡las mareas más vivas de todo el año 2020!


Las del 9 de abril, más vivas incluso que las equinocciales de marzo y de septiembre.
Se han remarcado los valores más significativos.


Si se hace una gráfica de la amplitud entre la pleamar y la bajamar anterior y posterior a un momento de nivel cero, el máximo se situó 24 horas después del momento de la luna llena (la llamada superluna), como se aprecia en el siguiente gráfico. 

A partir de los valores de las tablas para Bilbao. La máxima amplitud fue 24 horas después del momento de la luna llena.
A pesar del confinamiento puedo observar desde mi casa (a unos 10 kilómetros de la costa) muestras claras de la variación de la altura del agua del mar, porque el río Nervión en Bilbao es ya una ría y por ello mantiene perfectamente reflejadas y acompasadas las bajamares y pleamares. Además desde una ventana de casa tengo vistas a una pequeña porción de la famosa Ría de Bilbao.
Imágenes del nivel del agua en la ría, obtenidas desde mi ventana hoy día 9-4-20 a las 12:14 y 18:29 respectivamente. 
Si hubiera fotografiado la bajamar anterior (a las 6:07 de la madrugada), se habría visto aún una pizca más baja.


Por supuesto, con la Luna
Como últimamente estamos hablando del perigeo y la distancia a la que se encuentra la Luna, viene a propósito este viejo chiste que hace poco me ha vuelto a llegar en un whatsApp:

Un niño le pregunta a su padre:
-          - Oye, papá, qué está más lejos: ¿Cuenca o la Luna?
-          - ¡A ver, zoquete! ¿Has visto alguna vez Cuenca desde aquí?

No es por hacer publicidad a la bonita ciudad de las casas colgadas, que ya me gustaría a mí ver desde aquí, pero el chiste me lo contaron así.

Y como va de risas y el reírse de uno mismo es un ejercicio muy saludable, narro esta anécdota que me ha ocurrido “el día después” precisamente cuando empecé a hacer la serie de fotos de la Luna con objetos en primer plano, que he recogido antes:

El primer intento fue con una vela … pero había algo que no iba bien.


La imagen de la Luna salía distorsionada. Yo recién levantado, sin haberme puesto todavía las gafas … me pareció que la Luna salía movida, y podía ser lógico, porque con las prisas no había utilizado trípode pensando que no era necesario a pesar de que el teleobjetivo lo hace siempre aconsejable. Fui a por él, lo monté, … ¡pero ni por esas!
Como suelo compartir en casa estas movidas, Maite me ha pedido las fotos para explicar en sus clases de física, cuando acabe el confinamiento, eso de la refracción del aire con los cambios de temperatura. 

¡Seré zoquete! ¡Más que el padre del niño que preguntaba lo de Cuenca!

miércoles, 8 de abril de 2020

SUPERLUNA: Solo un 7% más grande de lo normal

La bonita imagen de la Luna llena desde la ventana de mi casa en Bilbao, esta misma mañana (8-4-2020 a las 7:44), poco antes de ponerse. 

Esto de las superlunas, o lunas llenas cerca del perigeo ya “huele” un poco. Algo que se presenta como excepcional pero estamos aburridos de oírlo, que este año ya van 3 veces y todavía no hemos acabado …

Ya lo he recogido en este blog en varias ocasiones (por ejemplo en "perigeos, mentiras y ...") y no pensaba volver a hacerlo, pero me están preguntando y además aprovecho para poner mis fotos, la primera vez que he intentado fotografiar este “fenómeno” tan absurdamente anunciado.

En la inmensa mayoría de las referencias (aunque no en todas) se dice, o se da a entender, que esta luna llena de abril (de hoy 8-4-2020 y otras superlunas que se vieron incluso más pequeñas que ésta) se ve un 14% más grande que lo normal (en algunos casos se dice un 12%), pero es totalmente falso. En realidad es casi un 14% más grande que la más pequeña. Y solo un 7% más grande de la media

Vayan aquí tres ejemplos entre los innumerables que han aparecido en los medios de comunicación en esta y otras ocasiones. 
He elegido estas tres noticias por proceder de la península Ibérica, de las cercanías del Mar de la Plata y de México (ésta es de la superluna anterior), los tres ámbitos geográficos donde más se lee este blog, según me dice Google. 


Incluso en una cuenta de Facebook que se autodefine NASA EN ESPAÑOL (aunque exagera un poco menos, parece que hizo los cálculos incluso peor)

Bueno, también hay algún sitio donde se dice correctamente (después de anteriores años metiendo la pata como todos), y parece que cada vez más medios van rectificando este año.

En cualquier caso, en casi todas estas noticias se recalca el momento (se verá "hoy", o " esta noche" o se vió "esta madrugada") y al lector le quedará la idea de que de repente la imagen Luna ha crece un montón, cuando la realidad es que el día señalado de la SUPERLUNA es apenas el 0.2% (o sea, "nada") más grande que el día anterior, y la fase prácticamente igual.

En la cadena de televisión pública de mi comunidad autónoma siempre lo decían mal; hace dos años me pidieron información sobre el fenómeno, se lo hice notar y lo corrigieron. Pero el año pasado lo volvieron a dar mal y este año no lo sé, porque no he resintonizado ese canal en mi tele ni pienso hacerlo ya que creo que sin él voy a estar mucho mejor informado.

Lo de "más que lo habitual" o "más que la más pequeña" es muy importante

Por hacer un símil con un ejemplo más terrenal: Según los datos de la OCDE en 2015 la media de la altura de una persona era 1.70, con lo que un jugador de baloncesto que mida 2 metros sería casi un 18% más alto de lo normal (más exactamente 17.65% porque es 30 cm más alto de la media y 30/170=0.1765)
Pero según el libro Guinness la persona adulta más baja del mundo es la actriz Jyoti Amge, de 22 años, que mide 62.8 cm y por ello, alguien que utilizase la misma mentira que en la superluna, podría presumir de que han fichado para su equipo de baloncesto a un jugador que es más de un 300% más alto que una persona normal (lo es respecto a Jyoti). Vamos, que siempre hay trucos para exagerar.
Petrovic y Jyoti, a la  misma escala. No es lo mismo compararle con ella, que con una persona de altura media.
A veces mucha gente replica ante estos argumentos, mostrando fotos increíbles que prueban que la luna se vio enorme, pero esas imágenes se pueden obtener con un teleleobjetivo, buscando un horizonte adecuado, en cualquier luna llena.

En la imagen que he puesto al principio, o en esta otra de aquí abajo, parece muy grande, pero es debido al llamado “efecto lunar”, puramente sicológico:
Al estar cerca de un horizonte lejano, el cerebro inconscientemente lo compara con los árboles o edificios de la zona (Sabemos que un árbol es alto, vemos la Luna mucho más grande que él y nos da la impresión de que es enorme)
La famosa luna se ponía en el horizonte de Bilbao esta mañana a las 7:47
Pero volviendo al "momento clave", pongo una imagen que he conseguido desde mi casa esta madrugada prácticamente en el instante en que se ha visto (y se verá) más grande y brillante en todo este año. Después de pasado el perigeo y minutos antes del plenilunio, porque la coincidencia de las dos circunstancias que hacen que se vea “un poquito” más grande y más brillante evidentemente es muy improbable, y tampoco en esta ocasión han ocurrido exactamente en el mismo momento.

Bilbao 8-4-2020 4:03. Foto del momento entre el plenilunio más próximo al perigeo más cercano a la Tierra de todo el año, que hace que desde mi casa (conjugando esas dos circunstancias con la posición de Bilbao a esa hora respecto a la línea que une los centros de los dos astros -tema que analizo en el anexo-) ha sido el momento en que se ha visto la Luna de mayor tamaño en todo 2020. Pero a mí me pareció "igual que siempre". 

Aunque la imagen se corresponde bastante fielmente a lo que yo estaba viendo, en realidad es un montaje de dos fotos tomadas de manera consecutiva con diferente exposición (que se muestran a la derecha) porque, aunque nuestro ojo es capaz de apreciar simultáneamente detalles en zonas con muy distinta exposición, la cámara fotográfica no. En una se aprecia la textura de las nubes pero la Luna sale totalmente sobreexpuesta (blanca), y en la otra se ven detalles de la Luna pero las nubes quedan subexpuestas y no se aprecian.



Números exactos s.e.u o.: (No aconsejado para quienes odian las Mate)

El plenilunio se produjo exactamente a las 2:36 T.U. (4:36 hora central europea, horario de verano) y en ese momento la distancia entre el centro de la Tierra y el centro de la Luna era de 357031 km., lo que da un díámetro angular observado de la Luna de 33´ 27.5´´, aunque esto cambia ligeramente según desde el lugar en que se observe, porque quien la tenga en el cénit (en el momento del plenilunio fue la ciudad brasileña de Fortaleza) estará un poco más cerca (en la distancia habrá que restar el radio terrestre, y esa diferencia de más de 6000 km es muy superior a lo que la Luna se aleja de la Tierra por separarse del perigeo en unos cuantos días) y la verá un poco más grande. Desde Bilbao, según mis efemérides, yo la ví con un diámetro de 33´48´´

Como el diámetro lunar es de 1738 km y la distancia media 384317 km, la vemos con un diámetro medio de 31´5.6´´, con lo que en esta ocasión se ha visto un 7.6% más grande que la media (yo también he hecho una pequeña trampa de 0.6% en el título) pero como las matemáticas tienen sus “trucos”, la media es de solo un 7.07% (o sea un 7%) más pequeña que la de hoy.

Esto, que te puede parecer raro, es como cuando un abrigo de 100 euros lo suben un 10% (10 euros) porque se ha puesto de moda y hay mucha demanda y pasa a costar 110 euros. Luego en las rebajas lo bajan también un 10 % (11 euros), con lo que a tí te costará solo 99 euros.

Aunque ya el mes pasado oímos que había superluna, esta luna llena de abril ha sido la que más próxima ha estado al perigeo (solo 6.5 horas después de él) y ha correspondido con el perigeo más cercano de todo el año. No todos son iguales porque la órbita lunar está modificada continuamente por muchos factores.
Tabla de las efemérides proporcionadas por el programa ALW, en la que he remarcado en rojo la situación en este perigeo, y los dos apogeos a que hago referencia a continuación.
De esta tabla también se puede deducir, teniendo en cuenta el diámetro lunar en el apogeo más lejano (que será precisamente este mes de abril), que efectivamente esta luna se ha visto un 13.9% más grande que la más pequeña posible. Aunque el próximo 20 de abril apenas se verá un fino menguante y quizás esto no sirva para las comparaciones con el tamaño solo de las lunas llenas, se obtiene el mismo valor con la luna llena de finales de octubre situada muy cerca del apogeo (remarcada en azul en la tabla)

La órbita lunar y el perigeo

Las explicaciones técnicas de este tema, eso del perigeo como punto más próximo al astro central en una órbita elíptica, habitualmente (aunque suelen ser correctas) exageran enormemente y deforman la idea que se debe transmitir. 
Los gráficos que suelen utilizarse habitualmente, en mi opinión son inadecuados y totalmente antididácticos para explicar estos asuntos de perigeos, apogeos, perihelios, ... porque inducen a quien los ve a adquirir conceptos erróneos, como ocurre con el asunto de la órbita terrestre que es más redonda que cualquier objeto redondo de uso cotidiano .
Es solo una opinión, pero yo lo tengo muy claro.
Aún alegando que esto fuese una representación en perspectiva, sería absurdo en estos casos, para explicar estos conceptos, el utilizar la perspectiva en vez de la imagen en planta.
La órbita de la Luna, representada fielmente en el siguiente gráfico, es casi circular (su excentricidad e=0.055 es solo un poco mayor que la de la órbita terrestre) con los semiejes mayor y menor muy parecidos (384317 y 383735 km respectivamente). Estos valores varían ligeramente en el tiempo porque hay muchos factores que influyen en el movimiento de la Luna.
Órbita de la Luna: Aunque el tamaño de la Tierra y la Luna está enormemente exagerado, todas las demás distancias están en proporción exacta a la realidad.


- A esta escala la forma de la órbita es totalmente indistinguible de una circunferencia perfecta. Espero que la pantalla de tu dispositivo no altere la escala horizontal-vertical.



- A partir de los valores de la excentricidad (e) de la órbita y el semieje mayor (a), que son los datos que se suelen proporcionar en todos los lugares, utilizando  las fórmulas matemáticas para una elipse, que aparecen en el gráfico, se obtienen los valores de c (distancia del centro al foco) y b (semieje menor)
Lo que hace que el perigeo esté apreciablemente más cerca de la Tierra que el apogeo, es el hecho de que el efecto de la excentricidad tiene una repercusión mucho más exagerada en que el astro central (la Tierra) no esté en el centro de la órbita, sino bastante desplazada. Aproximadamente, si dividimos en 15 partes el eje mayor de la órbita lunar, la Tierra estaría a 7 unidades del perigeo y a 8 del apogeo.

El brillo de las superlunas:

Al estar la Luna un poquito más cerca, y ser luna llena, también brilla más, tal como recogían casi todas las noticias, y en este caso la diferencia es mayor, aunque también en esto casi todos nos engañan,
Aproximadamente se ve un 15% más brillante que la media (y un 30% más que la menos brillante) es debido a que la intensidad de la luz disminuye con el cuadrado de la distancia (1.14 al cuadrado es 1.3)

Mientras que para ángulos pequeños (la Luna ocupa en el cielo un pequeñito ángulo de aproximadamente medio grado) el tamaño angular aparente es inversamente proporcional a la distancia, y un objeto luminoso a un tercio de distancia se vería el triple de grande, el brillo lo será al cuadrado de la distancia, como he dicho, y en este ejemplo sería 9 veces más.




Voy a empezar a utilizar hoy este nuevo anexo, con la esperanza de que pronto quede sin tener sentido y deje de usarlo.

Me dicen que presumo mucho de fotos, pero que el color no me ha quedado bien, teniendo en cuenta las noticias. 
No estoy en absoluto de acuerdo, pero como en esta época de confinamiento hay que evitar todo tipo de disputas, porque no puedes quedar con el interlocutor a tomar una cerveza y desahogarte a gusto, ni tampoco pegarte con alguien de casa, porque uno no puede luego dar un portazo y salir a darse un paseo, he retocado dos de las imágenes para evitar problemas de convivencia.




En ambas imágenes he colocado una luna del color que se anuncia, superponiéndola en la imagen original que captó mi cámara, un tanto descolorida.

Para terminar, una aclaración: No soy tan friki como para levantarme a las 4 de la madrugada para ver una luna prácticamente igual que siempre, y más teniendo en cuenta que cuando me acosté estaba nublado. De hecho había puesto el despertador a las 7 por si había suerte y pillaba el ocaso lunar que en esta fase siempre da fotos bonitas.

Pero en casa estamos tan compenetrados, que ella sí se ha despertado en el momento en que nuestro satélite estaba a punto de llegar a su perigeo, ha ido al baño, ha dado luego tres vueltas en la cama, me ha acabado de desvelar lo que ha hecho que mirara el reloj y luego también he mirado por la ventana.

Gracias, Maite.

viernes, 3 de abril de 2020

La estrella de este invierno prorroga sus actuaciones (2)

Comenzaba la primera parte de este artículo con una imagen que ilustraba un símil que suelo utilizar frecuentemente porque creo que, efectivamente, para quienes nos gustan estos temas el cielo es un escenario en el que los astros realizan diversas actuaciones, casi siempre con matices diferentes pero siempre atractivas. 

Aunque sé que para algunos lectores puede ser algo empalagoso, voy a seguir en esta línea al comienzo de este post, aunque sea la última vez. Quienes prefieren datos técnicos tienen el habitual anexo al final “Si quieres saber más” con elementos “más serios” para leer o darle vueltas a los asuntos de mecánica celeste durante un rato en esta época de confinamiento. 


Por ejemplo comienzo con esta imagen que he obtenido hace apenas unos minutos con Venus, nuestra “estrella” de este invierno, en el cúmulo de Las Pléyades, incordiando a las siete hermanas, o quizás solo se acercó a ellas para darles consejos “de mujer a mujer” ante el acoso que sufrían por parte del gigante. 

3 de abril. He esperado a publicar este post para incluír esta bonita imagen, recién obtenida desde una ventana de mi casa. 

Pero la historia empezó hace meses: Antes del comienzo del invierno, Venus ya ofrecía espectáculo junto con otros artistas 
La imagen de la Luna, Venus y Júpiter, casi en línea, el 29 de noviembre es un ejemplo de ello. 


Si el segundo planeta fue el protagonista en el escenario celeste, en ocasiones acompañado, también actuó en los exteriores del teatro. 
Otro montaje de un escenario, con la imagen real de Venus y la Luna sobre el castillo de Cardona (el 26 de febrero), y una imagen de Venus sobre la fachada del prestigioso teatro Arriaga de Bilbao (el 15 de enero) 
En esta historia, el segundo planeta tuvo unos teloneros de Lujo (el quinto y el sexto), actuando en el mismo escenario de los cielos de nuestro tercer planeta. 
Las semanas previas al comienzo de la aparición vespertina de Venus, los horizontes Sur y SurOeste tuvieron a Júpiter (el punto más brillante a la derecha de la imagen) y a Saturno (A la izquierda rodeado por estrellas de Sagitario), como astros más destacados al principio de la noche. Imagen del 25 de octubre.
Pero a finales de noviembre, dieron el relevo a la principal estrella del crepúsculo, que comenzó haciendo un dúo con su predecesor 
21 de noviembre. Venus comienza a verse estos días en el crepúsculo vespertino, cerca de la posición de Júpiter. 
La aparición de Venus sorprendió a algunos, que en un lógico despiste pensaron que seguían actuando los teloneros, cuando en realidad ya había aparecido “la figura”. 
En cielos crepusculares, al no resaltar tanto el extraordinario brillo de Venus y ni siquiera distinguirse el más débil (Saturno ya un tanto alejado de la zona) la pareja Venus-Júpiter pudo confundirse con las imágenes que se habían visto, semanas atrás, de Júpiter-Saturno. (Álava, 24 de noviembre) 
Esos días hubo una actuación magistral con tres actores, incluída la Luna, que fue recogida en “Imágenes de dos encuentros”, que para no hacerme más pesado y redundante omito aquí, pero puedes verla en el enlace. 


Pero enseguida a nuestra protagonista la dejaron sola entre las cortinas del escenario 


El 30 de noviembre Júpiter aparece junto al horizonte, en sus últimos días de visibilidad vespertina, mientras Venus destaca en esta foto junto a una llamativa cortina nubosa. 

Sin duda, Afrodita (Venus) ha realizado los mejores números con Selene, de los que ya he recogido varios ejemplo en otras ocasiones. Aquí simplemente voy a poner el baile con intercambio de posiciones junto a las luces del borde del escenario. 
Imágenes de Venus y la Luna los días 28 y 29 de diciembre antes de su ocaso sobre la hilera de luces que bordea el horizonte.

Y esta otra con un marco que, a pesar de los elementos urbanos de primer plano, merece la pena. 


Venus y la Luna sobre la torre del museo Guggenheim y el puente de la Salve



Aunque, en solitario en este mismo lugar, Venus contrasta más con el colorido del puente. 

Bajo el arco inferior y en el centro del superior
He obtenido muchas imágenes de Venus desde diferentes lugares de Bilbao. La aparición en ellas de este astro puede parecer solo un complemento o una excusa para mostrar las fotos que recojan los distintos rincones de la ciudad, pero creo que precisamente por ser un elemento que habitualmente no está ahí, el segundo planeta es el protagonista de las imágenes. 
Todas estas fotos que pongo a continuación fueron tomadas el 7 de marzo, el último fin de semana en que nadie nos aconsejara quedarnos en casa.



Paseando por el parque de Doña Casilda, pude captarlo en distintas tomas. 


También junto al museo Guggenheim 


Y en otros lugares llamativos 


Todavía le queda a Venus un mes y medio de actuaciones y seguro que se podrá ampliar la colección de imágenes sin tener que recurrir a la ventana. 

De momento, también para ver los astros, QUÉDATE EN CASA 


Posiblemente ésta sea la temporada que más público ha congregado hasta ahora

Lógicamente Venus siempre tiene más público en las apariciones vespertinas que en las temporadas en que aparece de madrugada, cuando nos dirigimos apresuradamente hacia nuestras ocupaciones o estamos todavía durmiendo. Pero posiblemente éste sea el año en que más espectadores ha tenido. Desde luego a mí ha sido cuando más gente me ha preguntado sobre “qué era eso”, con diferencia. 

Venus tiene un periodo sinódico de 584 días, por lo que cada poco más de 19 meses se repiten sus posiciones respecto a la Tierra, y también, concretamente, las apariciones vespertinas, que es en lo que estamos ahora. 
Como ese periodo es un poco más de año y medio, si en esta ocasión la aparición vespertina ha coincidido en invierno (en el hemisferio norte), la anterior fue en verano, y retrocediendo una más, (algo más de 3 años) llegamos a la del 2016-17 también cerca del invierno pero un par de meses antes (algo más de 38 meses, es decir 3 años y 2 meses) 

Podría haber varios factores que hayan motivado el que la gente se haya fijado tanto en esta ocasión: 

- El periodo de visibilidad ha estado centrado en el invierno, aproximadamente desde mediados de noviembre, y estará hasta mediados de mayo. En invierno anochece pronto y a todos nos ha pillado caminando por la calle, bien paseando o volviendo del trabajo. En verano la noche empieza muy tarde (y más con el cambio de hora), y la gente que sale a esas horas suele ser para sumergirse en zonas con mucha iluminación artificial. 

El camino del segundo y tercer planeta esta temporada (que teóricamente empezó tras la conjunción inferior del 14-8-2019, pero hasta noviembre no pudo observarse fácilmente) lo he representado en este gráfico: 


He recogido los tramos desde el 15-11 hasta 15-5, por redondear fechas (con más de 25º de elongación) que es lo que durarán aproximadamente las actuaciones, aunque puede variar algo según la latitud por el tema de la inclinación de la Eclíptica por el Oeste, la con figuración del horizonte local, la limpieza del cielo y los medios utilizados para su observación. Por supuesto, con mucho cuidado, el intervalo se puede ampliar. 

- Sin embargo debo decir que lo ideal, por el mencionado tema de los horarios, no es que la temporada esté centrada en el invierno, sino en el equinoccio de invierno, hacia el 22 de diciembre. Y en este sentido, la anterior temporada vespertina, en 2016-2017 estuvo mejor situada pero no recuerdo que hubiera tantos espectadores. 

Quizás sea porque, al menos en mi región, las condiciones meteorológicas de este año han sido excepcionalmente buenas, con un montón de días despejados, mucho más que otras veces. Y no solo eso, sino también las temperaturas más elevadas que invitaban a salir a pasear ¿El cambio climático?
En estos dos diagramas se recogen las horas de sol y la cantidad de lluvia, que aunque no son los factores clave (lo sería la ausencia de nubes al principio de la noche), son dos indicadores muy clarificadores. En Bizkaia, en esta temporada vespertina de Venus y en la anterior:
-En el primer gráfico solo se recogen datos hasta el comienzo de marzo de este año.
-Exceptuando el primer tercio (cuando Venus era visible durante pocas horas) en el periodo actual ha habido menos nubes. El excepcional mes de febrero con temperaturas veraniegas que invitaron a pasear, aún sin confinamiento, fue otro elemento clave, y la casi ausencia de lluvias es un indicador. Parece que la escala  de precipitación es ¿diferente en ambos graficos?
-De todas formas, la sensación "subjetiva" ha sido de una mayor diferencia que lo que reflejan las gráficas.
- Pero hay otro factor que favorece la situación de este año frente a aquél, para los lugares del hemisferio norte donde yo vivo, y es que por ocurrir en esa época, al menos la segunda parte de la temporada Venus ha estado en constelaciones del hemisferio norte celeste (ahora está en Tauro) y con la eclíptica muy inclinada al anochecer. 

Por ello se ha visto mucho más alto en el cielo que en 16-17 cuando en su intervalo de visibilidad vespertina (con los mismos criterios que he utilizado en ésta podría decirse que duró desde el 7-9-2016 al 8-3-2017) estuvo casi todo el tiempo en el hemisferio sur celeste (de las constelaciones de Virgo a Piscis) 

Para volver a tener unas condiciones similares a las de éste año, habrá que esperar hasta 2027-2028 en que la conjunción inferior será el 12-8-2027 y por ello será casi idéntica a la actual, con solo 2 días de diferencia, debido a la resonancia entre los periodos de traslación del segundo y el tercer planeta. Quizás hable alguna vez de este tema. 

El factor de la climatología en esa época futura no se puede prever, aunque por el bien del planeta quizás sería mejor si fuera menos favorable que en este caso.

Y luego...

De cara al futuro, aunque he dado la fecha de mitad de mayo como las últimas oportunidades para ver cómodamente a Venus antes de su conjunción inferior que ocurrirá el 4 de junio, con métodos adecuados podría continuarse su observación y apreciar lo más llamativo que nos ofrece este planeta:
Al acercarse a la Tierra (en esa conjunción inferior) el tamaño aparente de Venus aumenta enormemente y sus finas fases dan una imágenes muy atractivas a través del telescopio o incluso con prismáticos que se pueden utilizar inmediatamente después de ponerse el Sol o incluso antes. Pero si lo intentamos aún de día hay que tener muchísimo cuidado para no dañar la vista, dada la proximidad al astro rey.

Luego no tendremos que esperar demasiado para volver a ver al segundo planeta, pero ya de madrugada, porque estos periodos de no visibilidad desde la elongación Oeste a la elongación Este (de la aparición vespertina a la matutina) son muy breves (en observaciones a simple vista, de unas 3 semanas), a diferencia del paso opuesto, que puede durar 3 meses, como se puede deducir de este gráfico que ya he utilizado alguna otra vez.


Si. Esta batalla de la pandemia la vamos a ganar y llegará un día en que tras madrugar para ir al trabajo (probablemente con un ánimo mucho mejor que antes porque valoraremos el poder hacerlo) levantaremos la vista al cielo y veremos a la "estrella" de este pasado invierno, transformada en "el lucero del alba".