Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

domingo, 21 de noviembre de 2021

El cometa que viene y el que ha vuelto

El cometa que viene.

Todos los años se descubren unos cuantos cometas, del orden de un centenar, pero casi ninguno llega a ser observable a simple vista. Precisamente en 2021 el primero ha resultado ser el mejor y promete espectáculo para dentro de pocas semanas. Se trata del C/2021 A1 (Leonard), y su nombre ya nos indica varias circunstancias.

El cometa C/2021 A1, fotografiado por  Juanjo González desde León el pasado día 14 de noviembre. Aunque todavía estaba muy débil, el autor consiguió captar esta magnífica imagen.

C/ nos indica que es un cometa no periódico, 2021 el año de su descubrimiento, la letra A señala que ha sido descubierto en la primera quincena de enero, y el número 1 que fue el primero de esa quincena, por lo tanto como se ha dicho, el primero de este año y Leonard sería el nombre del astrónomo que lo descubrió, quien el 3 de enero informó de su hallazgo.

Gregory J. Leonard un verdadero especialista, que ya ha descubierto otros 12 cometas, 3 de ellos este mismo año y el último hace solo unos días, en el observatorio del monte Lemmon, en Arizona, desde donde realizó el descubrimiento 

Tradicionalmente a los cometas se les da el nombre de su descubridor. Actualmente la mayoría de los que se encuentran lo hacen equipos de astrónomos utilizando datos de telescopios especializados en rastrear el cielo, y se les asigna el nombre del telescopio o el observatorio. Así es frecuente encontrar nombres como Panstarrs, Catalina, o Neowise, y éste es una de las pocas excepciones de hoy en día.  

Según los últimos datos, parece que el cometa C/2021 A1 podría alcanzar la magnitud 3 poco antes de mediados de diciembre y ser observable a simple vista, aunque no se vería tan brillante como el Neowise del verano de 2020.

Cometa Neowise en julio de 2020, desde Araúzo de Torre (Burgos)

No deja de ser curiosa una coincidencia en la evolución de estos dos cometas: Los últimos datos de brillo, justo antes de un periodo de imposibilidad de observación por conjunción con el Sol (en este caso en agosto-septiembre) eran algo más pesimistas que las previsiones iniciales, pero una vez pasado ese periodo se recuperaron los cometas mucho más brillantes de lo esperado.

Las magnitudes previstas durante los días de mayor brillo aparecen en el siguiente gráfico. El trazo en rojo corresponde a una posible elevación del brillo por un fenómeno de dispersión de la luz solar de acuerdo con  el ángulo que forma el cometa con el Sol visto desde aquí, pero no deja de ser un pronóstico incierto.

Teóricamente un astro de magnitud 6 o inferior (a menor número, mayor brillo) puede ser observable a simple vista, pero en el caso de los cometas deberá ser al menos 3 o 4, porque al ser objetos difusos su magnitud se calcula integrando el brillo de toda la zona que ocupan.

Desde el hemisferio norte, aunque todavía muy débil, ya en noviembre C/2021 A1 se está viendo de madrugada con telescopios de aficionados y a partir del 1 de diciembre alcanzará la magnitud 6.5 y se verá bien con prismáticos. Podría continuar casi hasta mediados de diciembre de madrugada, durante su mayor brillo, cuando también empezará a verse al atardecer aunque en no muy buenas condiciones, aún en el crepúsculo. 

En el hemisferio sur habrá que esperar unos días más, pero en el norte de madrugada:

Se recoge la situación 45 minutos antes de la salida del Sol, manteniendo fijas las estrellas y colocando según esa referencia en dos fechas diferentes el horizonte, los planetas y la Luna. Podría intentarse la observación más cerca de la salida del Sol, con el cometa más alto pero el cielo más brillante, utilizando prismáticos.

Como se ha dicho, justo los días de mayor brillo podría verse tanto de madrugada como al anochecer, pero solo en los crepúsculos. 

Como para el público en general siempre es más cómodo observar al principio de la noche, he recogido en el siguiente gráfico las posiciones del cometa desde  el día 6 de diciembre, aunque las condiciones son malas porque está muy bajo esos días, pero ya de paso se podrá aprovechar para admirar al menos la atractiva imagen de la fina luna y los planetas Venus, Saturno y Júpiter situados de manera escalonada.

Un bonito espectáculo celeste con la Luna y varios planetas, que podría completarse con la visión del cometa.

Las dificultades de observación a partir del día 20 serán evidentes en latitudes medias del hemisferio norte porque a la disminución de brillo se unirá la baja altura sobre el horizonte.

Desde el hemisferio sur a partir del día 15 o 16 se verá al principio de la noche, donde irá subiendo de día en día rápidamente al anochecer y, aunque como he dicho está previsto que vaya disminuyendo su brillo, en este caso su posición será cada vez más favorable.

Desde el hemisferio sur

Añado dos gráficos que recogen la situación en las proximidades del Ecuador, en los que he situado la posición del horizonte solo 30 minutos antes o después de la salida o la puesta de Sol, puesto que allí el crepúsculo es más breve; con lo que teniendo en cuenta que esos momentos serán los más interesantes, contarán con esa ventaja. Además desde allí podrá observarse durante más fechas.

Desde el ecuador, a principio de diciembre de madrugada

   

Desde el ecuador, ya en los mejores días y después de la puesta de sol


La órbita del Leonard es casi parabólica (excentricidad 1), y se han barajado varias posibilidades: Que tuviera un periodo de 80000 años, por lo que sería una elipse de excentricidad ligeramente menor que 1 o los últimos cálculos indican que sería hiperbólica, con excentricidad 1.00009 lo que significa que no volverá a acercarse a la zona interior del Sistema Solar. También es posible que habiendo tenido ese periodo de 80000 años, su órbita se haya modificado ligeramente transformándose en una hipérbola.

Esto no influye mucho en la trayectoria cuando se encuentra cerca del Sol o de la Tierra, porque en esta zona las geometrías son muy similares (de ahí la dificultad de conocer con exactitud su excentricidad), pero sí puede influir en la evolución del brillo del cometa que sería diferente si es la primera vez que se acerca al Sol o no. Los cometas que vienen por primera vez tienen muchos elementos volátiles que se subliman y le dan mucho brillo, pero esto empieza cuando aún están lejos por lo que crean demasiadas expectativas.

Como otros muchos cometas de largo periodo o hiperbólicos, la órbita del Leonard está muy inclinada respecto a la eclíptica, de manera que pasa casi todo el tiempo en un hemisferio (en este caso el norte) y muy poco en el otro, pero donde es más espectacular. Es frecuente leer referencias respecto a cuando "estaba más allá" de determinado planeta, o de su órbita, que son en sentido figurado ya que puede estar "a mayor distancia" que ese astro u órbita, pero en otra dirección.

Varias vistas de la órbita del cometa en las cercanías del Sol

El 12 de diciembre será el momento de mayor acercamiento a la Tierra, a 0.233 UA y el día 17 se acercará mucho a Venus. Curiosamente uno de los nodos casi cruza la órbita de Venus, mientras que el otro está mucho más lejos del Sol, entre las de Marte y Júpiter. Pero para mayor casualidad, precisamente cuando el cometa esté en ese primer nodo, el 17 de diciembre, Venus estará muy cerca. Aunque no habrá nadie para verlo desde allí, sería un espectáculo impresionante.

Justo un año después de su descubrimiento, el día 3 de enero, pasará por su perihelio la menor distancia al Sol, pero aunque en esos momentos alcanzaría el máximo brillo intrínseco, su alejamiento de la Tierra hará que se vea más débil, y únicamente será visible desde el hemisferio sur.

 

El cometa que ha vuelto.

Ya que en este post se habla de cometas, me voy a referir brevemente a uno muy famoso aunque no sea observable a simple vista, y del que se ha vuelto a hablar después de 7 años de que saltó a la fama: El 67P/Churyumov-Gerasimenko, y como la P de su denominación indica, éste sí es un cometa periódico. 

Núcleo del cometa 67P, con su forma tan curiosa

Tiene una órbita mucho más pequeña que el Leonard, cada 6.4 años se acerca al Sol y con ello a la órbita de la Tierra, perteneciendo a la llamada "familia de cometas de Júpiter".

Desde que fue descubierto en 1969 ya se ha acercado otras veces, pero más que ahora solo lo ha hecho hace 25 años que como no era tan famoso, no se le prestó mucha atención. Pero desde entonces no se había acercado nunca tanto a nuestro planeta hasta la semana pasada, y de alguna manera la sonda Philae que quedó allí en 2014 hace una primera visita al lugar donde salió, aunque sea a una distancia de 0.4 U.A., y no volverá a estar tan cerca hasta 2098.

Este astro fue el objetivo de la misión Rosetta, lanzada en marzo del 2004 y la mencionada sonda Philae se posó en el cometa en 2014, siendo un acontecimiento muy mediático, y es por eso que ha sido bien acogido cuando este mes de noviembre ha sido además el cometa más brillante de nuestro cielo.

Órbita del cometa 67/P

Ahora mismo el cometa camina casi paralelo a la Tierra, y aunque ya ha alcanzado su máximo brillo y muy poco a poco se va alejando, actualmente sigue siendo ligeramente más brillante que el Leonard continuando así hasta principio de diciembre, y Juanjo González ha aprovechado para obtener esta magnífica imagen:

El cometa 67/P Churyumov-Gerasimenco el 13-11-21. Imagen tomada por Juanjo González, desde León

Los cometas, esos astros que como dijo el astrónomo David Levi “Son como los gatos; tienen cola y son impredecibles” tienen un gran atractivo teórico, fotográfico, y en ocasiones también producen espectáculos celestes espectaculares. Si te interesa especialmente el tema puedes encontrar mucha más información sobre ellos en  https://cometografia.es/

Pero si no eres muy experto y solo tienes curiosidad por los fenómenos celestes, te sugiero que aproveches la excusa del Leonard para mirar al cielo, en esta época en que precisamente los planetas y la Luna darán espectáculo, y quizás el cometa ponga la guinda.

ACTUALIZACIÓN 29 DE NOVIEMBRE

Según las últimas observaciones, parece que el Leonard no aumenta de brillo como estaba previsto. Es posible que se esté fraccionando, como ocurre con muchos cometas nuevos cuando se acercan al Sol.

Sin duda es una mala señal, que impediría su observación a simple vista, aunque estos astros son imprevisibles.

Sin embargo, otras opiniones expertas y alguna observación contradicen estas opiniones. Parece que puede haber misterio e intriga en la futura evolución del cometa, incluso la noticia de la ruptura podría haber sido un bulo, acompañado además de alguna imagen tratada con muy poco cuidado o quizás trucada, como ya ocurrió con el Neowise.

ACTUALIZACIÓN 15 DE DICIEMBRE

Efectivamente, el cometa no se había fraccionado, aunque durante unos días no aumentó el brillo como se había previsto y se estimó que no pasaría de la magnitud 5. Pero inesperadamente ayer día 14 tuvo un estallido de actividad, llegando a 2.5

A pesar de ello desde el hemisferio norte no es fácil encontrarlo si no tenemos un horizonte Suroeste bajo y muy limpio porque se pone en cuanto empieza a oscurecer, y a ser posible utilizando prismáticos o telescopio computerizado (que es como yo lo he visto) y para ello pongo las coordendas de Leonard los próximos días a las 17:30 T.U.



lunes, 15 de noviembre de 2021

¿El eclipse de Luna más largo del siglo?

El próximo viernes día 19 se producirá un eclipse de Luna. No será un eclipse importante, pero se le ha hecho mucha propaganda.

Estaba dudando de escribir o no un post dedicado a este eclipse, porque ya lo recogí en las efemérides para este curso, y porque desde España apenas podrá verse, cuando leí uno de los titulares, me extrañó y me pareció imposible que un eclipse parcial pudiera ser el más largo.


Hay que tener cuidado con los medios de información general. Además del tema del eclipse, que no será el más largo del siglo, la afirmación sobre Marte en la primera noticia (*) es falsa. Será imposible ver a Marte estos días por estar angularmente cerca del Sol. ¿Es posible que hayan tomado el dato de otro eclipse lunar en 2018, en que sí estuvo en oposición? 
Tampoco habrá ningún eclipse parecido en 2029,como se dice en la última (**), y los del 2086 serán bastante más cortos.

PUES VA A SER QUE NO, a pesar de que en muchos lugares así se ha anunciado.

Sin ir más lejos, la duración total de este eclipse será de 3 horas 28 minutos y dentro de solo un año habrá otro más largo. Concretamente el 8-11-2022 que durará 3 horas 40 minutos. En ambos casos no he contabilizado la fase penumbral que no se aprecia casi nada, pero si se contabiliza también será más largo el del próximo año.

Y es totalmente lógico, porque éste es solo parcial y el del próximo año es total. La Luna se mete más de lleno en la zona de sombra de la Tierra, y lógicamente tardará más en transitarla, pero parece que ahí está la clave de este asunto: (o del error)

Gráficos y datos tomados de https://eclipse.gsfc.nasa.gov/ Los puntos P1 y P4 no intervienen en este tema por corresponder a la fase penumbral.

Como en muchos casos similares los titulares eran erróneos y habían sido inspirados por otros que sí eran correctos aunque el hecho que se resalta no tiene la más mínima relevancia. Buscando más encontré estos:


Eso sí. Será el más largo del siglo entre los parciales pero, como se ha dicho, será más corto que casi cualquier eclipse total.

Es posible que algunos titulares erróneos fueran efecto del llamado “teléfono escacharrado”: oímos o leemos algo, lo modificamos ligeramente sin darnos cuenta (se elimina la palabra “parcial”), y el resultado ahora es falso.

O simplemente que se haya omitido “parciales” a propósito para que quedara más rotundo y tuviera más lectores. Incluso el último titular podría llevar a engaño.

Pero en realidad el que sea el más largo entre los eclipses parciales, solo indica que es un buen eclipse de segunda categoría, y todos los observadores hubieran preferido que fuera total aunque durase menos. Es como si un equipo de segunda división consigue el record de goles marcados en su categoría. Siempre será peor que los de primera.

Hay que dejar esto claro: el siguiente eclipse de Luna, el de mayo de este próximo año 2022, será mucho mejor, aunque dure un poco menos y no tenga ningún record.

Pero es que incluso los que lo anuncian correctamente se han quedado cortos, porque no solo es el eclipse parcial más corto de este siglo, sino desde hace casi 600 años.


O incluso es el eclipse parcial más largo en un intervalo de más de 1200 años, ya que éste dura 208.4 minutos, no hubo otro más largo desde el 18-2-1440, que duró 208.8 minutos y no será superado hasta el 8-2-2669 con otro eclipse parcial de 210 minutos

Pero lo de la duración de este eclipse es un tema que no va a ningún lado y menos en este caso que tiene “trampa”.

Realmente lo que hay es que el del viernes es un eclipse parcial que por muy poco no es total. Y que todos hubiéramos preferido que fuese total, que todo el disco lunar se hubiera visto rojizo,... Pero como digo, no habrá que esperar mucho para eso. 

Así se verá la Luna, aproximadamente, en el momento central del eclipse. Será difícil apreciar la tonalidad rojiza por el gran contraste con la pequeña porción que queda sin eclipsar..

Pero de estas cosas siempre se puede aprender algo:

¿Por qué un eclipse parcial como éste es tan largo?

- Por la geometría del fenómeno: La Luna no llega a meterse totalmente en el cono de sombra por muy poco. Es casi casi total, oscureciéndose un 97.4%. Si pasase un poco más fuera (figura 2 del siguiente gráfico) duraría menos y si pasase un poco más dentro (figura 3), probablemente duraría más, pero llegando a 100% ya no sería parcial y no contaría en este absurdo ranking.

Las flechas azules tienen igual longitud y permiten apreciar las diferencias de recorrido
1- Indica la situación real de este eclipse
2- Si la Luna pasase un poco más lejos del centro de la sombra terrestre
3- Si pasase un poco más cerca

Pero entonces, cualquier eclipse total tendría mayor duración, si no hubiera otros factores,  por ejemplo es siguiente, el del 16-5-22, es total y dura un minuto menos.

- Porque cuando ocurra este eclipse, el día 19, la Luna está cerca del apogeo (el lugar más lejano de la Tierra, por donde pasa el día 21), y se mueve más lenta.

En el eclipse del 16 de mayo la Luna estará cerca del perigeo (el lugar de su órbita más próximo a la Tierra) y se moverá más deprisa. Así aunque durante el eclipse recorrerá una distancia mayor, como se aprecia en la siguiente figura, al hacerlo más rápido tardará casi un minuto menos.

En azul el recorrido de la Luna durante este eclipse, y en verde en el de mayo 

Curiosamente existen también otros dos factores en contra de la mayor duración de este eclipse respecto al de mayo:

Por una parte la Tierra está ahora más cerca de su perihelio (más cerca del Sol) y por ello el cono de sombra es más estrecho. Por otro lado al estar la Luna más lejos de la Tierra, atraviesa ese cono de sombra por un lugar aún más estrecho.

A pesar de ello, la menor velocidad de la Luna ahora prevalece sobre todos estos aspectos, y tardará más en salir de la sombra de la Tierra.

Justamente el 15 de mayo (solo un día antes del siguiente eclipse), la Luna pasará por el perigeo y se moverá más rápida, concretamente casi un 25% más deprisa que ahora.

Ya que he estado dándole vueltas a este eclipse del viernes, vuelvo a poner el gráfico con las condiciones de visibilidad que apareció en su día por si vives por ejemplo en Galicia o en América.

Los horarios, como en todos los eclipses de Luna, son iguales para todos los lugares (están recogidos en dos ilustraciones anteriores), y la diferencia de visibilidad viene dada por la posición de la Luna encima o debajo del horizonte en cada momento.  

Prácticamente solo en Norte y Centroamérica y parte de Siberia (zonas 1, 2 y 8) podrá verse el eclipse en toda su cacareada extensión de 3 horas y 28 minutos.

Desde la mayor parte de la península Ibérica únicamente se verá la primera fase penumbral, por lo que solo se apreciará un ligero oscurecimiento como en esta imagen, pero en la parte superior de la Luna:

Pero si estuviera nublado no te preocupes. A no ser que a mediados de mayo vayas a estar en Asia, entonces podrás ver un eclipse de luna mucho mejor que éste, aunque dure unos segundos menos.

ACTUALIZACIÓN

Una vez pasado el eclipse, incorporo una animación realizada con imágenes que pude captar desde mi ventana, donde puede apreciarse que la Luna se ocultó cuando estaba la fase penumbral, con la zona superior ligeramente oscurecida.



miércoles, 10 de noviembre de 2021

El Venus más esquivo, o... todo lo contrario.

Durante estos meses tenemos la oportunidad de poder admirar en nuestros cielos al planeta más espectacular. Sin duda su gran brillo en los crepúsculos llevó a los antiguos griegos a adjudicarle el nombre de la diosa de la belleza y del amor, Afrodita, que en versión romana se llamó Venus.

El pasado 8 de octubre Venus acompañaba a la fina luna creciente en el crepúsculo vespertino sobre el horizonte de Bilbao.

Debido a su posición más cercano al Sol que la Tierra, Venus solo puede verse al principio o al final de la noche, en periodos alternados de poco más de 9 meses. Ya ha pasado gran parte de su aparición vespertina, que comenzó en abril y terminará en enero, y a pesar de que ya estamos en los últimos meses, e incluso ya ha ocurrido la máxima elongación el pasado día 29 de octubre (su mayor separación angular con el Sol y que suele citarse como el momento teórico de máxima visibilidad) sin embargo será en este mes de noviembre y principio de diciembre, cuando mejor podrá verse, incluso en plena noche.

El siguiente gráfico recoge las circunstancias de esta temporada vespertina de Venus desde Madrid. Desde otros lugares de la península Ibérica es similar, y más adelante me referiré a la situación en el hemisferio sur, donde es bastante diferente.

La línea blanca indica la hora en que Venus se pone en cada fecha, y si lo hace en el crepúsculo (franja gris) o ya de noche (zona azul oscura).

Para interpretarlo correctamente, una explicación con dos ejemplos:


El tramo en que la trayectoria de Venus se sale del crepúsculo es cuando más destaca al aparecer en un cielo ya negro, aunque quizás sea más fotogénico sobre un fondo azul crepuscular y con detalles del horizonte, sobre todo si tiene compañía, como en estas dos imágenes tomadas el pasado verano:

Aunque sea poco después de la puesta de Sol, el gran brillo de Venus lo hace fácilmente localizable y puede servir de referencia para encontrar otros astros, como en este caso Marte (muy débil) situado a su izquierda. 2-7-2021


Al estar siempre cerca del horizonte, pueden buscarse elementos que permitan encuadrar escenas sugerentes. Aquí, también con la Luna, el 10-8-2021. Siempre que aparezca la Luna cerca de Venus estará en fase muy fina y los dos astros darán los dos una bonita imagen.


Si recordamos las fechas del principio de la pandemia, en invierno y primavera de 2020, entonces ocurrió la anterior aparición vespertina y Venus se exhibió en el hemisferio norte mucho más que ahora. Destacó como un punto muy brillante al principio de la noche que llamaba la atención de la gente. 

A principios de marzo de 2020, en plena noche y a gran altura, Venus destacaba a incluso con la contaminación lumínica de la ciudad

Esta es la gráfica de aquella temporada:

En 2020 gran parte del tiempo la trayectoria de la línea blanca situada en la zona de noche, incluso relativamente lejos del crepúsculo, indica que Venus se ocultó bien avanzada la noche, teniendo una presentación casi lo mejor posible.

Comparando aquella temporada en que durante 6 meses se ocultó ya en noche cerrada, con la de ahora que solo son 3 meses (*) y mucho menos tiempo después del crepúsculo, (**) la presente es una aparición vespertina muy poco notable y casi podría decirse que el segundo planeta, aunque nunca pasa desapercibido, se ha mostrado lo más esquivo posible. Pero solo en el hemisferio norte.


Incluso ahora cerca de la máxima elongación, Venus se ha ocultado apenas comenzada la noche, mucho antes que entonces.

El 26 de octubre, apenas 3 días antes de la máxima elongación, Venus se puso solo un poco después de finalizado el crepúsculo.

Precisamente lo que ocurrió en 2020 en el hemisferio norte sucede ahora en el hemisferio sur, y por eso la segunda parte del título de este post. Allí está siendo una presentación magnífica y el gráfico de visibilidad para Buenos Aires es casi idéntico al de Madrid de hace año y medio:

La presente temporada de Venus, desde el hemisferio sur, aproximadamente latitud -35º.

En cualquier caso tenemos por delante los mejores días para observar al segundo planeta; admirar su brillo en plena noche a simple vista o si podemos usar un telescopio su imagen será excepcional. 

Porque precisamente ahora, durante las semanas finales de la temporada vespertina el tamaño aparente aumenta mucho y se pueden ver las fases. Así en diciembre con unos simples prismáticos se podrá observar que ese punto brillante se transforma en una especie de fina luna. Realmente llamativo.

Aunque las imágenes las tomé en la anterior temporada vespertina, la de 2020, se corresponden con lo que se verá en las fechas indicadas de este 2021. Todas las fotos se tomaron de día con Venus a suficiente altura para evitar distorsiones, pero con una exposición que diera el fondo oscuro y contrastar la imagen de Venus.

Estemos en el hemisferio sur o también en el norte, observemos el cielo al atardecer hacia el Oeste y admiremos el segundo planeta, el más espectacular. Si está cerca la Luna la imagen será aún más llamativa, y si se pueden elegir unas fechas, en la segunda semana de diciembre la coreografía será magnífica, como ya anuncié. 

Posiciones de la Luna entre los planetas Venus, Saturno y Júpiter del 6 al 9 de diciembre de 2021

Los mismos protagonistas se han dejado ver hoy mismo, aunque la coreografía no ha sido tan cuidada:
El 10 de noviembre Júpiter arriba a la izquierda de la imagen, Saturno junto a la Luna y Venus abajo a la derecha.  

 

La diferencia de visibilidad de Venus en cada caso es debida a la inclinación de la eclíptica durante toda la temporada vespertina,  pero especialmente en fechas próximas a la máxima elongación; y esto está relacionado con la estación y la latitud, tal como lo describía hace unas semanas en el post "La eclíptica"

En este caso el 29 de octubre es otoño en el hemisferio norte y primavera en el Sur, y como se vio en el citado artículo en otoño al atardecer la eclíptica está poco inclinada y en la primavera mucho más vertical. 


También precisamente en 2020 la máxima elongación fue el 25 de marzo, muy cerca del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, y las circunstancias fueron opuestas. A destacar que en el trópico de Cáncer la eclíptica está vertical al atardecer, y la situación por ejemplo en México fue idónea.

Se han representado posiciones 30 minutos después de la puesta de Sol, cuando Venus ya es claramente visible. Si se hubieran tomado situaciones en el final del crepúsculo, lo de México sería aún más favorable porque ese periodo en zonas tropicales es más breve


Otra circunstancia que aumenta aún más las diferencias entre las dos últimas temporadas y entre los dos hemisferios es que ahora Venus está al sur de la eclíptica y en marzo del 20 estaba al norte, como se puede apreciar en los anteriores gráficos. Afortunadamente para los norteños todo esto cambia en la últimas semanas de esta aparición vespertina: la eclíptica al atardecer ya en invierno está más vertical que en otoño y precisamente el 21 de diciembre Venus pasa a situarse al norte de la eclíptica y eso hará que el 9 de enero día de la conjunción, y en fechas contiguas, podamos verlo tanto por la tarde como de madrugada desde el hemisferio norte, mientras que en el sur no será posible ¡Algo nos tenía que favorecer!

Aunque parezca extraño, desde el hemisferio norte los días próximos a la conjunción Venus se pondrá después del Sol y saldrá antes que él por tener latitud elíptica norte.

Concretamente el mencionado día de la conjunción la separación con el Sol (la latitud eclíptica) será de 5º N, con lo que si eres experto en localizar el segundo planeta con el telescopio en pleno día y con seguridad para tu vista, puedes intentarlo. Será una imagen excepcional, pero si no estás acostumbrado no lo intentes porque puede ser peligroso, y conténtate con las fotos que seguro que aparecen en internet.

El 4 de Junio de 2020, Nicolas Lefaudeux obtuvo esta imagen de Venus, donde se ve su atmósfera iluminada por el Sol casi por detrás (en aquella ocasión estuvo a solo medio grado del Sol

Venus, el día de la conjunción inferior con el Sol, tras la temporada vespertina de 2020. Foto de Nicolas Lefaudeux. 

Esta vez no se verá el borde del disco completo porque la distancia angular es 10 veces mayor, y podrá verse una imagen como la que obtuve yo el 7-6-20. Solo 3 días después, cuando la separación angular con el Sol era ya de 5º, casi igual que ahora el día de la conjunción.

A través del telescopio (y con muchísimo cuidado) podrá verse así el mismo día de la conjunción.

Teóricamente el segundo planeta podría verse durante temporadas de poco más de 9 meses seguidos por la tarde y luego otros 9 por la mañana, si bien en el comienzo de las primeras y final de las segundas puede ser difícil. La máxima elongación, que sería el mejor momento para verlo no está centrada en cada uno de esos periodos, sino que en las temporadas vespertinas hay 7 meses antes y 2 meses después, y al revés en las matutinas.

La parte más interesante es sin duda el final de la primera y principio de la segunda (tramos en verde)


Precisamente esos dos meses finales de la temporada vespertina coinciden con el mayor tamaño aparente, con la variación más rápida de la fase y más fina. Luego de manera simétrica en el comienzo de la temporada matutina (las zonas con trazos verdes del gráfico). Justo estamos ahora en el mejor momento, y debemos aprovecharlo. Y si no te importa madrugar continúa la parte principal del espectáculo hasta marzo.



miércoles, 3 de noviembre de 2021

El mes

Escribo este post respondiendo a una petición en un comentario a este blog, y por ello debo dedicárselo a Pablo José, que estaba interesado en los distintos tipos de meses astronómicos. Pero antes de entrar en esos temas técnicos y que tienen nombres tan extraños como dracónico, trópico o anomalístico, conviene empezar hablando del origen del mes y su evolución.

El mes es una de las unidades de medida de tiempo más cotidianas. Estamos acostumbrados a citar continuamente los meses, forman parte de la fecha que nos indica en qué día estamos o cuándo es nuestro cumpleaños, pero normalmente no es conocido el origen del mes ni su relación con los astros. 

Si lo pensamos un poco también puede resultar extraño el que utilicemos una unidad de medida con una duración tan variable. 


Entre las unidades de medida del tiempo está claro que el año y el día son de origen astronómico y están motivadas por la traslación y la rotación de nuestro planeta, aunque su duración no sea exactamente la de estos movimientos: ni el día es la duración de la rotación, ni el año la de la traslación.  

Pero entre la duración de un día y un año hay mucha diferencia y sería muy engorroso por ejemplo decir "Ocurrió el día 291 del año pasado". Se necesita una unidad intermedia y desde la antigüedad se utilizó también la duración de los ciclos de fases lunares. Un mes era precisamente esa duración, y la palabra deriva del latino mensis y ésta del griego mene que significaba Luna. 

Este ciclo repetitivo y fácil de observar era una manera sencilla de determinar periodos de tiempo.

Nuestro satélite es el astro más destacado de la noche, y el ciclo de sus fases ha servido para elaborar calendarios, algunos de los cuales aún hoy en día tienen gran influencia en la vida cotidiana de algunas poblaciones. Así en 2022 el 1 de febrero será el año nuevo chino por ser la luna nueva más cercana al centro del invierno, o el 2 de abril comenzará el Ramadán en el mundo islámico ya que se cumplen 12 lunaciones desde el de 2021 y ya será visible la fina fase creciente de un día, o la Semana Santa que también depende de la fase lunar y el 17 de abril será el domingo de Pascua por ser el primer domingo después de la primera luna llena de primavera.

Los ciclos lunares marcan fechas claves y comienzo de determinados meses en los calendarios musulmán, chino y judío.

La duración media de una lunación es de poco más de 29 días y medio, concretamente 29.53, por lo que en los antiguos calendarios se iban alternando meses de 29 y de 30 días.

Antiguamente los nombres de los meses estaban asociados a las labores agrícolas o a algún aspecto de la naturaleza o tarea correspondiente a esa época del año. Con 12 meses de 29 y 30 días casi se completaba un año, pero faltaban unos días por lo que se iba desfasando respecto a las estaciones de manera que una vez establecido un calendario con esos 12 meses, de vez en cuando había que intercalar otro mes. Probablemente al principio se haría de manera natural para que no se desajustara con la labor correspondiente.

Que llega el mes de recoger la cosecha y no está madura, pues se intercala un mes más y se recoge al siguiente” y posteriormente se llevaría a cabo según criterios matemáticos diversos como añadiendo 7 meses cada 19 años, por ejemplo en una secuencia tddtddtddtddtddtddt donde d indica año de 12 meses y t de 13, o como hacen en China añadiendo el mes 13 si con la luna llena del mes 12 no se llega al 5 de febrero, fecha central del invierno; que daría una secuencia análoga pero más fácil de determinar cada año en concreto.

Los calendarios lunares permitían saber el día del mes solo con mirar la Luna y observar su fase, "Que se ve en cuarto creciente, pues es día 7" Pero esta propiedad se ha perdido por culpa de los romanos.

Con solo ver la Luna sabían en qué día del mes estaban.

Aunque en principio también tenían un calendario lunar, Los egipcios fueron el primer pueblo de la antigüedad que prescindió de la Luna. Gracias a la estrella Sirio calcularon la duración del año en 365 días, y tomaron 12 meses de 30 días y 5 días de añadido. Lo de los 30 días probablemente fue por similitud con lo anterior (podrían haber tomado 18 meses de 20 días, por ejemplo), pero con este sistema se desajustó el mes respecto a la lunación.

Nuestros meses provienen del calendario de los romanos quienes, como alguna vez he comentado, eran un tanto arbitrarios y poco rigurosos en estos temas. Incluso los nombres (septiembre, octubre, noviembre y diciembre) no se corresponden con los lugares que ocupan aunque en un principio sí coincidían.

Metódicos y eficientes en aspectos como la arquitectura o la organización militar, los romanos fueron muy arbitrarios a la hora de establecer las normas del calendario.

El calendario original romano, que la tradición atribuye a Rómulo, tenía meses de 30 y 31 días con lo que se pierde el origen del mes. La única explicación que se puede encontrar para que tomase estos números es la intención de ser diferentes y sobresalir: “Que todos tienen meses de 29 y 30 días, pues yo pongo de 30 y 31      

Los meses de 31 días no tienen ningún sentido, ninguna civilización los había utilizado hasta entonces, desajustaba los meses con el ciclo de las lunaciones y tampoco se hizo para cuadrar el año con un número exacto de meses.

De hecho, posteriormente el mandatario romano Numa Pompilio estableció meses de 29 y 31 días sin ninguna razón astronómica y solo porque los números pares eran considerados gafes, aunque más tarde se volvió a los de 30 y 31 con la excepción de febrero, que siempre tuvo menos que los demás.

Como el calendario romano se ha extendido y finalmente ha sido el que ha quedado, actualmente tenemos meses de 28, 29, 30 y 31 días, aunque en porcentajes muy distintos, aproximadamente de 6%,  2%, 33% y 57%.


Como se ha dicho, el concepto de "mes" procede de la duración de la lunación: el ciclo de fases que vemos desde la Tierra, que técnicamente se llama mes “sinódico” (normalmente se considera de una luna nueva a la siguiente), y que al igual que en otros conceptos se diferencia del mes “sidéreo” o "sideral" en que en este segundo caso se toma como referencia las estrellas, y sería el tiempo en que la Luna ha completado realmente una vuelta alrededor de la Tierra.

De la posición 1 a la 2 se ha completado un mes sidéreo, pero aún no se ve la misma fase inicial de luna nueva vista desde la Tierra, lo que sí ocurre en la posición 3, donde se habría completado el mes sinódico.

La situación es diferente porque la Tierra se está moviendo, y realmente lo que tarda la Luna en dar una vuelta a nuestro alrededor sería el mes sidéreo.

- Un mes sidéreo serían 27.32166 días mientras que un mes sinódico tiene una duración media de 29.53059 días.                  

Utilizaré 5 decimales en el valor de los diferentes tipos de meses para diferenciar algunos que son muy cercanos, y siempre son valores medios. Por ejemplo el mes sinódico varía según la cercanía de la Tierra al perihelio y la distancia del perigeo a la luna nueva, como se recogió en el anexo final de "El bulo de la Luna".  

Aunque estos dos son los principales parámetros en el movimiento de nuestro satélite, se definen otros tipos de meses ya que la órbita lunar es muy compleja debido a la atracción también del Sol, va cambiando sus parámetros y según la referencia que se tome para determinar cuándo ha completado su órbita se obtendrán distintos resultados

- Un mes dracónico o draconítico es el tiempo que tarda la Luna en volver al mismo nodo teniendo una duración de 27.21222 días. Recordar que los nodos son los puntos de corte de la órbita lunar con el plano orbital terrestre.

Su diferencia con el mes sidéreo es porque la línea de los nodos no está fija, sino que va girando 1.44º cada vuelta en sentido retrógrado.

De esta manera los nodos completan una vuelta en 18.6 años.

El tiempo que tarda la Luna de pasar del punto A al B sería un mes draconítico. Se ha exagerado enormemente el desplazamiento de la línea de los nodos (habiéndose representado 1.44º por un ángulo mucho mayor) para dar claridad a la figura y visualizar mejor ese desplazamiento.

Con el movimiento de los nodos y su retraso, la Luna llega antes al punto B, que al punto A si la órbita no se hubiera movido, y por eso el mes dracónico es más corto que el mes sidéreo.

Como la posición de los nodos determina la fecha de los eclipses, éstos se van adelantando de un año a otro y en poco más de 9 años vuelven a ocurrir en fechas próximas en el nodo opuesto.

- Un mes anomalístico es el tiempo que tarda la Luna de un perigeo (lugar de su órbita más cercano a la Tierra) al siguiente y tiene una duración media de 27.55455 días. La línea de los ábsides (apogeo-perigeo) va girando en sentido directo 3.07º de media cada vuelta

El apogeo y perigeo dan una vuelta completa cada 8.85 años

El tiempo del paso de la Luna de A a B (que está en la siguiente vuelta) sería un mes anomalístico. Aquí también se ha exagerado, tanto la excentricidad de las órbitas como la diferencia en las posiciones de los dos perigeos, de cara a una mejor visibilidad de la situación

Al desplazarse el perigeo y adelantarse (según el movimiento de la Luna), el satélite llega más tarde al punto B que al punto A si no se hubiera movido y por eso el mes anomalístico es más largo que el sidéreo.

De todas formas en este tema hay que tener en cuenta que la distancia de la Luna en distintos perigeos varía bastante, y también en los apogeos aunque no tanto; de manera que la órbita se está deformando continuamente. Una de las consecuencias curiosas es que si se considera el tiempo del paso por un apogeo al siguiente, la variación es pequeña y siempre está entre 27 y 28 días. Sin embargo de perigeo a perigeo aunque el promedio sean los 27.55455 del mes anomalístico, oscila entre los ¡25 y los 29! días, coincidiendo los valores menores (de poco más de 25 días) con los apogeos más pequeños (la Luna se aleja menos y por eso vuelve antes), que están escoltados por los perigeos más grandes (la Luna se acerca menos).

Es decir, que la excentricidad va variando (en ciclos aproximados de 7.5 meses anomalísticos) y cuando menos excéntrica es (más redonda), menos tarda entre dos pasos por el perigeo. Pero no en los apogeos.

Edito el post y añado un gráfico aclaratorio de esta situación, que me han pedido. Es solo un gráfico explicativo esquemático y en realidad el recorrido de la Luna no se ajusta a tramos de elipse a los que vaya saltando de uno a otro como se ha dibujado en todos los gráficos, sino que va variando poco a poco de una a otra.

Del perigeo 2 al perigeo 3 se produce el mes anomalístico más breve, tal como se ha descrito. Las órbitas 2 y 3 son menos excéntricas que la 1 y 4. También se han exagerado las excentricidades y la diferencia entre las órbitas.

- Un mes trópico es el tiempo que tarda la Luna desde un paso por el punto vernal al siguiente, visto desde la Tierra, teniendo una duración de 27.32158 días.

La duración del paso de 1 a 2 es el mes trópico. También se ha exagerado la diferencia de las posiciones del punto vernal, y con ello la diferencia de duración con el mes sidéreo. 

En este caso no hay ninguna variación de la órbita lunar que haga que el mes trópico se complete ligerísimamente antes que el mes sidéreo, sino que lo que se hace es un cambio de la referencia sobre la que se mide, ya que es el punto vernal (posición del Sol en el equinoccio de primavera) el que se desplaza 360º en 25776 años, o lo que es lo mismo 0.00008º cada mes sidéreo.

No deja de ser curioso que ninguno de estos “meses” tengan la duración de algún mes del calendario, y si reciben ese nombre de "meses" es porque tanto unos como otros tienen el mismo origen: la Luna. Aunque los que usamos de manera cotidiana nadie los suele relacionar con nuestro satélite.