Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

jueves, 2 de marzo de 2017

El planeta PI


En este post solo voy a recoger una curiosa casualidad, de esas que ocurren diariamente pero no nos solemos fijar. 
No es un artículo de astronomía, pero como está relacionado con el tema de moda en este campo, aprovecho para hacer algunas reflexiones, aunque parezcan fuera de lugar.

Antes de nada, insisto en eso: CASUALIDAD. Es solo un detalle, tonto pero curioso, respecto a uno de los planetas de la estrella Trappist 1 que la semana pasada (febrero de 2017) saltaron a la fama. Precisamente el d, el tercer planeta, como el que da título a este blog.


Como otros muchos colegas, sorprendidos o eufóricos con el anuncio del descubrimiento de los siete exoplanetas de tamaño similar a la Tierra, he empezado a imaginar.

Si la mayoría de los astrónomos han intentado estudiar o buscar datos sobre sus condiciones de habitabilidad o elucubrar sobre la posible existencia de vida en alguno de ellos, que no es lo mismo, yo he cogido la calculadora y he empezado a averiguar aspectos más prosaicos pero más seguros: distancias, tamaños aparentes, ángulos, fases y otros aspectos geométricos que espero publicar aquí dentro de 3 o 4 días en un post mucho más serio e interesante que éste.

Lo primero que hice fue tomar los datos de distancias y tamaños suministrados por NASA y pasarlos a unidades de nuestro sistema de medida (kilómetros o millones de kilómetros) para poder hacer luego los diferentes cálculos.
Una unidad astronómica 1 AU =149.6 millones de kilómetros (con la precisión que habitualmente se usa) y radio terrestre = ...(ahora eso no importa)


Estoy calculando las distancias a su estrella en millones de kilómetros, y cuando llego al tercer planeta y miro la calculadora hago un gesto de fastidio porque veo 3.1416 . Vaya, ¡otra vez he pulsado mal una tecla! (supuse que había  tocado la tecla de PI)

Pero no. Repito el cálculo, y nuevamente el mismo resultado. Porque efectivamente, según esos datos, la distancia del tercero de los planetas sale casualmente 3.1416 millones de kilómetros, el valor del número pi redondeado a 4 decimales, el que aprendimos y utilizamos en la escuela, al menos en mi época.

sábado, 25 de febrero de 2017

El cielo del segundo planeta

Después de que anuncié una serie de artículos sobre los cielos de otros astros del Sistema Solar, y tras el que dediqué a Mercurio, le ha llegado el turno a Venus, el segundo planeta.

Pero antes de seguir no puedo dejar de mencionar la noticia que está de actualidad: El anuncio del descubrimiento de 7 exoplanetas de tipo terrestre alrededor de una estrella a 40 años luz. Alguien me sugirió que hablara sobre ellos, pero lo único que podría hacer sería recoger y comentar el anuncio oficial de NASA https://exoplanets.nasa.gov/news/1419/nasa-telescope-reveals-largest-batch-of-earth-size-habitable-zone-planets-around-single-star/ o el artículo publicado en la revista Nature.
Eso es lo que se ha hecho en muchos medios que podrás encontrar fácilmente porque otra opción, aparte de determinados cálculos sobre dinámica orbital o elucubraciones sin apenas datos reales, no está ahora en nuestra mano.
Quizás con más calma y analizando despacio los datos, habrá tiempo también de imaginar sus cielos.

Si en el anterior post de esta serie escribí sobre las muchas paradojas que presentaba el cielo de Mercurio, quizás sea Venus el que nos muestre una aún mayor. Una paradoja no deseable para tí, amigo(a) lector(a), que has empezado a leer este artículo, y para mí, que me he impuesto la tarea de escribirlo.
Porque Venus, el lucero del alba, a quienes los antiguos griegos y romanos asignaron el nombre de la diosa de la belleza y el amor por ser el astro más fotogénico de nuestro cielo, que habitualmente nos ofrece unas preciosas postales en el momento mágico de los crepúsculos, es el astro del sistema solar que tiene el cielo menos atractivo de todos.
Por si esto fuera poco, es uno de los lugares más inhóspitos, muchas veces comparado incluso con un auténtico infierno.

A la izquierda una recreación artística de lo que podría ser la superficie y el cielo de Venus, realizada por el mágnífico ilustrador de paisajes celestes Ron Miller, y a la derecha una imagen real tomada por la sonda Venera 13 en 1982   

En Venus nunca florecería la astronomía

Debido a su densa atmósfera, desde la superficie de Venus no se podrían ver los astros en su cielo. La claridad del Sol seguramente se intuiría, pero desde allí nunca se puede ver ningúna estrella ni ningún otro astro.
El prestigioso astrónomo y divulgador Carl Sagan escribió en su obra “Cosmos”, la frase que he puesto en el encabezamiento.

Dicho esto, este post debería acabar ya, porque parece que poco más se puede decir sobre el cielo del segundo planeta. Pero si lees asiduamente este blog ya sabes que eso es imposible. Su autor es incapaz de publicar algo tan cortito.

Mi propuesta, entonces, es ascender hasta el borde exterior de su atmósfera y, ya sin ese obstáculo, mirar hacia arriba.

domingo, 19 de febrero de 2017

La Luna va "a su aire"

Tres circunstancias que han ocurrido estos días me han impulsado a escribir sobre el movimiento aparente de la Luna en nuestro cielo

1 - Júpiter y la Luna intercambian posiciones.

El pasado miércoles cuando después de desayunar estaba preparando las cosas para in a trabajar (a mi cielo) recibí un whatsApp: “¿Eso que hay al lado de la Luna es Venus?”

No podía ser el segundo planeta, el llamado lucero del alba, porque ahora se ve al principio de la noche y hasta abril no se verá por la mañana. En principio no estaba seguro de a qué se podría referir porque yo no había consultado la situación o las posiciones de la Luna estos días, pero como quien me lo preguntaba ha visto muchas veces a Venus, porque yo se lo he enseñado, debería estar viendo algo muy brillante, cercano a la ecliptica por estarlo respeto a la Luna, y solo había una opción:
- “No. Será Júpiter” - Le contesté antes de mirar por la ventana y comprobarlo, y de paso aprovechar para tomar unas fotos de la pareja sin siquiera montar el trípode porque andaba ya con prisa.

La Luna y júpiter antes del amanecer el 15-2-17

A la mañana siguiente aproximadamente a la misma hora, allí estaban otra vez los dos, pero habían intercambiado las posiciones.

Los mismos protagonistas la mañana siguiente.
En realidad era la Luna la que se había pasado al otro lado, y Júpiter no se había movido apenas nada respecto al fondo de las estrellas.

domingo, 12 de febrero de 2017

Eclipses "de libro" (2)

Este post es continuación del anterior, donde hablé de los eclipses de este año, y en especial del primero de ellos, el penumbral de Luna que ha ocurrido entre la publicación de aquel y éste artículo. Si no leíste aquel, convendría que lo hicieras antes que éste, clicando en este enlace.

Tuve mucha suerte y pude verlo.
Tal como tenía previsto, ayer de madrugada me levanté 15 minutos antes del máximo del eclipse (en mi reloj era a las 1:44 y en T.U a las 0:44) y se veía una Luna esplendorosa con la parte superior ligeramente más oscura, en el centro de un enorme claro entre las nubes. Como “era de esperar” las nubes se fueron acercando a la Luna, pero “Murphy (el de la odiosa ley) no fue lo suficientemente rápido” y no la taparon hasta unos segundos después del máximo. Tampoco era decisivo porque los cambios son muy paulatinos y en esos minutos no se apreciaron.

11-2-17, 0:44 T.U. en el momento del máximo del eclipse penumbral de Luna, desde Bilbao.
En esta imagen se puede apreciar el diferente efecto de la penumbra según la zona y todas sus distintas intensidades, desde el borde superior que está muy cerca de la sombra, hasta el extremo inferior que está justo en el borde de dicha penumbra. Tal como dije, el efecto de la penumbra disminuye muy rápidamente al alejarse de la zona de la sombra.

La imagen está sin modificar el contraste, como lo vio mi cámara. 
Tal como anuncié, a simple vista parecía mucho menos contrastada, mucho menos oscura la parte superior de la Luna,  pero eso es culpa de nuestros ojos o nuestro cerebro (en eso no soy  experto), que se adaptan para apreciar mejor todas las zonas con diferente intensidad lumínica, en cualquier situación o imagen. Esto es muy fácil de comprobar si hacemos una foto a contraluz, o en un lugar con sombras pronunciadas y comparamos lo que vemos nosotros y lo que sale en la foto. La cámara es objetiva, nuestra visión no.

viernes, 10 de febrero de 2017

En 2017, eclipses "de libro"

Esta próxima noche, del 10 al 11 de febrero se produce un eclipse, uno de esos fenómenos que son posiblemente los espectáculos celestes que más atracción tienen entre el público en general, aunque no esté especialmente interesado en las cosas de los astros. 

El momento central y más interesante ocurrirá cuando en Europa Occidental ya haya pasado la medianoche, en la madrugada del sábado, y aunque se trata solo de un eclipse penumbral de Luna, por lo que no será muy llamativo, es el primero de los 4 eclipses de este año, el número más habitual, que voy a utilizar como ejemplo para explicar las “periodicidades” de estos fenómenos, porque lo de los eclipses de 2017 es “de libro”. 


Fechas de los 4 eclipses de 2017, e imágenes aproximadas a lo que podrá verse, que obtuve en anteriores eclipses similares a los de este año.
Más adelante doy detalles de todos ellos, pero lo primero es lo primero.

sábado, 4 de febrero de 2017

Enseñando astronomía


Quienes leéis habitualmente este blog ya sabéis que mi trabajo es enseñar astronomía. Pero no solo es la actividad por la cual me pagan, sino que es lo que más me gusta hacer. No solo observar el cielo, calcular posiciones de los astros, leer sobre el tema, sino, sobre todo, divulgarlo y enseñarlo

Hoy hace 22 años, el 4 de febrero de 1995, se constituyó oficialmente en Madrid la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía (ApEA), de la que actualmente tengo el honor de ser vicepresidente, y con motivo de este aniversario he decidido escribir ahora esta entrada. 


Primer logo de Apea
Recuerdo que ese día, al igual que hoy, también era sábado y acudí con Eduardo Zabala, primer secretario de Apea y diseñador de su logotipo, en su coche, a reunirnos con más de una veintena de colegas de distintos lugares.

Quizás te suene a panfleto publicitario, pero en un blog de astronomía que tiene una orientación didáctica creo que debe tener cabida este tema.

Si eres profesor y quieres tener nuevos recursos y actividades para el aula, o te interesa divulgar la astronomía de una manera diferente, o simplemente quieres aprender aspectos básicos que no aparecen en las noticias de los medios de comunicación ni se explican el los manuales de observación, en la sección de materiales para trabajar o en la de  publicaciones  de la página de Apea puedes encontrar cosas interesantes y sobre todo muy variadas: Desde propuestas para explicar y entender aspectos controvertidos de cosmología, hasta actividades de educación física donde también los astros son protagonistas.

domingo, 29 de enero de 2017

Un triángulo equilátero descompensado

El próximo martes 31 de enero al principio de la noche, Venus, Marte y la Luna aparecerán muy próximos entre sí, y desde la zona más occidental de Europa y Africa les veremos formando un triángulo casi equilátero.
Fotomontaje con las posiciones que ocuparán los tres astros, a partir de una imagen de Venus y Marte, tomada recientemente, a la que se le ha añadido la Luna.
En realidad, la Luna destacará mucho más, y en las fotos que se obtengan sin tratamiento informático, incluso saldrá muy sobreexpuesta si se quiere que se vea Marte
Al final del artículo, en el anexo, explico las diferencias desde otros lugares.

Las posiciones cambiantes de los planetas en la bóveda celeste ofrecen espectáculos variados en muchas ocasiones y ya he recogido en este blog algunas situaciones en que la proximidad aparente de varios de ellos (visto desde la Tierra) nos mostraban situaciones llamativas. La última a finales del pasado mes de agosto, con Venus y Júpiter como protagonistas.

lunes, 23 de enero de 2017

Desde el primer planeta (2)

Este post es continuación del anterior, que si no lo leíste puedes hacerlo ahora en este enlace.

En él se recogían varias situaciones paradójicas que se producen en el cielo del planeta Mercurio, algunas de las cuales solo las relaté sin dar una explicación del motivo que las ocasiona. Aquí aparecen esas explicaciones y como el asunto es un poco técnico, lo incluyo en el anexo “Si quieres saber más”. Si estas cosas no son de tu agrado déjalo y espero que la próxima entrada sea "menos fea".


Antes de que sumerjas en los detalles debo advertirte que a diferencia de los demás, este post no es para todos los públicos. Al ser continuación del anterior, y contener solo el habitual anexo opcional, es adecuado solo para quienes tengan curiosidad y quizás deberán esforzarse para entender algunas cosas.
Como vi que a algunos lectores se les hacía difícil, especialmente la primera parte, escribí posteriormente este otro artículo que contiene también el tema del día y la rotación de Mercurio igual que aquí, pero con explicaciones previas generales que quizás deberías ver ahora (clicando el enlace), y he añadido este párrafo con posterioridad.

 
Los extraños números del planeta Mercurio

Debido a la situación de Mercurio en el Sistema Solar, próximo a nuestra estrella, sus movimientos de traslación y rotación tienen una duración muy diferente de lo habitual y de ello derivan estos curiosos números y las mencionadas paradojas.


Por un lado al ser el planeta más cercano al Sol, es el que se mueve más rápido y como además la longitud de su órbita es la más pequeña, tiene el periodo de traslación más corto. Esto debe ser necesariamente así, y su duración está determinada exactamente por la tercera ley de Kepler de acuerdo con su distancia al Sol. El año de Mercurio dura solo 88 días terrestres.

Por otra parte la rotación es muy lenta: Mercurio necesita nada menos que 58,6 días terrestres en completar un giro sobre su eje, y posiblemente se haya ralentizado debido a las fuerzas de marea, de manera similar a como ha ocurrido con la mayoría de los satélites del Sistema Solar.
Desde comienzos del siglo XX se pensaba que al igual que éstos enseñan siempre la misma cara a su planeta, Mercurio hacía lo mismo respecto al Sol. Sin embargo en 1965 se obtuvo el valor real de la duración de su rotación, y quedó claro que es el resultado de una resonancia gravitatoria ya que los dos periodos están en una relación exacta 3:2. Cada 3 rotaciones Mercurio da 2 vueltas alrededor del Sol, completando un periodo de 176 días terrestres en total que se repetirá sucesivamente.

domingo, 15 de enero de 2017

Desde el primer planeta (1)

Con esta entrada comienzo una serie de artículos sobre cómo se ve el cielo desde otros astros del Sistema Solar, tal como  prometí  el mes pasado en el post “Cielos de otros mundos”.  

La mecánica celeste y el espectáculo que hipotéticamente podríamos observar desde esos lejanos lugares, en ocasiones son muy distintos  a lo que vemos desde la Tierra.  Algún ejemplo concreto ya ha aparecido en este blog de manera aislada, pero ahora voy a recorrer de forma más sistemática algunos cielos del Sistema Solar y el primero debe ser el de Mercurio, mi planeta preferido.
Irán apareciendo luego los de otros astros, pero alternados con otros temas porque en la variedad está el atractivo de este tipo de blogs.

Mercurio y la Luna el 15-8-2012 desde Araúzo de Torre.
Si Mercurio es el planeta más esquivo, y en parte por ello su localización y observación en los cielos crepusculares siempre es muy llamativa, mucho más lo sería la observación del cielo desde allí a pesar de no tener satélites, no cambiar el color de su cielo, ni verse ningún astro en fases tan fotogénicas como la Luna de la imagen

sábado, 7 de enero de 2017

La Luna del cambio de año

Esta entrada está compuesta en su mayoría por imágenes. En contra de mi costumbre hay poco texto y va muy ligera, apropiada para digerir los habituales excesos de estas recién acabadas fiestas (en España acabaron ayer con los regalos de los Reyes Magos).

Hace un mes, en el post titulado “Selene se pasea ante Afrodita” ya anuncié que las circunstancias que entonces ocurrían volverían a darse de manera similar en varias ocasiones, y la primera sería al comienzo de 2017. Si no lo leíste y quieres la información técnica que aquí falta, puedes lincarlo porque todo es muy similar y se hace referencia también a este caso.

Pero en esta ocasión he querido recrearme más en el aspecto estético que en el técnico, sobre todo en la actriz más fotogénica de las dos, y sé que algunas-os me lo van a agradecer.

La luna del cambio de año, desde mi ciudad.

El 3 de enero de 2017 la Luna ya se va despidiendo de Venus en el lumínicamente contaminado cielo de Bilbao, después de varios días de encuentro, que se repetirá nuevamente al final de mes.
Entre ambas está Marte, muy difícil de apreciar en estas condiciones. Ampliando la imagen se podría intentar localizar.
En el citado post del mes pasado mostraba mi satisfacción y extrañeza porque la meteorología me hubiera permitido la observación del cielo durante 4 noches consecutivas, circunstancia infrecuente por aquí ¡Y precisamente los días claves del espectáculo!
Parece que el cambio climático es evidente, para bien o para mal, porque otra vez hemos tenido cielos limpios durante muchos días seguidos y se han podido apreciar las evoluciones de la Luna acompañada de Venus en la siguiente oportunidad. 

La finísima luna del día 30 anunciaba el espectáculo de las siguientes noches.

El día 30 una Luna de apenas 36 horas (después de luna nueva), a punto de ponerse por el horizonte de Bilbao.

sábado, 31 de diciembre de 2016

¡ Feliz 2017 !

Voy a ir actualizando esta entrada varias veces a lo largo de 26 horas, añadiendo contenidos sucesivamente. Se que el  modificar algo ya publicado solo debería estar justificado cuando se trata de corregir un error o añadir algún dato importante obtenido con posterioridad, pero el caso de hoy es especial.

Feliz Año nuevo. Acaba de comenzar el 2017

31 de diciembre de 2016 por la mañana, mi reloj marca las 11:00. 
Estoy en la zona de validez de la hora central europea (UTC+1) y en Tiempo Universal (T.U.) son las 10:00, pero en Kiritimati (también llamada Isla Navidad) y otras islas de la república de Kiribati situadas en la zona UTC+14, acaban de entrar ya en 2017 y por lo tanto ese nuevo año ya ha empezado en algún lugar del tercer planeta y se puede decir que ha comenzado oficialmente.

Sombreado en azul, las zonas del océano Pacífico donde ya
ha comenzado 
2017  a las 10 T.U.
   15 minutos después empezará también en las islas Chatham
También en Tonga han estrenado año, aunque lo hayan hecho de manera interesada después de que fuera adoptado el horario de verano a propósito para que se diera esta circunstancia de estar entre los primeros lugares en que empiece el año, dado que por su situación en la zona intertropical (latitud 20ºS) el cambio de horario estacional no tiene mucho sentido. Allí la duración del día y la noche no cambia mucho según la estación y las escusas que se utilizan habitualmente con el objeto de ahorrar energía no son válidas.

Lo mismo ocurre en Samoa, situada justo al norte de Tonga, donde también han introducido recientemente el horario de verano a pesar de que su latitud es solo 14º S. 
Sus vecinos de Samoa Americana deberán esperar 24 horas más para celebrar el año nuevo.

Puedes encontrar detalles de los curiosos cambios de zona horaria en Kirimati, Tonga, Samoa y otros, en el post “En qué fecha estamos”.


Se acaba 2016

Bueno, todavía quedan 26 horas para que finalice del todo este año bisiesto que algunos recordarán con agrado (se me ocurre pensar en los-as medallistas olímpicos) y otros no tanto. Pero durante este tiempo, habrá algún lugar del planeta donde todavía sea 2016, donde puedan pasar cosas importantes y no hay que cerrar aún el balance.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

28-12 - Segundo intercalar (broma)

Este post ha sido modificado el día 29 para añadirle los clásicos monigotes de las bromas del día de los inocentes.
Hoy 28 de diciembre se añade un segundo intercalar. 
Este ajuste de la hora civil que consiste en añadir un segundo a medianoche, se hace para que los relojes atómicos no se desfasen respecto a los astros, ya que la posición del Sol observada desde aquí debe ser la referencia válida. 
El motivo del desajuste es que el movimiento de rotación de la Tierra tiene levísimas irregularidades debido a circunstancias atmosféricas, terremotos, y otras. 
La situación no es predecible a largo plazo y por eso cuando los relojes atómicos y los relojes de Sol difieren en 0.5 segundos a finales de junio o de diciembre (mitad o a final de año) se realiza esta componenda.

Aunque como suele ser habitual estaba previsto hacerlo el próximo día 31, parece que en esta ocasión han decidido hacerlo hoy 28 de diciembre, teniendo en cuenta la especial relevancia de esta fecha, porque total, tres días antes o después a nadie le va a importar.

La secuencia que se programa en los relojes atómicos es la siguiente:


Si no quieres llevarte sorpresas desagradables, después de la medianoche deberás comprobar que todos tus aparatos informáticos y similares marcan la hora correcta, porque en caso contrario podrías tener graves problemas por la desincronización de los sistemas automáticos.