Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

lunes, 6 de febrero de 2023

Imágenes de los 2 cometas

 Una vez pasados los momentos de máximo brillo de los cometas protagonistas del reciente artículo, voy a recoger brevemente un par de imágenes de cada uno de ellos

Tal como se dijo, la observación del 96/P Malchholz iba a ser muy problemática y posiblemente solo a través de la cámara del satélite SOHO. Aquí aparece una imagen de cuando entró en su campo de visión:


Muy cerca del borde inferior izquierda, el cometa entrando en el campo del SOHO, en cuyo centro se sitúa siempre el Sol, cuya imagen se tapa para oscurecer el fondo.

En este vídeo puede verse el recorrido del cometa por esta zona:

https://www.youtube.com/watch?v=zVXmwT2V9MY


Y aunque parecía muy problemático el observarlo directamente, el experto astrofotógrafo Michael Jäger, logró ayer mismo esta imagen:



Respecto al otro cometa, el C/2022 E3, pueden encontrarse magníficas imágenes, obtenidas a través de telescopios utilizando técnicas de apilar múltiples imágenes y mejoradas mediante procesos informáticos, que puedes ver en las redes. Puedes buscar, por ejemplo, las publicadas por el citado Michael. Probablemente las mejores en este enlace, y en este otro, aunque ninguna de las dos tenga tanto mérito como la del otro cometa.

Pero aquí prefiero poner las que yo conseguí en la madrugada del pasado jueves (2-2-2023), con un único disparo y la utilización únicamente de la cámara, porque se semejan más a lo que podía verse con unos prismáticos. A simple vista, ni eso.

Las ligeras nubes que amenazaban con cubrir la zona, le dan un toque más sugerente.



Con el cielo más limpio y algo más de zoom

Aunque en ambos casos el brillo está disminuyendo, la Luna molesta cada vez menos, y para latitudes meridionales la posición del C/2022 E· está mejorando además de poder verlo al principio de la noche, nunca es tarde para intentar su observación ¡Suerte!

martes, 24 de enero de 2023

Dos cometas

Cuando uno oye la palabra cometa, lo primero que suele pensar es en el Halley. Sin embargo aunque no es el único con sus características, es bastante diferente a la mayoría de los cometas.

También es posible que recordemos el Neowise, aquel cometa del primer verano de la pandemia, y que para muchos, sobre todo jóvenes, fue el primero que pudieron apreciar a simple vista. Escribí varios post sobre él en este blog, y si quieres empezar por lo más básico sobre estos astros, y continuar con algunos detalles significativos te recomiendo este enlace: "El cometa que no podía fallar"

Cometa Neowise, verano de 2020

Justamente ahora, dos años y medio después, hay dos cometas reseñables pululando por nuestros cielos. Dos cometas muy diferentes por varios motivos, y que solo comparten la fecha de su máximo brillo, a caballo entre los últimos días de enero y los primeros de febrero.

Uno, conocido desde hace años y el otro solo unos meses. El primero alcanzará un mayor brillo, aunque paradójicamente no podremos verlo porque se encuentra en la dirección del Sol, pero puede servir como ejemplo didáctico para hacer comparaciones. 

Lo primero que choca puede ser sus nombres, tan diferentes y que aunque puedan parecer claves ininteligibles, proporcionan bastante información, fundamentalmente sobre su descubrimiento y su órbita:

Nuestros dos protagonistas son el 96P/Machholz 1 y el C/2022 E3 (ZTF)


El que no veremos

96P indica que es un cometa periódico, el 96 por orden cronológico, y a continuación se cita a su descubridor, el astrónomo Donald Machholz que ha descubierto nada menos que 12 cometas siendo éste el primero (por eso el 1 final, que a veces no lo ponen), en 1986 en California. 

Su periodo es de poco más de 5.2 años, y desde que se descubrió ha sido observado en sus 7 aproximaciones aunque en algunas solo por el satélite Soho, que está dirigido hacia el Sol y capta los cometas que se aproximan mucho a él, que es cuando alcanzan mayor brillo. El paso por el perihelio en esta ocasión es el 7 de febrero, a solo 19 millones de kilómetros de nuestra estrella.

El diámetro de su núcleo es de 6 kilómetros y la inclinación de su órbita respecto al plano orbital terrestre de 58º. Tras un análisis de su composición se vio que era muy diferente a la de los demás cometas y se ha propuesto que quizás haya venido de fuera del Sistema Solar, antes de cambiar su órbita y quedarse por aquí, siendo el más asiduo visitante del Soho debido a su pequeño periodo y al ser el cometa de con esa característica que más se acerca al Sol.

Dos proyecciones de su órbita: una en perspectiva y otra con la órbita casi de perfil

Órbitas, y posiciones de la Tierra y el cometa 69P el 1 de febrero

El que está en todos los noticiarios

C/2022 E3 fue descubierto en marzo de 2022, dentro del proyecto Zwicky Transient Facility. Por eso lo de ZTF.

C/ indica cometa de largo periodo, o cometa nuevo, 2022 es el año de descubrimiento, E indica la quinta quincena de ese año (la primera de marzo) y 3 porque es el tercer astro menor (cometa o asteroide) descubierto en esa quincena.

Por lo tanto no hay constancia de haber sido observado antes y tendría una órbita elíptica enorme, o bien parabólica siendo la primera vez que se acercase al Sol. Analizando las observaciones se comprobó que se trataba de lo primero, y su periodo era de unos 50000 años. 

Su núcleo tiene un tamaño de solo 1 kilómetro y su órbita está inclinada 109º o, dicho de otra forma, 71º pero la recorre en sentido retrógrado. Pasó por el perihelio el 12 de enero, pero será el 1 de febrero cuando más se acerque a la Tierra.

Dos proyecciones de su órbita: una en perspectiva y otra con la órbita de la Tierra de perfil.

Órbitas, y posiciones de la Tierra y el cometa C/2022 E3 el 1 de febrero

Si representamos juntas las órbitas de estos dos cometas veremos que son muy diferentes, aunque también tienen algo en común:


El tamaño de la órbita del segundo es muchísimo más grande, ya que su periodo (relacionado por la tercera ley de Kepler) es mil veces mayor. 

Circulan en dirección opuesta uno del otro, y curiosamente los tramos de órbita por el norte de la eclíptica tienen una forma muy similar.

En ambos casos la inclinación sobre la eclíptica es elevada, aunque esto no se aprecie en este gráfico pero sí en los anteriores.

La mayor parte de ambas órbitas está al sur del plano de la eclíptica, y cuando esto ocurre se ven mejor desde el hemisferio norte porque tienen en él la parte más interesante: el perihelio y frecuentemente también el punto de mayor proximidad a la Tierra.

De cara a la observación podemos comparar las dos curvas de luz:

Magnitudes de los dos cometas. Aunque las fechas en que tienen magnitudes adecuadas para verlos con prismáticos o incluso a simple vista son similares, el 96p estará en la dirección del Sol, mientras que el C/2022 E3 estará por encima del horizonte toda la noche desde el hemisferio norte.

Se ve que aunque el 96p llega a ser más brillante (magnitud 1?), mantiene muy poco tiempo ese brillo y es precisamente cuando está en la dirección del Sol, tal como se ha dicho. Por ello será muy difícil de observar. Es curioso que enseguida baja muy rápido de brillo, y podría preguntarse por qué siendo más grande que el otro, se quede más débil. La respuesta es que al ser un cometa de corto periodo ha gastado ya gran parte el material volátil, y si en un momento brilla bastante es porque se acerca mucho al Sol.

El C/2022 E3 llega a la magnitud 4 y se mantiene con un brillo moderado durante semanas. Este es el que podemos intentar ver. Según las ultimas estimaciones podría ser incluso un poco más brillante que lo previsto inicialmente.

Si nunca has visto un cometa debes saber que no será nada fácil. Lo primero es buscar un lugar lejos de las luces de las ciudades. Hay que conocer dónde está mediante un mapa con su itinerario por las constelaciones o un gráfico como el que aparece aquí al final, y utilizando unos prismáticos intentar localizarlo. 

Lo verás apenas como un punto borroso, y si obtienes una foto con larga exposición podría verse la cola. Pero no esperes ver a simple vista una imagen como ésta o las que se publican por ahí, porque así no lo ha visto nadie y solo es el resultado de un proceso fotográfico de apilamiento de muchas tomas. Por supuesto, no esperes ver algo moviéndose en el cielo, que eso es solo en las películas que no tienen asesores científicos.

El C/2022 E3 en una magnífica imagen del cometa tomada por Thomas Eby el día 21 desde Arizona

Si ya tienes experiencia, también conviene decir que este cometa no es como el Neowise ni tampoco como el Hale Bopp o el Yakutake, ni mucho menos. Habrá que contentarse con poder ver algo tenue, y ponerle en la lista de los ya vistos.

En la observación va a influir negativamente la luz de la Luna, que desgraciadamente estará llena el día 5 de febrero, por lo que los mejores días del cometa (en el cambio de mes) habrá que observar de madrugada cuando la luna creciente ya se habrá ocultado.

Pongo dos gráficos correspondientes a las noches del 26 al 27 y del 31 al 1, en unas fechas en que el cometa estará situado entre la Osa Mayor y la Menor.

Posiciones del cometa C/2022 E3 desde 2 horas después de la puesta de sol hasta 2 horas antes de la salida, para una latitud de 40º N. Cuanto mayor sea la latitud el cometa se verá más alto.

Para noches intermedias entre éstas, las situaciones del cometa también lo serán.

Teóricamente en febrero irá disminuyendo su brillo. El día 5 estará junto a la brillante estrella Capella, que podría ayudar a localizarlo pero la luz de la luna llena seguramente lo impedirá. 3 días más tarde la referencia de Capella y su constelación Auriga seguirán siendo de ayuda y ya podrá verse desde el hemisferio norte al principio de la noche, muy alto en el cielo, sobre todo antes de que salga la luna ya menguante, que seguirá molestando en latitudes medias del hemisferio Sur.

El día 11 estará junto a Marte y ya será visible desde el hemisferio sur al principio de la noche sin el problema de la luz de la Luna, pero posiblemente el brillo del cometa se habrá reducido apreciablemente.. Estas situaciones se recogen en estos dos gráficos:






miércoles, 18 de enero de 2023

Conjunción planetaria en el año nuevo chino

En esta entrada voy a mezclar dos temas que aunque no tienen nada que ver, coinciden en la fecha y están motivados por los astros.

A diferencia del nuestro, el comienzo del año chino tiene su referencia en el cielo. Este próximo 22 de enero en China se celebra el año nuevo. Quizás la fiesta más popular de aquel país, donde millones de personas se desplazan para reunirse con su familia. Una fiesta de gran tradición y cuyo inicio está marcado por la Luna.  

Millones de desplazamientos para reunirse ese día tan especial

Efectivamente, el día del comienzo de año es el día de la luna nueva central del invierno, es decir la más próxima al 5 de febrero que es el día equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Dicho de otra manera, sería el día de luna nueva situada entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Aunque quizás en este caso podría decirse que el año comienza el día de la conjunción.

   

Como 12 meses lunares son 354 días, 11 días menos de los 365, cada vez el año nuevo chino se va adelantando 11 días, pero entonces en 2024 sería el 11 de enero, que se sale del intervalo y habrá que esperar a la siguiente luna nueva, el 10 de febrero. Por eso el año que ahora empieza tendrá 13 meses

La mayoría de los pueblos de la antigüedad celebraban el comienzo del año con el principio de la primavera, o como los meses estaban marcados por las fases lunares, con la luna nueva cercana o posterior a ese equinoccio. Era lógico porque es en esa estación cuando la naturaleza despertaba del letargo invernal y todo se ponía en marcha de nuevo. 

Pero en China parece que eran más optimistas y cuando ya pasaba la mitad del invierno consideraban que era el momento de comenzar un nuevo ciclo. Pero la referencia en nuestro calendario es el 5 de febrero y ellos no la tenían. La manera de calcularlo era con la primera luna nueva que ocurra después de 30 días del solsticio de invierno. Y esa referencia sí la tenían, observando las puestas de sol.

Es curioso que si miramos las lunas en un calendario parece que hay algo que no cuadra: nos marca luna nueva el día 21 de enero. La explicación es que esa fase se produce a las 21:56 hora central Europea, que en China ya es día 22, concretamente serán las 16:56

El cielo ese día

Precisamente ese día se produce un fenómeno celeste destacado: la conjunción de Venus con Saturno. El brillante Venus que ya lleva unas semanas apareciendo en el crepúsculo vespertino se va separando angularmente del Sol y apareciendo sobre un fondo más oscuro que le da más relevancia, mientras Saturno realiza el movimiento aparente opuesto y después de haber estado al principio de la noche en nuestros cielos va a cesar pronto en su función.

El día 10 de enero Saturno, en la parte superior de la imagen, aún se encontraba a 14º de Venus, que aparece en la parte inferior.

El día 10 ya se pudo ver a los dos planetas en una misma zona del cielo. Si nos fijamos en la estrellita que está junto a Saturno (delta de Capricornio o Deneb Algedi), prácticamente mantendrá con ella su posición relativa, lo que indica que es Venus el que se acerca, a pesar de que parece lo contrario.

Efectivamente, Saturno es el planeta lento, y además en esta época ya se mueve en sentido directo como si quisiera evitar el encuentro, y tiene que ser Afrodita la que se acerque al anciano Cronos (como llamaban los griegos a nuestros dos protagonistas). El hecho de que el Sol también se mueve hacia el Oeste respecto a las constelaciones, produce el efecto erróneo de que es Saturno el que se mueve hacia Venus.

En esta otra imagen del día 15, ya se les ve más cercanos entre sí, separados por poco más de 8º, pero el mayor recorrido lo hace Venus.


Hoy mismo (miércoles 18) a pesar del temporal de lluvia y nieve he podido obtener esta otra foto cuando ha surgido un claro ente las nubes en la zona adecuada:

Cada vez se ven más cercanos

Con sus trayectorias opuestas (respecto al Sol), ambos se cruzarán precisamente el día del año nuevo: para nosotros el 22 de enero. Desde China estarán separados por solo 41´ (poco más que el diámetro aparente de la Luna) y desde aquí aún más próximos, con 25´de separación, podrán observarse simultáneamente con un telescopio de poca focal en el mismo ocular.

Actualización 23-1

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Añado un par de imágenes de ayer, día de la conjunción. La primera con la misma focal que las anteriores, y la otra con teleobjetivo

A pesar de que Saturno aparece bastante débil, puede apreciarse a la derecha y encima de Venus

  

Siguiendo la línea de los dos planetas hacia abajo puede verse la estrella Deneb Algedi citada antes, que puede apreciarse en casi todas las anteriores imágenes y da idea del movimiento de los dos planetas sobre el fondo de las estrellas durante estos días que han ido aproximándose.

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Por si fuera poco, al día siguiente aparecerá por la misma zona una finísima luna dando una imagen espectacular, aunque los dos planetas ya habrán empezado a separarse.

Desde la zona oriental de China, los días 22 y 23, una hora después de la puesta de sol

Por supuesto los chinos no podrán ver la luna el día 22, deberán esperar al 23 y desde lugares con muy buen horizonte y cielo muy limpio, mejor cuanto más al suroeste. 

Desde Europa, anocheciendo ya unas horas más tarde, será muy difícil verla el 22 a pesar de que la inclinación de la eclíptica al atardecer una vez avanzado el invierno juega a nuestro favor, aunque ¿quizás no sea imposible? 

El día 23 se apreciará sin dificultad si tenemos un cielo limpio y un horizonte suroeste bajo, a la izquierda de Venus, formando una bonita configuración.


Pero desde algunas zonas de América podría verse la finísima Luna junto a los dos planetas el mismo día 22 dando una preciosa imagen. Concretamente al oeste de México, USA o Canadá ya habrán pasado 29 horas de la luna nueva cuando aparezca en el crepúsculo vespertino, y con la eclíptica ya muy inclinada por las fechas y en el caso de México también por la latitud, podrá verse. Y al día siguiente sin problema.


En muchos casos Venus servirá como referencia para encontrar la Luna, y no al revés como habitualmente suele ocurrir. Si nunca has visto una luna tan fina, para hacerse una idea pongo ésta que yo fotografié en julio de 2017, y aunque es menguante (29 horas antes de nueva), es simétrica a la de ahora.

Luna de -29 horas

Y aunque con 4 horas más de diferencia, esta otra luna de 2014, acompañada también en esta ocasión por el planeta Venus 

Luna de -32 horas, en la misma imagen que Venus, aunque no excesivamente cerca

El lunes 23 podremos verlo.

En estos viajes, vistos desde nuestra perspectiva, Venus va visitando cada uno de los planetas: el primero fue Mercurio, ahora Saturno, luego será Júpiter formando una pareja muy brillante que no hemos visto al principio de la noche desde 2015, y finalmente se acercará a Marte, aunque tampoco hay que olvidar los encuentros con Neptuno y Urano antes y después, respectivamente, del de Júpiter. Y también la fina luna creciente dará juego en algunas de estas aproximaciones.

Espero contártelo, y por supuesto deseo que no haya muchas nubes y lo puedas admirar en el cielo.

lunes, 2 de enero de 2023

El cielo más espectacular de tu vida


Si sueles mirar el cielo, o tienes curiosidad por hacerlo, estos días próximos al cambio de año son sin duda los mejores desde ambos hemisferios, aunque siempre mejor desde el sur. 

Pero empiezo por el norte, donde viven la mayoría de lectores de este blog. Aquí suele decirse que  el cielo del invierno es el más llamativo porque aparecen varias constelaciones destacadas, y además situadas casualmente en una misma zona del cielo.

Este año además están acompañadas por los planetas.

Latitud 43º N. Constelaciones que se ven al principio de la noche en estas fechas.

La más conocida de estas constelaciones es sin duda Orión: por su forma simétrica, por sus 3 estrellitas alineadas y equidistantes que forman el llamado “Cinturón de Orión” y por sus dos estrellas más brillantes, la gigante blanco azulada Rigel y la supergigante roja Betelgeuse:

Después del nombre de cada estrella aparece su magnitud, y entre paréntesis el lugar que ocupa según el brillo, entre todas las estrellas del cielo, aunque a veces existan pequeñas discrepancias según las fuentes.

Pero alrededor de Orión hay varias constelaciones que dan más realce a esta zona del cielo

Géminis, con Cástor y Pólux sus principales estrellas que representan a los gemelos de la mitología griega, de distinto padre pero con un amor fraternal llevado al extremo.



Auriga, con su forma pentagonal, aunque uno de los vértices no sea suyo, y con su estrella Capella,


El Can Menor y el Can Mayor situadas al sur de Orión con sus brillantes estrellas Proción y Sirio, la más brillante del cielo

El Can Menor

El Can Mayor


Y al norte de Orión, además de la citada Géminis, la también zodiacal Tauro, con la estrella rojiza Aldebarán y los cúmulos abiertos de las Híades y las Pléyades.


Estas constelaciones son las que siempre se citan al hablar del cielo del invierno, pero... Si nos restringimos a principios de dicha estación y al comienzo de la noche, que es el momento más propicio, podría realzarse incluso más porque todo lo anterior se completa en la zona opuesta del cielo con el triángulo del verano

Si, porque aunque parezca una contradicción, en estas fechas invernales y a esas horas la gran figura del denominado "triángulo del verano" del que forman parte las estrellas más brillantes de las constelaciones de Lira, Cisne y Águila aún no se ha puesto por el Oeste, cuando por el Sureste ya ha aparecido Orión y todas sus compañeras. 

También habría que añadir la estrella Fomalhaut de Piscis austrinus, de magnitud 1.15 ocupando el lugar 15 por su brillo y que pese a estar en el hemisferio sur celeste se mantiene en nuestro cielo hasta después de que empiece a marcharse el "triángulo".

Si nos centramos en una latitud media del hemisferio norte al principio de la noche únicamente falta la estrella Sirio, la más brillante, que esa sí esperará a que el triángulo veraniego empiece a ocultarse, y a pesar de que hay muchas estrellas brillantes que solo se ven en el sur, desde aquí veremos 10 de entre las 20 más destacadas.


Desde el hemisferio Sur, aunque no pueda verse en esta época el triángulo del verano (tremenda paradoja porque allí sí es verano, y este triángulo asoma por el horizonte en invierno) también es visible la zona más espectacular con Orión y sus compañeras, y además con la presencia  desde el principio de la noche de las dos estrellas más brillantes del cielo (Sirio y Canopus que no se ve nunca en el hemisferio norte), y como además están varias de las estrellas más destacadas del Centauro y la Cruz del Sur, además de Achernar de la Ballena, que solo se ven en ese hemisferio, el espectáculo es aún mayor.

En una zona muy reducida y cercana al polo sur celeste se encuentran las constelaciones de Centauro y la Cruz del Sur con 4 estrellas de entre las 20 más brillantes del cielo, incluida la tercera de ellas, Rigil Kent o alfa Centauro, la estrella más cercana a la Tierra.


En la constelación de la Quilla, (antes formaba parte de Navío) se encuentra también la segunda estrella más brillante del cielo, la citada Canopus.


Con todo, para una latitud media del hemisferio sur a principios o mediados de enero al principio de la noche el cielo está poblado de más estrellas brillantes que en el norte:

Pero si esto ocurre todos los años, este comienzo de 2023 es especial porque esas estrellas estarán acompañadas de los 4 planetas más espectaculares luciendo sus mejores galas. Mercurio acaba de irse, pero tampoco podría incluirse nunca a esta colección de luces porque cuando aparece, siempre se limita al cielo crepuscular y nunca comparte escenario con las estrellas, y por otra parte Venus va ganando importancia día a día.

Aspectos relativos a la situación de los planetas aparecieron en el post anterior y ahora incluyo sus posiciones con el cielo completo en lugares de diferente hemisferio:

Posiciones de los planetas entre las estrellas, una hora después de la puesta de sol

Esta acumulación de planetas no ha ocurrido al principio del invierno, desde 1966; pero entonces con Marte mucho más débil y cercano al horizonte no destacaría, por lo que habría que retroceder aún más, hasta 1942, para encontrar algo parecido a lo actual. Algo, que casi nadie de nosotros pudo ver, y que habrá que esperar a 2081 para encontrar algo similar (bueno, entonces aún mejor, pero me temo que...) Por eso el título del post.

Pero incluso hay algo más, porque para finales de enero se anuncia el cometa C/2022E (ZTF), que aunque no destacará en un primer vistazo, parece que podrá apreciarse sin ayuda óptica y pondrá la guinda al espectáculo.

Por todo ello, si te gusta mirar el cielo estrellado, no te pierdas esta magnífica oportunidad. Aunque no conozcas las constelaciones te impresionará y puede ser un aliciente para que empieces a aprenderlas. Aprovecha las noches despejadas, aléjate aunque no sea mucho de la contaminación lumínica, y no olvides que no tendrás otra oportunidad de ver tantas luces en la noche, por encima del horizonte.

lunes, 19 de diciembre de 2022

Espectáculo navideño

 

Esta Navidad los astros se suman al conjunto de luces que adornan nuestros pueblos y ciudades con una coreografía espectacular.



Además de las constelaciones invernales que irán desfilando a lo largo de la noche destacando sobre las de cualquier otra época del año, los cinco planetas observables a simple vista estarán en nuestros cielos tras el crepúsculo vespertino, acompañados de la fina Luna creciente. Algo que no ocurría desde hace más de 6 años.

Concretamente el día 25 podrán verse, por orden y de Oeste hacia el Este, Venus, Mercurio, la Luna, Saturno, Júpiter y Marte, como se recoge en este gráfico:


Incluso si no queremos discriminar a los dos últimos planetas, que por estar tan lejos no podremos verlos sin ayuda óptica, también estarán ahí Urano y Neptuno a izquierda y derecha de Júpiter respectivamente.

Como también debo felicitar a mis lectoras y lectores de otros lugares (a algunos por doble motivo) esta es la situación para otras dos latitudes, también una hora después de la puesta de Sol:

En la misma latitud del primer gráfico, pero en el hemisferio sur, la situación es simétrica por estar casi en el solsticio (un poquito más bajos los astros porque el día 25 ya estarán en verano y nosotros en invierno)
Desde el ecuador se verán todos a mayor altura, con la ventaja añadida de que oscurece antes. Para una correcta interpretación del gráfico hay que tener en cuenta que Marte está casi en la misma línea (casi vertical) que los otros planetas, pero continuando por el cenit.

A Mercurio, como siempre, quizás cueste localizarlo aunque contaremos con la inestimable ayuda de Venus que estará próximo y como él reaparece en el crepúsculo vespertino después de meses de ausencia para acompañar a los tres planetas exteriores que llevan ya un tiempo.

Los dos últimos en llegar ya están aquí. A Venus y Mercurio he podido fotografiarlos hoy mismo día 19. Aunque a simple vista todavía es difícil, cada día lo será algo menos.

Venus, a punto de ponerse por el horizonte de Bilbao, casi una hora después que el Sol

Y tras otros 25 minutos se ocultó Mercurio, casi por el mismo lugar.

Al ver estas dos imágenes puede resultar chocante que Mercurio aparezca tan brillante o más que Venus. Lo que ocurre es que al estar el cielo ya más oscuro pude dar una mayor exposición con lo que aumentó el brillo de Mercurio. Pero el ojo hace algo similar.

La aproximación de Mercurio al horizonte desde detrás de la nube, aunque dificultoso de seguir, fue interesante al tratar de vislumbrarlo a simple vista:



Ya solo falta la Luna para completar la coreografía, aunque hasta navidad no aparecerá.

La presencia del primer planeta será fugaz, pudiéndose observar solo hasta final de año, y eso si disponemos de un horizonte suroeste bajo y un cielo limpio, aunque desde la zona ecuatorial podrá verse durante más tiempo.

Los demás conservarán aproximadamente su posición relativa hasta que Saturno los abandone, hacia finales de enero, precisamente cuando tendrá un encuentro cercano con Venus.

Y si alguien quiere intentar ver una luna de solo un día, el crepúsculo vespertino de nochebuena será el momento, cuando se situará incluso más cerca de Venus y Mercurio, formando un magnífico triángulo. No será sencillo por la finísima fase, y probablemente podrá localizarse Venus más fácilmente, y a partir de él intentar buscar la Luna.

24-12-2022,  45 minutos después de la puesta de Sol, para una latitud de 40º

Selene, la dama de la noche irá visitando muy de cerca a cada uno de los planetas, según se va desplazando día a día hacia el este y aumentando su fase.

Como se ha dicho el día 24 estará muy próxima a Venus y Mercurio, el 26 se acercará a Saturno, el 29 a Júpiter y el 3 de enero a Marte.

El hecho de que puedan verse a la vez los cinco planetas es algo que no se produce muy a menudo. Se vieron la pasada primavera y también en verano de 2020, pero fue de madrugada.

Por la tarde habría que retroceder hasta agosto de 2016, y no se volverá a repetir hasta finales de febrero de 2025, en ambos casos con mayor dificultad que ahora. 

Evidentemente todo esto es desde la perspectiva del tercer planeta, porque objetivamente la posición de estos astros del Sistema Solar no tiene nada de especial.

Posición de los planetas el 25-12

Trazando una recta que pase por la Tierra, si se consigue que todos los planetas queden al mismo lado y el Sol al lado contrario significa que en algún momento de la noche se verán los cinco. Si además el Sol queda antes que ellos moviéndonos desde la Tierra en sentido directo significa que se verán al principio de la noche.

Aprovecho esta circunstancia para desearos unas FELICES FIESTAS DE NAVIDAD y entre el turrón y las uvas no olvidéis mirar el cielo.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Numeración de los ciclos SAROS de los eclipses

Este post es continuación del que publiqué el mes pasado sobre la periodicidad de los eclipses, que si no lo has leído sería conveniente que lo hicieras en el enlace para entender mejor éste.

Ante una pregunta de Ale en un comentario a aquel post, voy a profundizar un poco más en el tema del SAROS, en un aspecto relativo a la numeración que reciben los diferentes eclipses consecutivos (al ciclo saros que pertenece cada uno), que no había tratado. Un aspecto bastante curioso en el que yo no había caído y que gracias a ella he podido descubrir.

Dos eclipses consecutivos, que tuve la suerte de observar desde la zona de la centralidad. 139-134=5

Lo que ocurre con los eclipses de Luna respecto a las periodicidades es similar, pero trataré solo los de Sol porque siempre reciben mayor atención y sus gráficos me parecen más ilustrativos.

Es un tema bastante técnico, y por eso lo voy a señalar con los habituales indicadores de los anexos. Si no te atraen estas cosas, te aconsejo que esperes a la siguiente entrada del blog que seguro será más sencilla. O si no has leído la anterior que es mucho más "amable" y quizás haya quedado tapada por ésta.

De todas formas voy a intentar explicarlo de manera sencilla, en algunos momentos quizás redundante, aunque pueda parecer pesado. También puedes quedarte con los resultados, pasando de las deducciones.




Recordando (por si no leíste el otro artículo)

Cada 18 años 11 días y 8 horas se repiten los eclipses con unas características muy similares; es el llamado periodo saros.  Pero evidentemente en ese intervalo hay muchos más eclipses y cada uno de ellos se repetirá también al cabo de ese tiempo, de manera que cada uno tiene su saros, y estos ciclos se van numerando, de forma que un eclipse y el que ocurra 18 años 11 días y 8 horas después tienen el mismo número Saros. Por ejemplo, el último eclipse de Sol (25-10-22) pertenece al saros 124, lo mismo que el que ocurrirá el 4-11-40.

Cada ciclo o serie saros consta de entre 69 y 87 eclipses, un número variable porque la órbita lunar es algo excéntrica y en consecuencia el movimiento no uniforme. Cuando acaba un ciclo saros comenzará otro nuevo. 

Tal como se explicó, cada saros comienza con un eclipse parcial y pequeño cercano a uno de los polos (es decir, con la Luna no muy cercana al nodo), que va aumentando y desplazándose hacia el otro polo con eclipses totales y anulares, pasando al otro hemisferio y terminando en ese otro polo, y como se ha dicho, comenzará luego otro ciclo Saros. Sin embargo la numeración de estos ciclos no es correlativa según su comienzo, sino según el eclipse central en el que la Luna pasa lo más cerca posible del nodo y la zona de visibilidad por el ecuador, por lo que el número de este nuevo ciclo se calcula previamente.

Saros en eclipses consecutivos.

El dato clave es que la variación del número saros de un eclipse al siguiente depende del número de lunaciones que hay entre los dos eclipses. No confundir estos dos términos, que con tanto número...

En los eclipses consecutivos por fecha (habitualmente cada 6 lunaciones, que es un poco menos de 6 meses) su evolución es similar a la de un saros, pero a una velocidad mucho mayor, como se ve en el siguiente gráfico, y con la diferencia respecto a saros, de que van alternando de un nodo a otro: La serie comienza también con un eclipse parcial cercano a uno de los polos (en algunos casos total o anular pero en latitudes extremas), pero le sigue luego otro cercano al polo contrario, van acercándose al ecuador con eclipses parciales y totales, se cruzan el ascendente con el descendente, y luego la zona de visibilidad se aleja del ecuador hasta llegar al polo habitualmente con eclipses parciales y finaliza la serie. 

Lo habitual es que en cada serie de eclipses consecutivos haya 8 y luego comience otra serie en el mismo nodo en el que ha acabado la anterior. Pero, como se verá, hay excepciones.

Los 8 eclipses de sol correlativos de abril de 2022 a septiembre de 2025, que completan la serie actual. Se ha aumentado el tamaño del número saros para hacerlo visible.

Observando las características de estos eclipses consecutivos y el saros al que pertenecen, se aprecia que el número saros va aumentando de 5 en 5. (En este caso 119, 124, 129, 134, 139, 144, 149, 154). 

Eso es porque de un eclipse al siguiente hay 6 lunaciones (que es lo más habitual) y a 6 lunaciones corresponde siempre un aumento de 5 saros.

Pero después el siguiente eclipse ocurre después de 5 lunaciones, y el saros disminuye en 33, con lo que a partir de él comienza una nueva serie de 5 en 5, y en este caso al 154, último de la serie anterior, seguirían 121, 126, 131, ...

Nuevamente el mismo gráfico de la serie actual, con el añadido del eclipse anterior y el siguiente a una diferencia de 33 saros

Repito que es lo más habitual: 8 eclipses consecutivos separados entre sí por 6 lunaciones y numerados de 5 en 5 saros, escoltados por delante y por detrás por sendos eclipses a solo 5 lunaciones y con una diferencia en saros de -33. Pero puede ocurrir que sea el octavo de la serie el que ocurra al cabo de 5 lunaciones respecto al séptimo, y en este caso el siguiente eclipse (el noveno) ocurre a cabo de una lunación y el siguiente al cabo de 5.  

Esto es porque la Luna nueva se ha acercado al nodo antes de lo habitual, lo justo para producir un eclipse parcial, y la siguiente aún no se ha alejado lo suficiente del mismo nodo y vuelve a haber otro.

Es decir, que la habitual serie con separación de 6, 6, 6, 6, 6, 6, 6 lunaciones sea en este caso 6, 6, 6, 6, 6, 6, 5, 1, 5, 6, 6, ...

En realidad lo que ocurre es que se intercalan dos series de 8 eclipses, y la secuencia de saros será ...+5, +5, +5, +5, +5, +5, -33, +38, - 33, +5, +5, +5, +5, +5, +5, +5...  

El +38 en realidad sería el último de la serie anterior, ya que sumado al -33 queda +5

Por ejemplo: La serie que sigue al ejemplo anterior comienza con el eclipse del 17-2-2026 que es del Saros 121, al que siguen 126, 131, 136, 141, 146, 151, 118, 156, 123, 128, 133,...

En este caso el saros 118 ocurrirá el 12-6-2029 y el 156 el 11-7-29, una lunación después.

Pero, ¿Por qué habitualmente son 5 saros más en cada eclipse?  ¿En qué saros hay que colocar a un nuevo eclipse?

Existe otro ciclo similar al saros, que se llama Inex, que ayuda a calcular y entender el paso de los +5 o los -33 saros. Su duración es de 358 lunaciones y al cabo de un ciclo Inex también se repiten los eclipses, incluso con mayor precisión que en saros; pero con la diferencia de que si todos los eclipses de un mismo saros se producen en el mismo nodo, en este caso van alternando los nodos. 

Precisamente esas 358 lunaciones, que equivalen a 29 años menos 20 días, es la diferencia entre los eclipses centrales de un saros al siguiente (entre dos saros consecutivos).

Este ciclo, o mejor dicho su doble (58 años menos 40 días), ya ha aparecido en el artículo anterior, y coincidían los nodos al ir de 2 en 2 Inex.

En el siguiente cuadro, elaborado por Fred Espenak, de NASA, se representan ambos ciclos: las columnas son los Saros y las filas los Inex. Moviéndonos en horizontal hacia la derecha cada paso aumenta en 358 lunaciones (un ciclo Inex), y si nos movemos en vertical hacia arriba cada paso disminuye 223 lunaciones (un ciclo Saros) y se obtiene un eclipse similar.

La manera de elaborar este cuadro consistiría en trazar las tiras de las columnas, una de cada saros, y luego moverlas en vertical de forma que cada línea horizontal va recorriendo eclipses separados por 358 lunaciones. Por supuesto con hacerlo en una fila horizontal es suficiente.


- La utilidad de este cuadro es que cada punto representa un eclipse, todos los eclipses se pueden situar en él, y que a partir de un punto, moviéndonos en horizontal y vertical un número cualquiera de unidades, siempre llegaremos a otro eclipse del que podemos averiguar su fecha, con los 358 o 223 lunaciones en cada paso. 


Con ello podemos responder a la pregunta clave: ¿Qué saros tendrá un eclipse que ocurre 6 lunaciones después de otro?  Ya se ha visto que son 5 unidades más, pero ¿porqué? 

La respuesta se obtendrá buscando un recorrido en el cuadro, a partir del eclipse anterior, cuyo resultado sea 6, es decir, buscando un número A tal que con otro número B cumplan  358 A + 223 B = 6 y, como puede comprobarse, se cumple con A=5 y B=8, y solamente con esos números, por lo que es la única manera de pasar del eclipse anterior a ese. Por ello la respuesta a nuestra pregunta es 5 saros más que el anterior. También hemos calculado que serán 8 ciclos Inex.

Dicho de otra forma, partiendo del punto que corresponde al eclipse anterior, para llegar al punto que corresponde al eclipse que ocurre 6 lunaciones después, la única solución es movernos a la columna que está 5 puntos a la derecha (5 saros más):

Porque al movernos 5 pasos hacia la derecha hemos aumentado  358 X 5 = 1790 lunaciones, y al dar luego 8 pasos hacia arriba hemos disminuido 223 X 8 =1784 (o aumentado -1784), o sea que hemos ido 6 lunaciones hacia adelante (1790-1784=6) y esa será la ubicación en la tabla de este eclipse. 

Ejemplo con los dos últimos eclipses de la serie utilizada antes, donde se pasa del saros 149 al 154 en el siguiente eclipse

- En el caso de ocurrir el nuevo eclipse al cabo de 5 lunaciones, hay que retroceder 33 saros y avanzar 53 Inex porque 

 (- 358) X (-33) = 11814            223 X 53  = 11819  y la diferencia es 5

En este caso 33 es el número entero A más pequeño que cumple la ecuación 358 A + 223 B = - 33 

Sería el caso, por ejemplo del paso del eclipse del  14-1-29 al 14-6-29  (de saros 151 al 118)

- En el caso de una sola lunación se aumentan 38 saros y se retroceden 61 Inex porque

(-358) X (38) = -13604          y   223 X (-61) = -13603    y la diferencia es

 Sería el caso, por ejemplo, del paso del eclipse del  12-6-29   al 11-7-29  (de saros 118 a 156)

Gráficos correspondientes a los dos últimos apartados

Puede parecer algo complejo, pero no deja de ser curiosa la plasmación en un elemento geométrico algo tan especial y con números tan raros como la frecuencia de los eclipses. 

Con la práctica, el manejo de la tabla se hace muy sencillo y muy útil, y en lo que a mí respecta lo mejor es lo que uno aprende y la enorme satisfacción cuando encuentra por sus propios medios la solución.