Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

domingo, 15 de octubre de 2017

Desde más arriba

Hoy, como en muchas otras ocasiones,  también voy a escribir sobre cómo vemos los astros desde el tercer planeta, pero desde un poco más arriba de lo habitual: cosas que podemos ver desde un avión en vuelo.

Y también como en muchas otras ocasiones, ha sido una experiencia personal inesperada lo que me ha impulsado a escribir esto. Porque aunque uno haya realizado numerosas observaciones del cielo y crea haberlo visto casi todo, en ocasiones hay circunstancias y casualidades que se alían para ofrecerte algo diferente.

El pasado 5 de octubre para acudir, representando a la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía, a la presentación de un proyecto didáctico patrocinado por la Agencia Espacial Europea, tomaba una avión en el aeropuerto de Madrid que tenía su salida a las 19:35 con destino a Granada y, como siempre que puedo elegir, tenía mi asiento junto a la ventanilla, en este caso al lado izquierdo (asiento A)
Embarcando en Madrid
Justo en el momento de embarcar el Sol nos regalaba sus últimos rayos, y ya cuando el avión despegó con unos minutos de retraso se había ocultado por el horizonte, despidiéndose hasta el día siguiente. O eso creía yo.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Mirando un punto azul pálido

En el último post que publiqué antes del índice puse esta imagen:


Créditos: Nasa/JPL

Sin embargo no mencioné la razón por la que se ha hecho famosa, que no ha sido tanto la espectacular visión de los anillos de Saturno a contraluz, que desde aquí nunca se pueden  observar, como algo que apenas se intuye y por eso lo he señalado con una flecha en la imagen, que es nuestro planeta, un débil punto azul pálido, una cosita de nada.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Una cosa pequeñita llamada Dafne

Mañana 15 de septiembre de 2017 la misión Cassini terminará su largo periplo de 13 años desde que llegó a las inmediaciones de Saturno, sumergiéndose en la atmósfera del fotogénico planeta y desintegrándose. 
Además de suministrar importantes datos científicos que nos permite conocer cada vez mejor las características del sexto planeta, de sus anillos y de sus satélites, nos ha dejado imágenes impresionantes. Seguramente habrá sido la misión espacial que ha dado lugar a una galería de imágenes más espectacular por su cantidad, variedad y belleza.
Ilustración artística de la Nave Cassini en las cercanías de Saturno. (NASA/JPL Caltech)
Pongo a continuación varios enlaces en los que puedes encontrar información sobre la misión Cassini (los dos primeros de la NASA y el tercero un audio de Radio Euskadi), pero te sugiero que las dejes para luego, porque hoy quiero hablar solo de un minúsculo capítulo de esa historia.
Como lo cortés no quita lo valiente, y teniendo en cuenta que recientemente he criticado la política de divulgación seguida por la agencia espacial norteamericana con motivo del pasado eclipse de Sol, en este caso debo decir: “Gracias NASA”

- Aquí una información exhaustiva de la misión (en inglés)
-En esta otra, la galería de imágenes:
https://www.nasa.gov/mission_pages/cassini/images/index.html
- Si quieres escuchar un breve resumen de la misión y al científico principal de Cassini en la ESA (Agencia Espacial Europea) Nicolas Altobelli, explicando el final de la misma, a partir del minuto 30:40 en este audio: http://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/la-mecanica-del-caracol/audios/detalle/5066364/arqueologia-fantastica-gran-final-cassini-virus-oceanicos/

En cualquier caso, para ir abriendo boca te pongo varias imágenes obtenidas por Cassini, que he seleccionado de entre las muchas que me han gustado especialmente, antes de meterme con el tema de hoy.
Saturno a contraluz con el Sol detrás.   (NASA/JPL-Caltech/SSI)
Los extraños satélites Hiperión y Pan con aspecto de esponja, y ravioli o ala de sombrero  respectivamente. Hay otro satélite (Atlas) de aspecto muy parecido a Pan (NASA/JPL-Caltech/SSI)
 Aunque parece un eclipse anular, el anillo luminoso es la atmósfera de Titán casi a contraluz, con los anillos de Saturno delante y Encélado en primer plano. En estos dos satélites se han descubierto, gracias a los datos aportados por la misión Cassini-Huygens, condiciones que incluso podrían hacer pensar en la posibilidad (de momento es solo una elucubración poco probable) de existencia de vida microbiana. (NASA/JPL-Caltech/SSI)

Pero a mí personalmente, lo que más me ha impresionado de todo lo que en estos 13 años nos ha mostrado Cassini ha sido el descubrimiento de un satélite muy pequeñito llamado Dafne.
Este satélite de apenas 7 kilómetros se mueve entre los anillos de Saturno, en la llamada división Keeler.
Ya lo conocía “de oídas” antes de ver las imágenes de Cassini, y alguna vez he hablado de él en alguna conferencia, de su órbita situada en un hueco del anillo A (el más exterior de los dos anillos más brillantes) y de las interacciones que tiene, al igual que otros satélites pastores, con las partículas de los anillos. Pero las fotos que ha obtenido la sonda que ahora finaliza su viaje me parecen sencillamente impresionantes. No las imágenes del satélite en sí, sino de “la movida” que monta con su paso.

Conocí a una chiquilla menuda, aparentemente muy poquita cosa, pero que también provocaba alboroto a su alrededor. Se llamaba Dafne y siempre me ha venido a la memoria cuando he oído hablar o cuando he visto imágenes del astro que lleva su mismo nombre.

Este satélite, el tercero en distancia al planeta, mide menos de 7 kilómetros y, por su tamaño, desde luego que no merecería hablar mucho de él.
Entonces ¿por qué le dedico un artículo del blog?

Por esto:
En una determinada zona los anillos parecen extrañamente removidos. Esto delató la existencia de Dafne antes de ser encontrada.
Creo que entenderás mis razones:
Al moverse entre los anillos, en la llamada división de  Keeler  que, por supuesto, el satélite ha ocasionado, provoca esas ondulaciones en los bordes de ese surco. 

Hay algún otro satélite que también hace algo parecido aunque una escala muy inferior. Pero...
En esta otra foto, con una iluminación del Sol casi en la dirección del plano de de los anillos se ve algo más: el relieve.
Fijándose en las sombras, tanto la de Dafne como sobre todo las de esas líneas sinuosas, se aprecia que las llamativas ondulaciones sobresalen por arriba y por abajo del plano de los anillos formando unos relieves extraños.

Entre las muchísimas sorpresas que hemos descubierto en las cercanías del sexto planeta gracias a Cassini, desde luego para mí ésto es de lo más curioso.  


Existen otros satélites, tanto de Saturno como de Urano, llamados satélites pastores porque de alguna manera pastorean las partículas de los anillos con su atracción gravitatoria manteniendo sus bordes bien definidos, y algunos de ellos también ocupan estrechos huecos en el anillo. 
En alguna ocasión hablaré de ellos y la curiosa mecánica gravitatoria que les convierte en "pastores", pero hoy el protagonista es Dafne porque es especial ya que en los otros casos no se producen esas ondulaciones tan llamativas.

Ello es debido a que la órbita de Dafne no está exactamente en el mismo plano que los anillos, sino ligeramente inclinada. Por eso durante la mayor parte de su órbita (que tarda poco más de 14 horas en completarla) está situado por encima o por debajo del plano de los anillos y periódicamente, cada 7 horas aproximadamente, atraviesa dicho plano.

Cuando está por encima de los anillos, atrae hacia arriba a las partículas, formando una elevación, y el efecto contrario cuando está por debajo.

Todo parece lógico, pero si levanta las partículas a su paso tanto a su izquierda como a su derecha ¿Por qué a un lado del hueco las ondulaciones están solo después de la posición del satélite y al otro están antes?
Es una consecuencia lógica teniendo en cuenta la velocidad con que se mueven en su traslación alrededor se Saturno. Según la distancia a la que se encuentre del planeta, una partícula o un satélite tiene determinado totalmente su periodo (se puede calcular por la tercera ley de Kepler) y por lo tanto su velocidad.

Las partículas del anillo situadas en el borde exterior de la división de Keeler se mueven más despacio que Dafne porque están más lejos del planeta, y por eso la ondulación producida por el satélite (por ejemplo cuando se encuentra éste por encima del plano del anillo) se va retrasando respecto a él. Al cabo de una vuelta de Dafne, volverá a estar nuevamente encima del plano y se encontrará con la zona del anillo anterior a la ondulación y producirá una nueva onda delante de esa. Así van surgiendo sucesivas ondulaciones, cada vez ligeramente adelantadas, aproximadamente cada 14 horas una sinusoide completa con su zona superior e inferior.

Lo contrario ocurre con el borde interior de la división de Keeler, donde las partículas se mueven más rápido que Dafne y las nuevas ondulaciones aparecen detrás de las anteriores, según el sentido de giro alrededor de Saturno.

Si tomamos como referencia la posición del satélite, las partículas del anillo exterior (del borde exterior de la división de Keeler) se van moviendo respecto al satélite en sentido horario visto desde el Norte, y las del anillo interior en sentido contrario. 
La siguiente imagen corresponde a la cara sur de los anillos y por eso el sentido del movimiento es al revés.

Si nos imaginamos que estamos situados en Dafne, veríamos como subimos y bajamos respecto al plano del anillo, mientras las ondulaciones creadas por él anteriormente, a uno y otro lado, se van separando y dejando hueco para que surjan otras nuevas.


Aunque todo se mueve en el mismo sentido, respecto a la posición de Dafne los dos grupos de ondulaciones se van separando y en el espacio que dejan se irán formando otras. La imagen corresponde al momento en que Dafne empieza a salir del plano del anillo hacia el frente de la imagen (cara Sur) y está a punto de originar dos nuevas ondulaciones (una a cada lado de la división de Keeler) en una zona todavía plana.


Así unas ondulaciones se van adelantando y otras retrasando respecto a Dafne y siempre las más recientes y evidentes estarán próximas a la posición del satélite.

Las imágenes más impresionantes y clarificadoras se aprecian cuando el plano de los anillos está casi en la dirección del Sol, porque al llegar la luz casi “de canto” las sombras se proyectan sobre el anillo y se hacen evidentes. Eso ocurre en periodos cada 15 años y teniendo en cuenta el tiempo que Cassini ha estado por ahí, fue solo alrededor de 2009 cuando pudo obtener las mejores fotos de la movida. 

La influencia gravitatoria de Dafne sobre las partículas de los anillos no se reduce a lo que aquí he contado y, como he escrito antes, actúa igual que otros satélites pastores frenando o acelerando dichas partículas y modificando de esta manera sus órbitas. 
Pero hoy me quedo con esta historia que ocurre en un lugar minúsculo de las proximidades del sexto planeta, y podemos hacernos una idea del contexto en estas dos imágenes:

En la foto de la izquierda aparece ese diminuto puntito que es Dafne haciéndose notar apenas por su sombra y por lo que monta a su alrededor, y en la de la derecha una visión más amplia de los anillos y el borde del planeta. Como referencia se ha indicado en esta segunda imagen la situación de las dos líneas oscuras de la anterior: la división de Encke y la de Keeler que en esta segunda foto casi ni se intuye.

Dafne es así: pequeña pero revoltosa.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Dos años desde el tercer planeta

Ya se han cumplido dos años desde que abrí el blog, con mucha ilusión pero sin pensar que me iba a “enganchar” tanto, ni que me fuera a dar tantas satisfacciones.



Al hacer balance la primera impresión que me queda es que he escrito demasiado. No solo por la cantidad de artículos sino también por la extensión de muchos de ellos.

Esto debe cambiar necesariamente porque le he dedicado demasiado tiempo, y es el momento de que retome con más sosiego otras tareas, algunas también relativas a la enseñanza y divulgación de la astronomía o al diseño y elaboración de recursos didácticos. No cerraré el blog pero mi idea es que los diferentes post salgan más espaciados aunque, no lo puedo asegurar con rotundidad, porque las intenciones no siempre se cumplen.

lunes, 28 de agosto de 2017

Cae la Espiga

Las estrellas más brillantes del cielo tienen su nombre propio y una de ellas es Spica o la Espiga. Es la más destacada de la constelación de Virgo y su nombre, que tiene origen latino, no fue elegido al azar, sino que como en muchos otros casos tiene que ver con el lugar en que está situada y en este caso también en las consecuencias que eso tiene en la mecánica celeste.
Desde Araúzo de Torre, el 21-7-2017 a las 22:53, 75 minutos después de ponerse el Sol
Spica (o Espiga) es la estrella que está a la izquierda del punto más brillante, que corresponde a Júpiter.

Parece ser que los romanos la denominaron de esa manera porque cae cuando caen las espigas. La relacionaban con la agricultura y con su diosa Ceres porque esta estrella es visible durante la primavera y parte del verano a principio de la noche y deja de verse (puede decirse que cae) cuando las espigas de cereal han madurado y han sido recogidas.

La expresión “cae” es muy gráfica y adecuada en este caso porque, a medida que va transcurriendo el mes de agosto, en cuanto anochece y empezamos a ver las estrellas en el cielo, la Espiga aparece cada día más baja, más cercana al horizonte Oeste, hasta que es imposible verla.

Distintas imágenes en distintas fechas, 75 minutos después de la puesta de Sol, tomadas desde el mismo lugar (precisamente allí donde mi abuelo cada verano trillaba las espigas de la cosecha, y en esa caseta -todavía se la conoce como la caseta de Casimiro- guardaba aperos y herramientas).
En principio el grado de oscuridad debería ser similar en todas las fotos aunque en la del día 5 el paisaje aparece iluminado con la luz de la Luna casi llena.  También en la primera lo hace ligeramente una fina luna de 3 días que aparece redonda por la sobrexposición necesaria para que aparezcan estrellas.
En estas imágenes, tomadas a lo largo de estos meses de julio y agosto, puede verse el proceso de la evolución de las posiciones de Spica en intervalos de varios días, cada vez más cerca del horizonte. Este año ha estado acompañada de Júpiter (que se le ha ido acercando poco a poco) lo que ayuda a su localización, pero otros años va cayendo sin compañía.

martes, 22 de agosto de 2017

41º 47´ 24´´ N , 3º 24´ 49´´ W

Al igual que hace dos semanas con ocasión del eclipse de Luna, no había pensado publicar nada especial sobre mi observación de este eclipse solar de ayer, pero como también en este caso ha sido una experiencia muy gratificante, y a riesgo de hacerme pesado, me apetece contarlo y poner algunas de las imágenes obtenidas. Ha sido la última (bueno, habrá que decir la anteúltima) observación sorprendente de este verano increíble y gracias a ella he descubierto un lugar especial.
21-8-2017    21:02

Era el sitio idóneo. Lo había comprobado un par de días antes, cuando una vez que el Sol se había puesto en el pueblo, subí rápidamente las escaleras que llevan al alto en el que se encuentra la Iglesia, desde donde pude verlo aún sobre el horizonte, y cuando desde allí también se ocultó comprobar que el conocido como “alto Muela”, situado a casi 2 kilómetros, con un altura de 1012 metros (unos 70 más que el pueblo) siguió iluminado por el Sol durante ¡6 minutos más! ¡Incluso unos segundos después de la hora que me daban las efemérides como el ocaso del limbo superior del Sol sobre un horizonte teórico de altura 0º, y eso a pesar de estar situado un poco más hacia el Este.
Desde la Iglesia, se aprecia el “alto Muela”. Situado a solo unos 3 kilómetros de la antigua ciudad romana de Clunia Sulpicia, muestra una característica estampa con zonas hundidas, según dicen debido a explotaciones de aquellos tiempos.
El pueblo de Araúzo de Torre está en una hondonada y por ello se oculta el Sol aún unos minutos antes que en la iglesia.

Se hacía imprescindible buscar el mejor lugar para observar el eclipse porque éste comenzaba muy poco antes de la puesta de Sol, y había que alargar esos momentos en que la Luna se iba colocando delante del astro rey para poder apreciar el levísimo “mordisco” antes de ocultarse.
La opción más fácil parecía que debía ser coger el coche a mediodía y hacer kilómetros hacia el Oeste. Por cada 100 kilómetros en línea recta se ganarían unos 4 minutos más de eclipse. Sin embargo yo con solo moverme los mencionados dos kilómetros en sentido contrario ganaba más de 10 minutos respecto a la situación en mi casa, a pesar de que tengo una terraza bien orientada y con relativo buen horizonte.

sábado, 19 de agosto de 2017

El eclipse ¿del siglo?

A pesar de las barbaridades y absurdos que los habitantes del tercer planeta ocasionan  y padecen, la Tierra sigue su ruta al igual que los demás astros, quizás indicándonos el camino de la lógica a la espera de que la raza humana aprenda, y aquí no hay cancelaciones aunque alguien de manera simbólica pudiera hablar de 2 minutos de oscuridad y silencio.

Porque el lunes 21 de agosto de 2017 toca un eclipse de Sol. Como algunos dicen, el fenómeno natural más impresionante que puede ocurrir en nuestro planeta y que todas las personas deberían ver al menos una vez en su vida.

Ya llega el tan anunciado eclipse que será total, produciéndose una “breve noche”, en una franja que cruza los Estados Unidos de América, desde océano pacífico al Atlántico, y que desde la península Ibérica podría verse como parcial, pero muy poca cosa (al Sol le faltará un pequeño corrosquito en la parte inferior) y solo durante unos breves minutos antes de ponerse, mejor cuanto más al Oeste y siempre que el astro rey se oculte por un horizonte muy bajo, siendo casi necesario que sea a altura cero, nivel del mar. Desde Canarias sí se verá un eclipse parcial apreciable.
Zonas por donde transitará la sombra de la Luna. En la estrecha franja central el eclipse será total y durante poco más de 2 minutos dejará de llegar la luz del Sol. Créditos: nasa.gov
Casi con total seguridad este eclipse ha sido el más anunciado de la historia, con una gran antelación, y en muchas ocasiones se han referido a él como “el eclipse del siglo”. 
A estas alturas creo que la mayoría de la gente supondrá, y no sería necesario decir, que respecto a ese apelativo ocurre lo mismo que en el fútbol, en la música o en otros muchos ámbitos: todos los años hay uno o varios partidos o conciertos del siglo.

miércoles, 16 de agosto de 2017

La Luna y Aldebarán juegan al escondite en pleno día

Esta mañana he visto la ocultación de la estrella de Tauro, Aldebarán, por la Luna,  y no entiendo por qué cuando se anuncian los eventos astronómicos en las efemérides locales suelen aparecer las ocultaciones de estrellas por la Luna, pero solamente las que se producirán de noche.
Ese puntito que puede apreciarse cerca del borde lunar es la estrella Aldebarán de día.

He tenido la oportunidad de presenciar bastantes fenómenos de este tipo, pero todos habían sido de noche: La sensación del movimiento Lunar que se hace evidente cuando vista con un telescopio “con relativa rapidez” se va acercando a la estrella y la oculta, casi se la traga, para devolverla al cielo más tarde en una repentina reaparición que, aunque te la esperas, siempre sorprende.
Recuerdo haber observado también un par de ocultaciones diurnas de Venus, pero es la primera vez que veo ocultase una estrella detrás de la Luna en pleno día y, aunque la memoria a veces nos engaña, creo que ha sido la que más me ha impresionado aunque no fuera tan fotogénico como lo de Venus.

viernes, 11 de agosto de 2017

Habrá que hablar de las perseidas

Se está anunciando por todas partes y ya está aquí la lluvia de estrellas fugaces más esperada del año en el hemisferio Norte: las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo.
Pequeñas partículas que se desprendieron del cometa Swift Tuttle y que estos días se desintegran en la atmósfera terrestre dejándonos ese rastro luminoso que los astrónomos llamamos meteoros y que la tradición invita a pedir un deseo.

Parece que es obligatorio hablar del tema y hasta tal punto, que incluso le sacan chistes que solo tienen sentido por todo lo que se oye en todas partes sobre ellas.

martes, 8 de agosto de 2017

Dos eclipses diferentes

Ayer, en un intervalo de menos de dos horas, tuve la ocasión de presenciar dos eclipses atípicos, de esos que no se suele hablar mucho, y muy diferentes uno del otro; aunque ambos tuvieron algo en común.

7 de agosto de 2017, eclipse de Luna. Ya lo anuncié a comienzo de año, junto a los otros tres eclipses que iban a producirse este 2017 ("Eclipses de libro"), y dejaba en el aire si volvería  a hablar de cada uno, según  las circunstancias e intereses despertados: 
Finalmente decidí que este de ayer no merecía la pena anunciarlo nuevamente. Un eclipse parcial, que no sería observable por la mayoría de mis lectores porque solo se vería en Asia y parte de Europa, pero en España únicamente en la costa mediterránea y muy muy poco porque la fase parcial acababa pocos minutos después de la salida de la Luna. Hablar de ello podría crear expectativas para nada.

Desde donde yo estaba, cerca del centro peninsular, cuando saliese la Luna el eclipse parcial ya habría acabado y solo podría observar, suponiendo que el cielo estuviese limpio por el horizonte Este,  el levísimo oscurecimiento de la penumbra.

Sin embargo, mereció la pena observarlo porque el espectáculo fue mucho mejor de lo que yo esperaba y, aunque vuelva a salirme de la línea habitual del blog, me apetece contarlo.

7-8-17, 21:34. En la fase penumbral del eclipse, se nota un ligero oscurecimiento en la zona inferior derecha de la Luna, que aparece majestuosa cerca del horizonte y adornada por una franja de nube. 

La cosa no tenía buenas perspectivas. Por primera vez en las últimas 3 semanas fueron apareciendo nubes que a las 21h, solo 20 minutos antes de la salida teórica de la Luna en mi horizonte, cubrieron todo el cielo. Pero como la esperanza es lo último que se pierde, me dirigí cámara en mano a mi lugar de observación preferido.
Oteando el horizonte Este, por si aparecía algún pequeño claro por donde pudiera pasar la Luna, de pronto empezó la función con una imagen extraña e inesperada.
Una franja de extraña luz amarillenta iluminó de repente la zona superior del paisaje. El astro rey, antes de ocultarse por el Oeste había encontrado un hueco por donde iluminar la zona opuesta del horizonte, el escenario donde esa tarde se iba a representar la función estelar de la Luna.

Al volverme hacia allí girando 180º, la imagen era surrealista con una luz difusa envolviendo el ambiente.
La foto no tiene mucho que ver con lo que ví en directo, y con el pensamiento solo en la salida de la Luna no tuve reflejos para ajustar la exposición en la cámara de manera que pudiera recoger aquella extraña luz rojiza, pero aquí queda.

Por fin, a las 21:29 se pudo intuir la Luna sobre la bruma.


Fantasmagórica, fue ascendiendo.



















Al ir aumentando la altura sobre el horizonte y librarse de la bruma más intensa, pudo intuirse la zona más oscura de la penumbra por la parte inferior derecha del disco lunar cuando ya habían pasado 16 minutos del final de la fase parcial del eclipse, circunstancia que recoge la primera imagen de este post.
Durante unos pocos minutos, sobre el horizonte aún cercano, se fueron mezclando en la Luna las imágenes del eclipse con el juego de las nubes.
21:32

21:33


21:37
Aumentando el brillo de la imagen anterior, la Luna parece disfrazada de Saturno.

La prenumbra se aprecia mejor en este primer plano, en la zona inferior derecha de la Luna , a las 21:38. El oscurecimiento de la zona superior es debido a las nubes.

A las 21:40 volvió a ocultarse en otra franja brumosa situada a mayor altura.


Fueron unos pocos minutos mágicos. Probablemente porque ya no esperaba ver nada y en esos instantes se mezclaron inesperadamente una ensoñadora puesta de sol, la espectacular salida de la Luna, ¡Y el eclipse!, lo que había ido a ver con la casi certeza de que no lo vería.

Para mi solo iba a ser un eclipse penumbral, de esos que casi no merecen la pena, y que además ya había observado otro hace 6 meses. Pero las circunstancias lo convirteron en una experiencia inolvidable.

Si quieres saber más sobre lo que es un eclipse penumbral de Luna, puedes mirar en  este artículo que también mencioné al principio.  


¿El otro eclipse del título del post? ¡Ah si! El que sufrió la ISS a las 23:12.
Solo 22 minutos después de que la Luna saliera totalmente de la sombra de nuestro planeta (del borde de su penumbra) entró en ella la Estación Espacial, dejó de brillar al no recibir la luz solar y desapareció como un fantasma.
En realidad le ocurrió lo mismo que a la Luna cuando se eclipsa. A ambas las vemos brillar porque reflejan la luz del Sol, y cuando entran en la sombra de la Tierra dejan de hacerlo.

Trazo dejado por la ISS en los últimos 30 segundos antes de eclipsarse. También aquí podría apreciarse la fase "penumbral" por la caída de brillo poco a poco.
En cuanto se hizo de noche el cielo se despejó casi totalmente y pude seguir el magnífico paso, casi cenital, de la ISS y su eclipse junto a la constelación del Cisne.

Quizás en un par de semanas vuelva a hablar de la ISS con dedicatoria especial para los lectores del hemisferio Sur.


Al igual que el anterior, este post tiene muchas imágenes y pocas explicaciones, para lo que suele ser habitual. Intento que el blog sea variado, incluyo temas con enfoques didácticos y planteamientos iniciales para todos los públicos, frecuentemente aparecen también algunos aspectos de más calado que incluso pueden resultar arduos de seguir, y aunque últimamente ha ido ligero como corresponde a esta época de calores y vacaciones, y solo han sido intentos de compartir mis experiencias y emociones en las observaciones del cielo, … no te fíes porque espero “volver a las andadas”

Si no te gustan los tecnicismos tengo que decirte, al contrario que otras muchas veces, que disfrutes de las imágenes de este post, porque el siguiente promete ser árido. Bueno, si es que finalmente me atrevo a publicarlo, porque algunas cuestiones no las tengo del todo claras, y mi asesor particular aún no me ha dado el visto bueno.

jueves, 3 de agosto de 2017

La primera vez

En cualquier cosa que hagamos o veamos siempre hay una primera vez, que en muchos casos nunca se olvida porque aunque luego se repita en otras ocasiones, esa “primera vez” suele ser la más especial.
Esto ocurre en todos los ámbitos de la vida y también en la observación astronómica y por eso los aficionados a mirar el cielo tenemos doble suerte ya que nos estrenamos tanto en los asuntos terrenales como los que ocurren “del horizonte para arriba”.

¿Recuerdas la primera vez que viste por un telescopio el planeta Saturno?
Suele ser una de las cosas que mucha gente suele recordar, y recientemente alguien me lo ha hecho notar.
Imagen de Saturno tomada el 25-7-17 a las 22:12. La calidad no es buena porque la he obtenido colocando una cámara compacta delante del ocular sin ningún tipo de adaptador …. Pero así es como lo recuerdo de aquella vez hace ya algo más de 30 años, cuando en un camping de Hungría encontramos en la recepción un pequeño telescopio que nadie sabía manejar y me animé a intentarlo. Yo sabía que “aquella estrellita”  que veíamos ya cercana al horizonte era en realidad el sexto planeta… Pero aquella fue la primera ocasión en que pude fisgar su intimidad; y aunque la imagen no fuese muy buena, el comprobar que efectivamente se le veían los anillos “en directo” fue emocionante.

Si no lo has visto nunca, … casi mejor porque aún te queda la primera vez, y en ocasiones se disfruta más pensando en esa posible primera vez, que cuando ésta ya ha ocurrido.
Pero por si acaso, hay que decir que mucha gente se decepciona la primera vez que ve los anillos de Saturno porque espera verlo como en las fotos de los libros o internet, y suelen exclamar “¡Qué pequeño!”. Pero a quienes realmente les interesa la astronomía, seguramente les maravilló el que esa estrellita no muy diferente de las otras, la mirasen por un telescopio y la reconocieran. Muchas veces en estos casos también se oye exclamar: ¡Es Saturno!, “pequeño pero inconfundible”.

Escribo ahora este artículo, un tanto distinto de lo habitual, porque en estos últimos días he tenido un montón de “primeras veces”, parte de las cuales ya recogí hace muy poco en el post titulado “Otros ortos y ocasos”. 
Pido disculpas por la reiteración en los tres primeros fenómenos que ya conté allí, pero casi emocionado y abrumado por la secuencia de nuevas “primeras veces”, repito también aquellas con imágenes ligeramente diferentes, y sumo y sigo …
Soy consciente de que hay algo de presunción y quizás alardee demasiado, pero en un blog personal es comprensible que el autor ejerza de bilbaíno. Y más en este caso, porque yo soy de Bilbao (Los de allí tenemos fama bien ganada de fanfarrones)

Ya que obtuve estas imágenes, me apetece compartirlas. Algunas de las fotos son muy malas técnicamente o apenas se intuye lo que se menciona, pero ese es precisamente el valor que tiene el apreciar algo que es difícil. Mi objetivo ha sido verlo. Pero también he querido obtener una evidencia de lo que he visto, aunque sea de mala calidad. Es solo la prueba.
Quizás algunas situaciones estén “cogidas con afileres” o haya hecho una pequeña trampa al asimilar “primera vez” con “la vez más…”. Pero la acumulación de 10 observaciones novedosas para mí, en un plazo de solo 15 días, me ha parecido una pasada, incluso me ha abrumado.

Por orden cronológico: 

Las 3 primeras (a, b y c) ya las conté no hace mucho. Si las viste, puedes seguir por la d), o si quieres más detalles, los tienes en "Otros ortos y ocasos"

a) La primera vez que vi a Mercurio por la tarde en verano

Mercurio el 19-7-17, a la derecha del mástil de la antena, en una imagen similar, pero distinta, de las que puse hace poco. Fue visible sin telescopio hasta la puesta.
Como dije en otra ocasión, desde el hemisferio Norte no es demasiado difícil verlo durante unos pocos días cercanos a las máximas elongaciones Este (Cuando angularmente está más alejado del Sol y se pone después que él) si ocurren en fechas cercanas al equinoccio de primavera, pero sí cuando ya está más cerca el equinoccio de otoño, como ahora.

b) La primera vez que vi salir simultáneamente a la Luna y Venus.
20-7-17, unos minutos después de la aparición simultánea de los dos astros por el horizonte.

c) La primera vez que vi la Luna a menos de 30 horas de nueva, (La vez que la vi más fina)

El 22-7-17 pude observar la Luna más "fina que nunca" desde que salió por el horizonte.

d) La primera vez que he visto pasar la Estación Espacial (ISS) con una magnitud -4 (La vez que más brillante la he visto)
El 24-7-17 la ISS mostró una magnitud -4, al pasar a gran altura junto a las constelaciones de Lira y Cisne. La estrella más brillante, y que está situada cerca del trazo dejado por la ISS, es Vega.
Comparando con la magnitud de las estrellas de la imagen pudiera parecer que no brilla tanto, pero hay que tener en cuenta que éstas acumularon luz en el  mismo punto durante los 30 segundos que duró la exposición, mientras que la ISS no, porque se iba moviendo.

Parece que es la primera vez que alcanza esta magnitud, al menos en el último año, según los datos que he consultado en Heavens-Above.com, aunque puede que no sean del todo fiables porque utiliza parámetros orbitales actuales que podrían haber cambiado.

e) La primera vez que he visto la Luna cambiar de acompañante de forma inmediata, al encontrarse primero cerca de Venus y luego de Mercurio, uno en el crepúsculo matutino y el otro en el vespertino.  
Siempre son muy sugerentes las imágenes de la Luna cercana a alguno de los dos planetas interiores, porque la fase siempre será muy fina y se verá en los crepúsculos. Podría estar con los dos a la vez, pero nunca la ví uno después del otro.

Si el día 22, última vez que se pudo ver la Luna de madrugada (menguante)  relativamente cerca de Venus, el día 25, el primero que pudo verse por la tarde, (creciente) estaba próxima a Mercurio, como aparece en esta imagen.
25-7-17 La Luna creciente, adornada con su luz cenicienta, cerca de Mercurio (próximo al horizonte casi en el centro) y la estrella Régulus encima del primer planeta.
Creo que ésta ha sido también la primera vez que he podido ver la Luna de menguante a creciente, solo con 3 días de diferencia (en realidad 3 y medio). Solo 2 días dejé de verla por estar nueva.

f) La primera vez que he podido apreciar la fase de Mercurio,
Aunque, al igual que Venus, Mercurio presenta fases por ser un planeta interior, es mucho más difícil apreciarlas porque en mucho más pequeño, está más cerca del Sol y solo puede observarse en muy pocas ocasiones. Además cuando la fase es pronunciada solo estará por encima del horizonte en pleno día.

26-7 Imagen de Mercurio en muy malas condiciones. Me pareció que la imagen era alargada, lo que correspondería a una fase marcada, pero al estar cerca del horizonte, la difracción hacía muy difícil comprobarlo.
Nunca antes había visto Mercurio en fase y pensaba que con mis medios no era posible, pero consultando luego en el programa Stellarium, comprobé que, efectivamente estaba en una fase evidente, prácticamente un 50%.
Para poder verlo más alto y mejorar la calidad de la observación evitando la difracción, la solución era verlo de día. No sería la primera vez que lo iba a conseguir, pero sí la primera vez que lo hacía estando en fase marcada.

27-7 Mercurio en cuarto menguante. La imágenes no son claras porque los medios técnicos no eran buenos y las condiciones con el cielo brillante tampoco, pero se aprecia la fase. Por el ocular del telescopio se veía mucho más claro.
Ayer día 2 de agosto lo vi cuando presentaba una fase de solo un 41% poco después de ocultarse el Sol, pero no pude obtener ninguna imagen mejor que éstas.


g) La primera vez (creo recordar) que haya visto por la mañana una luna de solo 4 días.
27-7-17 La imagen, tomada poco antes del mediodía, es posterior a la hora en que la vi, sin la cámara de fotos a mano.

h) La primera vez que (casi) he visto salir una luna antes del cuarto creciente. De solo 5 días.
La salida de la luna en estas fases es difícil de observar porque lo hace de día, por la mañana con el Sol ya alto y el cielo brillante, y ella tiene poco brillo por la fase fina.
28-7-17 a las 13:05. 20 minutos después del orto teórico se puede apreciar, o al menos intuír, la débil luna de 5 días (5 días después de nueva). A esa hora la vi con prismáticos y solo 4 minutos después a simple vista. La bruma del horizonte (casualmete solo por la zona por donde salía la Luna) me impidió verla incluso antes.

i) La primera vez que he observado el proceso completo de la X lunar, y la primera imagen que he podido obtener de este fenómeno.
30-7 Un extraño y efímero juego de luces y sombras que en la conjunción de 4 cráteres hace aparecer una letra X brillante cerca del terminador, pero incrustada en la parte oscura de la Luna.
Casualmente el proceso duró desde que se me ocultó el Sol (tras una nube cerca del horizonte) hasta la puesta de la Luna. Desde las 9:15 a la 1:15. 4 horas que coincidieron, desde que se empezó a formar la X hasta que se fue desdibujando.

Gracias a mi amiga Kruchi, experta en estos temas que me guió con el wasap, pude descubrir también la V, y desde Facebook Isaías Gonzalo me indicó que también estaba la O, componiendo "VOX". 
La imagen invertida verticalmente fue tal como lo veía por el telescopio. Podría haberla volteado para obtener la orientación real, pero he preferido dejarla como yo la vi.

Y otra sorpresa, de cosecha propia: El descubrimiento de que uno de los brazos de la X tiene forma de interrogante, lo cual cuadra muy bien con el significado que a esa letra le damos los matemáticos: la incógnita. En el ocular se apreciaba mucho mejor que en la foto.
En la imagen se indica en el mismo tamaño y orientación la “X”, la “V”, la “O” y la “?”


j) La primera vez que he visto la Luna con una asa, o un aro a modo de pendiente.
En la misma línea de lo anterior, uno de los aspectos destacables que se pueden observar en algunas ocasiones en el terminador lunar (la frontera entre la parte iluminada y la que está en sombra) es la zona denominada Sinus Iridium, o la Bahía del Arco Iris, cuando empieza a ser iluminada por el Sol en su contorno y puede verse claramente con telescopio o incluso con prismáticos una especie de puente o aro brillante que sobresale apreciablemente del contorno de la imagen lunar.
El 2-8-17 a las 21:45 se apreciaba claramente con unos prismáticos la Bahía del Arco Iris, sobresaliendo por la parte superior izquierda de la Luna. Imagen tomada directamente con una cámara compacta (zoom a tope, X30)
En realidad ya había visto una imagen similar, brevemente y en peores condiciones hace varios años cuando alguien me llamó por teléfono diciéndome que estaba viendo algo muy raro en la Luna. Pero esta ha sido la primera vez que he he conseguido pillarlo yo, después de mucho tiempo y numerosos intentos frustrados por la meteorología o porque las pocas horas en que es apreciable no coincidían de noche con la Luna sobre mi horizonte. También ha sido la primera vez que he conseguido fotografiarlo.
En esta ocasión (al igual que la X) lo pude ver durante varias horas seguidas, apreciar la evolución de la imagen y tomar fotos directamente o a través del telescopio con más detalle, como las siguientes:
La zona del terminador, tal como lo vi con el telescopio a las 22:15 (imagen invertida en sentido Este-Oeste) en la que se aprecia el "asa" de Sinus Iridium arriba a la izquierda. En el recuadro, esa zona 20 minutos más tarde.
Como la noche de la X, también Kruchi me enseñó otros detalles de la Luna que pude apreciar por primera vez, pero todo ello podría dar para otro artículo.


Todo un atracón de primeras veces. Al igual que en nuestra vida cotidiana, en ocasiones ocurrieron por casualidad y otras han sido retos que han llegado a lograrse, frente a otros que no lo hicieron y no se cuentan. Sé que algunas no tienen mucho mérito, y en la h) he hecho una pequeña trampa porque intenté ver la salida de la Luna pero solo la pude ver unos minutos después. Pero lo cierto es que se me han acumulado en estos días de cielos despejados y por eso lo de escribir este post y aprovechar para poner algunas de las imágenes que he ido obteniendo aunque, tal como he dicho antes, varias de ellas sean de mala calidad y solo testimoniales.

Volviendo la vista (mejor dicho la memoria) mucho más atrás, recuerdo otras primeras veces: La emoción que sentí la primera vez que vi Venus de día a simple vista, ¡Y también a Júpiter en otra ocasión!
Incluso, en los comienzos de mi afición, la primera vez que lo vi de noche y no supe identificar aquella brillante estrella que estaba de más, la primera vez que vi un cometa, o una galaxia o un cúmulo, la primera vez que vi una estrella de día con el telescopio (Arturo), o el pasado año, cuando fui batiendo records con otras estrellas cada vez más débiles que iba viendo de día, hasta llegar a Mesartín, gamma Géminis, de magnitud 4.5. 
Si, aunque algunos colegas no me creen, puedo asegurar que ví esa bonita estrella en pleno día descubriendo que era doble, antes de comprobarlo la noche siguiente.
En esta imagen, tomada el 30-7-17, se indica la posición de la estrella Mesartin, que a pesar de su poco brillo la ví de día con mi telescopio de solo 6 pulgadas el 28-7-16, hacia las 10:30 de la mañana. Puede compararse con las Péyades y las estrellas de Perseo, a la izquierda de la foto.

Me acabo de dar cuenta de que casi todas estas primeras veces han ocurrido en un lugar especial, del que hablé hace un par de meses, y todas las imágenes que aparecen en este post las he tomado estos pasados días desde este pequeño pueblecito que es Araúzo de Torre. Es lógico. También muchos records de atletismo, se consiguen en lugares donde las condiciones de altitud o clima son más adecuadas para ello.