Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

martes, 6 de junio de 2017

Tres eclipses simultáneos

Los días de Luna llena hay un espectáculo muy atractivo en lugares con horizonte despejado: Ver la puesta de Sol y a continuación volver la mirada en dirección contraria y ver la salida de la Luna. A mi hermana le gusta verlo siempre que puede.

Imagínate que en una de éstas ocurre un eclipse solar justo antes de ponerse el astro rey y cuando te vuelves hacia el Este ves salir la Luna también eclipsada… 
Bueno, aquí esa sesión es totalmente imposible, pero hay un lugar donde estará en cartelera. Y no solo eso, sino que a continuación aparecerá una segunda luna también eclipsada. 

Mañana es el día. Pena, que sea en un lugar a más de 700 millones de kilómetros de aquí.
Porque mañana día 7 de junio de 2017 por la tarde (hora central europea) y durante 45 minutos, se estarán produciendo a la vez un eclipse de Sol y dos de luna. Ocurrirá en Júpiter.

Encontré estos datos casualmente hace un par de semanas mientras buscaba ejemplos para hablar de las resonancias  que se producen entre los satélites del planeta gigante. Este post  puede considerarse una continuación de aquel con un punto de vista diferente: desde allí. O también uno más de la serie sobre los cielos de otros mundos y podría haberlo titulado “el cielo de Júpiter”, porque le ha llegado justamente el turno al quinto planeta y porque estos fenómenos son lo más representativo de lo que podría verse suponiendo que pudiéramos situarnos en el borde superior de las nubes de ese astro.  

Desde el borde exterior de la atmósfera de Júpiter: A las 15:53 T.U.  ya ha empezado el eclipse de Ganímedes con la fase parcial, con el satélite situado en la constelación de Virgo muy cerca de Spica (apenas a 3 grados de distancia), mientras en la misma zona del cielo aún más cerca otro de los satélites, concretamente Europa, está totalmente eclipsada.
Es una pena no poder estar mañana allí y ver el magnífico triángulo casi rectángulo isósceles.

A la misma hora el satélite Io está produciendo un eclipse de Sol (total o parcial según la zona desde la que se observe) situado en la parte opuesta del cielo que los otros dos. En la imagen el comienzo del eclipse total. Mercurio que se vería a menos de un grado, y Venus a menos de 7, completarían una imagen espectacular.
En el eclipse de Sol por Io, éste en fase nueva aparecería oscuro, casi negro a simple vista aunque teniendo en cuenta la luz cenicienta, distancias, albedos, y la foto que obtuvo Carlos Bertoni del eclipse de Sol del 3-11-94 que puse al final del artículo en que hablé de ese tema seguramente sería posible obtener una imagen similar a este montaje, desde una nave situada casi en el borde de la atmósfera joviana, un poco por el interior de ella.

miércoles, 31 de mayo de 2017

¿Hacia dónde vamos?

“Pero sin embargo se mueve”

La famosa frase atribuida a Galileo, que según muchos solo sería una leyenda urbana porque aunque lo seguía pensando nunca se habría atrevido a pronunciarla delante de testigos después de ser obligado a abjurar, nos indica que siempre nos estamos moviendo.

Pero ... ¿hacia dónde vamos?
Mi respuesta, aquí y ahora es “hacia abajo”. Pero la tuya posiblemente será distinta según cuándo leas esto y dónde estés.

Por supuesto todo depende de la referencia que tomemos. Si en un tren en marcha nos levantamos del asiento y vamos andando hacia el restaurante que está en la cola del tren, cualquier otro viajero que nos viese diría que estamos yendo hacia atrás, aunque respecto a la referencia del exterior, de las vías y el terreno, vamos hacia adelante.
En el Universo todo se mueve y para hacer cualquier consideración o cálculo de velocidades hay que fijar una referencia
La Tierra se mueve alrededor del Sol, el Sol se mueve en la galaxia y la galaxia también se está moviendo, pero en todo esto vamos a tomar como referencia el Sistema Solar, e intentar visualizar ahora mismo hacia dónde estamos avanzando. 
Las direcciones hacia arriba o hacia abajo, a las que me voy a referir, son las que cualquier persona que tengas a tu lado te señalaría, sin saber siquiera de lo que estás hablando.

Estoy escribiendo esto a primeras horas de la noche y por eso he dicho que me muevo hacia abajo, hacia “mi abajo”, la dirección en que tengo mis pies y donde vive mi vecina, la que se molesta cada vez que oye ruido porque se me cae al suelo algún objeto.
Pero “mi hacia abajo” puede ser muy distinto de “tu hacia abajo” si vives lejos de Europa, porque para ambos el “hacia abajo” es hacia el centro de la Tierra.

miércoles, 24 de mayo de 2017

El baile sincronizado de los satélites galileanos

Resonancias (2)


Hace poco más de un mes escribí un artículo sobre las resonancias gravitatorias orbitales. Siguiendo con el tema, hoy recojo un nuevo ejemplo, sin duda el más curioso y completo en nuestro Sistema Solar: El que se produce con los 4 grandes satélites de Júpiter.

Ahora es un buen momento para hablar de estos astros porque estas semanas son las más cómodas y propicias para observar los fenómenos de ocultaciones, tránsitos y eclipses a los que me referí hace un año en el post titulado“Júpiter, ahora si”, y en algunos aspectos los dos temas están relacionados. Este mismo sábado (27 de mayo de 2017) tendremos un ejemplo destacado.

Pero este artículo quizás sea algo árido para un blog “para todos los públicos”, así que como en otras ocasiones recomiendo que, si se hace pesado, lo dejes y esperes al siguiente post que será muy curioso y cortito.


 Descubrimiento de los satélites.


El 7 de Enero de 1610, utilizando un telescopio elaborado por él mismo, Galileo percibió tres estrellitas dispuestas en línea recta que acompañaban a Júpiter. Mediante sucesivas observaciones quedó claro que éstas y una cuarta que vio 6 días más tarde se movían en órbitas en torno al planeta, y les dio el nombre de “Planetas Medíceos” en honor a su benefactor Cosme II de Médicis. Posteriormente fueron bautizados con los nombres de cuatro amantes de Zeus-Júpiter según la mitología griega pero también se les conoce como satélites galileanos, en referencia a su descubridor.

El 7 de enero de 1610 a primera hora de la noche, Ganímedes se veía al Oeste de Júpiter, y al Este se situaban Calisto, Io y Europa; estos dos últimos tan próximos entre sí respecto a la visual desde la Tierra, que Galileo no pudo distinguirlos independientemente y pensó que en total veía 3

 Periodos orbitales y resonancias.

Tal como Galileo comprobó ya en las primeras observaciones, las posiciones de estos satélites cambian muy rápidamente, y con cualquier telescopio se puede apreciar que en solo unas horas su colocación entre ellos y respecto a Júpiter puede haber variado bastante.

Evidentemente en sus movimientos siguen las leyes de Kepler, estando determinados sus periodos exactamente por su distancia al planeta; y aunque pudiera pensarse en puras casualidades, las interacciones gravitatorias y las resonancias que originan les han colocado en posiciones en que se producen circunstancias muy curiosas:

Las órbitas tienen una excentricidad muy pequeña, siendo prácticamente circulares, y los periodos sidéreos de revolución alrededor de Júpiter de cada satélite son los siguientes:
Io 1.769  días terrestres , Europa  3.551  ,  Ganímedes  7.155  y  Calixto  16.689

Debido a estos números existe una resonancia en los periodos orbitales de los tres satélites galileanos más próximos al planeta según la cual por cada vuelta de Ganímedes, Europa da casi exactamente 2 vueltas e Io 4.
Efectivamente, el resultado de multiplicar 4 x 1.769  y 2 x 3.551 es casi igual a 7.1 

jueves, 18 de mayo de 2017

Las leyes de Kepler, por los suelos.

Aunque quizás el título de este post podría parecer un menosprecio de las conocidas leyes que rigen los movimientos de los planetas,  en realidad es todo lo contrario.

Se trata de presentar una actividad didáctica, a mi modo de ver enormemente útil para visualizar y apreciar en su justa medida el significado y las consecuencias de las leyes descubiertas por el astrónomo alemán, y entender unas cuantas cuestiones relativas a las posiciones, movimientos, trayectorias de los planetas, y otros astros del Sistema Solar.

En principio se trata de dibujar en el suelo, a escala, y lo más exactamente posible, las órbitas de los 4 primeros planetas  y del cometa Encke, el de órbita más pequeña,  de manera que queden reflejadas gráficamente las consecuencias de las leyes de Kepler. Una vez dibujadas se dejan marcadas con cinta adhesiva de colores y posteriormente se podrán añadir otros elementos.


Aunque esta actividad se me ocurrió hace ya más de 25 años como una más a desarrollar con alumnado adolescente en mi instituto dentro de la asignatura optativa de Astronomía, y en aquel momento la titulé “Las leyes de Kepler en el suelo de la clase”, os invito a realizarla en cualquier otro suelo que tengáis por ahí cerca, para que el nuevo título “ … por los suelos” sea adecuado.  

miércoles, 10 de mayo de 2017

El cielo de Marte

Después de que ya publiqué sendos artículos sobre el cielo de la Luna, el de Mercurio y el de Venus ; y siguiendo con los fenómenos celestes que se ven en otros mundos del Sistema Solar, hoy le toca el turno al cuarto planeta, porque del tercero ya hablo habitualmente.

Aparte del nuestro, el cielo de Marte es el más conocido por el gran público por las imágenes enviadas por diferentes sondas espaciales que llegaron a su superficie, pero quizás sobre todo porque ha aparecido con  más o menos realismo, en diferentes películas de ciencia ficción.
Una de las primeras imágenes que nos llegaron del cielo del cuarto planeta / NASA

- El color del cielo marciano              

El aspecto más llamativo del cielo de Marte es su plomizo color de tonos rojos o amarillos, lo cual es debido fundamentalmente a las partículas de polvo en suspensión en su atmósfera.

En general si un astro no tiene atmósfera, la luz del Sol no se difunde y aún de día el cielo se ve negro. En la Tierra se produce el llamado efecto Rayleigh y la luz al chocar con las partículas pequeñas de la atmósfera terrestre les transfiere parte de la energía, vibran y difunden la luz azul en todas direcciones. En Marte predomina el efecto Mie, que se produce cuando la luz choca con partículas o moléculas grandes. Las partículas absorben una parte de la luz y reflejan el resto, y el color depende de la composición de la partícula.

domingo, 30 de abril de 2017

¿Cuándo sale la Luna?

En este blog para todos los públicos, hoy aparentemente toca una lección sencilla, de las más básicas. Si eres un iniciado en el mundo de los astros, todo al principio te parecerá muy elemental.

Pero la mecánica celeste es tan rica y variada que siempre tiene algo nuevo o diferente que pueda sorprendernos porque no nos hayamos fijado o no hayamos pensado antes en ello, y a mí me ha ocurrido algo de eso la semana pasada que me ha impulsado a escribir este artículo: 
Me pareció que la Luna salía demasiado pronto.

Puedes saltarte el comienzo si ya te lo sabes, pero es posible que luego en los anexos "Si quieres saber más"  y  “Recomendado para iniciados-as", puedas encontrar algo nuevo.

La salida de la Luna siempre es espectacular, como en esta imagen que tomé en Araúzo de Torre en agosto de 2014.
La Luna es sin duda el astro más observado de nuestro cielo, el más evidente después del Sol y por ello, y por su aspecto cambiante, ha sido recogido en innumerables ceremonias, leyendas y canciones de todos los tiempos y lugares.

sábado, 22 de abril de 2017

La hora de los relojes de sol

¿Qué hora es?

Hace unos días llegó ésto a uno de los grupos de whatsapp de la Agrupación Astronómica Vizcaína, enviado por un colega que estaba de vacaciones por el Mediterráneo.

Lo cierto es que la respuesta no era tan fácil como a primera vista pudiera parecer porque los relojes solares indican la hora solar verdadera del lugar donde están situados, que aunque en épocas pasadas era la hora oficial, ya no lo es. Además la diferencia entre ambas no es fija, sino que depende del lugar y de la fecha.

Además de la de Manolo, que fue la primera, estos días de vacaciones que para mí terminan mañana, he recibido muchas más fotos de relojes de sol que algunos de mis amigos han ido encontrando en sus viajes, porque saben que los colecciono.

No sé si ellos se habrán hecho esa misma pregunta, pero puedes hacer una prueba:
Si un día soleado nos situamos junto a uno de estos relojes y nos fijamos en las personas que se acerquen por allí, veremos un gesto muy repetido:
Alguien se para delante del reloj de sol, lo observa y casi inmediatamente mira a su reloj de pulsera o a su teléfono móvil y hace un gesto de extrañeza como indicando que algo no cuadra.

Si vives en España, habrás oído muchas veces que la diferencia entre la hora civil (la oficial que marcan nuestros relojes) y la solar (que indican los relojes de sol) es de una hora en invierno y 2 con el horario de verano. O sea, que cuando Manolo sacó la foto deberían ser más o menos las 13:10.   Pero no.
Esa es una referencia promedio para lugares de este país situados en el meridiano de Greenwich pero que pueden variar mucho, hasta 32 minutos más o 51 menos, en casos extremos para algunos lugares de la geografía española y en determinadas fechas.

En este caso eran las 12:56. Lo calculé (afortunadamente el dato de la longitud geográfica que necesitaba para ello aparece en la parte superior del reloj) y le mandé la respuesta:

Si no te interesa conocer los motivos de estos extraños cálculos pero quieres saber como hacer la corrección en cualquier otro caso, te sugiero que te saltes los dos siguientes apartados y pases directamente al punto “Correcciones concretas a realizar …”

sábado, 8 de abril de 2017

A los planetas les gustan los números enteros, a los asteroides no.

Resonancias (1)

En este artículo se recogen unas circunstancias curiosas relacionadas con los periodos de traslación de algunos astros que en principio podrían hacer pensar en elucubraciones que entrarían en el ámbito de la pseudociencia de la numerología, pero no lo son.

Tampoco son casualidades numéricas como lo que conté recientemente en el post titulado “El planeta PI”, aunque en un principio también podría parecerlo,
Simplemente se trata de consecuencias directas del fenómeno físico de las resonancias y aunque en el pasado algunos pensaran en aspectos mágicos o esotéricos, está claro que se deben la acción de la fuerza gravitatoria.


A los planetas les gustan los números enteros.



El pasado día 25 de marzo Venus estuvo en conjunción inferior. Eso ya lo comenté en su día, incluso creo que fui un poco pesado con el tema.

jueves, 30 de marzo de 2017

Pero ... ¿hubo alguna vez 110 planetas?

Al igual que en el anterior post, en este recojo opiniones personales y en algunas frases utilizo un tono coloquial no muy académico. Si no te gusta este estilo, te anuncio que la próxima entrada del blog será totalmente “seria” , rigurosa y solo con contenidos astronómicos, a pesar de que al principio pudiera parecer que anuncie algo “mágico o esotérico”

He modificado ligeramente la irónica frase que da título a un libro de Enrique Jardiel Poncela, quitándole dos ceros y cambiando la última palabra, para referirme a una noticia que ha salido hace solo unos días, pero que se veía venir desde hace mucho tiempo.

El tema es que hay gente que no sabe perder, y después de que hace ya más de 10 años la Unión Astronómica Internacional eliminara a Plutón de la lista de planetas tras una ardua discusión y la votación correspondiente, algunos astrónomos estadounidenses han seguido porfiando y ahora proponen claramente recuperarlo, aunque para ello tengan que utilizar una estrategia estrambótica que ampliaría el número de planetas hasta 110.
Y aunque alguien pudiera pensar, viendo esa cifra tan elevada, que se estuvieran refiriendo a los exoplanetas, últimamente tan de moda, NO. ¡Todos ellos en nuestro Sistema Solar!

Si prosperase esta nueva propuesta yo tendría que cambiar el rótulo del perchero del Aula de Astronomía de Durango, en el que se aprecia que Plutón es superado en tamaño  incluso por otros 8 astros que tampoco son planetas, pero a pesar de ello hay que reconocer que todos los días es uno de los primeros que los visitantes ocupan para colgar su abrigo.
Si no has oído hablar del tema puedes verlo, por ejemplo, en estos dos enlaces de noticias de prensa:

viernes, 24 de marzo de 2017

Para gastar más energía

En la madrugada de este domingo 26 de marzo, a las 2 serán las 3.

¿Para qué cambiamos el reloj?

Como cualquier información, aunque provenga de un blog personal y se deje claro que es una opinión de su autor, debe ser mínimamente objetiva y sobre todo parecerlo, te pediría que todavía no asocies el título de este post con la respuesta a esa pregunta.

Porque para ser honrado debo decir que si. Que tal como en general solemos oír, algunos ahorrarán energía con el horario de verano que entra en vigor este domingo, sobre todo en Europa central (Alemania, Polonia, Chequia, Hungría...) y posiblemente también en Portugal e Inglaterra. Aunque las cifras que nos dan de este ahorro quienes proponen y defienden el cambio horario, sean totalmente ridículas.

Pero yo, simplemente observando y analizando la situación, las condiciones de iluminación en cada región derivadas de un cálculo de las horas de salida y puesta de sol, que es lo que una astrónomo puede hacer, estoy convencido de que hay muchas personas, sobre todo quienes viven en la zona más occidental de España, que estas próximas semanas con el cambio del reloj gastarán más energía.

martes, 14 de marzo de 2017

La otra lunita

Hoy hace justo dos semanas acababa el carnaval con el entierro de la sardina, y mientras desde mi casa se veían  los fuegos artificiales que marcaban el final de los festejos, en el cielo de Bilbao se abrió un claro entre las nubes y pude obtener esta imagen.
Como todos los meses anteriores desde el comienzo del otoño la Luna y Venus se volvían a encontrar. Pero esta vez ambas llevaban el mismo disfraz.
Desde la “ventana mágica” de mi casa el 28-2-17 a las 20:15
Bueno, en realidad he hecho un poco trampa. El martes 28 las fases eran muy parecidas, pero cuando fueron prácticamente iguales fue al día siguiente, 1 de marzo, miércoles de ceniza, porque desafiando el comienzo de la cuaresma ambos astros seguían disfrazados.

Ese día al atardecer, en el momento que obtuve las dos imágenes que he utilizado en el siguiente gráfico, las fases que nos mostraron nuestro satélite y el segundo planeta fueron casi idénticas, con un ángulo de fase 139º y 132º respectivamente. Desde la costa Este de Norte América prácticamente clavadas y desde Hawái mucho más, porque ellos lo vieron más tarde con la Luna una pizca aún más fina, por razones análogas a las que ya recogí en la parte final de este post 


Montaje de dos imágenes obtenidas el 1 de marzo a las 19:35 desde el mismo lugar que la del día anterior. Una de ellas a través del telescopio.

martes, 7 de marzo de 2017

Los cielos de los planetas de Trappist1

¿Cómo verían el cielo los hipotéticos habitantes de los famosos exoplanetas?

A pesar de lo que dije hace diez días, finalmente he decidido aprovechar el tirón de la noticia y hablar yo también de los 7 planetas de tamaño similar a la Tierra descubiertos alrededor de la estrella Trappist 1.

Lo cierto es que me ha resultado un reto atractivo, porque como me suele gustar deducir aspectos de la mecánica celeste tal como se vería desde otros astros del sistema Solar a pesar de la certidumbre de que ningún ser vivo podría observarlo directamente, en este caso podría ser diferente ¡Quien sabe! Existe esa posibilidad aunque los expertos dan a entender que no es muy elevada.

Se ha hablado mucho, y mucha gente ha opinado sobre temas relativos al descubrimiento y la posible habitabilidad de estos mundos, pero a mi no me gusta demasiado elucubrar sobre lo que no tenemos muchos datos y prefiero imaginar aspectos del cielo de acuerdo con la información que se ha suministrado.

Porque lo que sí podemos saber con bastante aproximación, es qué verían los supuestos habitantes de estos exoplanetas, a los que llamaré trappist1nienses, cuando miraran hacia arriba, que en muchos aspectos sería diferente de lo que vemos nosotros.


A continuación os invito a imaginar diferentes circunstancias del cielo de estos planetas, cuyos datos numéricos he calculado a partir del tamaño de la estrella, distancia a la que se encuentra y los datos planetarios que se recogen en esta imagen publicada por NASA:

jueves, 2 de marzo de 2017

El planeta PI


En este post solo voy a recoger una curiosa casualidad, de esas que ocurren diariamente pero no nos solemos fijar. 
No es un artículo de astronomía, pero como está relacionado con el tema de moda en este campo, aprovecho para hacer algunas reflexiones, aunque parezcan fuera de lugar.

Antes de nada, insisto en eso: CASUALIDAD. Es solo un detalle, tonto pero curioso, respecto a uno de los planetas de la estrella Trappist 1 que la semana pasada (febrero de 2017) saltaron a la fama. Precisamente el d, el tercer planeta, como el que da título a este blog.


Como otros muchos colegas, sorprendidos o eufóricos con el anuncio del descubrimiento de los siete exoplanetas de tamaño similar a la Tierra, he empezado a imaginar.

Si la mayoría de los astrónomos han intentado estudiar o buscar datos sobre sus condiciones de habitabilidad o elucubrar sobre la posible existencia de vida en alguno de ellos, que no es lo mismo, yo he cogido la calculadora y he empezado a averiguar aspectos más prosaicos pero más seguros: distancias, tamaños aparentes, ángulos, fases y otros aspectos geométricos que espero publicar aquí dentro de 3 o 4 días en un post mucho más serio e interesante que éste.

Lo primero que hice fue tomar los datos de distancias y tamaños suministrados por NASA y pasarlos a unidades de nuestro sistema de medida (kilómetros o millones de kilómetros) para poder hacer luego los diferentes cálculos.
Una unidad astronómica 1 AU =149.6 millones de kilómetros (con la precisión que habitualmente se usa) y radio terrestre = ...(ahora eso no importa)


Estoy calculando las distancias a su estrella en millones de kilómetros, y cuando llego al tercer planeta y miro la calculadora hago un gesto de fastidio porque veo 3.1416 . Vaya, ¡otra vez he pulsado mal una tecla! (supuse que había  tocado la tecla de PI)

Pero no. Repito el cálculo, y nuevamente el mismo resultado. Porque efectivamente, según esos datos, la distancia del tercero de los planetas sale casualmente 3.1416 millones de kilómetros, el valor del número pi redondeado a 4 decimales, el que aprendimos y utilizamos en la escuela, al menos en mi época.

sábado, 25 de febrero de 2017

El cielo del segundo planeta

Después de que anuncié una serie de artículos sobre los cielos de otros astros del Sistema Solar, y tras el que dediqué a Mercurio, le ha llegado el turno a Venus, el segundo planeta.

Pero antes de seguir no puedo dejar de mencionar la noticia que está de actualidad: El anuncio del descubrimiento de 7 exoplanetas de tipo terrestre alrededor de una estrella a 40 años luz. Alguien me sugirió que hablara sobre ellos, pero lo único que podría hacer sería recoger y comentar el anuncio oficial de NASA https://exoplanets.nasa.gov/news/1419/nasa-telescope-reveals-largest-batch-of-earth-size-habitable-zone-planets-around-single-star/ o el artículo publicado en la revista Nature.
Eso es lo que se ha hecho en muchos medios que podrás encontrar fácilmente porque otra opción, aparte de determinados cálculos sobre dinámica orbital o elucubraciones sin apenas datos reales, no está ahora en nuestra mano.
Quizás con más calma y analizando despacio los datos, habrá tiempo también de imaginar sus cielos.

Si en el anterior post de esta serie escribí sobre las muchas paradojas que presentaba el cielo de Mercurio, quizás sea Venus el que nos muestre una aún mayor. Una paradoja no deseable para tí, amigo(a) lector(a), que has empezado a leer este artículo, y para mí, que me he impuesto la tarea de escribirlo.
Porque Venus, el lucero del alba, a quienes los antiguos griegos y romanos asignaron el nombre de la diosa de la belleza y el amor por ser el astro más fotogénico de nuestro cielo, que habitualmente nos ofrece unas preciosas postales en el momento mágico de los crepúsculos, es el astro del sistema solar que tiene el cielo menos atractivo de todos.
Por si esto fuera poco, es uno de los lugares más inhóspitos, muchas veces comparado incluso con un auténtico infierno.

A la izquierda una recreación artística de lo que podría ser la superficie y el cielo de Venus, realizada por el mágnífico ilustrador de paisajes celestes Ron Miller, y a la derecha una imagen real tomada por la sonda Venera 13 en 1982   

En Venus nunca florecería la astronomía

Debido a su densa atmósfera, desde la superficie de Venus no se podrían ver los astros en su cielo. La claridad del Sol seguramente se intuiría, pero desde allí nunca se puede ver ningúna estrella ni ningún otro astro.
El prestigioso astrónomo y divulgador Carl Sagan escribió en su obra “Cosmos”, la frase que he puesto en el encabezamiento.

Dicho esto, este post debería acabar ya, porque parece que poco más se puede decir sobre el cielo del segundo planeta. Pero si lees asiduamente este blog ya sabes que eso es imposible. Su autor es incapaz de publicar algo tan cortito.

Mi propuesta, entonces, es ascender hasta el borde exterior de su atmósfera y, ya sin ese obstáculo, mirar hacia arriba.

domingo, 19 de febrero de 2017

La Luna va "a su aire"

Tres circunstancias que han ocurrido estos días me han impulsado a escribir sobre el movimiento aparente de la Luna en nuestro cielo

1 - Júpiter y la Luna intercambian posiciones.

El pasado miércoles cuando después de desayunar estaba preparando las cosas para in a trabajar (a mi cielo) recibí un whatsApp: “¿Eso que hay al lado de la Luna es Venus?”

No podía ser el segundo planeta, el llamado lucero del alba, porque ahora se ve al principio de la noche y hasta abril no se verá por la mañana. En principio no estaba seguro de a qué se podría referir porque yo no había consultado la situación o las posiciones de la Luna estos días, pero como quien me lo preguntaba ha visto muchas veces a Venus, porque yo se lo he enseñado, debería estar viendo algo muy brillante, cercano a la ecliptica por estarlo respeto a la Luna, y solo había una opción:
- “No. Será Júpiter” - Le contesté antes de mirar por la ventana y comprobarlo, y de paso aprovechar para tomar unas fotos de la pareja sin siquiera montar el trípode porque andaba ya con prisa.

La Luna y júpiter antes del amanecer el 15-2-17

A la mañana siguiente aproximadamente a la misma hora, allí estaban otra vez los dos, pero habían intercambiado las posiciones.

Los mismos protagonistas la mañana siguiente.
En realidad era la Luna la que se había pasado al otro lado, y Júpiter no se había movido apenas nada respecto al fondo de las estrellas.

domingo, 12 de febrero de 2017

Eclipses "de libro" (2)

Este post es continuación del anterior, donde hablé de los eclipses de este año, y en especial del primero de ellos, el penumbral de Luna que ha ocurrido entre la publicación de aquel y éste artículo. Si no leíste aquel, convendría que lo hicieras antes que éste, clicando en este enlace.

Tuve mucha suerte y pude verlo.
Tal como tenía previsto, ayer de madrugada me levanté 15 minutos antes del máximo del eclipse (en mi reloj era a las 1:44 y en T.U a las 0:44) y se veía una Luna esplendorosa con la parte superior ligeramente más oscura, en el centro de un enorme claro entre las nubes. Como “era de esperar” las nubes se fueron acercando a la Luna, pero “Murphy (el de la odiosa ley) no fue lo suficientemente rápido” y no la taparon hasta unos segundos después del máximo. Tampoco era decisivo porque los cambios son muy paulatinos y en esos minutos no se apreciaron.

11-2-17, 0:44 T.U. en el momento del máximo del eclipse penumbral de Luna, desde Bilbao.
En esta imagen se puede apreciar el diferente efecto de la penumbra según la zona y todas sus distintas intensidades, desde el borde superior que está muy cerca de la sombra, hasta el extremo inferior que está justo en el borde de dicha penumbra. Tal como dije, el efecto de la penumbra disminuye muy rápidamente al alejarse de la zona de la sombra.

La imagen está sin modificar el contraste, como lo vio mi cámara. 
Tal como anuncié, a simple vista parecía mucho menos contrastada, mucho menos oscura la parte superior de la Luna,  pero eso es culpa de nuestros ojos o nuestro cerebro (en eso no soy  experto), que se adaptan para apreciar mejor todas las zonas con diferente intensidad lumínica, en cualquier situación o imagen. Esto es muy fácil de comprobar si hacemos una foto a contraluz, o en un lugar con sombras pronunciadas y comparamos lo que vemos nosotros y lo que sale en la foto. La cámara es objetiva, nuestra visión no.

viernes, 10 de febrero de 2017

En 2017, eclipses "de libro"

Esta próxima noche, del 10 al 11 de febrero se produce un eclipse, uno de esos fenómenos que son posiblemente los espectáculos celestes que más atracción tienen entre el público en general, aunque no esté especialmente interesado en las cosas de los astros. 

El momento central y más interesante ocurrirá cuando en Europa Occidental ya haya pasado la medianoche, en la madrugada del sábado, y aunque se trata solo de un eclipse penumbral de Luna, por lo que no será muy llamativo, es el primero de los 4 eclipses de este año, el número más habitual, que voy a utilizar como ejemplo para explicar las “periodicidades” de estos fenómenos, porque lo de los eclipses de 2017 es “de libro”. 


Fechas de los 4 eclipses de 2017, e imágenes aproximadas a lo que podrá verse, que obtuve en anteriores eclipses similares a los de este año.
Más adelante doy detalles de todos ellos, pero lo primero es lo primero.

sábado, 4 de febrero de 2017

Enseñando astronomía


Quienes leéis habitualmente este blog ya sabéis que mi trabajo es enseñar astronomía. Pero no solo es la actividad por la cual me pagan, sino que es lo que más me gusta hacer. No solo observar el cielo, calcular posiciones de los astros, leer sobre el tema, sino, sobre todo, divulgarlo y enseñarlo

Hoy hace 22 años, el 4 de febrero de 1995, se constituyó oficialmente en Madrid la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía (ApEA), de la que actualmente tengo el honor de ser vicepresidente, y con motivo de este aniversario he decidido escribir ahora esta entrada. 


Primer logo de Apea
Recuerdo que ese día, al igual que hoy, también era sábado y acudí con Eduardo Zabala, primer secretario de Apea y diseñador de su logotipo, en su coche, a reunirnos con más de una veintena de colegas de distintos lugares.

Quizás te suene a panfleto publicitario, pero en un blog de astronomía que tiene una orientación didáctica creo que debe tener cabida este tema.

Si eres profesor y quieres tener nuevos recursos y actividades para el aula, o te interesa divulgar la astronomía de una manera diferente, o simplemente quieres aprender aspectos básicos que no aparecen en las noticias de los medios de comunicación ni se explican el los manuales de observación, en la sección de materiales para trabajar o en la de  publicaciones  de la página de Apea puedes encontrar cosas interesantes y sobre todo muy variadas: Desde propuestas para explicar y entender aspectos controvertidos de cosmología, hasta actividades de educación física donde también los astros son protagonistas.

domingo, 29 de enero de 2017

Un triángulo equilátero descompensado

El próximo martes 31 de enero al principio de la noche, Venus, Marte y la Luna aparecerán muy próximos entre sí, y desde la zona más occidental de Europa y Africa les veremos formando un triángulo casi equilátero.
Fotomontaje con las posiciones que ocuparán los tres astros, a partir de una imagen de Venus y Marte, tomada recientemente, a la que se le ha añadido la Luna.
En realidad, la Luna destacará mucho más, y en las fotos que se obtengan sin tratamiento informático, incluso saldrá muy sobreexpuesta si se quiere que se vea Marte
Al final del artículo, en el anexo, explico las diferencias desde otros lugares.

Las posiciones cambiantes de los planetas en la bóveda celeste ofrecen espectáculos variados en muchas ocasiones y ya he recogido en este blog algunas situaciones en que la proximidad aparente de varios de ellos (visto desde la Tierra) nos mostraban situaciones llamativas. La última a finales del pasado mes de agosto, con Venus y Júpiter como protagonistas.

lunes, 23 de enero de 2017

Desde el primer planeta (2)

Este post es continuación del anterior, que si no lo leíste puedes hacerlo ahora en este enlace.

En él se recogían varias situaciones paradójicas que se producen en el cielo del planeta Mercurio, algunas de las cuales solo las relaté sin dar una explicación del motivo que las ocasiona. Aquí aparecen esas explicaciones y como el asunto es un poco técnico, lo incluyo en el anexo “Si quieres saber más”. Si estas cosas no son de tu agrado déjalo y espero que la próxima entrada sea "menos fea".


Antes de que sumerjas en los detalles debo advertirte que a diferencia de los demás, este post no es para todos los públicos. Al ser continuación del anterior, y contener solo el habitual anexo opcional, es adecuado solo para quienes tengan curiosidad y quizás deberán esforzarse para entender algunas cosas.
Como vi que a algunos lectores se les hacía difícil, especialmente la primera parte, escribí posteriormente este otro artículo que contiene también el tema del día y la rotación de Mercurio igual que aquí, pero con explicaciones previas generales que quizás deberías ver ahora (clicando el enlace), y he añadido este párrafo con posterioridad.

 
Los extraños números del planeta Mercurio

Debido a la situación de Mercurio en el Sistema Solar, próximo a nuestra estrella, sus movimientos de traslación y rotación tienen una duración muy diferente de lo habitual y de ello derivan estos curiosos números y las mencionadas paradojas.


Por un lado al ser el planeta más cercano al Sol, es el que se mueve más rápido y como además la longitud de su órbita es la más pequeña, tiene el periodo de traslación más corto. Esto debe ser necesariamente así, y su duración está determinada exactamente por la tercera ley de Kepler de acuerdo con su distancia al Sol. El año de Mercurio dura solo 88 días terrestres.

Por otra parte la rotación es muy lenta: Mercurio necesita nada menos que 58,6 días terrestres en completar un giro sobre su eje, y posiblemente se haya ralentizado debido a las fuerzas de marea, de manera similar a como ha ocurrido con la mayoría de los satélites del Sistema Solar.
Desde comienzos del siglo XX se pensaba que al igual que éstos enseñan siempre la misma cara a su planeta, Mercurio hacía lo mismo respecto al Sol. Sin embargo en 1965 se obtuvo el valor real de la duración de su rotación, y quedó claro que es el resultado de una resonancia gravitatoria ya que los dos periodos están en una relación exacta 3:2. Cada 3 rotaciones Mercurio da 2 vueltas alrededor del Sol, completando un periodo de 176 días terrestres en total que se repetirá sucesivamente.

domingo, 15 de enero de 2017

Desde el primer planeta (1)

Con esta entrada comienzo una serie de artículos sobre cómo se ve el cielo desde otros astros del Sistema Solar, tal como  prometí  el mes pasado en el post “Cielos de otros mundos”.  

La mecánica celeste y el espectáculo que hipotéticamente podríamos observar desde esos lejanos lugares, en ocasiones son muy distintos  a lo que vemos desde la Tierra.  Algún ejemplo concreto ya ha aparecido en este blog de manera aislada, pero ahora voy a recorrer de forma más sistemática algunos cielos del Sistema Solar y el primero debe ser el de Mercurio, mi planeta preferido.
Irán apareciendo luego los de otros astros, pero alternados con otros temas porque en la variedad está el atractivo de este tipo de blogs.

Mercurio y la Luna el 15-8-2012 desde Araúzo de Torre.
Si Mercurio es el planeta más esquivo, y en parte por ello su localización y observación en los cielos crepusculares siempre es muy llamativa, mucho más lo sería la observación del cielo desde allí a pesar de no tener satélites, no cambiar el color de su cielo, ni verse ningún astro en fases tan fotogénicas como la Luna de la imagen

sábado, 7 de enero de 2017

La Luna del cambio de año

Esta entrada está compuesta en su mayoría por imágenes. En contra de mi costumbre hay poco texto y va muy ligera, apropiada para digerir los habituales excesos de estas recién acabadas fiestas (en España acabaron ayer con los regalos de los Reyes Magos).

Hace un mes, en el post titulado “Selene se pasea ante Afrodita” ya anuncié que las circunstancias que entonces ocurrían volverían a darse de manera similar en varias ocasiones, y la primera sería al comienzo de 2017. Si no lo leíste y quieres la información técnica que aquí falta, puedes lincarlo porque todo es muy similar y se hace referencia también a este caso.

Pero en esta ocasión he querido recrearme más en el aspecto estético que en el técnico, sobre todo en la actriz más fotogénica de las dos, y sé que algunas-os me lo van a agradecer.

La luna del cambio de año, desde mi ciudad.

El 3 de enero de 2017 la Luna ya se va despidiendo de Venus en el lumínicamente contaminado cielo de Bilbao, después de varios días de encuentro, que se repetirá nuevamente al final de mes.
Entre ambas está Marte, muy difícil de apreciar en estas condiciones. Ampliando la imagen se podría intentar localizar.
En el citado post del mes pasado mostraba mi satisfacción y extrañeza porque la meteorología me hubiera permitido la observación del cielo durante 4 noches consecutivas, circunstancia infrecuente por aquí ¡Y precisamente los días claves del espectáculo!
Parece que el cambio climático es evidente, para bien o para mal, porque otra vez hemos tenido cielos limpios durante muchos días seguidos y se han podido apreciar las evoluciones de la Luna acompañada de Venus en la siguiente oportunidad. 

La finísima luna del día 30 anunciaba el espectáculo de las siguientes noches.

El día 30 una Luna de apenas 36 horas (después de luna nueva), a punto de ponerse por el horizonte de Bilbao.