Porque desde comienzo de este curso 19-20 he recogido de manera continuada aspectos teóricos y difícilmente observables o artículos de opinión sobre cambios y husos horarios.
Y después del último post sobre un fenómeno extraordinario, pero solo al alcance de unos pocos, en esta ocasión hablaré de algo más habitual que nos produce el placer de levantar la vista al cielo y apreciar algo bonito, mucho más fácil de observar y sin duda más fotogénico: Los espectáculos que frecuentemente nos dan la Luna y los planetas.
Además este post es solo el prólogo de otro que espero publicar este próximo viernes anunciando un fenómeno concreto de éstos, muy llamativo. O incluso dos, o tres.
A la Luna le gusta visitar a los planetas. No pierde la ocasión de hacerlo en
cada ciclo, en cada vuelta, y como si disfrutara con las “relaciones sociales” nunca
se olvida de los colegas de su compañera la Tierra. O eso es lo que nos parece
desde el tercer planeta, donde a estos fenómenos, cuando son muy cercanos, les damos el nombre de "conjunciones"
Una
de las muchas anécdotas derivadas de ser “el raro ese que se conoce las
estrellas” ha sido que en numerosas ocasiones me han hecho una pregunta extraña.
Y lo es no solo porque no tiene mucho sentido, porque el día que me lo preguntan no suele ocurrir lo que me refieren, sino también porque incluso la
he oído de labios de personas cultas y observadoras:
-
¿Cuál es esa estrella tan brillante que está al lado de la Luna?
Aunque es casi seguro que la pregunta indicada se refiera a un planeta, y sin pensarlo demasiado podría responderle, para asegurarme y para hacer recapacitar a mi interlocutor, prefiero hacerlo con otra pregunta:
Aunque es casi seguro que la pregunta indicada se refiera a un planeta, y sin pensarlo demasiado podría responderle, para asegurarme y para hacer recapacitar a mi interlocutor, prefiero hacerlo con otra pregunta:
-
¿Qué día?
Porque
de un día a otro la posición de la Luna cambia ostensiblemente de ubicación
sobre el fondo estrellado. Al cabo de casi un mes vuelve a repetirse, quizás
alguien vuelva a fijarse, y refuerce la idea de que todos los días es así. Las
circunstancias no llamativas se olvidan (los días intermedios en que la Luna estaba sola).
Pero durante todo el verano y lo que llevamos de otoño de este 2019 no ha hecho falta esperar tanto, y dos noches después de haber estado situada la Luna junto a una brillante “estrella” parece que ocurre nuevamente, aunque “la estrella” no haya sido siempre la misma y, por cierto que como he dicho antes, nunca ha sido una estrella, sino un planeta: Primero Júpiter y luego Saturno.
Pero durante todo el verano y lo que llevamos de otoño de este 2019 no ha hecho falta esperar tanto, y dos noches después de haber estado situada la Luna junto a una brillante “estrella” parece que ocurre nuevamente, aunque “la estrella” no haya sido siempre la misma y, por cierto que como he dicho antes, nunca ha sido una estrella, sino un planeta: Primero Júpiter y luego Saturno.
En
realidad estas situaciones se llevan produciendo todos los meses desde
principio de año aunque hasta junio, de madrugada, seguro que no fueron muy
observadas.
Todo esto, por supuesto, es lo que vemos desde aquí, desde el tercer planeta, proyectado en nuestro cielo. Pero sabemos que en realidad la Luna está muchísimo más cerca de nosotros; miles de veces más cerca que Júpiter o Saturno.
Todo esto, por supuesto, es lo que vemos desde aquí, desde el tercer planeta, proyectado en nuestro cielo. Pero sabemos que en realidad la Luna está muchísimo más cerca de nosotros; miles de veces más cerca que Júpiter o Saturno.
La
Luna viajera
El
movimiento de la Luna alrededor de nuestro planeta, completando una traslación
cada 27.3 días y un ciclo de fases cada 29.5 (si esto te sorprende te aconsejo
que veas el artículo 28 días, el bulo de la Luna) hace que de una noche para otra, además de cambiar
ligeramente su fase haya cambiado su posición unos 12º
hacia el Este respecto al fondo estrellado.
Este
movimiento está enmascarado por el efecto de la rotación terrestre, mucho más
rápido, que hace que la veamos moverse claramente hacia el Oeste, al igual que
el Sol y las estrellas, de una manera evidente según pasan las horas, aunque un
poquito más despacio que los demás.
La
consecuencia de su traslación según pasan los días es que vaya “visitando”
diferentes zonas del cielo, diferentes constelaciones y diferentes astros.
Los planetas siempre aparecen situados en una estrecha
franja en el cielo, que precisamente corresponde aproximadamente al camino de
la Luna. Por eso, para que estos encuentros de la Luna con algún planeta sean
frecuentes, solo es necesario que “haya planetas en el cielo nocturno”.
En el verano del año pasado (2018) aparecían 4 planetas escalonados a lo largo de las inmediaciones de eclíptica, marcando claramente la zona donde siempre los encontraremos.
Sin embargo durante varios de los meses anteriores apenas se podía ver ninguno a horas prudenciales.
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La
Luna sigue siempre su ciclo imperturbable, fácilmente predecible incluso por
personas no entendidas en la materia si se fijan durante una temporada, pero la
posición de los planetas en principio parece un poco anárquica. Pero solamente
lo parece. En otra ocasión explicaré sus ciclos, que visto desde la Tierra pueden ser muy diferentes de sus periodos de traslación.
De
los 5 planetas visibles sin ayuda de instrumentos ópticos, como cada uno tiene
su ciclo, hay épocas en que no se ve ninguno a horas prudenciales de la noche,
y otras que hay uno o varios durante largas temporadas. En esos casos serán
visitados por la Luna cada mes, y como los planetas parecen estrellas muy
brillantes, estas situaciones pueden ser llamativas.
Esto
es lo que ha ocurrido desde principio de 2019 con Júpiter y Saturno, y que se
ha podido observar al principio de la noche a partir del mes de junio en todas
las lunaciones. El primero situado en la constelación de Ofiuco, cerca de Escorpio
y el segundo en Sagitario, constelaciones típicas veraniegas desde el
hemisferio norte e invernales desde el Sur.
Sin intentar ser exhaustivo, sin premeditación, y solo aprovechando las circunstancias casuales y meteorológicas que me lo han permitido, he recogido en estos meses algunas imágenes de las visitas de la Luna a Júpiter.
Sin intentar ser exhaustivo, sin premeditación, y solo aprovechando las circunstancias casuales y meteorológicas que me lo han permitido, he recogido en estos meses algunas imágenes de las visitas de la Luna a Júpiter.
Son
diferentes porque las aproximaciones no han sido siempre iguales, y he
aprovechado las más cercanas para aumentar el Zoom y captar detalles de la
“viajera”, aún manteniendo a los dos protagonistas en escena.
Una
de ellas está “trucada”, pero era importante ponerla por necesidades del guión.
A ver si adivinas cuál es.
El 13 de julio, entre la bruma aparece la Luna y sobre el tejado se intuye Júpiter |
El 9 de Agosto, en un cielo limpio |
5 de septiembre, dirigiéndose hacia Júpiter (a la izquierda de la imagen) |
Al día siguiente, 6 de septiembre, la Luna se deja intuir detrás de las nubes, después de haberse despedido ya de Júpiter, que en contraste aparece muy brillante en un claro. Este mes no se pudo ver muy cerca de Júpiter desde Europa o América, pero sí desde el Pacífico
3 de octubre |
31 de octubre |
La Luna presumida, en cada visita utiliza diferente traje.
Como
se aprecia en la serie de fotos de arriba, en cada ocasión la fase lunar ha sido diferente. A
partir de la luna casi llena 3 días antes del eclipse de julio, siempre en
creciente pero cada vez más fina.
Esto
lo observaremos siempre que nuestro satélite se encuentre con los planetas exteriores,
sobre todo Júpiter y Saturno. (También Urano y Neptuno, pero estos no se ven
sin telescopio) porque, debido a la traslación de la Tierra, con el paso de los
meses la elongación oriental de estos planetas “lentos” va disminuyendo (el ángulo con que se les ve
a la izquierda del Sol, o a la derecha si estás en el hemisferio Sur).
Por
ello, a partir de la zona opuesta al astro rey (la Luna, lógicamente estará
llena) cada vez los veremos más cerca del Sol (angularmente), y la Luna, cuanto
más cerca se vea del Sol muestra una imagen más fina, como se muestra en el siguiente gráfico:
Lo
contrario ocurre cuando los “encuentros” son visibles más bien de madrugada.
Sabemos que la Luna a esas horas solo se ve en menguante, y en ese caso la fase
irá aumentando cada mes, mientras que la elongación occidental del planeta va
aumentando.
Perspectivas diferentes:
Tal como se puede apreciar en la serie de imágenes que he recogido de los pasos de la Luna cerca de Júpiter, ha habido meses en que han visto mucho más próximos entre sí, que otras. A veces pillé a la Luna antes de llegar a las proximidades del planeta gigante, y otras veces después de despedirse de él, a distancias diferentes.
En los diferentes encuentros a partir del que ocurre en luna llena, la fase va disminuyendo. Este es solo un esquema explicativo y no se han mantenido las escalas en los tamaños ni en las distancias. |
Perspectivas diferentes:
Tal como se puede apreciar en la serie de imágenes que he recogido de los pasos de la Luna cerca de Júpiter, ha habido meses en que han visto mucho más próximos entre sí, que otras. A veces pillé a la Luna antes de llegar a las proximidades del planeta gigante, y otras veces después de despedirse de él, a distancias diferentes.
¿Por qué no he recogido precisamente la máxima aproximación en cada uno de los casos?
La razón es que desde mi ubicación concreta, como desde cualquier otra, solo durante unas horas de la noche he tenido por encima del horizonte a la Luna, y evidentemente no siempre ha coincidido con la mayor aproximación.
Un ejemplo claro puede verse en las imágenes del 5 y 6 de Septiembre: en la primera todavía le falta bastante y en la segunda ya se había pasado.
A medida que rota la Tierra, la Luna irá apareciendo en el cielo de diferentes lugares (antes en un lugar situado más al Este que otro). Durante el tiempo que tarda en aparecer sobre el segundo de ellos, ha ido moviéndose alrededor de la Tierra y vista desde aquí se habrá movido respecto a las constelaciones, con o que desde el segundo lugar se verá en el cielo en un punto más hacia al Este.
Un ejemplo claro puede verse en las imágenes del 5 y 6 de Septiembre: en la primera todavía le falta bastante y en la segunda ya se había pasado.
A medida que rota la Tierra, la Luna irá apareciendo en el cielo de diferentes lugares (antes en un lugar situado más al Este que otro). Durante el tiempo que tarda en aparecer sobre el segundo de ellos, ha ido moviéndose alrededor de la Tierra y vista desde aquí se habrá movido respecto a las constelaciones, con o que desde el segundo lugar se verá en el cielo en un punto más hacia al Este.
En los casos en que la "visita" la realiza la luna casi llena, que coincidirían con la oposición del planeta, tendríamos muchas horas de observación y un margen mayor para pillarla en un mejor momento (en esta serie, en los meses de abril a julio), más próxima al planeta, pero cuando la fase es más fina, las horas nocturnas en que puede verse son pocas.
Siempre habrá un lugar en el tercer planeta donde en ese mejor momento de máxima proximidad sea de noche y además la Luna esté sobre el horizonte, pero puede estar a unos cuantos miles de kilómetros de nuestra casa.
Para el próximo año 2020, intentaré preparar una guía completa previa, de las distintas circunstancias y lugares más adecuados de observación.
Pongo dos imágenes (tomadas de la página https://www.spaceweather.com/) captadas en la misma fecha, la noche del 30 al 31 de octubre pero desde dos lugares lejanos entre sí (no en el mismo momento) donde se pudo ver a la Luna y a Júpiter un poco antes y en un momento en que estaban más cercanos, que cuando los pude ver yo. Desde donde yo vivo en ambos momentos era de día, y cuando pude ver a ambos protagonistas la Luna ya se había separado más de Júpiter.
Pongo dos imágenes (tomadas de la página https://www.spaceweather.com/) captadas en la misma fecha, la noche del 30 al 31 de octubre pero desde dos lugares lejanos entre sí (no en el mismo momento) donde se pudo ver a la Luna y a Júpiter un poco antes y en un momento en que estaban más cercanos, que cuando los pude ver yo. Desde donde yo vivo en ambos momentos era de día, y cuando pude ver a ambos protagonistas la Luna ya se había separado más de Júpiter.
Imagen obtenida por Moaddmed Al Asfoor desde Baréin, poco antes antes de la conjunción |
Desde Estocolmo, Peter Rosen obtuvo esta otra, posterior a la conjunción. En ambas imágenes se puede distinguir a Ganímedes, el mayor satélite de Júpiter. |
Además de este tema debido al horario, o momento en que es de noche en diferentes lugares, está el tema del paralaje, si los lugares de observación son muy distantes: Aún siendo visible la Luna simultáneamente en ambos, desde cada uno de ellos aparece ligeramente desplazada en fondo de estrellas respecto al otro, y también respecto a los planetas..
Las
próximas veces
La
próxima vez, que la Luna se encuentre con Júpiter será el 28 de noviembre. Será
la última de esta serie ya que al mes siguiente (en diciembre) el planeta
gigante estará casi en la misma dirección que el Sol, y será inobservable.
Pero
será, sin duda, la mejor. Muy espectacular por dos motivos. Pero no quiero
adelantar acontecimientos ni desvelar las claves tan pronto. El siguiente post,
que espero publicar este próximo viernes, irá dedicado íntegramente a esa
situación y a dos aspectos relacionados con ella.
Casualmente,
esta serie de visitas de la Luna a Júpiter han coincidido dentro del mismo año
ya que la primera fue en enero, cuando Saturno todavía estaba casi detrás del
Sol y la última, como digo, el último jueves de este mes de noviembre. No te la
pierdas.
Por
cierto, que la siguiente serie, ya en 2020, promete mucho porque Júpiter y
Saturno estarán más cercanos entre sí, y la Luna les visitará prácticamente a
la vez. Empezará en febrero, concretamente el día 20, y la última visita será en
diciembre. También dentro del año 2020 la serie completa.
Pero
es que además ese año toca Marte. Que, con sus mejores galas, hará la
competencia a nuestra pareja, con ventaja.
Atención
a la madrugada del 18 de marzo cuando la Luna encontrará reunidos a los tres, y
en una sola noche cumplirá con sus “obligaciones sociales” de visitarles. Un
amanecer que no hay que perderse. También será sugerente el del 15 de abril.
Va
a ser un año de madrugones (al principio), búsqueda de lugares despejados, y
cámara de fotos preparada. Posiblemente merezca la pena que lo detalle más
cuando vaya a empezar la temporada, ju to con detalles técnicos que hoy han quedado en el tintero.
Antes de acabar, y no dejarte con la intriga, la solución de la pregunta sobre mi “trampa” o montaje en una de las fotos de la Luna y Júpiter: La imagen trucada era la del 13-7. la Luna entre la bruma es del día siguiente cuando Júpiter estaba fuera de campo y lo he añadido en la posición que debió ocupar respecto a la Luna el día 13, por encima de las nubes que me impidieron verlo.
Y
ya sí, lo último y muy importante: si estás leyendo este post antes del viernes
22 de noviembre (de 2019). No te olvides de buscar el que voy a publicar ese
día, o probablemente te perderás el (los) espectáculo(s)
Eskerrik asko Esteban!!!
ResponderEliminarSiempre es un placer seguir aprendiendo y admirando tu labor divulgativa.
Un saludo.
Eskerrik asko zuri, Rafa.
EliminarEl blog sigue adelante gracias a que tiene lectores fieles como tú.