Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

domingo, 9 de marzo de 2025

Temporada de eclipses

 

El próximo viernes 14 de marzo se producirá un eclipse de Luna visible en parte desde España, y prácticamente completo desde América. 

Cerca ya de eclipsarse totalmente, con la orientación que se verá desde España con la zona superior derecha todavía brillante (dependiendo de la localidad casi justo al final de la noche)

En ese mismo instante, aunque desde América será el principio de la noche, se verá la misma imagen pero girada. 
Por ejemplo, desde Buenos Aires

¿Cuánto tiempo ha pasado desde el último eclipse? Quizás tengamos la impresión de que los eclipses ocurren de manera anárquica, sin ningún tipo de periodicidad, y bastante separados unos de otros. Y por ello quizás también te sorprenda el que 15 días más tarde, el sábado 29, podremos ver un eclipse de Sol. Por supuesto, el primero en luna llena y el segundo en nueva. O sea, que la diferencia no puede ser de 10 o de 20 días, por ejemplo.

Pues resulta que es lo habitual: dos eclipses, uno de cada tipo, separados solo por 2 semanas, aunque en algunos casos son 3 eclipses. Es lo que se llama temporada de eclipses, que tienen una amplitud de hasta casi un mes y están separadas una de otra temporada por algo menos de 6 meses. Nunca habrá un eclipse, por ejemplo, 3 o 4 meses después de otro.

Este año 2025 una estación de eclipses es esta de marzo y otra en septiembre (el día 7 de luna y el 21 de Sol) Serán dos parejas, y además los mismos tipos de eclipses: totales los de Luna y parciales los de Sol


Pero a veces tenemos la sensación de que son situaciones excepcionales porque una cosa es que ocurran y otra que ambos sean visibles desde una misma zona, como en este caso.

De hecho, desde el oeste de Europa no se han visto los dos eclipses destacados de una misma temporada (uno dos semanas después del otro) desde 1996. Sí hubo algún par de ellos, pero fueron poco llamativos: penumbrales de Luna o parciales muy breves de sol.

Además cada año ocurren al menos 4 eclipses, pero desde la península Ibérica (O desde el oeste de Europa) el último fue en 2022

Todo esto lo expliqué detalladamente en "Parejas y tríos de eclipses". Lo puedes ver allí y te lo recomiendo, pero el título de este post y las referencias al tema es porque desde entonces hasta ahora no se habían visto desde aquí ambos eclipses.

Los detalles de eclipse de Luna del día 14:

Si te interesa observarlo, el día 14 deberás madrugar de manera que puedas verlo un poco antes de las 6. En realidad la primera fase penumbral empieza antes, pero apenas se distingue nada. A las 6:10 comienza el verdadero espectáculo (un poco antes se empieza a notar) y podrás observar prácticamente hasta la salida del Sol según el lugar, de acuerdo con los datos que pongo luego. Deberás haber localizado un lugar con el horizonte oeste bajo, para poder ver la Luna el máximo tiempo posible antes de ponerse.

A diferencia de los eclipses de sol, los de luna son simultáneos en todos los lugares desde donde se vea la Luna, y esa es la circunstancia que motiva las zonas de visibilidad: Por ejemplo, si el eclipse empieza a una determinada hora, desde todos los lugares que en ese momento se vea la Luna, se apreciará el comienzo del eclipse, y por la misma zona lunar aunque esté girada.

En la mayor parte de Europa y Africa verán solo el comienzo así como desde el este de la península desde donde se verá la primera parte parcial, sin llegar a ser total, pero desde el centro y oeste además de las Islas Canarias, se verá total antes de que se ponga la Luna. O sea, la primera mitad del eclipse. y como se ha dicho, ya desde América se verá el eclipse completo.

Este es el mapa general del cual se pueden sacar algunas conclusiones:

Si lo comparamos con los mapas de otros eclipses anteriores:

Veremos que a diferencia de aquellos, en esta ocasión las líneas de separación de las diferentes fases son bastante verticales siguiendo la dirección de los meridianos. Esto es porque estamos casi en el equinoccio.

En este caso las líneas llegan hasta latitudes extremas próximas a los polos, mientras que en los otros dos ejemplos no, uniéndose por esas latitudes toda la zona donde se ve todo el eclipse o donde no se ve nada. Esto ocurre porque al haber allí día perpetuo o noche perpetua tampoco la Luna se va o no aparece durante todo el tiempo. En un eclipse lunar si hay noche perpetua nuestro satélite será visible de manera continua 

Como los eclipses de Luna son simultáneos, su visibilidad está condicionada por la posición sobre el horizonte en un momento determinado. Por ejemplo, en este caso la totalidad comienza a las 7:26 (hora oficial en España), y los lugares que a esa hora tengan la Luna sobre el horizonte la verán totalmente eclipsada. Aunque hay que decir que en la península el cielo estará ya brillante con el cercano amanecer, y no destacará mucho. 

Zona de la península desde donde llegará a verse la totalidad a las 7:26:  a la izquierda de la línea

Desde la derecha de la línea, la Luna se pondrá antes de la fase total

Tal como se aprecia en el siguiente gráfico, este eclipse ocurre cuando la Luna está cerca del nodo descendente, antes de pasar por él, y se indican las horas del comienzo de cada etapa.

Y por lo tanto, el próximo eclipse de esta temporada (de sol, el 29 de este mes) ocurrirá cuando la Luna vuelva a atravesar la eclíptica, pero en el nodo ascendente.

domingo, 2 de marzo de 2025

Continúa la actividad planetaria. 2 mejor que 7

 

Pasó el 28 de febrero y tal como me parecía evidente la alineación de planetas fue una decepción para el gran público porque no vio lo que los medios le prometían. Pero ahora hay algo más interesante.

Además, como escribí en el anterior post, para nuestra latitud de unos 40ºN, el espectáculo no fue cuando se anunció en todas partes, sino unos días antes, concretamente en mi opinión el 23 cuando ya aparecido Mercurio, todavía Saturno (mucho más débil) podía verse a una cierta altura, y los días posteriores era casi imposible verlo.

Aún dejando a un lado el brillo, y solo teniendo en cuenta las posiciones, el día en que los 7 planetas estuvieron por encima del horizonte habría sido el 25 cuando el "nuevo" Mercurio superó ya en altura a Saturno, y nunca el día 28 cuando Saturno más bajo y más débil era prácticamente imposible de apreciar.

Utilizo casi siempre las posiciones de los astros 45 minutos tras la puesta de Sol porque es cuando pueden empezar a observarse (excepto los más brillantes como Venus) y esta insistencia en cuándo fue el día real de la alineación (el 23) es porque precisamente entontes comienza también el relato de hoy.

Porque lo cierto es que sabiendo lo que hay y sin exagerar, hay que decir que los planetas nos van a seguir dando espectáculo. O mejor, nos van a dar un espectáculo que antes no nos lo han dado.

Precisamente Mercurio, la última incorporación del grupo, va a estar en los atardeceres acompañando a Venus y dando bonitas imágenes.

Si disponemos de un telescopio podremos ver estos días las fases de estos dos planetas y su evolución: 

Estas imágenes, de hace ya unos años, no son ni por mucho tan espectaculares como las que podrían obtenerse estos días.

Estos dos planetas no solo son los únicos que prácticamente presentan fases vistos con un telescopio desde la Tierra (Marte lo hace levísimamente), sino que cuando aparecen en una misma zona del cielo dan unas bonitas imágenes porque será en un cielo crepuscular (excepto en el hemisferio sur en ocasiones en que Mercurio también puede aparecer en un cielo negro)

Por ejemplo hoy mismo día 2 de marzo la fina Luna acompañará a los 2 primeros planetas, formando una imagen digna de verse.

Más al este de esta zona continuarán los brillantes Júpiter y Marte, además del débil inapreciable a simple vista Urano, pero no hay necesidad de contar a todos sino de quedarnos con lo más llamativo.

Venus está ya al final de su aparición vespertina que empezó hace 8 meses, y ahora es cuando se muestra más fotogénico: con su mayor tamaño aparente y su fase más fina. Normalmente se necesita un telescopio para apreciar algo más que un brillante punto, pero estos días incluso con unos prismáticos puede verse ahora la fase.

Incluso con el cielo brillante resulta más sugerente. Búscalo nada más ponerse el Sol por encima de la zona en que este se puso o incluso de día, poco antes de ponerse.

Aspecto aproximado de Venus estos días con unos prismáticos (exagerando un poco)

Mercurio, de ciclos mucho más breves, dejará que Venus vaya acercándose a él día a día.


Ahora muestra una fase gibosa menguante (casi llena) pero irá decreciendo hasta que el día 13 de marzo, ya a la misma altura que Venus, nos enseñe también una fase fina aunque no tanto como su colega:

Mientras que Venus cambia de fase muy despacio y en estos días apenas notaremos diferencia, Mercurio lo hace mucho más rápidamente ya que su ciclo de traslación es mucho más corto.

Suele decirse que la mejor ocasión para ver a Mercurio es en su máxima elongación (esta vez el día 9 con una elongación de 18º); cuando más separado está del Sol y de esta manera aparece en un cielo más oscuro. Sin embargo unos días antes será más fácil distinguirlo porque su brillo será mayor (por ejemplo hoy día 2 aunque su elongación es de solo 16º tiene una magnitud de -0.9, frente a -0.1 del día 9. (cuanto menor es el número de la magnitud, mayor es el brillo)

Para una latitud de 40º norte, aún con buen horizonte, el día 20 ya se puede dar por concluida la presencia de Mercurio y Venus, y de los 7 planetas de la famosa y frustrante alineación solo quedarán 3, y a simple vista 2.

Durante estos días, del 23 de febrero al 20 de Marzo, estos son los recorridos de los 3 primeros planetas: De ellos podemos deducir la evolución de las fases y tamaños aparentes de Mercurio y Venus además de las posiciones relativas al principio y final del intervalo:


lunes, 24 de febrero de 2025

La alineación planetaria: informaciones erróneas

 

Si te han dicho que a finales de febrero podrás ver en el cielo 7 planetas alineados, te han engañado.

Te han engañado porque verás solo 3 planetas. Que además se llevan viendo desde mediados de diciembre. O quizás sean 4 si tienes el horizonte oeste muy bajo y el cielo por allí muy limpio. Pero no más. 

¿Por una sola noche? mejor durante varios días anteriores al 28 ¿Quién se inventó lo del 28?

28-2-2025 Desde 40º latitud norte, 45 minutos tras la puesta de sol.
Distinguirás a Venus, Júpiter y Marte, con el aspecto de 3 estrellas muy brillantes.

Es cierto que da la casualidad de que todos los planetas están a la vez en el cielo al principio de la noche y a esto se refieren todas esas noticias, a veces mal redactadas o exageradas, pero ¿dónde están los otros? que, verse, verse, no se verán.

28-2-2025 Desde 40º latitud norte, 45 minutos tras la puesta de sol
Ahí están los otros 4 que faltaban

Pero…

 …. Urano y Neptuno no se ven nunca a simple vista. Los podrás ver si te los enseñan con un telescopio, pero de uno en uno, fuera del contexto del grupo. Desde luego, no se verán alineados con los otros, sino solitarios en el ocular.

Saturno y Mercurio estarán ya muy cerca del horizonte en cuanto el cielo empiece a oscurecer, y no los verás a no ser que tengas un horizonte oeste muy bajo y una buena vista, porque apenas se distinguirán. Mercurio quizás, pero Saturno seguro que no.

Y si te han dicho que debes aprovechar la oportunidad porque hasta dentro de más de 400 años no se volverá a ver algo parecido, pues te han vuelto a engañar y además de una manera exagerada.

¿A quién se le habrá ocurrido que hay que esperar a 2492 para ver algo parecido? A alguien que se equivocó pero a quien muchos, sin comprobarlo, han copiado. 

Es cierto que el 18 de abril de ese año ocurrirá algo similar:


Pero parece una tomadura de pelo el que ese año aparezca en muchas noticias, porque sin buscar mucho ya he encontrado otras dos ocasiones mucho más cercanas: 

El 1-12-2124 y fechas próximas con situación similar

Situación preciosa con 3 planetas juntitos, y además la Luna también colabora

Y el 25-5-2125


E incluso extraña el que aparezca ahora la noticia, porque en la Nochebuena de hace dos años también ocurrió: el 24-12-2022

El 24-12-2022 45 minutos después de la puesta de sol, los 7 planetas alineados y acompañados por la Luna

Y el 18-6-2022

El 18-6-2022 estaban así los planetas 45 minutos antes de la salida del Sol

O sea, que si es un fenómeno que ha vuelto a ocurrir al cabo de poco más de 2 años, (o incluso de 6 meses)...no será tan extraordinario


Otros aspectos menores

Y ya metidos en estos temas, siempre se cuela en las noticias algún detalle no muy exacto, aunque no tan absurdo como los anteriores:

- En estos casos mediáticos sobre temas astronómicos siempre se aconseja buscar algún lugar sin contaminación lumínica para observarlo. 

Ahora, estos días de final de febrero ¡puedes olvidarte de este consejo! La condición para intentar ver a los 5, es decir al escurridizo Mercurio y al casi imposible Saturno será tener un buen horizonte.  Como estos últimos solo podrán verse en el crepúsculo, no importa el tema de la contaminación lumínica porque cuando se enciendan las luces, éstos ya se habrán ido y los 3 más brillantes destacarán casi en cualquier cielo. Habrá que buscar un lugar con un horizonte oeste lo más bajo posible

- Aunque se insista tanto en el día 28 de febrero, son mucho mejores los días anteriores. Desde el 25 la posición del más difícil (Saturno) será mejor que el 28 para distinguirlo. Es cierto que el brillo de Mercurio va aumentando esos días, pero siendo mucho mayor que el de Saturno es éste el que hay que priorizar.

- Precisamente respecto a la posición del sexto planeta, se ha colado un error que condiciona toda la noticia:

Pues no.  Saturno no estará alto en el cielo, sino el más bajo de todos, y con seguridad el de más difícil observación. Puede ser un despiste sin más, pero que favorece la tesis errónea de la noticia.

-También se han dado fechas erróneas en otras noticias al respecto:

“una gran alineación de siete planetas a principios de 2025, un evento raro desde 2010”

Pues resulta que en 2010 no se produjo ninguna situación similar a la de ahora (faltaba Mercurio), pero sí en 2022 como se ha indicado.

- Lo de la “alineación” se refiere simplemente a que están todos visibles en el cielo, y sobra ese término porque induce erróneamente a pensar en una línea recta. Como todas las órbitas están situados en planos casi paralelos, siempre que están en el cielo los veremos como en una línea ligeramente curvada. 

El término "alineación" es absurdo. Bastaría con decir que se pueden ver simultáneamente.

Para comprobar que todos los planetas sean visibles de noche (al principio o al final de la misma), en una representación en planta se puede trazar una línea recta que pase por la Tierra y el Sol, y si todos los planetas quedan en el mismo lado, se verán simultáneamente. Si en ese orden quedan a la izquierda se verán al principio de la noche, una vez puesto el Sol, y si están a la derecha se verán antes de que salga el Sol. Por supuesto, si un planeta queda angularmente cercano al Sol podría quedar oculto con la luminosidad del crepúsculo.

Como todos los planetas quedan en la parte superior de la línea roja serán visibles  simultáneamente al principio de la noche

No hay que confundir lo que ahora se llama erróneamente "alineación" con "conjunción planetaria" que es cuando aparecen muy cercanos entre sí vistos desde la Tierra, por perspectiva. Y sería cuando están más o menos alineados visto el Sistema Solar en planta: vistos desde arriba, con la Tierra en un extremo de una línea recta que pasa aproximadamente por los planetas que estén en conjunción.
Situación de los planetas en sus órbitas en la conjunción planetaria para dentro de 15 años

Ese espectáculo es mucho más llamativo que la alineación y ocurrirá por ejemplo el 7-9-2040 con el agrupamiento de los 5 planetas brillantes y la Luna, siendo mucho más fácil de ver desde el hemisferio sur:

Conjunción planetaria el 7-9-2040 con referencia al horizonte de ambos hemisferios


Después de todos los anuncios y lo que hayas podido ver, seguramente te habrá decepcionado el tema de los planetas y sus posiciones. Pero precisamente ahora, con la aparición del esquivo Mercurio, comienza a mi modo de ver un capítulo muy interesante. Espero escribir pronto sobre ello.

martes, 18 de febrero de 2025

Saturno esconde su anillo

 

Sin duda, Saturno es el planeta más fotogénico del Sistema Solar. Su espectacular anillo, visible con cualquier telescopio, es un adorno inconfundible. Aunque la imagen que nos muestra no siempre es igual:

Debido a la inclinación del plano de su órbita y sobre todo de su eje de rotación, la imagen del sexto planeta varía. A la izquierda con los anillos casi de perfil y enseñándonos la cara norte de los mismos, y a la derecha muy abiertos y mostrando la cara sur

En unas semanas ocurrirá algo curioso porque se verá totalmente diferente. Estos días desde aquí el anillo se va poniendo cada vez más de perfil y como en realidad es muy estrecho (con un espesor estimado de alrededor de solo un kilómetro frente a los  282000 kilómetros de diámetro), cada vez es más difícil apreciarlo hasta que el 23 de marzo el anillo se hará invisible por estar de canto.

Es solo una cuestión de geometría y punto de vista, y luego volverá a recuperar su imagen habitual, pero mientras y durante unas semanas se ve como una estrecha línea e incluso desaparecerá totalmente de nuestra vista.

Si en la fecha adecuada orientamos el telescopio para ver esa "estrellita" que alguien nos dice que es Saturno, a primera vista seremos incapaces de reconocer a ese planeta tan raro. Un disco apreciable, posiblemente alguna banda no muy contrastada, pero lo primero que nos venga a la cabeza, Júpiter, debería verse más grande y muy evidentes sus principales satélites.  Pues no; se trata del planeta más presumido pero que ese día sorprendentemente no nos muestra sus anillos.

Una imagen de Saturno sin anillos

El descubridor de los anillos de Saturno fue Galileo Galilei en 1610. Su primitivo telescopio no le permitió apreciar la forma exacta del anillo y creyó ver dos satélites, como los que había descubierto en Júpiter, uno a cada lado, pero que a diferencia de los del planeta gigante estos eran mucho más grandes y no cambiaban de posición.

Galileo, la primera persona que utilizó un telescopio para observar los astros, y por tanto quien pudo descubrir la "rareza" de Saturno

Debido a lo extraño de su hallazgo, se lo comunicó a su mecenas en clave, para que cuando alguien más lo viera quedara constancia de que él había sido el primero.

Pero su perplejidad debió aumentar cuando 2 años más tarde observando nuevamente Saturno, no vio ni rastro de su extraña compañía.

Al igual que está a punto de ocurrir dentro de poco, tal como se ha dicho el 23 de marzo, también en julio de 1612  los anillos estaban de canto y era imposible verlos.

Si el eje de giro de Saturno (que es el mismo que el de sus anillos) fuese perpendicular al plano de su órbita, y ésta estuviera en el plano de la eclíptica (de la órbita terrestre) tendríamos los anillos siempre de canto y Galileo no habría visto nada extraño en el sexto planeta. Pero la realidad es que el eje está inclinado casi 27º y por ello, según la posición de Saturno en su órbita vemos los anillos desde diferentes ángulos, y en determinadas circunstancias justo de canto.

Imágenes visibles desde el centro de la órbita, en una primera aproximación. La órbita de Saturno, que es casi circular, se ha trazado en perspectiva y por eso queda muy elíptica.

Situación general

En realidad la visión desde la Tierra puede variar ligeramente. Su órbita respecto a la de Saturno es mucho más pequeña, a su escala se situaría siempre muy cerca del Sol, pero aunque hay otros dos factores menores que influyen en el ángulo bajo el que vemos los anillos, simplificando la situación se puede decir que como el año de Saturno es de casi 30 años terrestres (29.45), aproximadamente cada 15 años los anillos serían inapreciables en las posiciones A y C. Así ocurrió en 2009 (posición A) y desde entonces hemos visto la cara norte de los mismos. El próximo 23 de marzo se pondrán de canto (en C) y hasta 2038 (nuevamente en A) se verá la cara sur.

Como se puede deducir de las fechas dadas, en realidad debido a la excentricidad de la órbita de Saturno, la duración de los periodos en que se ve cada una de las caras no son iguales, siendo alternativamente de 13.7 años durante los que se ve la cara sur y 15.7 en que se ve la cara norte.

La decepción

Pero si llevamos esperando 15 años para ver a Saturno sin anillos, la mala suerte nos lo va a impedir al menos desde el hemisferio norte aunque habrá una segunda oportunidad de consolación: 

El Sol nos quitará el espectáculo ya que ahora, cuando ya falta poco, el planeta se acerca angularmente al Sol, pasará tras él, y el día clave, el 23 de marzo, aunque ya se ha colocado al otro lado (10º de elongación oeste) y teóricamente visible por la mañana, no será suficiente para observarlo desde el hemisferio norte. Quizás sí desde el hemisferio sur donde la eclíptica al amanecer en esta época del año está más vertical.

Por valorar la posibilidad de observarlo se ha añadido en el gráfico una situación similar vespertina. Tendrá esa misma elongación pero por la tarde el día 28 de febrero, cuando la anunciada alineación planetaria sobre la que escribiré en breve. Aunque la diferente inclinación de la eclíptica hace que en el hemisferio sur sea el 22 de febrero y en el norte el 8 de marzo, cuando la altura sea similar a la fecha del anillo de perfil.

El consuelo

De todas formas, como consecuencia de lo que explico luego, habrá una segunda oportunidad en noviembre. No estará exactamente de canto pero casi. El asunto es que cuando ya se empiece a ver bien de madrugada (ya el plano sur del anillo) el ángulo irá aumentando hasta el mes de julio pero luego, como si se hubiera arrepentido,  empezará a disminuir nuevamente y a finales de noviembre parecerá que va a ponerse nuevamente de perfil e incluso podrá costar ver el anillo, pero poco antes retrocederá, aumentando el ángulo:


En algunos casos, como en 2038-39, sí llega a ponerse de perfil una segunda vez, y necesariamente una tercera para dejar visible la cara distinta (norte o sur) que antes del inicio del proceso.

 

Entrando en detalles

Las imágenes inferiores del gráfico de la situación general corresponderían a la visión desde la posición del Sol y cambian muy poco respecto a lo que vemos desde la Tierra. No obstante, y a pesar de que la órbita de la Tierra es muy pequeña comparada con la de Saturno y a esa escala se separa muy poco del Sol la mecánica es un poco más complicada al considerar por una parte el paralaje debido a la posición de la Tierra en su órbita, y por otra el ángulo que forma la eclíptica con el plano de la órbita de Saturno (2.8º)

Debido a estos dos factores todos los años hay un cierto cabeceo o variación del ángulo con el que vemos los anillos de Saturno, unos meses aumentando, otros disminuyendo, independientemente de su variación lenta y uniforme respecto al Sol con su ciclo de 29.45 años. 

Esta variación mensual es pequeña, pero cuando los anillos están casi de perfil puede ser suficiente para fisgarle la otra cara y añadir otras dos ocasiones en que estén de canto.

Tomando el comienzo de 2022, la primera parte del año el anillo e estrecha y en la segunda parte vuelve a anchar pero no tanto como al principio porque el proceso va hacia la posición de perfil en 2025.

Pero al acercarse el momento en que el anillo esté de canto, la situaciones son más variadas:

El tamaño de la órbita de la Tierra se ha exagerado para una mejor visualización. También por ese motivo se ha utilizado un gráfico en planta y no en perspectiva que quedaría más estético.

En el ejemplo del gráfico, si Saturno estuviera en A desde el Sol se vería de canto, pero si en ese momento la Tierra estuviera en P desde aquí se vería el plano Sur de los anillos. Pero si en ese mismo momento la Tierra estuviera en Q, se vería el plano norte. Desde R y S también de canto.

Pero teniendo en cuenta la inclinación de la órbita de Saturno, si el punto A está por debajo del plano orbital de la Tierra, tanto desde R como desde S se vería el plano norte. También desde Q, y desde P depende de la influencia de cada factor.

Si Saturno estuviera en B, desde cualquier posición de la Tierra se vería la cara norte.

Debido a estas circunstancias, ahora estamos viendo la cara norte hasta el 23 de marzo en que estarían de canto. A partir de este momento se verá la cara sur bajo un ángulo cada vez mayor, pero en C se reduce el ángulo y casi llega a ponerse nuevamente de perfil pero por muy poco no ocurre e irá aumentando el ángulo hasta que ya en 2038, esta vez si, volverá la norte. Todo esto se intenta representar en este gráfico:


En el fenómeno de 2038-39 en realidad habrá 3 momentos en que se pondrá de perfil: el 15-10-2038 de la cara sur a la norte, el 1-4-2039 de la norte a la sur, y el 9-7-2039 de la sur a la norte.

Esta curiosa circunstancia de tres momentos en que Saturno esconde su anillo se produce casi tanto como la otra (un solo cambio como la actual) aunque no siempre ocurren de manera alternativa.

NOTA: Como en un gráfico en planta es difícil representar una imagen de Saturno donde quede claro qué cara se verá desde un lugar determinado (excepto en algunos casos evidentes) se indica la dirección desde la que se ve de perfil. En un gráfico en planta esa dirección (línea azul) se mantiene de manera paralela y deja clara cada situación: según el sentido de la inclinación desde la Tierra hasta Saturno (flechas blancas). 

Como esto puede resultar algo confuso, si encuentro otra manera de representarlo la incluiré. 





viernes, 31 de enero de 2025

El asteroide que podría chocar con la Tierra

Es muy frecuente la aparición de falsas noticias anunciando esta circunstancia: Asteroides que se acercan, que teóricamente se dirigen hacia nuestro planeta pero nunca impactarán aunque lleguen a los titulares como auténticos destructores. Desde este blog lo he denunciado varias veces ( por ejemplo en "Otra vez la mentira del asteroide asesino", o "Mañana no nos caerá ningún asteroide")

Sin embargo lo de ahora es distinto, y los anuncios del pasado lunes día 27 no eran fakes:

Hoy mismo se ha aumentado esa estimación de probabilidad a "1 entre 62"

El día 24 del pasado mes de diciembre se descubrió un asteroide que acababa de pasar muy cerca de la Tierra. No es infrecuente que se descubran a posteriori asteroides pequeños, lo que le da un poco de incertidumbre al tema. Como en esta última quincena del año se habían descubierto 216, se le asignó el nombre 2024 YR4 (criterios de nomenclatura al final de este enlace), aunque seguro que en poco tiempo le asignarán un número y posiblemente un nombre propio.

Pasó muy cerca de la órbita de la Luna, a unos 800.000 kilómetros de la Tierra, antes de ser descubierto.

Se trata de un objeto de entre 40 y 100 metros (en algunos sitios se habla de 60, pero es solo una estimación por su brillo) y que si los cálculos no son erróneos y según las conclusiones publicadas este pasado lunes 27 de enero, tendría una probabilidad del 1.2% de impactar con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. (Hoy mismo se ha ampliado a 1.6%). Es solo la segunda vez en la historia en que se supera el límite del 1% de probabilidad de impacto, siendo la primera el temible Apophis sobre el que escribí en este post  o en este otro, y que afortunadamente ya sabemos que nosotros no veremos su impacto.

Aún en el caso de la caída de 2024 YR4, no provocaría tanta destrucción como la que podría ocasionar el citado Apophis que es más grande, pero  ya tiene un tamaño suficiente para no disgregarse por rozamiento en la entrada en la atmósfera, impactar de pleno, y según donde lo haga se habla de que podría incluso destruir una ciudad.

Como se ha dicho, 2024 YR4 pasó realmente muy cerca de la Tierra 3 días antes de su descubrimiento y siendo su periodo de traslación aproximadamente 4 veces del de la Tierra, y solo ligeramente mayor, volvería a aproximarse en diciembre de 2028, y en el siguiente paso, en 2032, podría impactar si las modificaciones orbitales debido a la atracción de Júpiter, o incluso Venus, lo llevaran por el camino fatídico, o si realmente los parámetros orbitales provisionales fueran propicios para ello aunque ligeramente diferentes de los ahora calculados.

Órbita del asteroide 2024 YR4, donde se ha remarcado su posición (en blanco) y la de la Tierra (en azul) el 27 de enero, cuando saltó la noticia, así como las de ambos (en verde) cuando estuvieron muy próximos.

Existe una escala para medir la peligrosidad de un asteroide: es la llamada "Escala de Turín" que va de 0 a 10. Solo Apophis llegó al valor  4, pero después de estudiar meticulosamente su órbita bajó primero  al 1 y finalmente al 0, donde estaban la totalidad de los asteroides cercanos a la Tierra hasta este pasado lunes 27 de enero, cuando el sistema de seguimiento de impactos Sentry de la NASA elevó oficialmente a 2024 YR4 al nivel 3 en la mencionada escala de Turín  y aparte de estos 2, ningún otro pasó del nivel 2. O sea, que actualmente estamos hablando del más peligroso:

Este es el único asteroide conocido que podría chocar con la Tierra, al menos en este siglo

Ahora 2024 YR4 (indicado por el circulito azul) está en grado 3 por su tamaño (entre 20 y 100 metros) y su probabilidad de impacto mayor que un 1%. Si al aproximarse 2032, con nuevos datos, fuera seguro su impacto, pasaría a grado 8, aunque lo más probable es que según se vayan conociendo más datos de su órbita pasará a grado 1 y luego a 0.
Apophis estuvo en grado 4 porque mide más de 100 metros y menos de 1 kilómetro

En muy posible que también a éste se le rebaje el grado de peligro pero, mientras, solo nos queda cruzar los dedos.

Realmente parece que una probabilidad de impacto de un 1.2% es muy poco, pero si impactase los daños podrían ser catastróficos, quizás similares al fenómeno Tunguska, pero es posible que sobre un área habitada, causando millones de muertes. Y bien pensado esa probabilidad es muchísimo mayor que el que nos toque el primer premio de la lotería y seguimos participando en los sorteos, o que un equipo de futbol recién ascendido gane la liga, lo que ya ha ocurrido en algún país.



Evidentemente no me puedo comparar con los expertos en estos temas, pero hay algo en esta historia que me hace pensar. Quizás tú me puedas ayudar o dar tu opinión.     

Por una parte los datos que aparecen en este tipo de simulaciones son los actuales, sin estar corregidos por posibles futuras interacciones con algún astro, aunque éstas fueran conocidas. Y por otra parte no son necesariamente exactos porque quizás no se hayan realizado suficientes observaciones para determinarlos.

Mirando en la página de  https://cneos.jpl.nasa.gov/orbits/ (que de alguna manera es la página oficial en estos temas y de donde he obtenido los gráficos y los datos), además de comprobar la situación en fechas cercanas a su descubrimiento, aparece el periodo de 2024 YR4 como 4.046116114... expresado en años.


Pero aunque se utilicen tantos decimales estos números son aproximados, de acuerdo con los datos que hasta ahora se han obtenido. 

Porque si fueran exactos:

Con estos datos se realiza en dicha página la simulación gráfica, con la que se puede comprobar que en 2032 no sería el 22 de diciembre, sino el 25 de enero de 2033 cuando el asteroide pasaría por el punto de impacto donde se cruzan las órbitas.

Pero si fuera así, lógicamente la Tierra no estaría allí, pues habría estado en ese punto el 22 de diciembre, un mes antes, y se libraría del impacto por mucho, a pesar de lo cual en esa misma web se recoge esa posibilidad, aunque con probabilidad baja, según los cálculos actualizados hoy mismo:

Además de otros posibles impactos menos probables en un futuro, el listado recoge que la probabilidad del de 2032 sería 1.6e-2=0.016 que supone un 1.6%, incluso algo mayor de la que se manejaba inicialmente (1.2%) hasta hoy, y que yo he utilizado en las explicaciones.

El que todos los posibles encuentros sean un 22 de diciembre es debido a que esa es la fecha en que la Tierra pasa (todos los años) por el punto en que se cruzan las dos órbitas: uno de los nodos de la órbita del asteroide. Si el asteroide pasa por ese punto en cualquier otra fecha, no encontrará allí a la Tierra.

Puede haber una diferencia entre la situación real y lo que muestren estas simulaciones gráficas porque las elaboran con los valores actuales de los parámetros, que siempre tendrán una pequeña incertidumbre. Pero para que se encuentren el 22-12-2032 la posición del asteroide tendría que adelantarse ¡al menos un mes! respecto a su posición más probable, y pillar así a nuestro planeta en el punto de cruce.

Como se ha dicho, también las interacciones gravitatorias podrían modificar la situación y así pasar por la ventana de impacto aunque en este caso parece difícil:

Es cierto que se acerca relativamente a Júpiter en febrero de 2031, pero además de que no parece suficiente, el efecto sería de sacarlo a una órbita más externa y por tanto más lenta, con lo que necesitaría aún más tiempo para llegar a la cita con la Tierra antes de navidad de 2032.


Aparentemente el efecto debería ser el contrario.

También tiene un encuentro relativamente cercano con Venus, en este caso con resultado favorable de adelantar su posición y acercarse a la ventana de impacto, pero esto ocurre a mediados de diciembre de 2032, cuando ya no tendría tiempo de alcanzar a la Tierra.


¿Quizás la ligera aproximación a Marte a finales del próximo febrero? 


No parece probable por la pequeña masa del planeta rojo y la distancia a la que se acercará a él.

Puedes comprobar en el simulador de la web mencionada antes https://cneos.jpl.nasa.gov/orbits/ (Orbit viewer show) que no hay otros encuentros del asteroide con planetas.

Hay otro factor que me acaban de indicar (Gracias Alex) que puede modificar la órbita del asteroide y que todavía no se puede conocer su influencia exacta. Se trata del efecto Yarkowski, que en el caso de Apophis jugó a nuestro favor. Hablé de ello en el artículo "El asteroide del farolero"

También ocurre que aunque en la web se da el periodo del asteroide (y otros parámetros orbitales) con muchas cifras, haya cierta incertidumbre por los pocos datos observacionales, sea solo una estimación que puede llevar a ese 1% de incertidumbre. Es muy frecuente que en un principio la órbita posible sea muy amplia (como un donuts que puede incluir la posición de la Tierra) y que a medida que se realizan nuevas observaciones los cálculos lleven a reducir su anchura con lo que la Tierra quedaría fuera de ella.

Ahora mismo se está alejando pero mientras sea posible seguirá siendo observado y seguramente modificándose los parámetros orbitales. Luego habrá que esperar a 2028 en que nuevamente se pondrá a tiro de los observadores y su órbita se precisará mucho más.

Pero ¿por qué en 2028 no hay peligro si con los datos actuales pasaría más cerca de la Tierra que en 2032? ¿Será porque en el segundo cuatrienio es cuando se pueden producir las interacciones gravitatorias? ¿O porque cada vez el donuts se va anchando más, aunque seguramente en la práctica será al revés?   

La fecha del posible impacto es el 22-12-2032. Aunque para obtener estos gráficos se parta de datos que no serían exactos, son los mismos en ambas y los que ahora se consideran. Y sin embargo en el que quedan más cercanas (2028) no se prevé impacto

Efectivamente, la dispersión entre los puntos de las posibles órbitas van aumentando con el tiempo, y aunque la posición teórica del asteroide en 2032 está más lejana que en 2028, las posiciones posibles se habrán dispersado más, y pueden coincidir con la posición de la Tierra en la fecha clave.

O quizás haya algún otro tema que a mí se me escapa, para afirmar que no tendré otro invitado más a la comida de navidad de ese año 2032.


ACTUALIZACIÓN 24-2-2025

Pasó el peligro

Hoy 24 de febrero el asteroide 2024 YR4 ha dejado de preocupar a los astrónomos.

Con los datos y cálculos de NASA de ayer 23-f, la probabilidad de impacto en 2032 es 3.9e-5 (0.0039%), un valor ínfimo, que coloca al asteroide en la escala de Torino con valor cero.

Tal como decía, cuando el 27 de enero este asteroide saltó a la lista de peligrosos se daba una probabilidad de impacto de 1.2% suficiente como para encender las alarmas y hacer un seguimiento estrecho para calcular como era exactamente su órbita y si variaba el peligro.

Tanto la NASA como la ESA fueron realizando cálculos y actualizaciones diarias.

Algún experto ya avisó que los primeros días la probabilidad de impacto se incrementaría pero lo más probable es que luego disminuyese drásticamente, y que el motivo era la metodología usada en los cálculos:

A partir de observaciones fotográficas, como la exactitud total es imposible, se calculaban diferentes órbitas variando muy ligeramente los datos que parecían proporcionar las observaciones. El cociente de las supuestas órbitas que impactarían la Tierra entre el total de órbitas calculadas permitía obtener la probabilidad de impacto.

Si los primeros días se calculaban muchas órbitas lo normal es que aumentara la proporción de las que impactasen. Pero los siguientes días, con más datos, se comprobaría que muchas de estas eran erróneas por no coincidir con los nuevos datos.

Sea como sea, el 31 de enero la probabilidad de impacto había subido al 1.6,  y su evolución en los días siguientes puede verse en esta gráfica:

Se aprecia como con ciertas oscilaciones fue subiendo y manteniéndose por encima del 2% hasta que el día 18 se estimó en un 3.1%!

Pero fue una falsa alarma porque a partir de ahí bajó rápidamente, el día 20 bajó del 1% con lo que quedaba en nivel 1 de la escala de Turín, y hoy mismo, con los datos del día 23 ha quedado en nivel cero con una probabilidad de impacto despreciable.