Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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viernes, 7 de abril de 2023

Anocheceres que merecen la pena

 

El cielo tiene muchos atractivos y casi siempre puede buscarse algo que llame la atención y nos invite a observar, pero los anocheceres de este mes de abril de 2023 tienen un indudable interés por la posibilidad de localización de diferentes astros y en diferentes combinaciones.


Mercurio

En el hemisferio norte las apariciones vespertinas del primer planeta en fechas cercanas al comienzo de la primavera son las más adecuadas para ver a este esquivo astro.  Aunque la máxima elongación (máxima separación angular con el Sol y por ello mejor situado ) es el dia 11, el brillo de Mercurio va disminuyendo, por lo que unos días antes de ello es cuando más fácil estará, aunque siempre en el crepúsculo, antes de que oscurezca.

Aquí aparece Mercurio sobre la torre de comunicaciones  el 27 de abril, acompañado de Júpiter a la izquierda de la foto. Este último ya no es visible por estar ahora casi en la misma dirección que el Sol, pero el primer planeta recibirá otras visitas estos días.

La relativa proximidad del inconfundible Venus (el astro más brillante del cielo nocturno después de la Luna) y el día 21 con la propia Luna, ayudará a encontrar a Mercurio, aunque solo sea para saber hacia qué zona del horizonte debemos mirar:

Para una latitud 40º norte, 45 minutos después de la puesta de Sol.

Se ha desplazado el horizonte al cambiar de fecha y se han mantenido la posición de las estrellas, que son la referencia más adecuada de la evolución de los movimientos de los planetas

Para el hemisferio sur la situación es más difícil, aunque desde allí habrá otras ocasiones mucho mejores que ésta en el norte.


Venus

Sigue mejorando su posición y espectacularidad llamando la atención de muchas personas al principio de la noche, llegando a verse con el cielo ya negro después del crepúsculo. Sin llegar a la de 2020, al ocurrir en primavera es una de las mejores presentaciones de Venus en el hemisferio norte.

Venus puede verse ya en plena noche, y a bastante altura. Hace 3 semanas se le veía a suficiente altura solo en el crepúsculo...
El 15 de febrero en Bilbao


Pero ahora ya en un cielo negro y rodeado de estrellas

Venus y Orión, hoy mismo en Somo (Cantabria)


Las Pléyades y las Híades

Por una parte no es el mejor momento del año para ver estos dos cúmulos a suficiente altura donde  puedan destacar más, pero por otro lado al acercarse ya al horizonte Oeste al principio de la noche la visita mensual de la Luna, esta vez el día 22 como se recoge luego, será necesariamente con una fase fina y atractiva, y por el mismo motivo puede aparecer por allí el brillante Venus, que del día 10 al 15 atravesará la línea Híades-Pléyades.

Hoy mismo ya estaba muy cerca

Sin duda constituirán el objetivo de muchas fotos.

De hecho, siempre son atractivas si tienen una compañía destacada. Incluso aunque no sean astros, como aquí con la ISS, que pasó entre los dos cúmulos el 17 de marzo vista desde Bilbao, casi por el mismo punto que lo hará Venus aunque en diferente dirección.

Aunque hasta mediados de mayo no será visible en los anocheceres de Europa, si lo será en América del Sur en este mes de abril. Por ejemplo el día 14 desde el norte de Chile pasará por ese mismo lugar, junto a las Pléyades y además con la presencia de Venus.


La Luna

Visible en creciente a partir del 21 en que estará muy cerca de Urano y Mercurio en fase muy fina, de menos de 2 días; tal como he dicho pasará junto a las Pléyades el día 22 formando un llamativo triángulo casi equilátero con Venus y Aldebarán, y muy próxima al segundo planeta el 23.

La imagen del día 22 puede ser espectacular. Aunque se ha indicado la posición de Urano, ya es muy difícil apreciarlo porque aunque tiene junto a él dos referencias muy claras el día 21, aparecerá en un cielo crepuscular aún muy luminoso.

La posición, casi horizontal de la Luna con los cuernos hacia arriba, es típica de esta época del año (La Luna se tumba)

Aunque algunos gráficos puedan parecer repetitivos, se trata de centrar la atención en las circunstancias que se relatan, y en las fechas concretas, y no llenar más la imagen de astros y fechas




jueves, 15 de septiembre de 2022

La tenue luz zodiacal

Una extraña y débil luz está esperando tu mirada.

En la pasada primavera por fin pude verlo. Después de un viaje de 500 km entre ida y vuelta, que mereció la pena, porque no es fácil y hay que buscar un lugar adecuado.

Es posible que suelas mirar al cielo de vez en cuando y creas que ya has visto todo lo que puede apreciarse a simple vista. Pero lo más probable es que nunca hayas llegado a intuir siquiera la llamada “Luz zodiacal”, tal como me ocurría a mí hasta la noche del 2 de abril de este año. Al final del post, antes anexo con el rombo, aparece un relato de aquella experiencia.

Aunque es un tema curioso e interesante, hasta ahora no he escrito sobre ello porque no me parecía adecuado hablar de algo que puede verse pero yo nunca lo había conseguido, y tampoco lo hice después de aquel día porque las condiciones empeoraban rápidamente… hasta ahora.

Preciosa imagen de la luz zodiacal obtenida por Leonor Ana Hernández

Lo dejé en la recámara hasta que llegara el momento adecuado y ahora que vuelve a ser época propicia te invito a que lo intentes.

Se dice que la mayoría de las personas de este planeta no han podido ver nunca la Vía Láctea por su poco brillo y la contaminación lumínica de la mayoría de los lugares. Pero aún muchas menos habrán podido ver la luz zodiacal: una banda con forma triangular alargada con el lado más corto en el horizonte, más débil que la de nuestra galaxia, que sin embargo desde lugares con un cielo oscuro puede apreciarse o intuirse sobre todo al comienzo de la primavera una hora y media o dos horas tras la puesta de Sol o al principio del otoño con el mismo margen antes del amanecer.

Otra imagen obtenida por Leonor, desde Atacama, donde aparecen la Vía Láctea y la Luz Zodiacal, ésta mucho más difusa.

¿Cómo se produce?

Este fenómeno surge cuando la luz del Sol es dispersada por una multitud de partículas de polvo que se encuentran cerca de la eclíptica (el plano en que se encuentran los planetas); una zona en forma de lente que llega casi hasta la órbita de Júpiter.

Por ello desde aquí se ve con la forma de un estrecho triángulo que por supuesto es inapreciable de día o cuando todavía el cielo no está muy oscuro, pero tampoco en horas próximas a la medianoche porque el Sol está demasiado por debajo del horizonte y porque solo la parte central es lo bastante densa para dispersar la luz solar y ser visible.

¿Por qué ese nombre?

Debido a la posición de las partículas de polvo en la eclíptica, la luz proyectada aparecerá en esa zona, por donde transitan los planetas, y que como es sabido coincide con las constelaciones zodiacales. De ahí el apelativo de “zodiacal”

¿Cuándo puede verse?

Para poder observarla se tienen que dar varias circunstancias:

- Uno de los factores determinantes para poder ver tan débil resplandor es que no haya Luna, ni siquiera en fase fina. Por ello, una vez descartados los días próximos a la luna llena, cuando está creciente pero antes del cuarto podría verse de madrugada porque que a esas horas ya se habrá puesto, o en menguante después de anochecer porque todavía no habrá salido.

Hay otro factor, incluso más importante, y es que la eclíptica esté lo más vertical posible respecto al horizonte, para que el triángulo luminoso aparezca a suficiente altura evitando la extinción (disminución de brillo debido a que atravesaría gran capa de atmósfera)

Teniendo en cuenta la inclinación de la eclíptica en distintas fechas, y en cada hemisferio, que expliqué en su día y copio un par de gráficos, los mejores momentos son las fechas próximas a los equinoccios: en el de otoño de madrugada, y en el de primavera después de anochecer. No olvidar que como las estaciones son diferentes en cada hemisferio cuando la situación sea favorable en el norte de madrugada (como ahora) en el sur será favorable al principio de la noche.

Comparación de la inclinación de la eclíptica en distintos momentos y lugares. Cuanto más vertical esté, más fácil será la observación de la luz zodiacal.
En el ecuador, donde la situación es inmejorable, antes de la salida del Sol es igual a  después de la puesta, pero mirando lógicamente hacia el este. Había un error en el gráfico del ecuador, que ya está corregido.

Gráficos similares a estos ya aparecieron en el artículo "La eclíptica" donde pueden verse otros análogos y una explicación detallada.

Teniendo en cuenta ambos factores, ahora mismo la luz zodiacal puede verse después de anochecer en el hemisferio Sur hasta el día 26 o 27 de septiembre en que la Luna comenzará a molestar, y la siguiente oportunidad será del 19 al 27 de octubre.

En el hemisferio norte habrá que esperar hasta el día 24 porque aquí molesta la Luna ahora (en menguante está presente al final de la noche), y luego durante 2 semanas podríamos intentar ver a nuestra protagonista de madrugada. 

Si no nos gusta madrugar habrá que esperar al final del invierno, concretamente a partir del 10 de marzo cuando la luna menguante esté ausente al principio de la noche, y la eclíptica bastante vertical, como se recoge en este otro gráfico:


Otro factor decisivo para poder apreciarla es la ausencia casi total de contaminación lumínica: En toda la provincia de Bizkaia no he encontrado un solo lugar donde pueda verse la luz zodiacal.

Desde zonas próximas al ecuador prácticamente siempre tienen la eclíptica bastante vertical, por lo que podrá verse en cualquier fecha en que la Luna no está en el cielo, siendo por tanto la mejor zona para observarla.

 Mi experiencia:

Estos párrafos que siguen fueron escritos hace medio año, concretamente el 3 de abril, con la idea de publicarlos entonces en este blog. Pero luego pensé que era más importante el aspecto didáctico del tema, y siendo ya fechas tardías para su observación, empeoradas por la luz de la Luna, decidí dejarlo para la siguiente ocasión, precisamente ahora a finales del verano, para que quizás pueda motivar a alguien a intentarlo.

“Por fin lo conseguí. Algo que nunca había visto, que no parecía fácil, que desde luego había que ir al comienzo de la primavera a un lugar con el cielo muy limpio como el pueblo de mi madre, lo cual pensé hacer hace dos años pero el confinamiento me lo impidió.

La luz zodiacal, esa tenue banda blanquecina con forma triangular alargada e inclinada, más débil que la vía láctea, ahí estaba apenas intuida pero que la cámara captó sin ninguna duda.

El mes anterior lo había intentado, buscando el lugar más oscuro de mi provincia, pero fue en vano y la contaminación lumínica de varias capitales lo hacía imposible.

El del sábado fue un viaje relámpago de ida y vuelta con peligro casi de que la nevada dejara impracticables las carreteras, pero con un cielo espectacular a la llegada al lugar escogido, una finísima Luna en el crepúsculo que anunciaba que pronto se despediría…


Efectivamente, al empezar a oscurecer la telonera abandona el escenario quedando las estrellas que acompañarían a la diva que alguien diría que ya empezaba a intuirse.

… y ya de noche un rato de frío intenso en el camino de la Loma entre Torre y Caleruega pero que con la emoción uno no se entera. Bueno, se enteró solo mi mano derecha despojada del guante para poder manipular la cámara, que quedó pronto inutilizada al perder sensibilidad con el frío y hube de cambiar por la otra.


Ahí está, acompañada de aviones y satélites.

La misma imagen con anotaciones para clarificar

Sé que la foto puede no decir mucho porque es muy débil, pero ahí está precisamente el mérito. Aunque objetivamente era mucho más atractiva la finísima luna de 37 horas que se pudo ver en el crepúsculo, la famosa constelación de Orión que junto a Sirio dominaba la noche o incluso los dos cúmulos de las Híades y las Pléyades que aparecen en las fotos, y que por cierto serán el tema de un próximo post, o hasta la espectacular caída de copos de nieve sobre el parabrisas del coche a la vuelta.

Pero el objetivo era observar el vaporoso reflejo de polvo cósmico situado en el plano del Sistema solar, la luz zodiacal. Ser testigo y poder hablar de ello en primera persona. OBJETIVO CUMPLIDO”.

 

 


¿Cómo se produce esa extraña luz? 

¿Qué es la luz zodiacal? Se supone que se forma por el reflejo de la Luz del Sol en partículas de polvo situadas en torno al plano del Sistema Solar, pero no está del todo claro el origen de esas partículas. Siempre se había dicho que se trataba de polvo expulsado en las inmediaciones del Sol por los innumerables cometas de largo periodo que cruzan la zona desde hace miles de millones de años y también por los choques entre asteroides. 

Sin embargo en 2010 David Nesvorn y Peter Jenniskens propusieron que su origen estaba en los cometas de corto periodo, fundamentalmente los de la familia de Júpiter con los que las trayectorias de  las partículas de polvo tenían cierta semejanza, descartando a los asteroides y a los antiguos cometas, cuyos restos no habrían podido quedar en la zona durante mucho tiempo. 

Órbitas de los cometas de la familia de Júpiter. Casi todos ellos recorren precisamente la zona donde se encuentran los granos de polvo que origina la luz zodiacal.

Y hace solo unos meses un equipo dirigido por John Leif Jorgensen publicó un trabajo que pone esta interpretación en duda y a partir del análisis de las partículas que habían chocado con la nave Juno en su camino hacia Júpiter dedujo que procedían del polvoriento Marte. 

Parece que la gran mayoría de estas partículas se encuentra entre la Tierra y Júpiter. La Tierra las atraería por gravedad limitando su desplazamiento más hacia el Sol, y el planeta gigante las mantendría en el interior de su órbita por fenómenos de resonancia. 

Representación de la nube de polvo que origina la luz zodiacal

Esta interpretación tiene algunos inconvenientes que habrá que seguir analizando, pero no deja de ser curioso que con los medios actuales hayan surgido varias hipótesis diferentes, y que lo que hasta hace muy poco se daba por cierto, ahora casi se ha descartado.

Sea lo que sea, te invito a que intentes observarlo, y a que no saques la conclusión de que esto de la luz zodiacal es un cuento.

 

domingo, 1 de mayo de 2022

Venus y Júpiter se acercaron


Tal como había anunciado en anteriores artículos hoy, primero de mayo, los dos planetas más brillantes en nuestro cielo tuvieron su conjunción situándose muy cercanos respecto a nuestra visual.

En Bilbao pesar de la niebla que impidió la observación de Marte y Saturno, y que incluso aumentó claramente con el amanecer, pudo verse la aparición de los protagonistas Venus y Júpiter, por el horizonte. Poco antes de las 6:30 pude obtener las imágenes de esta animación:

 

Los dos planetas surgiendo por la izquierda de la línea de farolas

Una foto en un plano más cercano y con el cielo ya más luminoso. (No pude obtener nada a través del telescopio por problemas en su emplazamiento)



Y otra animación según iban ascendiendo, a la vez que la bruma y el humo de las chimeneas iba cambiando:



Con la satisfacción de haber podido observar el fenómeno que tanto he ido anunciando, queda solo esperar a la próxima ocasión justo dentro de 10 meses, en que los dos planetas más brillantes volverán a encontrarse y además en ese caso podremos verlos sin tener que madrugar.

Actualización 2 de mayo.

Aunque pasada la conjunción los cielos crepusculares siguen estando espectaculares, más aún si se acompañan de un buen marco, como se puede apreciar en esta preciosa imagen del "día después" obtenida en los Campos de Montiel, que me acaban de regalar.


Y hoy mismo (martes día 2), otro fenómeno incluso más llamativo al atardecer, con Mercurio y la fina luna del final del Ramadán. Enseguida publicaré algo sobre ello.

jueves, 28 de abril de 2022

¡A observar la conjunción planetaria!

 

Esta es la segunda parte del artículo sobre la conjunción de los planetas Venus y Júpiter. Si no leíste el anterior puedes hacerlo en este enlace.

Venus y Júpiter ya se están aproximando para ofrecernos en la madrugada del día 1 de mayo una imagen muy especial, con los dos astros más brillantes (después del Sol y la Luna, claro), uno junto al otro.

Aunque esto es solo un montaje, espero que el domingo las nubes no acompañen y pueda verse esta imagen

Así se veían los días 25 y 26 de abril (y añadida la imagen del 29), que tomando referencias en el horizonte permite apreciar el progresivo acercamiento:

Día 25

Día 26

   
Edición posterior para incluir la imagen del día 29


Localización del lugar:

En el hemisferio sur y lugares cercanos no habrá problema en localizar a los dos brillantes planetas, pero en latitudes medias del hemisferio norte como se ven justo en el crepúsculo matutino, con el cielo clareando, habrá que estar alerta para ver cuándo aparecen por el horizonte y aproximadamente por qué lugar, que puede depender de los obstáculos que haya. Cuanto antes los veamos mejor será la imagen porque el cielo estará más oscuro.

Pero habrá un método muy sencillo: tendremos una guía muy clara en Saturno y Marte, los dos puntos brillantes cercanos al horizonte Este-Sureste. Lo ideal sería empezar a observar cuando todavía sea de noche, y allí tendremos a estos dos planetas teloneros que nos indicarán, siguiendo la línea que marcan y casi a la misma distancia, el lugar de salida de los protagonistas. Luego solo habrá que esperar a que estos aparezcan. 

Desde latitudes medias del hemisferio norte Marte aparecerá una media hora antes que la pareja protagonista y desde el sur una hora antes

En esos momentos ya estará clareando (sobre todo, como he dicho, si miramos desde el hemisferio norte) y según la limpieza del cielo es posible que ya cueste distinguir a Marte y Saturno, pero ya habrán realizado su función de guía.


Por un telescopio

A simple vista será llamativo apreciar los dos luceros (como en muchos sitios les llaman a los planetas brillantes) , uno junto al otro; pero si utilizamos un telescopio podremos captar más detalles.

Quizás la característica más importante de una conjunción planetaria es la cercanía angular de los protagonistas. En este caso se les verá muy próximos, casi tanto como Júpiter y Saturno en 2020, por lo que se podrán observar simultáneamente con un telescopio utilizando poca focal, mostrado una bonita imagen Júpiter con sus satélites, y Venus con una fase que sin ser muy fina (se verá iluminado del orden de un 68% de su disco) es evidente. 


 Fecha real de la conjunción

Hay un dato muy curioso respecto a la fecha de esta conjunción. Debería tomarse en el momento en que la separación angular es la mínima, concretamente de solo 14´, que supone la mitad del tamaño angular de la Luna o del Sol. Eso ocurrirá el día 30 de abril a las 21 hora de tiempo universal.

Pero debido a los diferentes usos horarios y al poco tiempo en que los planetas pueden observarse (desde que aparecen por el horizonte hasta media hora antes de la salida del Sol aproximadamente), nadie verá esa máxima aproximación el día 30.

En el momento citado, Venus y Júpiter podrán verse en una franja del Pacífico, parte de Australia, Indonesia y el Sureste asiático, donde ya será día 1 de mayo:

Desde la zona sombreada en color verde podrá verse la conjunción en el momento de máxima aproximación. La línea azul indica el límite en que los planetas ya han salido en el momento de la conjunción Sol y la roja el límite en que están por encima del horizonte 30 minutos antes de la salida del Sol. En dodos esos lugares será día 1 de mayo en esos momentos.

Cuando horas más tarde se vean en Europa, estarán un poco más separados, entre 20´, y 22´ y también será día 1, por lo que he tomado siempre esa referencia. Sin embargo, en América, y variando un poco según la zona, se verán con una separación similar de alrededor de unos 30´ el día 30 cuando se están acercando y el día 1 cuando ya se estarán separando.

Como curiosidad, en Santiago de Chile y la costa suroccidental de ese país, el mismo día podrá observarse la conjunción planetaria por la mañana, y el eclipse de Sol por la tarde. Ambos el día 30 ya que desde allí esa madrugada Júpiter y Venus estarán casi a la misma distancia que el día siguiente.



Otras conjunciones planetarias en 2022

Para acabar, y aunque solo sirva para destacar ésta sobre las demás, que la mayoría ya han pasado, pongo una relación de las conjunciones de todos los planetas durante este año 2022 para insistir en la relevancia de ésta:

No solamente será la más vistosa por el brillo de los protagonistas, sino que será también la más cercana.


Las 3 últimas no serán visibles debido a la pequeña elongación (angularmente demasiado cerca del Sol) y la del 21-3 solo se vio desde el hemisferio sur y proximidades del ecuador. Pero todavía queda una bastante buena, a finales de mayo.

¿Y después, qué?

La siguiente conjunción entre Venus y Júpiter ocurrirá el 1 de marzo del próximo año y también será buena, pero no tanto por varios factores. Quizás lo que motive a más observadores que ésta, es que se verá al principio de la noche.

Pero no esperes tanto, y aunque no te guste madrugar si las previsiones meteorológicas para tu localidad no son muy malas, haz una excepción: Yo que tú buscaría un lugar adecuado con buen horizonte oriental y pondría el despertador para levantarme aún de noche. Que como es domingo, después del espectáculo (y de felicitar a tu madre si vives en España, Andorra Portugal, Hungría o Angola) puedes volver a meterte en la cama.

jueves, 31 de marzo de 2022

La conjunción planetaria más espectacular


Posiblemente recordarás la “gran conjunción de Júpiter y Saturno” de diciembre de 2020 de la que tanto se habló. Pues dentro de un mes tenemos otra conjunción, esta vez entre Venus y Júpiter, que sin ninguna duda será mucho más llamativa.

21-12-2020 desde Bilbao

Ésta, que podremos observar el 1 de mayo de 2022 de madrugada será mucho más vistosa que aquella, porque si bien los encuentros de los dos planetas gigantes son interesantes por su rareza (una cada 20 años) éstas lo son por su espectacularidad al verse muy próximos en el cielo los dos planetas más brillantes. El enorme brillo de Venus, muchísimo mayor que el de Saturno, le da realce y llama más la atención si está acompañado por Júpiter.

En agosto de 2016 se produjo otra conjunción Venus-Júpiter, similar a esta de 2022 pero visible por la tarde, tal como se recoge en esta foto que obtuve en Esguevillas de Esgueva con el cielo aún brillante. en esta de 2022 los planetas destacarán mucho más al aparecer con un fondo más oscuro.

Como en estos encuentros interviene Venus, que es un planeta interior (más cercano al Sol que la Tierra) nunca serán visibles a medianoche, sino en los crepúsculos o momentos cercanos y, también por ello, no será mucho el tiempo durante el que se puedan ver.

A pesar de ello, y en este caso exceptuando el tema de que hay que observar de madrugada, las condiciones serán bastante favorables, ya que con una elongación de 43º, una hora antes de la salida del Sol los dos planetas estarán a una altura de 7º para una latitud de 40º N (poco después de la 6 en la España peninsular), o nada menos que 29º para una latitud de 35º Sur, aunque debido al gran brillo del segundo planeta (magnitud -4), en cuanto aparezcan por el horizonte (si el cielo está limpio), o media hora antes del amanecer, o incluso más tarde con la claridad de la aurora todavía será visible y junto a él podrá buscarse el quinto planeta (con magnitud -2) y observar la pareja.

Visto desde Europa aparecerán separados por solo unos 20´, menos que el tamaño angular con que vemos la Luna, con lo que será muy llamativo a simple vista y como en la famosa conjunción de 2020 también en este caso se podrán observar simultáneamente en un telescopio de no demasiada focal.

Pero además el espectáculo será interesante porque Marte y Saturno estarán situados en línea con los dos protagonistas, y sin duda completarán una bonita estampa, sobre un fondo con las llamativas constelaciones de Capricornio, Sagitario y Escorpio en su mejor ubicación. 

La aparición aún en plena noche del cuarto y sexto planeta, que actuarán de comparsas y teloneros, nos anunciarán que la salida de los protagonistas está próxima.

Situación el 1-5-2022 para una latitud media del hemisferio norte (37º). Para lugares más meridionales será mucho mejor y lo recogeré con más detalle en un próximo artículo.

Las conjunciones entre Venus y Júpiter son mucho más frecuentes que las de Júpiter y Saturno, porque como Júpiter es un planeta lento y por ello cada 13 meses pasa de frente del Sol (conjunción con el Sol) antes o después de este paso se encontrará con Venus que nunca se aleja mucho del astro rey.  Pero por ello tienen el problema de que no se podrá observar si la elongación de Venus (su separación angular con el Sol) cuando eso ocurra no es elevada.

Esto queda de manifiesto en la siguiente tabla, que junto a la de este año, recoge las 5 conjunciones anteriores y posteriores, donde se aprecia que las condiciones en este caso son muy buenas.



La separación angular entre los dos astros es el parámetro más determinante del interés de la conjunción, y será  mejor cuanto más pequeña sea esa separación.

La elongación nos determinará su facilidad de observación y el tiempo durante el que los planetas serán visibles, cuanto más grande mejor, aunque esto está condicionado por la estación en que ocurra y el hemisferio desde el que se observe.

Finalmente la fase de Venus es importante solamente si observamos por el telescopio, y cuanto menor sea el porcentaje más grande se verá el planeta, más estrecha la fase y atractiva la imagen sobre todo si, como ya se ha mencionado, en este caso se puede ver simultáneamente con Júpiter y sus satélites a través del ocular de un telescopio.

A partir de los datos de la tabla se pueden sacar varias conclusiones, que las recojo a continuación en el adjunto, porque aparecen algunos temas técnicos.


- Fechas: Tal como se ha dicho, estas conjunciones se producen con un promedio de 13 meses de diferencia, aunque puede variar aproximadamente entre 10 meses si la primera elongación es occidental y la segunda oriental (porque ocurrirá la primera después de la conjunción con el Sol y la segunda antes de la misma) o 15 en la situación contraria.


- Elongación: La de este año será muy favorable de cara a su observación, porque se da la segunda mayor elongación de toda la lista (43º), aunque podría llegar a 46.

De todas formas para el hemisferio norte la situación no es todo lo buena que pudiera ser, pero para el sur es magnífica.

- También el dato de la separación de los planetas es muy bueno. Con poco más de 20´ (en un próximo artículo se matizará según la zona de observación) es el mejor excepto la de 2024 que no se verá por la pequeña elongación, y la de 2016 que también fue más pequeña que ésta.

En una conjunción planetaria siempre hay un momento en que uno de los planetas “adelanta al otro” y tienen la misma ascensión recta, o la misma longitud eclíptica. Pero no aparecen en el mismo punto del cielo porque las diferentes inclinaciones orbitales, aunque no muy pronunciadas hacen que uno se sitúe “por encima” del otro, con diferente latitud eclíptica.

En este caso, tanto Júpiter como Venus están al Sur de la eclíptica, y el de órbita más grande (y menor inclinación), más alejado del nodo descendente. Ello hace que se vean muy próximos.


- De cara a la observación telescópica otro dato positivo es la fase de Venus que hará más atractiva la imagen. Aunque no es demasiado fina (iluminado un 68%) se apreciará claramente dicha fase, y será la segunda mejor de toda esta serie, después de la de enero de 2019 cuando no se pudieron observar a la vez ambos planetas por un telescopio por su elevada separación de más de 2º.

Fase aproximada de Venus ese día, y tramo de su órbita (respecto a la posición de la Tierra) en que la fase sería menor que un 68%

En definitiva, todos los parámetros indican que estamos ante una de las mejores conjunciones Venus-Júpiter que desde luego merecerán un madrugón para poder observarla.

Además el preámbulo en los días anteriores merecerá la pena porque pasará por allí la Luna menguante entre el 24 y el 27, pero sobre todo éste último día. Además nos permitirá controlar el lugar y las condiciones de observación:

La danza de la Luna y los 4 planetas será digna de verse y permitirán seguir la continua aproximación de Venus y Júpiter

Durante estos días los protagonistas ya están tomando posiciones y ofreciendo espectáculo (te sugiero  linkar el enlace si no viste "Coreografía planetaria") y el pasado lunes pude obtener una de las escenas a pesar de la calima:


Anuncio ahora la conjunción, cuando todavía falta un mes, porque el fenómeno merece la pena y quizás haya que ir haciendo planes o adecuando horarios de trabajo para la observación. 

Cuando queden pocos días ampliaré el tema con otro artículo que contenga algunos detalles más, consejos de última hora, e incluiré un curioso dato sobre la fecha real de la conjunción.


viernes, 11 de marzo de 2022

Una curiosa experiencia

Debo dedicar este post a Jorge Hernández Bernal, porque él ha sido el artífice  de esta historia y con su trabajo, perseverancia y entusiasmo ha hecho que una docena de personas hayamos vivido esta tarde un momento mágico.

Algunos de los participantes, minutos antes de que se produjese el fenómeno. En el centro, al fondo, Jorge se acerca trayendo un elemento para la observación. Se aprecia que estaba nublado.

Hace más de 3 años, cuando Jorge estaba casi recién llegado de Salamanca para preparar su tésis, me preguntó si sabía algo sobre una ermita de la zona del Duranguesado en Bizkaia, en la cual incidían los rayos solares un determinado día del año, después de pasar por un agujero que había en el monte Amboto. Yo conocía otros temas similares, pero a pesar de llevar trabajando más de 10 años en la zona (en el aula de Astronomía de Durango) no había oído nada al respecto.

Pero Jorge siguió investigando, preguntando a la gente de la comarca y encontró los datos. Se trataba de la ermita de San Roque de Arrázola. 

Jorge, haciendo una indicación delante de la ermita, durante una entrevista de televisión

Según él los jóvenes del lugar no le pudieron aportar ningún dato al respecto porque no conocían la circunstancia, pero entre la gente mayor encontró las claves. El hecho de que ahora lo haya difundido en los medios hará que no se pierda.

Una vez estudiado el tema, comprobó que en realidad no se trataba de un solo agujero en el monte, sino de dos, conocidos como los ojos de Eskillar y de Bentaneta.


El Sol pasaba a través del primero de ellos y proyectaba su luz en la ermita el 6 de marzo y el 6 de octubre y el segundo el 11 de marzo y el 1 de octubre.

Precisamente el pasado día 6 Jorge impartió una interesante charla sobre el tema a la que pude asistir, y posteriormente se organizó la observación. 

Fragmento del cartel de la actividad, organizada por la Asociación Gerediaga. Seguramente volverá a realizarse en próximas ocasiones coincidiendo con las fechas del fenómeno.

Las malas condiciones atmosféricas ese día no presagiaban nada bueno y efectivamente estuvo nublado y no se pudo ver nada.

Hoy día 11 era la segunda oportunidad, teóricamente mejor que la del pasado sábado porque era el turno del ojo mucho más pequeño que el otro, y rodeado de una zona rocosa redondeada que en el momento clave ocultaría todo el disco solar dejando pasar solo un estrecho haz de luz por el agujero.

Aquí se aprecia mejor el ojo de Bentaneta, más pequeño que el de Eskillar

Las previsiones atmosféricas hoy tampoco eran buenas, pero se abrieron unos claros entre las nubes que nos animaron a acudir.

Por supuesto, allí se presentó también Jorge, provisto de unas cuantas cámaras oscuras hechas con cartón y una lupa, adecuadas para ver el fenómeno fácilmente y sin peligro para la vista, que repartió entre los asistentes.  

Instantes antes del momento clave, apareció el Sol. Probando las cámaras oscuras y gafas especiales

Y tuvimos una suerte tremenda. Al llegar al lugar estaba nublado, pero pocos minutos antes del fenómeno, tal como se aprecia en la foto anterior iluminada por el Sol, se abrió un pequeño claro en la zona adecuada y a las 16:43, tal como estaba previsto, pudo apreciarse el rayo de luz saliendo por el ojo. y dirigiéndose hacia nosotros como un leve fogonazo.

Unos dos minutos de observación, e inmediatamente después de acabar aún hubo una nueva oportunidad moviéndonos unos metros por las inmediaciones de la ermita que se veían iluminadas por el rayo de luz.

Y por si fuera poco la coincidencia, poco después se cubrió nuevamente todo el cielo y comenzó a llover.

Ha sido uno de esos días que se recordarán. Porque la emoción de poder cumplir el objetivo cuando todo estaba en contra, y poder ver algo que nunca se había observado, mereció la pena.


Publico esto hoy mismo, día de la observación, con prisa por si alguien lo lee y quiera acudir mañana sábado día 12 a ver el fenómeno. No será exactamente desde la ermita, sino unos pocos metros hacia el Este (hacia arriba en el sentido de la carretera), a las 16:44.

Mapa de situación


En el próximo post ampliaré la información con datos geométricos y astronómicos de este fenómeno, y citaré algunos otros casos similares.