Curiosidades sobre los astros, propuestas de observaciones sencillas, aspectos cotidianos pero poco conocidos, todo ello con un enfoque didáctico.

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viernes, 7 de octubre de 2022

Las Pléyades y las Híades

 

Siempre que aparecen en un cielo despejado y sin mucha contaminación lumínica enseguida llaman la atención entre los no iniciados, y surge la pregunta sobre qué es ese grupito de débiles estrellitas situadas siguiendo una fila curvada de estrellas más brillantes y separadas (de la constelación de Perseo, aunque en realidad nuestras protagonistas están ya en Tauro)

Son las Pléyades; y muy cerca de ellas respecto a nuestra visual, otro grupo en forma de V no tan espectacular ni tan compacto pero también único: Las Híades. 

Las Pléyades a la derecha de la imagen, y a la izquierda las Híades.

Se ha recortado por ese lado la foto a propósito para dejar fuera a la estrella Aldebarán, que aunque completaría la imagen de una V y suele asociarse a este grupo, no pertenece a él.

Y acompañado de la brillante estrella Aldebarán, que lo hace más reconocible:

Aldebarán es la estrella más destacada en esta imagen, y también en la constelación de Tauro. Se encuentra a 65 años luz, menos de la mitad de la distancia a la que están las Híades, pero en su misma dirección desde aquí.

Puede decirse que ambos grupos son especiales porque constituyen dos cúmulos abiertos, entre los muchos que hay en el cielo, pero los únicos claramente observables a simple vista, y el motivo es que son casi los más próximos a nuestro sistema solar: Las Híades a 150 años luz es el más cercano y las Pléyades en tercer lugar a unos 440, después de Melotte 111 en Cabellera de Berenice que está a 290.

De todas formas, su observación con prismáticos es mucho más atractiva.

Un cúmulo abierto es un grupo de estrellas que están relativamente próximas entre sí y ligadas gravitatoriamente, con un origen común. Suelen ser estrellas jóvenes, y en cada uno de estos cúmulos puede haber entre decenas o miles de estrellas. Así ocurre en nuestros dos protagonistas, aunque solo podamos ver las más brillantes.

En estas fechas del mes de octubre pueden observarse prácticamente durante toda la noche desde el hemisferio norte y una vez avanzada la misma desde el sur, al principio un poco bajas cerca del horizonte Este pero irán subiendo según pasen las horas.

Para localizarlos sin dificultad se puede recurrir a la conocida constelación de Orión que se encuentra al sur de estos cúmulos y por eso en el hemisferio norte está por debajo de ellos y sale algo más tarde. En el hemisferio sur al estar la imagen invertida Orión aparecerá sobre los cúmulos, saldrá antes que éstos y se verá mejor que ellos por lo que ahí será una guía más clara. 

De arriba a abajo las Pléyades, las Híades (con el acompañamiento estas semanas del planeta Marte) y Orión

Las Pléyades:

Conocidas también por “Las 7 cabrillas” o “Las 7 hermanas” en referencia a su origen mitológico, aunque  la mayoría de las personas a simple vista distinguen solo 6 y en realidad son más de 500. Según la mitología la séptima, Merope, brilla más débilmente porque está avergonzada de haber mantenido relaciones con un mortal.

La mayoría de sus componentes son estrellas "jóvenes" de poco más de 100 millones de años



Tienen cierta similitud con una parte de la Osa Mayor pero a una escala mucho más reducida, y he coincidido con alguna persona que equivocadamente decía que se trataba de esa constelación.

En muchas fotos obtenidas con las condiciones y exposición adecuadas sus estrellas aparecen envueltas en una nebulosidad azulada que en principio se supuso que formaba parte de la nebulosa donde surgieron, pero parece ser que su origen es diferente y ahora las estrellas del cúmulo estás atravesando esa zona.


Como decía al principio, están situadas al final de la hilera curva de la constelación de Perseo, que puede servir también como guía para encontrarlas.


Perseo y las Pléyades

Las Híades

Son un grupo de unas 80 estrellas de las que 4 pueden localizarse bien a simple vista. Su edad es de algo más de 600 millones de años. 

Según la mitología eran 7 hermanas de padre, pero distinta madre, de las Pléyades y comparten con ellas algunas leyendas griegas.

Tal como se ha dicho, junto a las Híades se encuentra Aldebarán, que podría parecer que forma parte del grupo, e incluso completa la figura simétrica de una letra V. Pero en realidad esta estrella está a la mitad de distancia de nosotros y es solo una casualidad que esté en la misma visual.

El cúmulo de las Híades, (en la imagen con forma de una letra V tumbada). La estrella más brillante es Aldebarán  que, como se ha dicho, no forma parte del cúmulo.

Como se ha dicho, las Híades forman el cúmulo estelar más cercano y por ello se ha utilizado para calibrar varios métodos de cálculo de distancias. 

Posiciones en distintas fechas

Estos dos cúmulos se pueden ver tanto desde latitudes medias del hemisferio norte como del sur, si bien las condiciones son ligeramente mejores en el norte desde donde prácticamente son visibles durante todo el año excepto a finales de primavera. 

En verano y a principio del otoño había que trasnochar un poco y esperar a que salieran y alcanzaran una cierta altura para distinguirlas bien, pero ya en estas fechas pueden verse a horas prudenciales y he recogido sus posiciones a las 21 h T.U. a mediados de cada mes en el siguiente esquema hasta abril. Ya en mayo aunque están por encima del horizonte tras la puesta de Sol, su baja altura y cielo crepuscular hace imposible verlas.     

Posiciones de Híades y Pléyades desde latitud 40º N cada mediados de mes, a las 21 T.U. (En España las 23 h en octubre y en abril, y 22 h en el resto). El brillante planeta Marte, que estará rondando esa zona puede servir para localizarlas.
Los tamaños cambian ligeramente por ajustes de proyección de una bóveda en el plano

Desde Buenos Aires (latitud 35º S) prácticamente en las mismas fechas, aunque habría que esperar a noviembre para verlas a suficiente altura, y por la misma razón solo se verían hasta marzo.

Desde una latitud de 35º Sur.

En ambos gráficos y en cualquier zona del cielo, la posición de las estrellas correspondiente al mes siguiente es la misma que la del mes actual dos horas después. Por ejemplo la posición que aparece del 15-12  a las 21 h. T.U.  será la misma que la del 15-11 a las 23 h T.U.   No ocurre así con la posición de Marte porque los planetas se mueven sobre el fondo estelar.



Al encontrarse muy cerca de la línea de la eclíptica, que pasa entre ambos cúmulos, es frecuente que la zona se vea adornada con la presencia de algún planeta o de la Luna. En 2020 el fulgurante Venus pasó por ahí tal como se ve en las siguientes imágenes de abril, julio y agosto de ese año y también se le verá por la zona, pero no tan cerca de los cúmulos en el comienzo de la primavera de 2023 (del hemisferio norte).

3-4-2020 Venus en la Pléyades, y la línea de la eclíptica que separa ambos cúmulos.
La calidad de la imagen es mala, pero hay que tener en cuenta que eran fechas de confinamiento y está hecha desde casa con la contaminación lumínica de la ciudad, lo mismo que la siguiente.

También el 3-4-20, con un mayor detalle.

Cuando en el verano de 2020 ya no había limitación de movimientos, pudieron elegirse mejores escenarios aunque Venus ya se había movido, e incluso había atravesado la eclíptica.

El 6 de julio estaba en las Híades


Y en agosto ya se despedía de la zona. De arriba a abajo Híades, Pléyades y Venus.


Y ahora mismo es el turno de Marte:

El punto más brillante de la imagen, a la izquierda de las Híades, es Marte en esta imagen tomada el 10 de septiembre de este año. Ahora ya está algo más a la izquierda e incluso más brillante.

Durante estas pasadas semanas ha estado por ahí el planeta Marte. A principios de septiembre se situaba entre ambos cúmulos, ahora se va alejando poco a poco hacia el Este, pero aún se encuentra cerca para dar mayor realce a la zona, y además volverá porque a partir del 30 de este mes comenzará a retrogradar en dirección hacia las Pléyades, alcanzará su máximo brillo con magnitud -2 el 8 de diciembre y el 13 de enero retomará la dirección habitual alejándose.

Retrogradación de Marte, en una trayectoria como si estuviera rondando a las 12 hermanas

La Luna pasará entre Pléyades e Híades situándose cerca de las primeras el 13 de octubre, el 9 de noviembre, 6 de diciembre, 3 y 30 de enero cuando se acercará mucho a las Pléyades sobre todo visto desde América en ambas fechas, 26 de febrero, 26 de marzo desde América, y 22 de abril formando una bonita estampa con su fase muy fina y la presencia de Venus, aunque quizás cueste distinguir a los dos cúmulos ya cerca del horizonte y en el crepúsculo.

Situados en esa zona, La Luna y Venus formarán junto a Aldebarán un llamativo triángulo. 

Acabo de recordar que también estaban estos cúmulos cuando capté la luz zodiacal, sobre lo que he escrito hace poco.

Ahí están, como testigos de ese extraño resplandor y quizá s puedan servir de referencia para captarlo a finales de marzo o primeros de abril.

Híades y Pléyades sobre la tenue luz zodiacal

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9 de octubre. Dos días después de publicar este post me llega la triste noticia de que mi colega y amigo Manu Arregi nos ha dejado para siempre. 

Manu dirigió durante mucho tiempo el blog "El navegante", y fue la persona que me animó a que escribiese yo el mío, con lo que puede decirse que éste también es suyo, y que es consecuencia de su paso por el tercer planeta del que hoy mismo se ha ido y, como muchos dicen, está ya entre las estrellas.

Si una noche entre un claro de nubes o entre los árboles veo surgir ese grupo de estrellitas, sin duda me acordaré de Manu.





martes, 1 de febrero de 2022

Estrellas polares

A pesar de que no destaca excesivamente por su brillo, hay una estrella en los cielos del hemisferio norte muy especial, que incluso da título o es citada en algunas canciones. Por ejemplo, puedes oírla en este enlace , bajar un poco el volumen (y volver a esta ventana) mientras sigues leyendo.

Porque sin duda es la más conocida por su nombre, aunque pocos saben localizarla y a veces se dice que es la más brillante del cielo, lo cual no es en absoluto cierto. Como es la más famosa, algunos suponen que es especial por su brillo y es verdad que destaca por ello en su entorno, pero en todo el cielo hay más de 40 estrellas más brillantes que ella. 

Pero sí es especial porque siempre permanece prácticamente en el mismo lugar del cielo, mientras las demás las vemos girar a su alrededor debido a la rotación terrestre: un movimiento lento, pero evidente si tomamos referencias y volvemos a observar al cabo de unas horas

Con el paso de las horas, y a causa de la rotación de la Tierra, todas las estrellas dibujan arcos cuyo centro está junto a la Polar, que prácticamente queda señalada por un leve trazo, casi un punto. Imagen tomada de https://misistemasolar.com/constelaciones-circumpolares/

Es la brújula que nos marca casi exactamente el norte: Conocida como la estrella polar, o Polaris su nombre propio latino, y también alfa de la Osa Menor, o alfa UMi según la nomenclatura técnica astronómica.

Además de tener esas características únicas, no es difícil encontrarla a partir de una de las constelaciones más conocidas: La Osa Mayor que está situada en la misma zona del cielo.

Aunque pertenece a la constelación de la Osa Menor puede encontrarse más fácilmente siguiendo la línea que marcan alfa y beta de la Osa Mayor, unas 5 veces esa distancia.

El motivo de que Polaris prácticamente permanezca inmóvil es que si prolongamos el eje de rotación de la Tierra, pasaría por allí. Bueno, a menos de un grado de distancia (incluso actualmente a menos de 40 minutos)



La estrella polar es, sin duda, el mejor método para orientarse tanto en tierra como en el mar en una noche despejada. Como se ha dicho, su posición indica casi exactamente el Norte, y lo hace incluso mejor que una brújula magnética porque ésta necesita una corrección: la declinación magnética que varía con el tiempo y es diferente en cada lugar.

La brújula indica el Norte magnético que es diferente del Norte geográfico. Por ejemplo en 1982, en la costa nordeste de USA, la diferencia era de 30º e incluso más en Canadá, pero varía con el tiempo.

Polo celeste

Antes de seguir conviene definir lo que se entiende por “polo celeste”. La Tierra (al igual  que los demás planetas) gira debido a la rotación y este giro lo realiza alrededor de un eje imaginario. La intersección de la prolongación de este eje con la bóveda celeste será el polo celeste. 

Lógicamente, como se puede prolongar en los dos sentidos, en cualquier planeta habrá dos polos celestes: En principio se toma Norte o Sur, según cual de ellos esté más cerca del correspondiente de la Tierra, pero para evitar algunos inconvenientes se pueden tomar positivo o negativo:  Se considera polo positivo el del sentido del retroceso de un tornillo que girase como el planeta, y polo negativo el contrario, el del avance de un tornillo con ese mismo giro; y este signo se utiliza en las coordenadas.

Aunque la Tierra también se mueve alrededor del Sol en la traslación, y el eje se desplazaría de manera paralela, el polo celeste no cambia porque las estrellas (que nos dan la referencia) están enormemente lejanas.

Si nos colocamos en el polo norte terrestre la estrella polar norte estará sobre nuestra cabeza.

Lo cierto es que es una casualidad que actualmente la dirección Norte del eje de la Tierra apunte casi exactamente a una estrella relativamente brillante. Como vamos a ver, si lo prolongamos en dirección Sur no encontraremos ninguna estrella destacable cercana al polo sur celeste y tampoco ninguno de los otros planetas del Sistema Solar tiene actualmente una estrella tan brillante cerca de ninguno de sus dos polos, aunque Urano tiene, algo más débiles, en ambos.

La posición de los polos celestes de cada planeta es diferente, entre otras cosas porque la inclinación de los ejes de cada uno es distinta, como se aprecia en este ilustrativo y difundido gráfico:

Que es incluso mucho más vistoso en el vídeo realizado por James O´Donoghue

Aunque como luego se verá, hay otros factores que determinan la posición de los polos entre las constelaciones y por ejemplo, aunque la inclinación de los ejes de Marte y de la Tierra son similares (25º y 23.5º) podría pensarse que sus respectivos polos están cercanos, pero en realidad no es así y están separados nada menos que 37º. En la representación anterior los ángulos de los ejes se han tomado todos en el plano perpendicular a la visual para verlos individualmente en su justa medida, pero cada planeta lo tiene en diferente dirección, y la referencia sobre la que se toman los ángulos no es la misma.



Polos de cada planeta del Sistema Solar

Estas son las posiciones de los polos norte celestes:


Aunque toda la información está en el gráfico, si quieres entrar en detalles, se puede constatar que:

- El tercer planeta es prácticamente el único que tiene una estrella cerca de su polo norte celeste. También Urano, pero mucho más débil.

- En Mercurio el polo norte estaría cerca de la estrella ómicron Dra, concretamente a poco más de 2º y con magnitud 4.6. Quizás sea el caso más desfavorable, pues no tiene ninguna estrella de magnitud menor que 4 a una distancia inferior a 7º.

- En Venus está casi equidistante (a unos 6 º) con 3 estrellas de magnitud similar (poco más de mag. 3): zeta del dragón, chi y delta de la misma constelación, esta última con magnitud 3.05 es la más brillante de las tres. Algo más cerca está 42 del dragón, pero con solo 4.8 de magnitud es demasiado débil.

- Lo mismo ocurre con Marte, que aunque tiene estrellas de magnitud 4 más cercanas (la más próxima pi1 Cyg), en el entorno de su polo destaca sobremanera Deneb (alfa Cyg)  aunque esté a 9º

- El polo celeste de Júpiter está muy cercano al de Venus pero en este caso, de las estrellas mencionadas antes habría que elegir zeta del dragón de magnitud 3.15, aunque esté más lejos (a casi 5º) que 36 del dragón (4.95)      

- La estrella polar de Saturno, casi se podría considerar también Polaris, a pesar de que no está demasiado cerca (a 6º), y a solo 4º está la débil 2 UMi de magnitud 4.2

- Urano tiene una estrellita (15 Ori) casi justo en su polo, a solo medio grado, por lo que es la estrella polar más cercana de todas, aunque solo un poco más que Polaris, pero su débil magnitud de 4.8 haría que para orientarse fuera más fácil elegir la mucho más brillante Aldebarán aunque esté a 8 grados.

- En Neptuno delta Cyg de magnitud 2.9, aunque separada casi 3º


Lógicamente las posiciones de los polos sur son simétricas pero en constelaciones opuestas, y estas son las correspondientes al hemisferio sur:

- En el cielo de nuestro planeta no hay estrella polar Sur. Ese polo celeste está precisamente en una zona sin estrellas ni siquiera medianamente brillantes. Si hay que elegir una, la más cercana, aunque muy débil, sería sigma Oct con un escasísimo brillo de 5.45 a más de un grado del polo.

- Mercurio tiene una estrella junto a su polo Sur a solo 0.5º, y algo más brillante que las anteriores, aunque no mucho, se trata de alfa Pic con magnitud 3.2. Pero si hay que hablar de una estrella que hipotéticamente ayudase a buscar el Sur, casi sería más adecuado utilizar la brillantísima Canopus aunque esté a casi 10º del polo.

- Probablemente lo mismo se pueda decir de Venus y Júpiter, que aunque Canopus se aparta de sus polos aún más (hasta 15º con el polo de Venus), estos dos planetas no tienen ninguna estrella muy cercana al polo, ni tampoco de magnitud menor que 3.5 más cercana que Canopus. Recordemos que en el caso de Venus sería el polo positivo.

- A casi 3º del polo sur de Marte está kappa Vel de magnitud 2.45, aunque un poco más lejos tiene también otras dos estrellas algo más brillantes.

- Saturno que tiene su polo situado no muy lejos que el de la Tierra, tiene unas condiciones mejores: casi coincide con delta Oct, aunque con una magnitud de 4.3 tampoco es mucho más brillante que la de la Tierra, pero algo sí.

- La estrella eta Ori (Sabik), está a la misma distancia del polo sur de Urano, que Polaris de nuestro polo y es solo un poco más débil.

Teniendo en cuenta que Urano tiene también una estrellita en su otro polo, resulta que es el planeta que tiene las dos estrellas polares más cercanas a sus respectivos polos. Quien lo iba a decir, con lo descolocado que tiene su eje.

- Respecto a Neptuno, casi a la misma distancia de su polo sur (a unos 3º) hay 3 estrellitas de magnitud menor que 4. La más cercana es a Pupis (mag 3.7) y la más brillante gamma vel (1.75)




Factores de los que depende la situación del polo celeste

Tal como se ha dicho antes, en principio podría pensarse que las posiciones de los polos celestes de cada planeta dependen solo de la inclinación del eje de rotación, pero no es así y en su situación intervienen, además de esa inclinación, varios parámetros:

- La dirección hacia la cual se inclina el eje, respecto a su plano orbital

No es suficiente con saber que el eje está inclinado, por ejemplo el de la Tierra 23.5º, ya que puede apuntar hacia cualquier punto de un círculo en la esfera celeste. Esta dirección es lo que cambia con el movimiento de precesión.

- La inclinación del plano orbital respecto al plano de la eclíptica

Se toma como referencia el plano de la eclíptica, como se podría haber tomado otro, por ejemplo el plano ecuatorial del Sol o el plano orbital de Júpiter que es el planeta mayor del Sistema. 

- La orientación del plano orbital que viene determinado por el ángulo entre la dirección del punto vernal y el nodo ascendente (la longitud del nodo ascendente)

Como referencia para comenzar a medir los ángulos del nodo se toma el punto vernal, un punto que está en la eclíptica y se utiliza como origen de las coordenadas de ascensión recta y otras cuestiones.

Considerando también los valores mencionados de inclinación del eje y la dirección hacia la que está inclinado, finalmente, todo se podría representar de la siguiente manera y podría calcularse en cada caso la posición de los polos celestes:


La separación entre el polo del planeta y el de la eclíptica siempre será menor o igual a la suma de la inclinación del plano orbital y la inclinación del eje.

 Los dos ejemplos más sencillos, donde el proceso se simplifica por tener un parámetro 0º, serían en Mercurio y en la Tierra:

En la Tierra, como su plano orbital es la propia eclíptica, el polo celeste está a 23.5º del polo eclíptico, ya que ese valor es la inclinación del eje. 

Por otra parte, el plano que pasa por el eje de rotación y es perpendicular a la eclíptica, forma un ángulo de 90º con la línea que pasa por el polo eclíptico y el punto vernal.


En Mercurio la inclinación del eje es cero, pero su polo está a 7º del polo de la eclíptica porque la inclinación de su plano orbital respecto a la eclíptica es de esos 7º.

Por otra parte como la longitud del nodo ascendente es de 48º, la dirección del polo celeste se sitúa a 42º de la línea que pasa por el polo eclíptico y el punto vernal.

Así los polos celestes de la Tierra y Mercurio quedan situados en los lugares que se situaron antes, teniendo en cuenta que en la representación celeste (de abajo hacia arriba) los ángulos cambian de sentido:

Polaris perderá su privilegio 

Se dice que nada es eterno, y todos los datos concretos que se han dado y que son válidos actualmente cambiarán con el paso de los milenios. 

Al menos en el tercer planeta hay dos motivos que harán cambiar la dirección hacia la que está dirigido su eje. El primero la precesión de los equinoccios tal como se recogió hace ya tiempo en este blog y también su propia inclinación, que actualmente está disminuyendo y llegará a ser de solo 21.5º, siendo las duraciones respectivas de estos ciclos de 26000 y 40000 años aproximadamente.

Todo ello hace que el polo celeste vaya trazando una especie de bucle entre las constelaciones, como puede verse en el gráfico; la estrella polar dejará de serlo, y otras estrellas ocuparán su lugar.  

Evolución de la la posición del polo norte celeste en pasados y próximos milenios

Hacia el 27500 Polaris volverá a estar muy cerca del polo celeste, pero ligeramente menos que ahora. Precisamente en la actualidad se está acercando cada vez más, y el año que más próxima estará será (pura casualidad) el último de este siglo. En 2100 estará a menos de 27.5´de distancia. Pero luego se volverá a alejar.

Se puede ver que entre todas las estrellas representadas (aprox. las de magnitud menor que 4) precisamente Polaris, la que nos ha tocado vivir a nosotros es la que más se acerca al polo, aunque esto tampoco es eterno y adentrándonos mucho en el futuro el movimiento propio de las estrellas deformará las constelaciones y pudiera ocurrir que alguna más brillante se cruce con la prolongación del eje terrestre.  

Entre los años 13000 y 14000 la estrella polar será Vega, aunque su separación con el polo será mucho mayor que la de Polaris ahora, rondando los 6º. En esa época tendrán una estrella polar muy llamativa y entonces sí podrán decir que es la más brillante.


miércoles, 15 de mayo de 2019

Adiós, Sirio, adiós


En una ocasión escribí sobre el orto helíaco de Sirio. Un fenómeno que en el antiguo Egipto coincidía con las inundaciones del Nilo, y fue utilizado en el cálculo de la duración del año sidéreo.
Al amanecer, antes de salir el Sol podía verse por primera vez en varios meses la estrella Sirio. Ya con el cielo por el Este clareando con el alba, aparecía por el horizonte la estrella más brillante del cielo.

Debido a la precesión de los equinoccios la fecha del orto helíaco de Sirio se ha retrasado y además en cada latitud es diferente, pero no deja de ser interesante el poder observarlo.
Orto helíaco de Sirio el 14-8-2015  en el alba desde Araúzo de Torre (latitud 41.8 N)

En latitudes medias del hemisferio norte, estos días de mediados de mayo 
se produce el fenómeno contrario:

miércoles, 3 de octubre de 2018

Las estrellas nos dan la hora

Vivimos en un planeta que se está moviendo y por ello si miramos hacia afuera veremos moverse a los astros respecto a nuestra referencia.

Por cada rotación terrestre las estrellas darán una vuelta alrededor de la Estrella Polar, que al estar prácticamente en la prolongación del eje de giro de la Tierra, casi no se mueve.
En el hemisferio Norte tenemos una magnífica guía para seguir este movimiento: La línea imaginaria que forman las estrellas Merak y Dubhe de la Osa Mayor, que prolongándola pasa junto a la Polar. Es la aguja del reloj celeste que se va moviendo uniformemente según va pasando el tiempo: utilizando las iniciales de la mencionadas estrellas le llamaré la línea P-D-M.

El sentido de giro es el contrario a las agujas de un reloj (se le lama sentido directo). Tal como indicaré luego, en el hemisferio Sur el cielo en dirección Sur se ve moverse en sentido contrario (retrógrado).

Esta referencia nos va marcando el paso de las horas: Si en 24 horas da (aproximadamente) una vuelta, cada hora gira 15º, y de verla vertical a estar horizontal, habrían pasado 6 horas.
O en el siguiente ejemplo serían 2 horas:


 De la primera a la segunda el cielo ha girado 30º por lo que habrán pasado casi exactamente 2 horas

De esta manera podemos conocer la hora a partir de la posición de las estrellas.

martes, 17 de julio de 2018

40 años mirando el cielo, gracias a la Polar


Este artículo tiene poco contenido astronómico al principio y recoge sobre todo vivencias personales que es muy posible que no te interesen. Si es así, puedes saltarte unos cuantos párrafos o leer alguno de los muchos post que puedes encontrar en el índice. Pero este es mi blog y para mí era obligado recogerlas.

Gran parte de mi vida, mi trabajo, mis aficiones y mis quehaceres diarios e incluso la relación con muchos de mis amigos  giran en torno a la astronomía, su enseñanza y divulgación.  Y justamente hoy, 17 de julio de 2018, se cumplen 40 años desde el momento en que entré en "esta extraña secta" de personas que les gusta mirar hacia arriba. 
El momento en que me aficioné al mundo de los astros coincidió con el que conocí la Estrella Polar, y ella fue la culpable.

Mucha gente suele preguntarme si ya desde pequeño me gustaban esos asuntos de los astros, y cómo fui progresando en esta afición.
No. Yo únicamente conocía "El carro" de la Osa Mayor y desde el pueblecito de mi madre donde pasaba los veranos bajo un cielo excepcional solía mirarla, sentir esos puntitos lejanos e imaginar lo que podían ser y lo lejos que podían estar… pero nada más.

También me viene a la memoria un eclipse de Sol que pude ver con 14 años, utilizando un cristal ahumado. Me gustó, sentí una sensación extraña al observar aquel curioso fenómeno y el recuerdo más nítido que me ha quedado es la pena que me dio cuando se acabó. Pero sobre todo porque todo volvió a ser como antes y aquella circunstancia extraordinaria que había roto la rutina diaria había desaparecido.

Pero el momento en que realmente decidí, de pronto, que la Astronomía iba a ser mi nueva afición y me puse a cultivarla en serio y de manera metódica, fue en la mencionada fecha de 1978.
¿El motivo de tan repentina decisión?  Fue por dinero.  Así lo suelo soltar, medio en broma medio en serio, cada vez que sale el tema.

jueves, 31 de mayo de 2018

Leo, el león

Una de las constelaciones más destacadas de la primavera es Leo.  Quizás hubiera parecido más adecuado hablar de ella a principio de esta estación, cuando estaba visible la mayor parte de la noche, pero como habitualmente cuando estamos en disposición de mirar el cielo es al principio de la misma, a esas horas tras el crepúsculo, es ahora cuando podemos encontrarla mejor posicionada. 

Si bien desde el hemisferio norte ya ha perdido un poco de altura pero todavía se puede ver muy bien en dirección Suroeste, desde el hemisferio sur está en esos momentos del principio de la noche en el mejor lugar posible, alcanzando su máxima altura en dirección Norte.


 En la parte superior de la foto está la constelación de Leo, con sus 4 estrellas más brillantes formando un trapecio casi perfecto. Imagen tomada desde el monte Artxanda junto a Bilbao.

lunes, 28 de agosto de 2017

Cae la Espiga

Las estrellas más brillantes del cielo tienen su nombre propio y una de ellas es Spica o la Espiga. Es la más destacada de la constelación de Virgo y su nombre, que tiene origen latino, no fue elegido al azar, sino que como en muchos otros casos tiene que ver con el lugar en que está situada y en este caso también en las consecuencias que eso tiene en la mecánica celeste.
Desde Araúzo de Torre, el 21-7-2017 a las 22:53, 75 minutos después de ponerse el Sol
Spica (o Espiga) es la estrella que está a la izquierda del punto más brillante, que corresponde a Júpiter.

Parece ser que los romanos la denominaron de esa manera porque cae cuando caen las espigas. La relacionaban con la agricultura y con su diosa Ceres porque esta estrella es visible durante la primavera y parte del verano a principio de la noche y deja de verse (puede decirse que cae) cuando las espigas de cereal han madurado y han sido recogidas.

La expresión “cae” es muy gráfica y adecuada en este caso porque, a medida que va transcurriendo el mes de agosto, en cuanto anochece y empezamos a ver las estrellas en el cielo, la Espiga aparece cada día más baja, más cercana al horizonte Oeste, hasta que es imposible verla.

Distintas imágenes en distintas fechas, 75 minutos después de la puesta de Sol, tomadas desde el mismo lugar (precisamente allí donde mi abuelo cada verano trillaba las espigas de la cosecha, y en esa caseta -todavía se la conoce como la caseta de Casimiro- guardaba aperos y herramientas).
En principio el grado de oscuridad debería ser similar en todas las fotos aunque en la del día 5 el paisaje aparece iluminado con la luz de la Luna casi llena.  También en la primera lo hace ligeramente una fina luna de 3 días que aparece redonda por la sobrexposición necesaria para que aparezcan estrellas.
En estas imágenes, tomadas a lo largo de estos meses de julio y agosto, puede verse el proceso de la evolución de las posiciones de Spica en intervalos de varios días, cada vez más cerca del horizonte. Este año ha estado acompañada de Júpiter (que se le ha ido acercando poco a poco) lo que ayuda a su localización, pero otros años va cayendo sin compañía.

jueves, 21 de julio de 2016

Estrellas también de día

En vacaciones tenemos mucho tiempo libre y quienes solemos mirar los astros, como cualquier otra persona, también aprovechamos para cultivar nuestra afición. Pero aunque en nuestro caso parece que parte de ese tiempo de asueto no nos sea útil porque es de día, podemos aprovechar también las horas diurnas porque con un telescopio también de día se pueden ver estrellas.
Todos sabemos que aunque la luz del Sol nos impida verlas, las estrellas siguen ahí en el cielo. A simple vista no podemos verlas pero sí con ayuda de un telescopio, y aunque en este blog pocas veces propongo realizar observaciones que no sean a simple vista, ésta es una de ellas.

Hoy voy a hablar de algo de lo que no soy experto. Por ello sólo voy a contar mi experiencia, aunque lo que yo hice quizás no fuera lo más adecuado y es posible que sepas mucho más que yo de observaciones diurnas y no te merezca la pena seguir leyendo. Pero lo voy a contar porque fue muy gratificante para mí, me gustaría que para otros-as también lo fuera y creo que debo compartirlo. Además sé que mucha gente que mira el cielo con su telescopio no ha explorado nunca esta faceta.

Por eso me gustaría que pudieras sentir la misma emoción que yo, cuando por primera vez tuve esa experiencia, o como cuando, el verano pasado, fui encontrando una detrás de otra y sin demasiada dificultad, la mayoría de las estrellas que fui buscando, más de 15 en dos sesiones diferentes, hasta la magnitud 2.
Foto de la estrella Arturo tomada el 8-8-15 en pleno día, a las 15:20 T. U. Ese puntito blanco cercano al centro de la imagen es la estrella. Se obtuvo colocando una sencilla cámara compacta delante del ocular del telescopio sin ningún adaptador. Las manchas corresponden a imperfección y/o suciedad en lentes y espejos. En directo mirando por el ocular la imagen es limpia, porque los defectos caen fuera de foco, y la sensación es impresionante.
La primera estrella que vi de día fue Arturo (la más brillante de la constelación de Boyero). Fue hace ya unos años utilizando un telescopio con montura ecuatorial, que orientaba de manera precisa utilizando las coordenadas del Sol. Una vez situado, sin más que utilizar los círculos graduados de la montura para colocar las coordenadas de la estrella, podía dirigir el telescopio a la posición que ocupaba en el cielo, mirar por el ocular y allí debía estar mi estrella. Es el método que había utilizado frecuentemente para ver a Venus a quien solía localizar en pleno día al cabo de uno o más intentos. Con una estrella es mucho más difícil, pero en una ocasión lo conseguí. 

jueves, 7 de julio de 2016

Es tiempo de mirar hacia arriba

Julio y agosto son meses muy especiales para quienes nos gusta mirar el cielo y los solemos aprovechar para cultivar nuestra afición y también, por qué no, para presumir delante de los amigos en un tema que para casi todo el mundo suele ser atractivo y sugerente.
Mira: ese es el triángulo de Verano, (debería ser "de invierno" en el hemisferio Sur) visible toda la noche en esta época.    Foto tomada el 3-7-16 en las proximidades de Bilbao.
Pero incluso muchas personas que no entienden demasiado “de eso de las estrellas” también en esta época le gusta por su cuenta mirar de vez en cuando el universo que aparece sobre su cabeza, dejar volar la imaginación hacia lo que son y dónde están esos lejanísimos puntos luminosos …sentir la pequeñez de uno mismo frente a la inmensidad del cosmos …

A veces suelen preguntar: ¿Hay algo interesante para ver ahora?
Por supuesto que sí. Lo que aparece a continuación es solo un adelanto para que no te pille desprevenido y más adelante concretaremos.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Felicitación navideña "sin puntas"


En una ocasión, durante una sesión de planetario, un niño de unos 10 años me hizo una extraña pregunta: “¿Por qué estas estrellas no tienen puntas?”  Tuvo que repetírmelo, y cuando por fín conseguí entender lo que decía, me quedé sorprendido de que con esa edad nunca hubiera visto estrellas de verdad “sin puntas”.

Con puntas o sin puntas, estos días están por todos los sitios y el símbolo de la navidad son las estrellas, precisamente el objeto de estudio y observación de los aficionados a la astronomía.
Será porque ya los he disfrutado muchas veces, o por lo que suponen de exaltación del consumismo, que cada vez me gustan menos estos días de estrellas “con puntas”, pero hay que reconocer que sirven para encontrarnos con familiares y amigos, e intentar pasarlo bien.
Aunque se usen como reclamo publicitario y comercial, no es menos cierto que para algunos, sobre todo los niños, tienen un significado de fiesta y alegría, y todos hemos sido niños alguna vez.
Por eso, yo también quiero felicitaros en este día, y os deseo FELIZ NAVIDAD, o
si lo prefieres,“FELICES FIESTAS”, o “FELIZ SALIDA Y ENTRADA DE AÑO” o incluso, como últimamente se oye, “FELIZ SOLSTICIO” .
 
Estrellas con puntas, estrellas sin puntas y estrella de navidad

martes, 8 de diciembre de 2015

Una estrella muy especial para tí

Llega la época de regalos, y quiero hacerte uno "diferente". Es un regalo muy ligero, casi inmaterial, apenas unos fotones procedentes de una estrella muy especial para ti.
Si miramos al cielo en una noche despejada veremos muchas estrellas, pero no las vemos en directo. No vemos la estrella actual, sino la de  hace unos años ya que su luz necesita un tiempo para recorrer la enorme distancia que la separa de nuestro planeta.
Como cada estrella está a diferente distancia, estamos viendo un cielo de múltiples momentos diferentes del pasado. Considerando esta circunstancia y eligiendo la estrella adecuada según nuestra edad, podremos ver en directo una estrella como era el año que nacimos.
No es una foto ni una grabación. Es verlo directamente, como si usásemos una máquina del tiempo y retrocediésemos hasta ese momento.
Por ejemplo si tienes 25 años tu estrella es Vega, porque se encuentra a 25 años luz. Al mirar esa estrella en el cielo la verás como era hace 25 años, cuando naciste. Ese intervalo de tiempo es muy corto para la vida de una estrella y su aspecto no ha cambiado, pero piensa que están entrando en la pupila de tus ojos los fotones que salieron de allí cuando tú naciste, esas partículas de luz que han estado viajando por el espacio justamente el mismo tiempo que tú has estado viviendo.
Esta es tu estrella ahora, pero a medida que vayas cumpliendo años tendrás que cambiar de estrella. Aunque si quieres, puedes retener estos fotones que emprendieron su viaje desde Vega a la vez que tú iniciaste tu viaje por la vida. Hazles una foto y los podrás guardar: Si tienes 25 años haz una foto a la estrella Vega. La luz que salió de allí cuando tú naciste entrará en el objetivo de la cámara será captada por su CCD y dejará su marca. Esa marca, esa foto, la puedes guardar siempre porque esos fotones procedentes de Vega siempre serán los tuyos.
Vega y Altair. Agosto 2009
Esta es la estrella Vega, en la constelación de Lira, marcada en la foto con un círculo amarillo. Es el ejemplo significativo en esta historia. Distancia fácil de recordar por ser un número redondo, muy brillante, pasa muy cerca del cenit en verano en latitudes medias del hemisferio Norte. Ya se utilizó con esta idea, de los 25 años que tarda la luz, en la película “Contact” y en la novela en que se basaba, escrita por Carl Sagan. Muy recomendable, sobre todo la novela.
También puede verse desde casi todo el hemisferio Sur en zonas habitadas, prácticamente hasta la latitud 50º Sur, en los meses de invierno austral (junio, julio, agosto, septiembre) cerca del horizonte Norte. Si tienes 25 años pero vives más al Sur, también hay para tí otra estrella brillante: Fomalhaut.