No. Venus no tiene ningún satélite y Cupido como tal no existe, aunque alguien lo imaginó para hacer ciertas elucubraciones.
La mayor parte de la gente lo
conoce como prolífico escritor de ciencia ficción, creador de la serie de La Fundación, e
incluso de divulgación histórica, habiendo escrito en total más de 500 obras.
Pero en mi opinión, y aunque no hayan sido tan leídos, sus libros de
divulgación científica tienen un valor y una didáctica extraordinaria, además
de ser muy original y recoger frecuentemente las referencias históricas
relativas a cada tema.
Aunque sus libros no estén actualizados (Asimov murió en 1992) pueden ser ilustrativos de los conocimientos sobre astronomía de aquellos años.
Asimov no propone la hipotética existencia de Cupido para montar una historia de ficción, sino para explicar cómo la humanidad tomó conciencia de los movimientos en el sistema solar, y cómo habría ocurrido mucho antes si la Luna en vez de orbitar la Tierra lo hubiera hecho a Venus. Una hipótesis muy didáctica a mi modo de ver, recogida en un libro cuyo título original es: “La tragedia de la Luna”
Recuerdo que este y otros libros de Asimov pasaron por mis manos antes de que la magnífica serie Cosmos llegara a las pantallas de los televisores. Hoy en día muchos aficionados a la astronomía reconocen que fue la obra de Carl Sagan lo que les motivó para interesarse por el mundo de los astros, pero en mi caso ya lo estaba.
De los libros de Asimov sobre temas astronómicos quizás la obra más completa sea “El Universo”
Sin olvidar a
“Alpha Centauri, la estrella más próxima” o “De Saturno a Plutón”
Por detallar algo más el tema de Cupido en el comienzo de “La tragedia de la Luna”, que por cierto deriva luego en otros asuntos más mundanos, en opinión de Asimov el geocentrismo encontró su prueba evidente en que la Luna giraba claramente alrededor de la Tierra. Pero si ésta no existiese y fuera Venus quien tuviese un satélite similar (Cupido), por una parte la observación del cielo mejoraría mucho. Venus sería el objeto más brillante de los cielos (después del Sol) y su observación llevaría a deducir que giraba en torno al Sol. Y finalmente quedaría claro que Cupido giraría alrededor de Venus y no habría ningún objeto cuyos movimientos solo pudieran explicarse suponiendo que gira alrededor de la Tierra.
Siguiendo con las teorías de
Asimov (por supuesto mucho más detalladas y razonadas que este resumen), los astrónomos
griegos e incluso los sumerios (con la ayuda de Cupido) ya habrían establecido la teoría heliocéntrica
hacia el año 2000 a. C. Además otros campos de la ciencia e incluso de la religión
habrían avanzado mucho, según el autor.
Pero en el segundo capítulo, titulado “El triunfo de la Luna” cambia la estrategia y alaba las ventajas de nuestro satélite, entre ellas el ser culpable de la aparición de nuestra especie o las condiciones de vida adecuadas, como recogí al final de este post.
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